¿Recuerdan el post que escribí sobre las moneditas de $10 y $2o centavos? Pues bien, me faltó aclarar, en medio de mi enojo, que junto esas monedas para la alcancía de mi hija, pero si ningún banco me las cambia no le sirve de nada juntarlas.
Bueno, tal vez mis corajes terminen pronto, porque creo que cada vez hay menos monedas de esas en circulación, y es que como cada vez las hacen más chiquitas, ya nadie las quiere.
Pero más nos valdría estar atentos a lo que esta disminución de tamaño puede significar... y es que para mi sorpresa, apenas unos días después recibí como cambio una moneda de $50 centavos que ya tiene las mismas características de las de 10 y 20... ahora en vez de ser dorada es plateada y es más chiquita que su versión anterior... apenas del tamaño d mi dedo índice... :S
Aquí la foto, para quienes aún no hayan recibido por cambio monedas con estas características. ¿A poco no es una mentada de madre? Al rato los taxistas y tenderos tampoco van a querer recibir estas moneditas... ¡vamos! ni siquiera los pordioseros aceptan monedas de baja denominación, y las de $50 centavos acaban de caer, por el simple hecho de disminuir su tamaño, en el círculo de "las indeseadas".
¿Qué hay detrás? Al emitir monedas de menor tamaño es innegable que haya una consecuencia (¿o debería decir, una causa?) de impacto en la economía nacional, como cuando se le quitaron tres ceros al peso.
No creo estar exagerando mucho si les digo que me espero otra devaluación para el fin de este sexenio...
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