Dicen que para hacerse un hábito hay que hacer algo durante 28 días. O dejar de hacerlo para quitarse un mal hábito. Pues bien, aún no cumplo los 28 días con carbohidratos reducidos pero ya siento los beneficios de haberle bajado al consumo de éstos.
Los días que como más carbohidratos -como ayer, que festejamos mi cumple y el de Vale- me siento inflada y pesada. Pero además he descubierto que ya no necesito comer tanto dulce, ni tanta masa, ni tanto pan ni tanta pasta. El postre de ayer lo compartí con mi novio y entre los dos no nos lo terminamos, cosa que antes no hubiera yo perdonado ni una migaja de pastelito, je.
Hoy termina el ayuno, pero seguiré comiendo pocos carbohidratos porque he visto y experimentado los beneficios de consumir menos azúcar y menos carbohidratos procesados. Me quedaré con los que vienen de manera natural en las frutas, pastas y panes integrales, y dejaré los procesados, como los pasteles, galletas y panes dulces, para comer esporádicamente.
Continuaré con un esquema alimenticio basado en ensaladas, vegetales, leguminosas y carnes, y complementaré con carbohidratos integrales lo más que pueda. Hoy, finalmente, veo que no es tan complicado como me parecía.
Sí se puede comer menos carbohidratos. Y el cuerpo termina por agradecerlo :)
PD: Al final sólo bajé tres kilos en estos 25 días, pero espero que al mantener la dieta baja en carbohidratos como un modo de vivir, la reducción de peso continúe, gradualmente.
La revoltura de ideas, emociones y sentimientos de alguien que vive, eternamente, con los pies en la tierra pero la cabeza en las nubes...
Sunday, January 31, 2016
Thursday, January 28, 2016
Dieta baja en carbohidratos. Día 22.
Debería de decir que es día 21, porque ayer de plano me brinqué todo el ayuno y le entré con ganas a los carbohidratos, pero para efectos cronológicos lo dejaré como va.
Pues sí, entre que hacía frío y me di varios permisos por mi cumpleaños, ayer desayuné chocolatito caliente con media porción de baguette con jamón y queso de El Jarocho, comí un delicioso espagueti a la boloñesa que hice yo misma, y coroné la tarde con un pequeño pastel de chocolate de La Esperanza.
¡Uf, qué atragantada de carbohidratos! En la noche, al acostarme, me sentía súper pesada, me costó trabajo quedarme dormida y tuve sueños raros.
Esta mañana, con todo y frío, la culpa pudo más y me pasé a los viveros a darme un par de vueltas. Afortunadamente, cuando me pesé, vi que no recuperé peso; eso ya es ganancia :)
Cosa curiosa: ayer comí pocas proteínas y, aunque comí bastantes carbohidratos y me acosté con el estómago retacado, amanecí con hambre. Definitivamente me voy convenciendo cada día más de las desventajas de las azúcares y los carbohidratos... aunque días como hoy, con el frío que hace, lo único que se me antoja son dulces y carbohidratos.
Pues sí, entre que hacía frío y me di varios permisos por mi cumpleaños, ayer desayuné chocolatito caliente con media porción de baguette con jamón y queso de El Jarocho, comí un delicioso espagueti a la boloñesa que hice yo misma, y coroné la tarde con un pequeño pastel de chocolate de La Esperanza.
¡Uf, qué atragantada de carbohidratos! En la noche, al acostarme, me sentía súper pesada, me costó trabajo quedarme dormida y tuve sueños raros.
Esta mañana, con todo y frío, la culpa pudo más y me pasé a los viveros a darme un par de vueltas. Afortunadamente, cuando me pesé, vi que no recuperé peso; eso ya es ganancia :)
Cosa curiosa: ayer comí pocas proteínas y, aunque comí bastantes carbohidratos y me acosté con el estómago retacado, amanecí con hambre. Definitivamente me voy convenciendo cada día más de las desventajas de las azúcares y los carbohidratos... aunque días como hoy, con el frío que hace, lo único que se me antoja son dulces y carbohidratos.
Tuesday, January 26, 2016
Dieta baja en carbohidratos. Día 20.
El sábado y domingo me sentí muy desganada, sin energía. Y muy, muy desanimada con las opciones de comida. La verdad no es que no tenga variedad, sino que se me antojan mucho cosas que no puedo comer en este momento.
Vale y yo ansiábamos que llegara el lunes para poder comer pastel. Yo misma se lo preparé porque lo quería de una figura especial (Bill Cypher, de la serie Gravity Falls), y no es por nada, pero me quedó muy bien.
