Al menos, no para los niños pequeños. Recientemente vi estas dos películas con mi hija, y en ambas había niños pequeños que se aburrieron, lloraron, no entendieron y se asustaron. Definitivamente hay que pensar muy bien qué tipo de cosas queremos que vean nuestros hijos si no queremos pasar un mal rato en el cine... además de hacerle pasar el mal rato a nuestros hijos, y a las demás personas presentes en la sala.
Jurassic World... o crónica de una pesadilla anunciada
La cuarta entrega de esta saga tiene muchas cosas que destacar. Los efectos visuales se ven muy bien, incluso en 3D no se percibe un desfase entre planos gráficos, lo que le da un sentido de profundidad y realismo muy bueno.
Mi hija y yo vimos las tres primeras películas unos días antes de ir al cine a ver Jurassic World y teníamos fresca la historia, los personajes y otros detalles que le dieron continuidad a la historia, como la aparición de Bradley Darryl Wong en el papel de Henry Wu, el investigador genético que dirige el desarrollo y la creación de dinosaurios en el laboratorio en la primera cinta, y en esta entrega también.
Entre otros detalles que se tuvieron en cuenta al crear la historia de este último filme, puedo enumerar los siguientes:
* Breves menciones del Dr. John Hammond e Ingen, explicando qué ha pasado con la organización en los últimos años.
* Una explicación de por qué siguen creando especies de dinosaurios nuevas en vez de quedarse con las ya conocidas e investigadas por paleontólogos durante siglos. Si bien el argumento no es sólido -estamos hablando de un parque donde los dinosaurios volvieron a la vida, ¿en serio pasaría de moda en sólo diez años?- creo que aprovechan para hacer una crítica social de cómo hemos perdido la capacidad de asombro, de cómo necesitamos cada vez cosas más grandes y más sangrientas para sentirnos aterrados, y de cómo la tecnología nos aleja de la realidad al mismo tiempo que nos absorbe en un entorno digital completamente nuevo y creativo.
* El diseño del parque en la isla Nublar es el mismo que plantean en la maqueta de la película dos, cuando el sobrino de John Hammond busca accionistas para el parque de dinosaurios en San Diego. Así que finalmente no llevan los dinos al continente, pero conservan la ingeniería del diseño para reconstruir el parque en la isla costarricense.
* Mantienen referencias visuales y musicales de Jurassic Park, lo que para los seguidores de la saga resulta emotivo.
* Continúan con los argumentos de la inteligencia de los velocirraptores y la teoría del caos, donde un solo factor provoca que todo un sistema de seguridad colapse frente a decenas de especies renacidas que encuentran en los visitantes del parque un gran buffet a su disposición :P
* La esperada dominancia de la especie más fuerte... como dice mi hija, "¿y después de tres películas no aprendieron que no debían mezclarse con los dinosaurios? Si desde la primera peli te dicen que la naturaleza siempre encuentra su propio cauce..."
Y sin embargo, con todos los puntos buenos de la película, tiene sus peros. Evidentemente se trata de una historia de ciencia ficción, una fantasía plagada de argumentos imposibles que los espectadores nos tragamos para poder disfrutar del filme, empezando por la re-creación del ADN de decenas de especies de dinosaurios y de la creación genética de nuevas especies desconocidas.
El personaje de Chris Pratt como un domador de velocirraptores es otro de esos detalles inverosímiles, así como la "domesticación" de algunas de las especies de hervíboros para usarlos como animales de renta para pasear a los niños.
Las características de "personalidad" que imprimen al Indominus Rex también resultan inverosímiles en muchas ocasiones, aunque cumplen con el propósito de hacerlo más fiero y despiadado. Sin embargo, no es creíble que un animal de ese tamaño no consiga alcanzar a los humanos que corren delante de él pero derribe sin problemas a pterodáctilos y helicópteros.
Con todo, lo más irreal de la película -y creo que todas las mujeres que han visto la película coinciden conmigo- es el hecho de que la protagonista Claire (Bryce Dallas Howard) se la pase corriendo durante horas en tacones, sin cansarse, sin torcerse un tobillo, sin que los tacones se entierren en la arena de la selva, sin tropezarse, sin que se rompa uno de los tacones... vamos, sin quejarse ni una sola vez de lo mucho que le duelen los pies. Más aún, con esos tacones corre a velocidades mayores que el Tiranosaurio Rex y el Indominus Rex.
