Thursday, June 11, 2009

Sobre princesas, príncipes y ogros

Me tomó tres décadas llegar a la conclusión que muchas mujeres deberíamos tener cuando estamos en la adolescencia… todo sería más fácil para todos, hombres y mujeres, si desde chavitas entendiéramos cómo funcionan las cosas en realidad.

Ya antes de ver “A él no le gustas tanto” (He´s just not that into you) había racionalizado lo que voy a escribir, pero me parece genial la forma en que esa película explica el por qué las mujeres permitimos que un hombre nos trate mal, y ahí seguimos: desde niñas nos hacen creer que cuando un niño se porta mal con nosotras es porque le gustamos. ¡Zas! Ahí valió el asunto…

Crecemos pensando que si fulanito nos mira feo en realidad es que se muere por nosotras. Nos enamoramos de esa idea y, bajo la bandera de que el hombre gandalla es el que te quiere, aceptamos de buena gana mil y un maltratos.

Wrong!!!

Por mi parte, logré detectar la causa que me ha llevado, vez tras vez, a estar con hombres que me han hecho ver mi suerte. Todo empezó por tratar de detectar el patrón, pero no hallé similitudes físicas, o en su forma de vestir, o en sus profesiones o gustos… Pero algo tenía que ser… algo menos visible, algo que reside en mi subconsciente y me jala inevitablemente a hombres con la misma esencia, el mismo tipo de actitud… ¡Y ahí está! El carácter, las actitudes de los tipos en cuestión es lo que me atrae como el imán al hierro.

Pero entonces me preocupé, y en serio… ¿cómo era posible sentirme atraída por hombres claramente agresivos, solitarios y egoístas? En serio… ¿cómo es que desde siempre me he sentido atraída por el típico gandalla? A mí me educaron para que el hombre me trate bien pero siempre terminaba con quien me hace ver mi suerte… Mmmmmmm… sigo pensando…

Me empezó a preocupar que la princesa de mi historia no consiguiera ser feliz, ya no con el príncipe encantado, pero al menos con un ogro que se rife por mí… al final, yo sí espero que en mi cuento la chica buena se quede con el chico bueno…

Y ahí me llegó la luz, así, de pronto. ¿Por qué no me sentía atraída de fondo por los niños bien? Y, por ende, ¿por qué me siento atraída por el hombre que está en el límite de la bondad y la maldad? Es cierto que no me llaman la atención los villanos de las historias, pero sí tambaleo por los hombres que asumen el papel de héroes, con sus conflictos mentales y sentimentales. Por eso me encantan personajes como Wolverine, Jack Sparrow, Will Turner, Aragorn, Anakin Skywalker, el Fantasma de la ópera, el Batman de Christian Bale… se perciben reales, apasionados, fuertes… luchadores.

La actitud de este prototipo de hombres penetra mi raciocinio consciente y me deja el mensaje que antropológicamente toda hembra busca en un macho: seguridad, protección, fortaleza, virilidad. Es la clase de hombre que me hace pensar que si estuviera en peligro, estaría a salvo con él…

Y ahí es donde me equivoco. Si bien la generalidad de este tipo de hombres puede brindar seguridad, lo cierto es que también son individualistas y, a menos que se trate de alguien a quien en verdad quieren, no se matan por cualquiera. Y siempre se puede llevar uno una desilusión al hallar que quien aparenta ser fuerte en realidad sólo blofea.

Por otro lado, están los chicos buenos, capaces de partirse la madre por la mujer amada, por la familia… pero su actitud suele ser tan tranquila que llegan a parecer débiles o vulnerables. Y en una mujer que busca protección, el mensaje al subconsciente es errado. Hace falta un proceso mental para entender esto, sacarlo del subconsciente, desechar al chico malo y quedarse con el bueno… y siendo honestas, ¿cada cuándo hacemos eso?