Sin embargo, desde lo que estaba preparando, al momento de untar el betún y probar lo poco que se me embarró en los dedos, sentí como un shot de azúcar directo a la sangre... y no me gustó :S
Después de 19 días mi cuerpo finalmente se está acostumbrando a no requerir tanta azúcar ni tantos carbohidratos; los que vienen de manera natural en frutas y vegetales, así como algunas pastas integrales, son más que suficientes. Sí, tengo antojo de espagueti boloñesa o de una hamburguesa, o una buena torta, pero el azúcar ya no se me antoja tanto. (Al menos, así parece estos días.)
De hecho, para mañana que es mi cumpleaños lo que quiero es un pastel de mocha o de chocolate amargo, nada muy dulce.
Con todo el antojo que traía ayer, a la hora de partir el pastel no me comí mas que una rebanada. Y eso que todos dijeron que estaba muy rico y le entraron con gusto y singular alegría, je. Pero a mí me pareció demasiado dulce y ya no lo disfruté.
A final de cuentas, es una buena señal. Tal vez de aquí en adelante pueda consumir pasteles sin caer en la tentación del dulce, y sin la necesidad de comer mucho. Eso es bueno :)
Hoy me entró la culpa y me fui a quemar carbohidratos a los viveros, jejejeje. Definitivamente creo que ya no los disfruto igual...
Saturday, January 23, 2016
Dieta baja en carbohidratos. Día 17.
Finalmente, después del berrinche del jueves, hoy mi báscula registró otro kilo menos. Ya me había tranquilizado pero esto es un buen aliciente para continuar.
Aunque el menú de lo que puedo comer es muy variado, se está haciendo frustrante no poder comer lo que se me antoja. Esta mañana no me quería levantar de la cama, aunque moría de hambre, nomás de pensar que no podría desayunar nada de lo que se me antojaba... :(
Y mi hija está igual, cuando le serví el desayuno se lo comió pero con ese gesto de "¡chale, yo quiero comer pan!" que bien reconozco, je.
En fin, el próximo lunes es cumpleaños de Vale y desde el principio del ayuno dije que ese día -y el día de mi cumple- comeríamos pastel, así que las dos esperamos ansiosas el momento de volver a sentir la masa deliciosamente horneada y cubierta de betún en nuestra boca, ¡yumi!
:P
Aunque el menú de lo que puedo comer es muy variado, se está haciendo frustrante no poder comer lo que se me antoja. Esta mañana no me quería levantar de la cama, aunque moría de hambre, nomás de pensar que no podría desayunar nada de lo que se me antojaba... :(
Y mi hija está igual, cuando le serví el desayuno se lo comió pero con ese gesto de "¡chale, yo quiero comer pan!" que bien reconozco, je.
En fin, el próximo lunes es cumpleaños de Vale y desde el principio del ayuno dije que ese día -y el día de mi cumple- comeríamos pastel, así que las dos esperamos ansiosas el momento de volver a sentir la masa deliciosamente horneada y cubierta de betún en nuestra boca, ¡yumi!
:P
Thursday, January 21, 2016
Dieta baja en carbohidratos. Día 15.
De malas. Muy de malas. De verdad que ni me toquen ese son porque reacciono mal.
No puedo entender por qué después de 15 días de limitarme de pastas, pasteles, azúcares, mazapanes, crema de cacahuate y otras muchas delicias que me encantan, no he bajado de peso. Si hiciera esto sólo por dieta seguro que de la frustración ya habría renunciado.
Mi hija, que empezó este esfuerzo conmigo (aunque no estoy segura de que ella lo haga por el ayuno sino por la dieta), ya ha visto cómo la ropa le queda más holgada, se ve más delgada, ya se le nota. Y eso que ella se ha dado el lujo de comer galletas, barritas de cereal y otras cositas que no son tan libres de carbohidratos.
Yo por mi parte puedo decir que me siento menos hinchada, pero la ropa me sigue quedando igual y la báscula no marca menos de los 2 kilos que ya bajé. Eso es todo. Estoy estancada :(
Seguiré con esto diez días más, hasta el 31, para terminar el ayuno. Trataré de agregar algo más de ejercicio y tomar más agua durante el día, pero no sé si eso me ayude mucho.
Terminando el ayuno de carbohidratos tendré que ir a ver a un nutriólogo porque, francamente, estoy desesperada. He reducido mucho mi consumo de grasas, almidones y ahora azúcares y carbohidratos; trato de beber agua lo más que puedo y procuro no ser sedentaria: camino todo lo que puedo y cada tercer día, al menos, hago una serie de abdominales. Pero no hay resultados.