Sí, estoy segura de que la adrenalina en situaciones de riesgo hacen que cualquiera corra a velocidades que tal vez envidiaría el mismísimo Usain Bolt... pero, ¿en tacones? Sí, esos que ven en la foto... tal vez no son muy altos pero tampoco me parece que sean los más cómodos o mejor diseñados para correr por horas y horas, en tierra, en pasto, en concreto y por donde sea. Ese "detalle" es simplemente lo más irreal de la película. Todo lo demás queda reducido a argumentos minúsculos ante el personaje de Claire que se presenta como una súper mujer: inteligente, bella y con un estilo que no pierde ni en las peores circunstancias. No sé si es solamente la explotación de un cliché o si buscaban un toque cómico en la película, pero la verdad es que no conozco una mujer que no deje de pensar en esos zapatos... ¿dónde consigo un par, cuánto cuestan? ¡Quiero unos! :D
Finalmente, es una buena película. Se disfruta mucho... excepto por los pequeños que pueden salir algo traumatizados después de ver tantos dientes en pantalla grande, destazando humanos como si fueran alitas de pollo. En la función a la que yo fui, había pequeños llorando que terminaron debajo del asiento jugando con el teléfono de sus papás, y cuando mi hermana y su esposo llevaron al cine a sus hijos, mi cuñado tuvo que salirse de la sala porque mi sobrina la menor se asustó tanto que no lo dejó ver más de media hora de la función. Frustrante, ¿no?
Yo recomiendo ampliamente la película como un filme familiar... siempre y cuando los niños sean mayores de 8 o 10 años y no se asusten fácilmente con enormes dinosaurios carnívoros de grandes dientes que salpican sangre en cada mordida :P
Intensamente, ¿o la historia de esos monitos en la cabeza?
Aunque la película resulta atractiva para toda la familia, lo cierto es que ya en el cine puede resultar tediosa y aburrida para los niños más pequeños.
La trama es sobre los problemas de una adolescente que enfrenta cambios en su vida y se siente desubicada, fuera de control, desconcertada, sola, incomprendida, vulnerable y llena de emociones contradictorias y temores. Tal vez algunos pequeños puedan identificarse con alguna o algunas de las reacciones de Riley, pero la historia en sí puede resultarles un tanto incomprensible, pues muchos de ellos aún están apegados a sus padres y no han llegado a ese momento en que odiamos a nuestros progenitores y queremos cambiar nuestra vida.
Sin embargo, lo más incomprensible puede ser ese mundo emocional-mental que Disney creó para tratar precisamente de explicar los sentimientos. Esos momentos en los que se habla del pensamiento abstracto resultan pesados y aburridos para los peques; la fábrica de sueños -aunque a mí me encantó porque creo que así se crean muchos de mis sueños- también puede ser un concepto un tanto difícil de digerir, y la parte de las pesadillas o el momento en que las memorias de largo plazo empiezan a ser olvidadas, puede ser un poco confuso.
Como platicábamos mi hermana y yo al final, resumieron toda una gama de emociones y sentimientos en solo cinco, dejando muchos huecos de personalidad, aunque entiendo que crear cada emoción es crear todo un personaje, lo cual haría más compleja toda la producción.
Tampoco estoy de acuerdo en que el centro de las emociones sea el cerebro, porque al parecer todas nuestras acciones están guiadas por los sentimientos y no por un hilo de pensamiento o raciocinio, siendo que uno de los grandes argumentos psicológicos y conductuales es la contraposición de las emociones y la mente; el querer contra el hacer. Creo que faltó una especie de líder en ese tablero que fungiera como una especie de mediador con argumentos razonables. Sí se habla del "tren del pensamiento" y de otros conceptos, pero en realidad todo se reduce a cinco emociones básicas controlando todas y cada una de nuestras acciones.
Tal vez a los niños pequeños les ayude a expresar sus emociones al ubicarlas con estos personajes, pero ciertamente quedaron muchos elementos por construir en la personalidad de adolescentes y adultos. Y si tomamos en cuenta que la trama es más sobre los problemas de una adolescente, entonces las emociones quedan cortas para los problemas emocionales de los pubertos.
No es mala película, pero creo que es un proyecto muy ambicioso y se quedó un tanto corto; a medias en la historia para los adolescentes, y a medias con la explicación para los niños más pequeños. Papás, lleven a sus peques pero consideren que habrá momentos lentos, confusos o tediosos en la película que tal vez tengan que explicarles después...
La revoltura de ideas, emociones y sentimientos de alguien que vive, eternamente, con los pies en la tierra pero la cabeza en las nubes...
Saturday, July 18, 2015
Friday, July 10, 2015
Fénix... otra vez
Lo último que escribí, hace casi un año, me parece muy lejano hoy que retomo la escritura de mi blog...
Muchas cosas han cambiado en los últimos dos años. En general, para bien.
Cada vez me siento más centrada y menos fuera de lugar. Tal vez por eso me costó retomar la escritura en este espacio. No sé si sea la madurez que viene con la cercanía de los 40, o si finalmente la paz de Dios me ayudó a sentirme bien conmigo misma, con lo que hago y lo que tengo.