Creo que este proceso me ha ayudado. Me descubro igual de atraída por hombres cuya actitud es avasalladora en todos los sentidos, pero me siento menos inclinada a pensar en ellos para algo serio. Ya me la pienso más... ya no me dejo llevar tan fácilmente por las emociones...

Además, volvemos al punto de que me educaron para que me traten bien. Me gusta que me traten bien y la mayoría de mis amigos lo hacen, hasta mis primos y mis hermanos me hablan con cariño. Neto: suelen llamarme preciosa, princesa, linda, bella, bonita, corazón, muñeca…
Me pregunto entonces, ¿por qué habría de aceptar algo menos de quien se supone que quiere conmigo? Lo único que pintaría la diferencia entre quienes me hablan bonito y alguien que no lo hiciera, es que ese alguien tal vez no me llamara princesa pero me demostrara con sus acciones que sí soy una princesa para él, y que daría la vida por mí…

Aquí es donde digo que no estoy buscando precisamente un príncipe encantador que sepa de modales pero no me ame, sino tal vez un ogrito que me ame con todo. Y sé que esos no están a la vuelta de la esquina… los príncipes se lucen, los ogros se esconden…

Estoy convencida de que el final de mi historia será con un buen chico, lo sé. Si resulta medio ogro o un verdadero príncipe, lo descubriré en el camino… que si algo puedo decir, es que ya voy por buen camino.

7 comments:

Exenio said...

Tu texto trae a mi una breve conversación de anoche en la que salió aquello de que "pero es que... en el fondo no es taaan malo".

Además de ello, coincido, el tema que no exploramos (porque no lo sabemos hasta que nos tropezamos, nos rompemos la crisma, nos volvemos a tropezar (a veces hasta con la misma piedra, una y otra, y otra vez), es el de la comunicación; el de incurrir en nuestros propios errores y sabernos levantar y tomar experiencia de ello.

Vas a ver que nunca hay suficientes sapos que besar (en el buen sentido), y que un buen día, no es que el individuo reúna necesariamente toooodos los requisitos, sino que puedas tener paciencia de aquellos defectos con los que estás dispuesta a lidiar, amén de sacar partido de sus virtudes.

En todo caso, el "estandar" lo pones tu; no te bajes de esa medida salvo que estés dispuesta a torcer un poquititito tu brazo sin que ello te deje tan vulnerable que, por ello, se aprovechen de ti.

Anda, tu no dejes de recorrer camino, seguro llegará el momento en que encuentres una intersección en la que hagas una pausa para ese respiro al que tu le llamas... felicidad.

:-D

Anonymous said...

Mi queridisima Fiona (si, la princesa de Shrek), no porque seas ogrita, sino porque tal vez hay un ogro buena onda en tu futuro jeje. Antes que nada, una disculpa por no haber contestado antes tus publicaciones. Eso sí, todas las leo, pero no había podido contestar. Me da gusto saber que empiezas a tomar las cosas un poco más racionalmente y darte cuenta de algo que alguna vez los que te queremos te hemos dicho (que te atraían quienes te hacen ver tu suerte). Por más que uno trata de no verse insistente porque podrías decir: "claro, lo dice porque también éste quiere conmigo...". Eres una chica por quien más de alguno daría la vida (como en tus cuentos de hadas). Te podrás encontrar muchos que son como el "Principe Encantador" que pareciera el héroe del cuento, pero resulta que solo piensa en su persona. En cambio, el que pudiera pasar desapoercibido (Shrek) pudiera ser quien te diera una sorpresa inesperada. Hay de ogros a ogros, la distinción la tendrás que hacer tú. Como dices que ya has aprendido después de tantas lecciones de vida, entonces, aprovecha ese aprendizaje en carne propia para seguir adelante y tener una mejor puntería. Recuerda que Fiona tenía el poder de la transformación y al final eligió adoptar la forma compatible con su ser amado. No te humilles porque alguien quiera cambiarte en quien no eres tú realmente. Cuentas con quienes te apoyamos, te queremos y sobre todo, te respetamos. Un abrazo y beso. GW

Anonymous said...