Ya no sé si las píldoras tengan algo que ver con mi incapacidad para bajar de peso o si hay algo más que no funciona en mi metabolismo, pero lo cierto es que no ver resultados tangibles después de dos semanas, aunque sea de a poco, me entristece, me frustra y me pone de malas. Muy de malas...
No puedo entender por qué después de 15 días de limitarme de pastas, pasteles, azúcares, mazapanes, crema de cacahuate y otras muchas delicias que me encantan, no he bajado de peso. Si hiciera esto sólo por dieta seguro que de la frustración ya habría renunciado.
Mi hija, que empezó este esfuerzo conmigo (aunque no estoy segura de que ella lo haga por el ayuno sino por la dieta), ya ha visto cómo la ropa le queda más holgada, se ve más delgada, ya se le nota. Y eso que ella se ha dado el lujo de comer galletas, barritas de cereal y otras cositas que no son tan libres de carbohidratos.
Yo por mi parte puedo decir que me siento menos hinchada, pero la ropa me sigue quedando igual y la báscula no marca menos de los 2 kilos que ya bajé. Eso es todo. Estoy estancada :(
Seguiré con esto diez días más, hasta el 31, para terminar el ayuno. Trataré de agregar algo más de ejercicio y tomar más agua durante el día, pero no sé si eso me ayude mucho.
Terminando el ayuno de carbohidratos tendré que ir a ver a un nutriólogo porque, francamente, estoy desesperada. He reducido mucho mi consumo de grasas, almidones y ahora azúcares y carbohidratos; trato de beber agua lo más que puedo y procuro no ser sedentaria: camino todo lo que puedo y cada tercer día, al menos, hago una serie de abdominales. Pero no hay resultados.
Ya no sé si las píldoras tengan algo que ver con mi incapacidad para bajar de peso o si hay algo más que no funciona en mi metabolismo, pero lo cierto es que no ver resultados tangibles después de dos semanas, aunque sea de a poco, me entristece, me frustra y me pone de malas. Muy de malas...
Tuesday, January 19, 2016
Dieta baja en carbohidratos. Día 13.
Pasado el ataque de ansiedad del domingo, mi cuerpo nuevamente se acostumbró a la baja de carbohidratos. Lo que más extraño son los postres, pero Vale y yo aguantamos, ansiosas por disfrutar de los pasteles de nuestros cumpleaños la próxima semana. Ya casi, ya casi... :P
PD: A reserva de confirmarlo mañana que me pese nuevamente, ayer la báscula registró casi medio kilo menos. Dos kilos en diez días es algo lento, lo se, pero mi primera intención es cumplir con el ayuno, luego modificar mis hábitos alimenticios, y si como resultado bajo de peso, será una hermosa consecuencia :)
Sunday, January 17, 2016
Dieta baja en carbohidratos. Día 11.
Tengo un antojo increíble de carbohidratos. Lo calmé un poco comiendo cinco nueces azucaradas, pero me sentía súper ansiosa y desesperada... ¡Quiero pastas, quiero lasagna, quiero pizza, quiero pan, quiero galletaaaasss!
:(
:(
Friday, January 15, 2016
Dieta baja en carbohidratos. Día 9.
Medio día:
Frío, frío, muchísimo frío. Y sé que soy yo porque el clima estuvo peor hace un par de días, hoy salió el sol y no hace aire pero yo tengo doble suéter y una cobija y no se me quita :S
Tomar té como agua de día me ha ayudado bastante. Además de que mi cuerpo sigue funcionando como relojito en las mañanas, me siento menos hinchada. También tengo que destacar que, a pesar del frío, no he tenido hormigueo en las manos ni punzadas en mis articulaciones, y eso me hace pensar que algo empieza a activarse para bien en mi metabolismo y mi cuerpo.
La ansiedad por el dulce va mermando, pero el antojo de pan y galletas no se quita. Nomás no :(
Tengo dos fruteros con variedad de frutas, pero con el frío no se me antojan, además de que no hay fruta que sustituya al pan. Como sea, estoy pensando en rebanar una manzana o una pera y untarles un poco de queso Philadelphia si es que el antojo de galleta sigue acechando. Espero que eso pueda ahuyentar un poco el antojo...
Tarde-noche:
Lo más difícil de elegir los menús sin carbohidratos es elegir los postres. En mi familia siempre terminamos la comida con postre; y no, la fruta no cuenta como postre. Al menos no la fruta sola, a menos que se trate del mango, que suele ser deliciosamente dulce. Pero fresas o plátanos con crema y azúcar ya implican cierta cantidad de carbohidratos, y las galletas, helados y pastelillos ni se diga.