He pasado estos dos años en arreglos de la casa; me tomó más tiempo del que creí pues había muchas cosas que limpiar, décadas de recuerdos que revisar y depurar, desde los de mi abuelita y mi mamá, hasta los míos y los de mis hermanos. Tuve que contratar ayuda para terminar con la depuración y empaque de tantos años de vida en este departamento. Se hicieron arreglos de plomería y se cambió todo el cableado eléctrico. Ya sólo me falta pintar... toda la casa :P
Mientras ponía orden en la casa, empecé a poner orden en mi vida también. He dedicado tiempo los fines de semana a coser ropa que tenía sin usar por un dobladillo deshilado o por un hoyito en alguna parte. He tenido que cocinar más pues mi sistema digestivo ya no tolera bien grasas ni almidones, y la única forma de asegurarme de comer adecuadamente es cocinando yo y evitando la comida en la calle.
Tengo un trabajo que es una bendición y me permite ayudar a mis papás, cubrir todos los gastos de reparaciones y mis gastos del mes, incluyendo algunos lujitos en la despensa -como mi requerida leche de soya- y una señora que me ayuda con la limpieza dos veces a la semana. Pero también es un trabajo absorbente que muchas veces me hace terminar fastidiada de la compu en las noches, así que lo último que quiero es pasar más tiempo en el teclado, ni siquiera para escribir en mi blog...
Pero ya me cansé de no escribir lo mío. Me hace falta, lo necesito. Ver a mi hija escribiendo sus propias historias en Wattpad me ha hecho extrañar mi espacio creativo, la posibilidad de escribir mis propias anécdotas y generar mis propios cuentos.
He leído mucho, eso sí. Y tengo muchas ideas. Aunque ya no tengo el corazón loco, creo que tengo aún mucho para compartir.
No, ya no siento mis emociones como caballos salvajes que corren sin dirección, persiguiendo quimeras. No. Ahora me siento en calma, como si finalmente mi barco hubiese llegado a un puerto seguro donde echó ancla y se siente bien; atrás quedó el mar indómito y bravo. Ya no siento que debo salir a la aventura; me siento en casa con él.
Tal vez por eso se convirtió en la persona que finalmente le presenté a mi hija y con quien la idea de envejecer juntos parece más real. César. Mi novio. Los primeros meses que salimos pensé que sólo sería pasar el tiempo, cenar, ir al cine... Cuando nos enamoramos, aún tenía incertidumbre. Pero ahora las cosas con él van muy bien. Todo cuadra.
Bueno, casi todo. Reconocer ante mis pastores que tengo un novio no cristiano (y que, evidentemente, a mis 39 y sus 46 no es un noviazgo de manita sudada) resultó en que fui dada de baja del servicio en la iglesia. Fue duro porque estaba muy comprometida con ello: el ministerio de los niños, finanzas y el grupo en casa, además de las clases y el grupo de oración. Sí, también había dedicado mucho tiempo al servicio en la iglesia, y por eso no lamentaba no tener tiempo para mi blog.
Ahora que vuelvo a escribir, con las palabras fluye el desahogo de manera natural. Sé que mis pastores han tomado la decisión correcta conforme a la Biblia y la responsabilidad que ellos tienen delante de Dios. Pero no puedo negar que me duele mucho ya no participar en el servicio, tanto que durante estas semanas se apagó mi deseo de orar... justo cuando más lo necesitaba.
Me pregunto cómo puedo saber si no es voluntad de Dios que esté con César cuando todo cobra sentido con él. Y, además, tengo muy claro que no quiero repetir los errores de mi abuelita y mi mamá. Yo cometeré los míos. Y mi decisión fue seguir con él. Aunque eso implique que no pueda servir por no ser testimonio. Tal vez más adelante vuelva a tener la oportunidad...
Por lo pronto, si miro atrás, apenas hace unos años, me parece como si hubiera pasado por un proceso de reconstrucción interna también yo. Es como si fuera un fénix resurgido, nuevamente.
Estoy muy agradecida con Dios por todas las bendiciones y la paz en mi vida, por este largo tiempo de serenidad y por haberme mantenido alejada de la distimia, propensa a la melancolía y la depresión... No fue sino hasta estas últimas semanas que me vi alejada del servicio en la iglesia que me sentí deprimida otra vez, pero fueron sólo unos días.
Aún hay muchos temas que ir resolviendo. Me queda claro que sigo estando fuera de lugar para muchas cosas, aunque en otras finalmente haya encontrado mi lugar. Estoy donde debo estar, trabajando para ser mejor y para conseguir lo que quiero y lo que necesito.
Y estoy de vuelta en mi blog :)
Muchas cosas han cambiado en los últimos dos años. En general, para bien.
