Para J.
Anoche soñé otra vez contigo. Te veías diferente, pero eras tú, eso es seguro. Aunque a veces, un poco, me parecía que eras él, con quien salgo hace unos años. A veces eras más tú y unas pocas veces era un poco más él, pero en general, la mezcla daba como resultado ser tú.
Tal vez él estaba presente porque así lo ha estado estos años, o tal vez es que en algunas cosas se parece a tí... o tú a él. No lo sé, pero desde que lo conocí siempre he creído que hay rasgos en común entre ustedes, y tal vez por eso es que me gusta.
Al final, eras tú en mi sueño, de eso no me queda duda alguna.
Sé que soñé contigo porque ayer te pensé mucho y de alguna forma mi subconsciente proyectó ese anhelo a mis sueños, donde tomas forma y vuelvo a charlar contigo y a sentir tu abrazo fuerte...
Pero al despertar me volvieron los recuerdos y un poco de nostalgia. Y conforme avanzaron los minutos tus recuerdos me invadieron, pasando de ser la brisa suave que ocasionalmente me envuelve a ser como una corriente de aire que me golpeó con fuerza, tratando de empujarme de vuelta a ese sitio emocionalmente oscuro en el que me sumí hace mucho tiempo y del que me costó trabajo salir.
Y ya no quiero volver a ese lugar...
Pensando en ti volví a sentir cómo se aceleraba la circulación de mi sangre, y cuando recordé tu risa casi pude volver a escuchar el sonido de campanas en mi oído interno. Los sentimientos volvieron a mí como un huracán que toca tierra; fue entonces cuando me di cuenta que debía reprenderlos y volver a encerrarlos, porque como un caballo desbocado la sangre en mi cuerpo latía cada vez más fuerte y retumbaba en mi cabeza. Y me doy cuenta de que a pesar de tanto tiempo, eso que sentí por ti sigue siendo intenso aún.
Con él tengo paz, contigo ímpetu. Son como dos caras de la misma moneda. Y no se pueden tener los dos lados de la moneda al mismo tiempo. Y aún si tuviera que elegir, apostaría por la calma.
Esta breve experiencia me deja claro que no puedo permitirme pensar en ti más allá de las memorias ocasionales, que pasan como brisa y se van. Con cada recuerdo, elevo una oración para ti y te envío mis mejores deseos. Pero no puedo abrazarte a mi pensamiento porque, inevitablemente, te veré en sueños, y al día siguiente te añoraré aún más. No.
Me queda, si acaso, la opción de sonreír al recordarte, con tu sonrisa, tu aroma y el tono de tu voz. Esas notas no se irán de mi memoria aunque todo lo demás se pierda. Pero un breve pensamiento ocasional, acompañado de mi deseo de que seas feliz es suficiente.
Me alegro de haberte conocido y de contar en mi haber con la historia de un amor que marcó un antes y un después en mi vida sentimental. Y tal vez, sólo por eso, siempre serás inolvidable para mí.
Con todo esto, caí en la cuenta de que el 27 de este mes hará 10 años que nos conocimos en Mérida. Pero, en mi corazón, hay cosas que aún permanecen...
2 comments:
Qué tal, me encontré tu blog por la comida (jijijji), y no pude dejar de leer el resto..., y tengo algunas preguntas porque creo que estoy viviendo algo similar a lo que tú viviste en ese momento: te gustaba tu novio de ese entonces porque se parecía a "J"? (Me a pasado y me odio por eso...) porque quieres detener a "ese caballo desbocado" si te provoca tanto? (Por experiencia me va peor cuando me contengo!), que harías si se presentará J para reclamarte como suya??, no podía dejar de preguntar, me pasa lo mismo, la facilidad de tu lectura es sorprendente! CIAO!!
¡Hola! Gracias por leerme y por tus comentarios. Siéntete bienvenida a leer lo que quieras (hay mucho más de la historia de J si escribes "Jorge" en el buscador del blog...) Respondiendo a tus preguntas: 1. Sí, mi novio actual, cuando lo conocí, me llamó la atención por ser diferente a todos los chavos con los que salí antes... con excepción de J; al tiempo de salir con él me di cuenta de que tenían cosas similares en sus actitudes y su forma de ser, y por eso me gustó más :P 2. La razón por la que quería detener al caballo desbocado en ese momento era porque no sabía cómo manejar la avalancha de emociones; yo siempre fui muy pasional pero eso no me dejó cosas buenas, y tener tantos sentimientos sin saber qué hacer con ellos pueden volverte loca. Además, las mujeres en mi familia sufrimos de tendencia a la depresión, y no fue sino hasta que mi terapeuta me diagnosticó y me trató que pude hacerle frente a todo eso. Algunos episodios de mi vida en ese entonces se han bloqueado de mi memoria... y no logro recordarlos. En verdad sentí que me volvía loca. Así que en mi caso, dejarme llevar no me dejó cosas buenas. Hoy, con mi novio, me he soltado cada vez más, pero ya es una relación estable, madura y segura, y sé que es bueno dejarme llevar con él porque ya tenemos planes para el futuro. Con J no había tal cosa... sí al principio, pero no al final y eso me desbalanceó por completo. De alguna forma hasta perdí mi identidad. 3. ¿Que si J regresara? Ese capítulo se cerró hace tiempo, hay muchos países de por medio, mucho tiempo entre nosotros, él ya tiene familia y yo estoy haciendo la mía ahora, así que ese es un escenario que, si bien mucho tiempo deseé que sucediera, no va a pasar. Y ya no quiero que pase. Estoy contenta con mi novio, de verdad. Con él conocí otro lado del amor que me gustó más... y además, él no tuvo miedo de enfrentarse a mis demonios y mis locuras, así me conoció y así me quiere, y eso me provoca amarlo aún más :)
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