Tuesday, July 11, 2006

Regreso al hogar...

Hace nueve años, cuando tenía 21, me salí de mi casa. Tuve que aprender a ver por mí misma, a solventar mis gastos y hasta a cuidarme sola cuando me enfermaba. Y lo hice... aunque debo reconocer que hubo momentos muy duros en los que me cuestionaba la posibilidad de regresar. Con todo, no me he arrepentido nunca de haberme salido, aunque sí lamento la forma en que sucedió. Pero la experiencia me ha convertido en lo que soy, y me enorgullezco de ello y de lo que ahora puedo ofrecerle a mi hija.
Por otro lado, de forma paralela a mi éxodo personal, la culpa y el enfrentamiento con mis propias convicciones y principios me llevó a distanciarme de aquello que podría haberme dado fuerzas estos nueve años de auto exilio... la Fe. Si bien dije en uno de los comentarios iniciales de este blog que muchas veces me he sentido fuera de lugar, desde muy pequeña, ese sentimiento se acentuó conforme creció la distancia de mi fe. Y este año, finalmente, las circunstancias -y tal vez la propia edad, jejeje- me han llevado a replantearme, a redefinirme, a rehacerme, a reencontrarme...

"Hoy quiero quedarme solo para lamentar que un día lo tuve todo y lo dejé escapar. ¿En qué momento pasó? ¿Cómo fue? No quise alejarte. La noche me sorprendió, te busqué, ya era muy tarde. Hoy quiero quedarme solo y autodestruir, tal vez si me muero un poco te imagine aquí. Ya no soy nada hoy, y no voy a salir... ¿En qué momento pasó? ¿Cómo fue? No quise alejarte. La noche me sorprendió, te busqué, ya era muy tarde." (Moenia)

El proceso, durante este medio año, ha sido duro, difícil... y hasta me he rebelado a reconocer mis fallas, pero al final admito que mis propias actitudes me están haciendo tropezar en el camino y que mi corazón necesita aquello que tanta falta me hace, desde mucho tiempo atrás. En el fondo, siempre he necesitado un brazo protector, pero no físicamente, sino espiritualmente, porque de ahí nace la fuerza para luchar en esta vida y ser feliz.
Mi reserva se agotó hace mucho, y me dediqué a llenar el tanque con agua, con sodas y hasta con leche malteada; de todo, menos gasolina. ¿El resultado? Terminé por descomponer la fina maquinaria que me mueve, y ahora he tenido que pasar por meses de arreglos, cambiando piezas que ya no sirven. La factura se ha elevado mucho, pero al menos me queda la tranquilidad de que cuando salga del taller, funcionará como nuevo.

"Ya miré mi alma a los ojos y besé al mal en los labios. He descifrado todos los enigmas y he probado las frutas más ricas. Pero todavía siento mucho frío; aún me falta algo que llene este vacío. Regreso a casa, me lo reclama el corazón. Siempre hubo encendido fuego en el hogar. No cambio el rumbo, ando de frente y hacia el sol. Ya fue mucho tiempo de divagar.
Ya dormí en camas de rosas, dibujé siluetas hermosas. Había muerto, resucité. Lo perdí todo, lo recuperé. Pero todavía no cierro el círculo, algo está pendiente, por eso es que yo regreso a casa, me lo reclama el corazón. Siempre hubo encendido fuego en el hogar. No cambio el rumbo, ando de frente y hacia el sol. Ya fue mucho tiempo de divagar." (Moenia)

No quiero hacer muchos aspavientos y no esperen a ver una Lizzette totalmente mejorada en dos días. Las remodelaciones tardan más de lo que los arquitectos ofrecen, y para muestra clara el caso de mi empresa, que esperaba remodelar las oficinas en una semana y tardó más de dos meses para terminar el proyecto. Sin embargo, sí puedo decir que al menos ahora estoy en el camino correcto...

1 comment:

Carliters said...

Es increible lo común que pueden ser las sensaciones entre las personas ¿qué tan diferentes somos unos de otros?.
Por muchos momentos he pasado tragos muy amargos por diversas circunstancias, de hecho, ahorita estoy en uno pero no sé si ya paso el trago porque todavía sabe como si lo tuviera en la boca.
Lo que siempre me mantiene de pie:
"Con la fe y la esperanza se consigue muy poco pero sin ellas nada" Madre Teresa