Estos días me he puesto creativa en los menús y la verdad es que ha sido un ejercicio interesante de cambio de hábitos, que si procuro seguir el resto del año pueden ayudarnos (a mí y a mi hija) a mejorar nuestra alimentación. Algunos ejemplos de menús bajos en carbohidratos pueden ser:
* Crema casera de zanahoria, pollo a la plancha y guarnición de guacamole y lechuga
* Sopa de verduras, milanesa de cerdo (sin empanizar) y guarnición de ensalada de nopales
* Crema de verduras (con las sobras de la sopa de verduras), rajas con crema, cebolla y pollo deshebrado
* Lentejas a la cubana, pavo ahumado con ensalada de lechuga, pimiento morrón y nueces
* Crema casera de champiñones, pescado a la plancha y guarnición de espinacas con tocino
* Arroz integral y coliflor en salsa de jitomate
Al final, después de una semana no extraño tanto los carbohidratos en la comida, ya no me hacen tanta falta las tortillas ni el pan para acompañar mis alimentos. Pero los postres... ¡los postreeeees! ¿Cómo calmar el antojo de dulce sin consumir muchos carbohidratos? La verdad ha sido más complejo, pero hoy finalmente tuve algunas ocurrencias y recordé algunas recetas que he visto en la tele.
El detonante fue un antojo increíble que teníamos Vale y yo a media tarde, y de pronto la veo salir de la cocina con un puñadito de arándanos cubiertos de chocolate y ¡zas! que se me prende el foco: recordé que tengo chocolate semi amargo para repostería, así que fundí un poco, piqué algo de pera, chabacano y plátano, y nos hicimos un rico fondue de chocolate y fruta.
De ahí se me ocurrió que otro día puedo hacer un helado de yogur casero, licuando yogur natural con fruta y dejándolo un rato en el congelador, y al momento de servirlo puedo ponerle unos hilos de chocolate oscuro.
La gelatina siempre es buen postre. Y de una receta que vi se me ocurrió la idea de rebanar una pera o manzana y untarles un poco de queso Philadelphia light, o incluso en una rebanada de pan tostado integral untar queso doble crema, colocar rebanadas de manzana o pera y vertir sólo un poco de miel, aunque esto se me antoja más como para merienda o cena que como postre.
Puedo optar también por plátanos o fresas con crema baja en grasa y en vez de azúcar, endulzante de stevia...
Finalmente veo la luz al final del túnel, jajajaja. Creo que todo es cuestión de re-programar nuestro cerebro y nuestro metabolismo. Muchas veces pienso que todo aquello que nos hace mal es porque no está dentro del plan original de Dios para nuestra alimentación, por eso nuestro cuerpo no lo metaboliza. No estábamos hechos para consumir tanta grasa ni tantos carbohidratos, y menos si nuestra vida es cada vez más sedentaria. Pero los ayunos de la iglesia a principio de año me han ayudado también a entender qué es lo que mi cuerpo en verdad puede procesar y qué no. Y por lo que veo, los carbohidratos malos deben reducirse a un consumo mínimo en mi dieta.
Ya empezamos. El reto será continuar con una dieta baja en carbohidratos después del ayuno, aunque pueda permitirme el lujo de comer una galletita, pan o pastelillo de vez en cuando ;)
Frío, frío, muchísimo frío. Y sé que soy yo porque el clima estuvo peor hace un par de días, hoy salió el sol y no hace aire pero yo tengo doble suéter y una cobija y no se me quita :S
Tomar té como agua de día me ha ayudado bastante. Además de que mi cuerpo sigue funcionando como relojito en las mañanas, me siento menos hinchada. También tengo que destacar que, a pesar del frío, no he tenido hormigueo en las manos ni punzadas en mis articulaciones, y eso me hace pensar que algo empieza a activarse para bien en mi metabolismo y mi cuerpo.
La ansiedad por el dulce va mermando, pero el antojo de pan y galletas no se quita. Nomás no :(
Tengo dos fruteros con variedad de frutas, pero con el frío no se me antojan, además de que no hay fruta que sustituya al pan. Como sea, estoy pensando en rebanar una manzana o una pera y untarles un poco de queso Philadelphia si es que el antojo de galleta sigue acechando. Espero que eso pueda ahuyentar un poco el antojo...
Tarde-noche:
Lo más difícil de elegir los menús sin carbohidratos es elegir los postres. En mi familia siempre terminamos la comida con postre; y no, la fruta no cuenta como postre. Al menos no la fruta sola, a menos que se trate del mango, que suele ser deliciosamente dulce. Pero fresas o plátanos con crema y azúcar ya implican cierta cantidad de carbohidratos, y las galletas, helados y pastelillos ni se diga.
