...y al fin, después de varios días de un sueño profundo, mi abue falleció la noche del 24 de marzo de 2011. Vivió 91 años y 9 meses, y peleó hasta el final. Después de compartir comentarios y experiencias sobre la vida de mi abuelita y sus últimos días, estamos todos seguros de que desde su lecho de muerte estuvo negociando con Dios su partida, y que no se fue hasta estar segura de que nos llegarían las bendiciones por las que toda su vida pedía para cada uno de sus nietos y sus hijas.
Nos dejó un gran legado... y a mí se me ha encomendado hacer la documentación de su vida, tan rica en anécdotas... y de colación se entera uno de las aventuras de las tías. Hay unas dignas de una película, je. Supongo que iré dejando algunos fragmentos de mis escritos por aquí de vez en cuando.
Es curioso... aún cuando hacía semanas esperaba esta noticia, me puso muy triste por varios días. Quedo tranquila porque sé que ella está bien ahora, mejor que los que nos quedamos aquí, definitivamente. Y aunque estoy animosa y con ideas para la chamba, llevo el luto por dentro que me impide quitarme el negro de la ropa todavía... aunque hoy lo lamenté porque hacía un calor al mediodía... uuuffff!
Todo a su tiempo. Bien dice el libro de Eclesiastés que hay un tiempo para todo, tiempo para vivir y tiempo para morir... así, hay un tiempo para festejar y un tiempo para el luto. Adiós Lita, los que te sobrevivimos te vamos a extrañar mucho. Nos veremos algún día, pero espero que no sea pronto. Te quiero.
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