Sunday, October 18, 2009

Días bogotanos

Hoy el DF amaneció frío y húmedo, muy airoso, con ese aire frío que te cala por debajo de la ropa. Salí temprano a comprar un antibiótico a la farmacia y apenas sentí ese soplo de aire húmedo y fresco en mi rostro, me llené de recuerdos de las mañanas en Bogotá...

Esas mañanas en que despertaba en su cama, calientica, con el aroma del tinto que preparaba mi "suegra". Salía a correr en ese ambiente frío y limpio, libre de la contaminación que respiramos aquí diariamente, y siento yo que mi rendimiento era mejor en ese parque, en esa ciudad verde, que el que tengo aquí en los Viveros de Coyoacán.
Esos días en que me salía bien arropada para morirme de calor a mediodía, cuando el sol pegaba con todo, pero en la tarde volvía a enfriar y llovía.
Las tardes en que, visitando el centro, miraba los cerros tan cercanos que se antojaba ir de camping cualquier día, pensando en que con medio día de camino estaría yo ya mochila al hombro, subiendo uno de esos cerros verdes, para después mirar la ciudad desde arriba... como cuando la contemplé por primera vez el día que conocí Monserrate.
Todos esos recuerdos se me vinieron de pronto, tan sólo sentir ese aire frío esta mañana... y me vino una sonrisa enorme :D
Inmediatamente empecé a disfrutar este día sombrío que no había amanecido tan bien, porque ayer me sacaron la última muela del juicio y me duele mucho, además de que estoy hinchada peor que la vez pasada :(
Lo curioso es que a mí nisiquiera me gustaban los días fríos, me parecían depresivos... pero hoy me traen tantos recuerdos gratos que hasta los disfruto y me ponen de buen humor. Creo que es otra de las tantas cosas que cambiaron después de esos viajes a Colombia.
El otro día platicaba con un amigo y me decía que es extraño cómo el corazón puede sentir que pertenece a un lugar específico en esta tierra, aún cuando uno esté en otra parte. Pues así me pasa, todavía... :)

1 comment:

Juan Valdez said...

Amiga, las puertas de mi casa están abiertas para que vuelvas a vivir el frío bogotano por las mañanas, el sol brillante de su invierno al medio día, y sus tardes nostálgicas.

Un abrazo!