Estos días me he puesto creativa en los menús y la verdad es que ha sido un ejercicio interesante de cambio de hábitos, que si procuro seguir el resto del año pueden ayudarnos (a mí y a mi hija) a mejorar nuestra alimentación. Algunos ejemplos de menús bajos en carbohidratos pueden ser:
* Crema casera de zanahoria, pollo a la plancha y guarnición de guacamole y lechuga
* Sopa de verduras, milanesa de cerdo (sin empanizar) y guarnición de ensalada de nopales
* Crema de verduras (con las sobras de la sopa de verduras), rajas con crema, cebolla y pollo deshebrado
* Lentejas a la cubana, pavo ahumado con ensalada de lechuga, pimiento morrón y nueces
* Crema casera de champiñones, pescado a la plancha y guarnición de espinacas con tocino
* Arroz integral y coliflor en salsa de jitomate
Al final, después de una semana no extraño tanto los carbohidratos en la comida, ya no me hacen tanta falta las tortillas ni el pan para acompañar mis alimentos. Pero los postres... ¡los postreeeees! ¿Cómo calmar el antojo de dulce sin consumir muchos carbohidratos? La verdad ha sido más complejo, pero hoy finalmente tuve algunas ocurrencias y recordé algunas recetas que he visto en la tele.
El detonante fue un antojo increíble que teníamos Vale y yo a media tarde, y de pronto la veo salir de la cocina con un puñadito de arándanos cubiertos de chocolate y ¡zas! que se me prende el foco: recordé que tengo chocolate semi amargo para repostería, así que fundí un poco, piqué algo de pera, chabacano y plátano, y nos hicimos un rico fondue de chocolate y fruta.
De ahí se me ocurrió que otro día puedo hacer un helado de yogur casero, licuando yogur natural con fruta y dejándolo un rato en el congelador, y al momento de servirlo puedo ponerle unos hilos de chocolate oscuro.
La gelatina siempre es buen postre. Y de una receta que vi se me ocurrió la idea de rebanar una pera o manzana y untarles un poco de queso Philadelphia light, o incluso en una rebanada de pan tostado integral untar queso doble crema, colocar rebanadas de manzana o pera y vertir sólo un poco de miel, aunque esto se me antoja más como para merienda o cena que como postre.
Puedo optar también por plátanos o fresas con crema baja en grasa y en vez de azúcar, endulzante de stevia...
Finalmente veo la luz al final del túnel, jajajaja. Creo que todo es cuestión de re-programar nuestro cerebro y nuestro metabolismo. Muchas veces pienso que todo aquello que nos hace mal es porque no está dentro del plan original de Dios para nuestra alimentación, por eso nuestro cuerpo no lo metaboliza. No estábamos hechos para consumir tanta grasa ni tantos carbohidratos, y menos si nuestra vida es cada vez más sedentaria. Pero los ayunos de la iglesia a principio de año me han ayudado también a entender qué es lo que mi cuerpo en verdad puede procesar y qué no. Y por lo que veo, los carbohidratos malos deben reducirse a un consumo mínimo en mi dieta.
Ya empezamos. El reto será continuar con una dieta baja en carbohidratos después del ayuno, aunque pueda permitirme el lujo de comer una galletita, pan o pastelillo de vez en cuando ;)
Thursday, January 14, 2016
Dieta baja en carbohidratos. Día 8.
Aunque cenar lechuga funciona, me siento algo estreñida y un poco hinchada. Creo que me hace falta tomar más agua para ayudar a la fibra que estoy comiendo, pero con este frío no se me antojan los líquidos, al menos, no el agua.
De pronto pienso que hacer el ayuno de carbohidratos en invierno no fue buena idea :S
En fin, no me voy a echar para atrás, sobre todo porque más que dieta, lo estoy haciendo como ayuno y disciplina, desintoxicación física y espiritual. Así que ni hablar, seguiremos así un par de semanas más.
Tendré que acostumbrarme a tener listo té calentito y estar tomándolo durante el día, para darle a mi cuerpo los líquidos que necesita.
Tuesday, January 12, 2016
Dieta baja en carbohidratos. Día 6.
El hambre ya es controlable, pero el frío no. No sé si en realidad hace tanto frío afuera o es mi cuerpo, pidiéndome carbohidratos para generar energía. (Creo que es hora de que descubra que tiene mucha energía almacenada en todo mi puerco... digo, cuerpo, jeje).
Anoche cené ensalada y funcionó como sustituto del tradicional cereal de salvado: esta mañana, la maquinita volvió a la rutina, je.
¿Ya les dije que no aguanto el frío? No saben qué tentación de prepararme un sándwich de mantequilla de maní y miel :S
Anoche cené ensalada y funcionó como sustituto del tradicional cereal de salvado: esta mañana, la maquinita volvió a la rutina, je.
