Tuesday, August 17, 2010

Love is a battlefield...

Anoche, acurrucada en mi camita, tratando de descansar de esta gripe que me tiene con la nariz hinchada, ví una película llamada "Amor y sexo".

No supe si reir o preocuparme con la escena inicial: una pequeña enamorada de un niño muy guapo pero que la trata mal frente a sus amigos, para que ellos no sepan que en realidad son novios. Ella no aguanta las ganas de platicar con alguien y se lo cuenta a una "amiga" que divulga por todo el colegio el oculto noviazgo, tras de lo cual él rompe con ella y ella, en medio del llanto, le grita: "¡Espera! ¡Les diré a tus amigos que no es cierto y dejaré que me golpees más fuerte!"

Sobra decir que el resto de la película trata sobre los amores y desamores de esta mujer en su etapa adulta.

Sin embargo, me quedé pensando en algo que dijo la voz en off de la narradora (hasta regresé la peli para volver a escucharlo, je): "El amor es como un campo minado. Das un paso en falso, estallas, te levantas, vuelves a unir tus pedazos y das otro paso. Supongo que algunos prefieren estallar mil veces que estar solos."

Y me hace sentido. Porque en cierto sentido, así soy. No es que no sepa estar sola. Sí sé estar sola, pero no me gusta. Más bien, creo que estoy dispuesta a unir los pedazos de mi corazón y verlo estallar mil veces antes que lidiar con el vacío que se siente cuando no se está enamorada.


Y es que una cosa es estar sola, y otra muy distinta es estar desenamorada. El hueco es enorme. Y sí, prefiero caminar por el campo minado aún cuando todas las señales indican que por ahí no conseguiré más que reventar en mil pedazos. Lo hago a sabiendas del riesgo, así que ya no me quejo.

La verdad es que no sé ser de otra manera. Esto de sentir con intensidad te lleva a gozar el amor con todo, pero a sufrirlo de la misma manera, y por ende, el vacío que queda cuando no hay sentimiento dirigido es también muy grande.

Sí, yo sé qué hay de trasfondo en lo que estoy escribiendo y sé que algunos querrán publicar algún comentario como "estás enamorada del amor" y cosas así. Pero, ¿saben qué? Ya dejé de pelear con mi forma de ser y de sentir. Si siento el amor con todo, el desamor también. Y créanme que prefiero mil veces vivir enamorada a ratos que sentir este hueco parece absorber lo bueno, como un hoyo negro.

Así que me alisto, como los soldados que regresan a casa de una guerra y no se hallan en su pacífico hogar y se vuelven a enlistar, con tal de vivir la adrenalina en el frente de batalla. Bien lo dice esa famosa canción de los 80's (¡ah, qué tiempos aquéllos!): "el amor es un campo de batalla." Enfrentémoslo como va. Y que sean las heridas del corazón, cicatrices de guerra, cuentos que contarle a mis nietos cuando sea mayor, lecciones de vida, experiencia y sabiduría. Al menos, como dice la canción "Gitana" de Shakira, he aprendido a caer y levantarme otra vez, sin quejarme.

Mi abuelita solía decir que si íbamos de día de campo y regresábamos sin un rasguño y con la ropa limpia era señal de que no nos habíamos divertido. Así pues, mientras llega el hombre correcto yo andaré en el campo del amor como se debe. Espero que al final del día, cuando me vea cubierta de lodo, empapada por la lluvia y llena de rasguños y heridas, pueda decir con una gran sonrisa de satisfacción: valió la pena :D

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