Y quizá, ahora que uno lo comprende, nos queda la tarea de no dejar que las nuevas generaciones crezcan con falsas ideas, bonitas, pero que al final, ¡cómo lastiman!
Como que los cuentos de hadas se hacen realidad, que existe una "media naranja" que el destino escondió por ahí para que uno la encuentre(la simple diferencia en porcentaje entre población masculina y femenina probaría falsa esta idea, por lógica), entre otras...

Y tal vez, sólo tal vez, nos queda educar a las nuevas generaciones de forma que sepan que una relación requiere mucho trabajo y no una varita mágica.

El C. de O.

Fuera de lugar said...

Tienen toda la razón:
1. Exenio, con aquello de que justificamos las malas acciones diciendo "es que no es taaaan malo", jejeje
2. Mi querido GW (ya se extrañaban sus comentarios), efectivamente hay de ogros a ogros, y de príncipes a príncipes
3. C de O, sí, nos queda la tarea de educar a las nuevas generaciones a que no todo son cuentos de hadas ni se arreglan los problemas con una varita mágica, sino siendo racionales, comunicándonos y poniendo de su parte, tanto el como ella

Juan Valdez said...

Me encantó este post. Lo encontré la síntesis de una reflexión que te ha llevado mucho tiempo. Y me parece que has dado en el clavo. Lo malo es que, si a las mujeres les atrae un poco lo "cavernícola" que puede tener un hombre, creen que después, en su relación, esa parte "cavernícola" no debería contaminar su relación como pareja... me parece que ahí está el error. Si una mujer se enamora de esa parte medio salvaje del hombre, tendrá que aceptarla en todos los aspectos de su vida.

Qué buena reflexión, de verdad!

Anonymous said...

¡ME PARECE EXCELENTE LA MANERA EN COMO REDACTAS EL PROCESO DE EVOLUCION MENTAL Y SENTIMENTAL QUE HAS HECHO!

CREO QUE LO QUE EXPRESAS ES MAS QUE UNA REALIDAD. ALGUNAS MUJERES SE TARDAN MENOS, OTRAS MAS, PERO LLEGA EL MOMENTO EN EL QUE EMPIEZAN A VER LAS RELACIONES DE OTRA MANERA. LO MALO ES QUE A LOS HOMBRES "BUENOS" A VECES NOS FALTA PACIENCIA PARA ESTAR Y APOYARLAS EN ESE PROCESO (COMO EN MI CASO).

TE DEJO CON UN BESOTE Y UN ABRAZO CARNALA.

Anonymous said...

Muy buen texto, ¿Cuantos corazones rotos se evitarian si tu analisis de madurez fuera captado por muchas mujeres a su debido tiempo? Centro el comenterio especialmente desde el punto de vista de tu escrito. Me he conseguido con esos personajes que describes, mujeres que no salen de un cuento, que viven en las nubes y no terminan de posar sus pies firmes, seguros en la tierra, que es donde viven la vida, el dia a dia. Hay mucha pelicula, telenovela, fantasia inculcada desde el nacimiento que choca con la realidad en medio del desarrollo tanto intelectual como social. Entonces, he ahí cuando el camino se alarga, se analiza y se dice "¿por que no hice esto asi?" "¿por que lo rechace?" "Con funalito hubiese sido feliz" y cualquier cantidad de comentarios que nos describen y llevan a un pensamiento mas acorde con lo que se desea pero dejando en el camino desilusiones, corazones y suspiros del recuerdo. Hay momentos en que se era feliz y no lo sabíamos. Lo del pasado quedo atras, inrescatable llenandonos de moralejas y ya las preguntas que nos haciamos tienen sus respuestas. Corazones rotos ya remendados, solo queda curar el propio...

Ogro para muchas, principe para pocas