Ya estoy en México. Tuve que regresar un día antes de lo planeado porque me agendaron el vuelo de regreso para ayer y haberlo cambiado para hoy me habría costado $116 dólares. Ayer me iba a llevar Jorge a un lugar llamado Villa de Leyva, he visto las fotos y lamenté mucho no haberme quedado, porque se ve muy bonito.
Mi acento ya lo recuperé, desde antes de regresar. Hasta me ha costado trabajo hablar como colombiana para mostrarle a mi familia cómo es el acento de los rolos. No he dejado de pensar en Colombia y en Jorge desde que llegué aquí, porque me enamoré del país y, a pesar de lo que escribí el martes, lo cierto es que quiero mucho al rolo, con todo y su carácter pasivo y frío.
Su mamá me contó muchas cosas que me ayudaron a entenderlo, pero al final lo que cuenta es lo que pasó -o no pasó- entre nosotros. Al principio fueron los nervios, la emoción, el miedo… con el paso de los días me fui relajando, pero como que la comunicación verbal no es nuestro campo. Tuvimos poco tiempo para platicar y estar juntos y mal lo aprovechamos. No logramos hablar, más ya tengo la respuesta que buscaba. Tal vez no sea la que yo quería, pero al menos ya lo sé, y yo iba preparada para cualquier escenario, desde el más positivo hasta el más negativo. Además, el que me tocó vivir no fue tan malo: hubo momentos muy buenos y me llevo memorias muy gratas que atesoraré para siempre en mi corazón.
Les cuento que el miércoles por la noche visitamos a un amigo de Jorge porque era su cumpleaños y nos llevamos una botella de tequila. Entre cinco (o más bien, cuatro porque yo a duras penas tomé dos caballitos y media cerveza) nos acabamos el tequila y como una docena de cervezas. Lo bueno es que antes de salir, su papá me dio a probar el jugo de guayacabo, que en realidad es un licuado porque lo preparan con leche y plátano, que allá le llaman habano. Me atendieron tan bien que difícilmente conseguí no subir de peso lo que había bajado antes de irme.
El jueves a levantarse temprano, y la mamá de Jorge nos preparó un caldo para los guayabos (crudos), a él con agua, cilantro y pan remojado, a mí con leche, cilantro y pan... suena raro pero sabe bien. También me dió una almojábana (pan con queso) y un huevo de pato, que sabe casi como el de pollo, pero es más grande.
El jueves visité Zipaquirá, un lugar bellísimo a una hora de Bogotá donde hay unas minas de sal y, en el interior de la mina, una catedral... no hay palabras para expresarles la belleza del lugar, y ninguna foto hará el mérito que merece. Regresé cansadísima y me acosté temprano.
El viernes, ya sabiendo que no podría quedarme el sábado, fuí con la señora a visitar el museo del oro... una cosa formidable que me dejó boquiabierta en más de una ocasión. De ahí, nos tomamos un café con pan de bono, pan de yuca y unas empanadas de carne muy sabrosas a las que les dicen pipicarne.
Después, fuimos de shopping, compré mucha ropa, a razón de $700 pesos mexicanos. Paseamos por la plaza central, me mostró el palacio de justicia, la catedral, la casa donde vivió Simón Bolívar, el barrio de la Candelaria -que es un sitio muy bonito, de arquitectura colonial-, entramos a un par de iglesias (en una de ellas están los restos de los libertadores de Colombia) y finalmente, pude acercarme a la Casa de Nariño, que es donde vive el Presidente Álvaro Uribe.
Apenas llegué a cambiarme de ropa porque nos fuimos a rumbear con unos amigos de Jorge. ¡Qué bonito bailan los colombianos, de verdad! La parte patética de la noche fue luchar por contenerme las ganas de plantarle un besote a aquél... prueba superada, no lo toqué... hasta que llegamos a su casa.
Sin embargo, al final, tal como en el libro de La historia sin fin, la oscuridad llegó a Fantasía y todo desaparece. Una canción de Moenia dice: solamente tú me puedes destruir, o salvar, dos palabras bastarán; yo te podría esperar hasta que se evapore todo el mar, pero tú no dices más. Y efectivamente, él no dice mucho, y lo que dice significa: bájale a la velocidad.
Osea, las cosas no se dieron. Al menos, me queda la satisfacción personal de haber puesto de mi parte para trascender las ventanas de Internet y descubrir que todo lo que nos dijimos ahí distaba mucho de ser la realidad.
Sobre la inquietud de "cielo", lo que puedo decir es que fui a recoger mi corazón, que se me escapó hace dos años. Ya lo traigo de vuelta, enamorado y triste, pero al menos ya está conmigo, lo que me da la oportunidad de seguir adelante. (Por cierto, me tienes intrigada con el comentario del niño en el cine, pues no se me ocurre quién pueda ser ni qué me sabes... jejeje)Mi cabecita sigue por allá, eso ni cómo negarlo, pero al menos no quedó en mí y, como decimos por acá: fue un placer conocerte. Ya el tiempo y el destino dirán si nos volvemos a encontrar, pero me queda claro que no será porque alguno de los dos haga algo por juntarnos.
Los dejo con una canción de Madonna que me gusta mucho y expresa mi sentir en este momento. Disculpen lo largo de este post pero la ocasión lo ameritaba.
The power of goodbye
"Your heart is not open, so I must go. This spell has been broken, I loved you so. Freedom comes when you learn to let go, creation comes when you learn to say no. You were my lesson I had to learn. I was your fortress you had to burn. Pain is a warning that somethings is wrong. I pray to God that it won't take long. I wanna go higher...
There's nothing left to try, there's no place left to hide. There's no greater power than the power of goodbye.
Your heart is not open, so I must go. This spell has been broken, I loved you so. You were my lesson I had to learn. I was your fortress...
There's nothing left to loose. There's no more heart to bruise. There's no greater power than the power of goodbye.
Learn to say goodbye. I learned to say goodbye.
There's nothing left to try, there's no place left to hide. There's no greater power than the power of goodbye. There's nothing left to loose. There's no more heart to bruise. There's no greater power than the power of goodbye."
3 comments:
Al menos recuperaste y trajiste de regreso a tu corazón... La mera verdad él se la pierde y es probable que ni consciente esté de ello. Todas las experiencias nos hacen crecer y era necesario que lo vivieras para no seguirte atormentando. Eres joven y tienes toda una vida por delante. El tiempo y tu voluntad te sacarán adelante, como siempre lo has hecho. Un abrazo. JB
Liz:
Tienes tu corazón completo para entregarlo a alguien que de verdad aprecie lo guapa, inteligente, carismática y además de eso, besucona.. Je, je, je. Debe ser difícil decir adiós. No quiero ni pensarlo, pero pronto me tocará a mi. Besos, A.
Ya ves? Con tantos admiradores admiradores que tienes...! Por supuesto que no es fácil decir adiós, inlcuso yo pienso que la frase es falsa en cuanto a lo que intenta decir. Pienso que cuando uno dice adiós, ni siquiera se da cuenta que lo hizo y sólo así el adíós es real. La verdadera separación no se da ni con palabras ni con distancias, es sólo en el ámbito de lo emocional en donde existe. Tu sólo dijiste adiós y eso es ya un gran paso, sin embargo hace falta que lo sientas. Te deseo fortaleza, madurez y sabiduría para que eso llegue pronto.
Post a Comment