Finalmente, el sábado por la noche regresamos a mi casa. Aunque tenía ganas de volver a mis cosas y ver a mis gatos, la verdad es que estuvimos muy a gusto en casa de mi novio. Nos lo pasamos muy bien.
Mi perrita regresó con la costumbre de hacer sólo en el jardín y hoy no ha hecho pipí en casa, se ha esperado a que la saquemos al jardín y ahí es donde ha hecho.
El sábado yo estuve leyendo un poco en el jardín. El clima estaba rico y me sentí como si estuviera de vacaciones. No pude evitar pensar que sí podría acostumbrarme a vivir y trabajar en ese lugar, lejos del estrés citadino... y ahora hasta me parece que tendremos que esperar mucho antes de las próximas vacaciones.
Ni hablar. Lo bueno es como el chocolate, hay que comerlo de a poquito para disfrutarlo más.
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