Vale está tranquila, relajada, no estresada por los ruidos constantes de la Ciudad de México. Y parece que lo mismo pasa con la perrita. Además, Leiko ha estado feliz de salir a la hora que quiere a los jardines, y yo estoy mucho más tranquila de no tener que estarla sacando a cada rato ni tener que estar limpiando sus miados, porque aquí ella sola se sale al jardín y hace lo que tenga que hacer, y ya no me interrumpe de mi trabajo. Anoche todavía lloró un poco cuando la metí a dormir con Vale en su cuarto y no conmigo, pero lloró menos, y espero que hoy ya no se queje.
Mi suegra está contenta de tenernos en su casa, también.
Y veo a mi novio por la mañana y en las noches, y no tengo que esperarme toda una semana para verlo por temas de trabajo y distancia. Él también se apura para salir temprano de la oficina y llegar a verme.
Estoy consciente de que ya viviendo juntos no sería así todos los días, pero estos dos días me hacen pensar que vale la pena intentarlo... aunque para vivir juntos aún falta, pero después de estos días tengo más certeza y más ganas de querer estar con él.
Ya empiezo a sentir que lo voy a extrañar mucho la semana entrante... u_u
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