Finalmente, después del berrinche del jueves, hoy mi báscula registró otro kilo menos. Ya me había tranquilizado pero esto es un buen aliciente para continuar.
Aunque el menú de lo que puedo comer es muy variado, se está haciendo frustrante no poder comer lo que se me antoja. Esta mañana no me quería levantar de la cama, aunque moría de hambre, nomás de pensar que no podría desayunar nada de lo que se me antojaba... :(
Y mi hija está igual, cuando le serví el desayuno se lo comió pero con ese gesto de "¡chale, yo quiero comer pan!" que bien reconozco, je.
En fin, el próximo lunes es cumpleaños de Vale y desde el principio del ayuno dije que ese día -y el día de mi cumple- comeríamos pastel, así que las dos esperamos ansiosas el momento de volver a sentir la masa deliciosamente horneada y cubierta de betún en nuestra boca, ¡yumi!
:P
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