¿Ya les dije que no aguanto el frío? No saben qué tentación de prepararme un sándwich de mantequilla de maní y miel :S
Sunday, January 10, 2016
Dieta baja en carbohidratos. Día 4.
Finalmente el hambre atroz ha pasado. Sobre el frío no puedo decir mucho, porque aún tengo bastante incluso cuando el ambiente no es tan frío afuera.
Tengo que reconocer que me salté un día en este ayuno de carbohidratos, y es que no podía perdonar la rosca de reyes. Ayer nos reunimos a partir rosca en casa de una tía y bueno, valió la pena, jeje.
Pero hoy volví a reducir carbohidratos y no pasé hambre ya. A ver mañana cómo nos va...
Algo que me dí cuenta en estos días, sin embargo, es que al no cenar mi cereal me está costando trabajo seguir mi rutina de ir al baño por las mañanas, justo al levantarme. Así que hoy que fui al super me aseguré de traer lo necesario para cenar ensaladas y meterme fibra todas las noches, en sustitución de mi cereal nocturno. Creo que es algo que vale la pena que consideren, si es que optan por seguir este modelo de dieta: hay que asegurarse de comer la fibra necesaria con vegetales, verduras, frutas y leguminosas.
Nota: Como resultado de estos primeros días, la báscula ya registra casi un kilo y medio menos de mi peso inicial, aún con todo y la rosca de ayer. Aunque es posible que parte de esa pérdida de peso se relacione con la retención y posterior pérdida de líquidos debido a mi periodo. Habrá que ver si en los días siguientes la pérdida de peso es consistente, aunque sea de a poquito. Seguiré informando ;)
Tengo que reconocer que me salté un día en este ayuno de carbohidratos, y es que no podía perdonar la rosca de reyes. Ayer nos reunimos a partir rosca en casa de una tía y bueno, valió la pena, jeje.
Pero hoy volví a reducir carbohidratos y no pasé hambre ya. A ver mañana cómo nos va...
Algo que me dí cuenta en estos días, sin embargo, es que al no cenar mi cereal me está costando trabajo seguir mi rutina de ir al baño por las mañanas, justo al levantarme. Así que hoy que fui al super me aseguré de traer lo necesario para cenar ensaladas y meterme fibra todas las noches, en sustitución de mi cereal nocturno. Creo que es algo que vale la pena que consideren, si es que optan por seguir este modelo de dieta: hay que asegurarse de comer la fibra necesaria con vegetales, verduras, frutas y leguminosas.
Nota: Como resultado de estos primeros días, la báscula ya registra casi un kilo y medio menos de mi peso inicial, aún con todo y la rosca de ayer. Aunque es posible que parte de esa pérdida de peso se relacione con la retención y posterior pérdida de líquidos debido a mi periodo. Habrá que ver si en los días siguientes la pérdida de peso es consistente, aunque sea de a poquito. Seguiré informando ;)
Thursday, January 07, 2016
Dieta baja en carbohidratos. Día 1.
Empecé el ayuno de carbohidratos y ya siento los primeros efectos: tengo mucha hambre y mucho frío.
Aparentemente, comer carne, verduras y vegetales no produce sensación de saciedad (al menos no por la mañana, que es mi alimento más fuerte, porque ayer en la comida sí me sentí llena... hasta las 8 pm que me dio hambre para cenar).
Estoy tan acostumbrada a cenar y desayunar las mismas cosas que prescindir de los carbohidratos me pone en un dilema sobre el menú a elegir por las mañanas y las noches. Y siento que sin mi cereal o mi pan con leche no me lleno :(
Además, tengo mucho frío. Y sí, está haciendo más frío, pero no tanto como para que dos suéteres y las ventanas cerradas no me mantengan calentita. Y tengo mis manitas heladas :S
Pues bien, aquí es donde mi almacén personal de carbohidratos tendría que entrar en acción, jiji. Espero que así sea :P
Aparentemente, comer carne, verduras y vegetales no produce sensación de saciedad (al menos no por la mañana, que es mi alimento más fuerte, porque ayer en la comida sí me sentí llena... hasta las 8 pm que me dio hambre para cenar).
