Monday, June 04, 2007

Nomás no

De pronto me pregunto si alguien me lee, pero luego me digo que si me tardo tanto en escribir, cualquiera le pierde el interés a esto. Y es que el cerebro no me ha dado ni para escribir un mendigo párrafo, aunque sea una estupidez o algo hilarante, sólo por publicar algo... Estoy metida en otros rollos, pero hoy sí que me nace del alma lo que voy a escribir.
Odio hacer la limpieza. Así, con todas sus letras: lo O-D-I-O.
No es algo nuevo. He sido así siempre. En mi familia les pueden contar mil y un anécdotas de cómo aplicaba la técnica Houdini para desaparecer justo en el momento preciso de lavar los platos... no sé por qué pero siempre tenía que ir al baño justo después de comer, jejejejejeje.
No se confundan. Sí se hacer la limpieza. En mi casa me enseñaron a lavar platos, sacudir, trapear y lavar ropa y me enseñaron a hacerlo bien. Simplemente NO me gusta.
Lo hago cuando tengo que hacerlo, pero si puedo pagarle a alguien por que lo haga, mucho mejor. Eso de resecarme las manitas con el jabón y el pino no se me da. Ya sé, ya sé, para eso se inventaron los guantes de limpieza... pero, ¿qué creen? No me gusta usar guantes porque no puedo sentir si los platos, por ejemplo, quedan bien limpios. Además, me resultan incómodos. Y luego, si se les mete agua por un orificio, anda una con los dedos como encharcados dentro del guante. Nel, nel, nel...
Si le entro al ruedo va con todo. Si lavo los platos o trapeo va sin guantes... pero es que, ¿a poco no es desagradable exprimir la jerga y sentir el agua sucia y entre los dedos? Ni qué decirles de la sensación de mis pobres manitas resecas y resentidas después de exponerse a agentes agresores como el cloro, el pino, el detergente...
¡Uuuuuuffffff!
A lo mejor salí muy diva o muy princesita, pero si me puedo ahorrar la tarea, lo haré. Sé que eso me excluye del prototipo de buena mujer que muchos hombres buscan, pero no es algo que me inventé con el paso del tiempo. Así he sido siempre y no creo que eso vaya a cambiar, porque simplemente no veo cómo conseguir hallarle el gusto a lo que siempre me ha provocado tirria. Se los pongo de esta forma: cuando tengo que hacer limpieza en casa, me pongo de mal humor.
Ayer alguien me cuestionaba sobre mi evolución, y me dijo que si no puedo cambiar en este aspecto es como que no he crecido. No coincido en este punto. Yo he sido así desde niña, y a pesar de ello he evolucionado, me he esforzado, he crecido como profesional y también en lo personal. No me estoy justificando, simplemente creo que son dos puntos independientes...
¿O ustedes qué opinan? Neto, fuera de amiguismos y el cariño que me tengan, ¿es necesario cambiar esa parte de mí para considerar mi crecimiento como integral?

3 comments:

Anonymous said...

Hola Lizz!!
Nop nada que ver tu crecimiento personal con que te desagrade algo.
Si puedes pagarle a alguien que mejor, si no te queda de otra solo es cuestion de platicarlo y el dia que hagas limpieza no haya a la vista ningun individuo que pueda pagar las consecuencias de tu mal humor. Y tan facil como eso.
El crecimiento personal es madurar en la forma de ser. Pero no tiene que ver con nuestos gustos o disgustos.
Saluditos

Anonymous said...

Hola Litz!
Coincido con mi tocayo anónimo. Nada tiene que ver el tener vocación de chacha con tu ser. Yo me considero un excelente cocinero, pero no me hablen de lavar los platos... Cuando hay que hacerlo por ayudar en casa, lo hago, pero no me agrada en lo absoluto. Inclusive prefiero pagar por la lavada de mi auto que dejarlo mal lavado. Así que aparta parte del chivo para la mucama. En su momento, tu pareja preferirá tener a su lado a una mujer feliz y amorosa... Un abrazo. GW

Fuera de lugar said...

Bueno, bueno, para ser justos, cabe añadir un pequeñísimo detalle: y es que la persona que me hace la limpieza va una vez a la semana. Como prácticamente yo no estoy en casa de lunes a viernes, no como ahí, y los pocos platos que uso los dejo remojando con agua. Si llego a tener invitados a comer el sabado, yo lavo platos y lo que haya que hacer. De lo contrario, ahí se quedan. Y lo mismo con otras cosas: los papeles los acumulo en un rincón o dejo la ropa por alzar en una silla hasta el fin de semana... así que ahí la tienen, además de princesita soy desorganizada. Mis papás se han quejado toda la vida de ello, y ni así me cambiaron :P