La idea es ver qué tanto podemos enamorarnos de este lugar, tan lejano a todo lo que conocemos y lo que estamos acostumbradas, y ver si César y mi suegra se acostumbran a la idea de lidiar con mis animalitos -aunque ahora solo traje a mi perrita, en futuras ocasiones la idea es venir más días y traer hasta a mis gatos. En resumen: es una primera prueba de cómo sería la dinámica de vivir ya todos juntos.
Hasta ahora, todo bien.
Llegamos anoche y mi pobre perra estuvo muy inquieta, muy intranquila por no reconocer el lugar, tardó en quedarse dormida porque quería estar conmigo y estuvo muy chillona, pero parece que ya se tranquilizó.
Esta mañana me pareció escuchar el canto de un gallo a lo lejos, tal vez es idea mía, pero la verdad es que todo es tan tranquilo aquí que hasta me siento en provincia. Y bueno, en sentido estricto sí es provincia; hablar del Estado de México ya es decir que salimos de la Ciudad de México, así que literalmente estamos en otro Estado, aunque estemos a 30 minutos de Reforma.
Sería prematuro decir que ya me gustó, pero la verdad es que se respira tranquilidad. Tengo vista a dos jardines, y trabajar así es una bendición... sí me veo trabajando con vista a un jardín, definitivamente sí, je :P
Ya veremos el sábado, después de un par de días aquí, qué tanto se reafirma o cambia este sentir, pero por lo pronto, creo que hasta Vale se lo está pasando bien :)
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