Estoy tan acostumbrada a cenar y desayunar las mismas cosas que prescindir de los carbohidratos me pone en un dilema sobre el menú a elegir por las mañanas y las noches. Y siento que sin mi cereal o mi pan con leche no me lleno :(
Además, tengo mucho frío. Y sí, está haciendo más frío, pero no tanto como para que dos suéteres y las ventanas cerradas no me mantengan calentita. Y tengo mis manitas heladas :S
Pues bien, aquí es donde mi almacén personal de carbohidratos tendría que entrar en acción, jiji. Espero que así sea :P
Wednesday, January 06, 2016
Preparando la dieta baja en carbohidratos
Cada año, en la iglesia hacemos un ayuno general de tres semanas. La idea es desintoxicarnos y someternos a una disciplina física y espiritual. El prototipo a seguir es el modelo del llamado ayuno de Daniel, es decir, el que Daniel y sus tres amigos siguieron cuando vivían bajo el reinado del rey Nabucodonosor. El ayuno de Daniel es básicamente vegetariano, no incluía alimentarse de carne ni productos animales. Algunas personas en la iglesia también evitan azúcares, miel, panes y pastas, ya sea porque quieren evitarse placeres gustativos o porque la preparación de pastas y panes implica algún producto animal, como huevo, leche y mantequilla.
En años anteriores he seguido ese modelo de ayuno. Este año, sin embargo, decidí ayunar carbohidratos. Debido a temas de salud, yo he modificado tanto mi consumo de carnes, almidones y grasas animales que ya incluso suelo tomar leche de soya. Ayunar carne y leche no me es tan difícil... aunque se va haciendo pesado después de dos semanas. Además, en estricto sentido, la miel y la mermelada no provienen de animales, y como yo encontré una marca de pan que se prepara sin leche ni huevo, pues me daba el lujo de comer una rebanada de pan tostado con miel cuando tenía mucho antojo.
Pero ayunar carbohidratos... eso sí que será duro. Dejar los carbohidratos de lado, o al menos reducirlos lo más que pueda, implica que durante tres semanas tendré que evitar todo lo de esta lista:
En años anteriores he seguido ese modelo de ayuno. Este año, sin embargo, decidí ayunar carbohidratos. Debido a temas de salud, yo he modificado tanto mi consumo de carnes, almidones y grasas animales que ya incluso suelo tomar leche de soya. Ayunar carne y leche no me es tan difícil... aunque se va haciendo pesado después de dos semanas. Además, en estricto sentido, la miel y la mermelada no provienen de animales, y como yo encontré una marca de pan que se prepara sin leche ni huevo, pues me daba el lujo de comer una rebanada de pan tostado con miel cuando tenía mucho antojo.
Pero ayunar carbohidratos... eso sí que será duro. Dejar los carbohidratos de lado, o al menos reducirlos lo más que pueda, implica que durante tres semanas tendré que evitar todo lo de esta lista:
- Pan de todo tipo: bolillos, pan de caja, pan dulce...
- Por ende, no aplica comer tortas, sándwiches, hamburguesas, hot dogs, pasteles ni pastelillos
- Galletas y mazapanes
- Papas fritas, papas a la francesa, puré de papas
- Todo tipo de masas: pizzas, scones, strómbolis, empanadas, pays, tartas...
- Pastas: sopa de pasta, espagueti, lasaña...
- Crepas y hot cakes
- Todo tipo de cosas empanizadas o capeadas con harina
- Dulces, mermeladas, helados, jarabes, merengues...
- Cereales
- Aderezos dulces para las ensaladas
- Yogurts de sabores
- Crema de cacahuate y avellanas
- Refrescos y jugos industriales
- Frutas con alto contenido de carbohidratos
- Jugos y concentrados naturales, pues su contenido de carbohidratos es mayor
Al ver todo lo que hay en esa lista, mis opciones alimenticias se reducen a carne a la plancha, huevo, ensaladas, sopas de verduras, lentejas y otras leguminosas -considerando también que debo cuidar mi ingesta de grasas animales. En realidad, no es un menú reducido y serán sólo tres semanas, pero desde hoy veo que evitar el consumo de carbohidratos será mucho más difícil de lo que creo, pues soy ávida consumidora de pasteles, galletas, panes dulces, pastas y cereales... y de casi todo lo que se menciona en la lista :P Y sustituir el antojo de dulce no es tan sencillo de suplir con una fruta; y definitivamente no hay sustituto para el pan :(
Esta afición por los carbohidratos me ha generado problemas de peso, también. Así que, además del ayuno, espero que estas tres semanas sin ellos sea un buen ejercicio nutricional para restaurar mis niveles de metabolismo de carbohidratos.
Mi plan es reducir lo más que pueda mi consumo de carbohidratos durante 21 días, pero al menos diez de esos días (continuos) debo evitarlos al 100%. Sólo me daré permiso de ingerir carbohidratos clasificados como "buenos". Si logro sobrevivir a esas tres semanas sin carbohidratos tal vez consiga el efecto que los ayunos anteriores han tenido: mi cuerpo se acostumbrará a un nuevo régimen y dejaré de necesitar tanta azúcar en mis alimentos, así como ahora no necesito ya la grasa ni los almidones.