Cada vez me siento más centrada y menos fuera de lugar. Tal vez por eso me costó retomar la escritura en este espacio. No sé si sea la madurez que viene con la cercanía de los 40, o si finalmente la paz de Dios me ayudó a sentirme bien conmigo misma, con lo que hago y lo que tengo.
He pasado estos dos años en arreglos de la casa; me tomó más tiempo del que creí pues había muchas cosas que limpiar, décadas de recuerdos que revisar y depurar, desde los de mi abuelita y mi mamá, hasta los míos y los de mis hermanos. Tuve que contratar ayuda para terminar con la depuración y empaque de tantos años de vida en este departamento. Se hicieron arreglos de plomería y se cambió todo el cableado eléctrico. Ya sólo me falta pintar... toda la casa :P
Mientras ponía orden en la casa, empecé a poner orden en mi vida también. He dedicado tiempo los fines de semana a coser ropa que tenía sin usar por un dobladillo deshilado o por un hoyito en alguna parte. He tenido que cocinar más pues mi sistema digestivo ya no tolera bien grasas ni almidones, y la única forma de asegurarme de comer adecuadamente es cocinando yo y evitando la comida en la calle.
Tengo un trabajo que es una bendición y me permite ayudar a mis papás, cubrir todos los gastos de reparaciones y mis gastos del mes, incluyendo algunos lujitos en la despensa -como mi requerida leche de soya- y una señora que me ayuda con la limpieza dos veces a la semana. Pero también es un trabajo absorbente que muchas veces me hace terminar fastidiada de la compu en las noches, así que lo último que quiero es pasar más tiempo en el teclado, ni siquiera para escribir en mi blog...
Pero ya me cansé de no escribir lo mío. Me hace falta, lo necesito. Ver a mi hija escribiendo sus propias historias en Wattpad me ha hecho extrañar mi espacio creativo, la posibilidad de escribir mis propias anécdotas y generar mis propios cuentos.
He leído mucho, eso sí. Y tengo muchas ideas. Aunque ya no tengo el corazón loco, creo que tengo aún mucho para compartir.
No, ya no siento mis emociones como caballos salvajes que corren sin dirección, persiguiendo quimeras. No. Ahora me siento en calma, como si finalmente mi barco hubiese llegado a un puerto seguro donde echó ancla y se siente bien; atrás quedó el mar indómito y bravo. Ya no siento que debo salir a la aventura; me siento en casa con él.
Tal vez por eso se convirtió en la persona que finalmente le presenté a mi hija y con quien la idea de envejecer juntos parece más real. César. Mi novio. Los primeros meses que salimos pensé que sólo sería pasar el tiempo, cenar, ir al cine... Cuando nos enamoramos, aún tenía incertidumbre. Pero ahora las cosas con él van muy bien. Todo cuadra.
Bueno, casi todo. Reconocer ante mis pastores que tengo un novio no cristiano (y que, evidentemente, a mis 39 y sus 46 no es un noviazgo de manita sudada) resultó en que fui dada de baja del servicio en la iglesia. Fue duro porque estaba muy comprometida con ello: el ministerio de los niños, finanzas y el grupo en casa, además de las clases y el grupo de oración. Sí, también había dedicado mucho tiempo al servicio en la iglesia, y por eso no lamentaba no tener tiempo para mi blog.
Ahora que vuelvo a escribir, con las palabras fluye el desahogo de manera natural. Sé que mis pastores han tomado la decisión correcta conforme a la Biblia y la responsabilidad que ellos tienen delante de Dios. Pero no puedo negar que me duele mucho ya no participar en el servicio, tanto que durante estas semanas se apagó mi deseo de orar... justo cuando más lo necesitaba.
Me pregunto cómo puedo saber si no es voluntad de Dios que esté con César cuando todo cobra sentido con él. Y, además, tengo muy claro que no quiero repetir los errores de mi abuelita y mi mamá. Yo cometeré los míos. Y mi decisión fue seguir con él. Aunque eso implique que no pueda servir por no ser testimonio. Tal vez más adelante vuelva a tener la oportunidad...
Por lo pronto, si miro atrás, apenas hace unos años, me parece como si hubiera pasado por un proceso de reconstrucción interna también yo. Es como si fuera un fénix resurgido, nuevamente.
Estoy muy agradecida con Dios por todas las bendiciones y la paz en mi vida, por este largo tiempo de serenidad y por haberme mantenido alejada de la distimia, propensa a la melancolía y la depresión... No fue sino hasta estas últimas semanas que me vi alejada del servicio en la iglesia que me sentí deprimida otra vez, pero fueron sólo unos días.
Aún hay muchos temas que ir resolviendo. Me queda claro que sigo estando fuera de lugar para muchas cosas, aunque en otras finalmente haya encontrado mi lugar. Estoy donde debo estar, trabajando para ser mejor y para conseguir lo que quiero y lo que necesito.
Y estoy de vuelta en mi blog :)
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