Estos días empecé a reducir mi consumo, pero honestamente no iba a brincarme la rosca de reyes, y además tenía que vaciar mi alacena de panes y otras fuentes de tentación, jeje. Ya les iré contando cómo me va y qué resultados obtengo al final.
Sunday, January 03, 2016
Bitácora de mis vacaciones. Día 7... de vuelta a la rutina :(
Se me acabó el veinte. Finalmente llegó el final de mis vacaciones y mañana debo volver a la rutina, lo que implica que esta noche debo acostarme temprano otra vez. Me siento un poco como la caricatura de los Looney Toons, donde al final todos cantaban al son de: "lástima que terminó el festival de hoy..."
Pero, por otro lado, logré descansar bastante estos días. Me hacía mucha falta. Tal vez me equivoque, pero creo que en ninguno de mis anteriores empleos me habían hecho tanta falta unas vacaciones. Quisiera haber descansado más días, pero estoy lista para regresar a las tareas de oficina... y a las llamadas, los reportes, las notas, las traducciones y todo lo que se presente en este nuevo año.
El 2015 fue un año de altibajos espirituales, pero de muchas bendiciones. Agradezco a Dios por haber extendido su misericordia hacia mí y hacia mi casa, porque nunca nos faltó alimento, ni vestido ni servicios, a pesar de nuestras crisis de fe, de mi desobediencia, de la rebeldía de mi hija y de las dudas razonables, Su mano protectora estuvo siempre sobre nosotras y le agradezco infinitamente por Su amor y su gracia en nuestras vidas.
El día de hoy fui a la iglesia y llevé a Vale, aunque a regañadientes, para agradecer por el año que terminó y pedir por el año que inicia, para poner delante de Dios este 2016 y pedirle que no nos desampare y que siga extendiendo su misericordia y protección durante todo este año.
Me alegró que, pasada la crisis inicial, Valeria se fue con otros dos adolescentes y participó de las actividades que les asignó la pastora. No sé si quiera volver a ir el próximo domingo pero al menos empezamos bien el año.
Saliendo de la iglesia pasamos a cenar unos tacos con una amiga mía y su hija, y estuvimos platicando un rato después en mi casa. Fue una buena forma de cerrar las vacaciones y empezar el año. Además, me sirvió para desahogarme un poco de cómo me sentía en la mañana.
Ahora está todo en manos de Dios.
Esta semana empezaré el ayuno de cada año, pero en vez de ayunar carne este año evitaré carbohidratos de todo tipo (excepto la rosca de reyes y los pasteles por el cumpleaños de Valeria y el mío, aviso de una vez :P); será un ejercicio interesante, así que tal vez me anime a documentar mis experiencias en este blog.
Bitácora de mis vacaciones. Día 6: Felices fiestas... y un disparo.
¡Muy feliz año nuevo! Ya es 2016. El año pasado se me pasó volando, pero a pesar de lo complicado que fue, puedo reconocer que estuvo lleno de bendiciones. Espero de todo corazón que el año que inicia sea también bendecido para quienes me leen y sus familias, que la economía no sea tan gris como la pintan y que quienes están desempleados o mal pagados, encuentren mejores oportunidades laborales.
Debí haber escrito este post desde anoche, para actualizar lo que pasó entre el jueves 31 de diciembre y el sábado 2 de enero, pero ocurrió algo justo al llegar a mi casa que me desanimó por completo... pero ya llegaré a eso, así que no me adelantaré.
Jueves 31 de diciembre. Salimos temprano hacia Mixquiahuala, Hidalgo. Sé que Vale no iba muy emocionada pero estaba bien, más que resignada iba tranquila. Llegamos a casa de mi suegra, nos acomodamos y me puse a preparar una ensalada de manzana y un postre que me enseñó mi mamá: carlota de moka. Delicioso :) Después nos reunimos a comer con la familia de César que ya había llegado, y luego ayudamos un poco en los preparativos del lugar. Finalmente nos fuimos a arreglar y hacia las 9 de la noche ya estábamos de vuelta en la casa donde sería el festejo.
Fue impresionante ver llegar y llegar a tanta familia; entre ancianos, adultos, adolescentes y niños calculo que éramos como 70 personas en el lugar. Tal vez 60, pero no menos. Una gran familia, y no sólo por la cantidad de gente, sino por la calidez de su trato, entre ellos y hacia quienes nos incorporamos para celebrar el año nuevo con ellos. Una gran cena, muy rica y variada; actividades divertidas... fue una buena fiesta. Incluso mi hija se divirtió, aún cuando al principio no quería socializar y le costó trabajo integrarse.
Viernes 1 de enero. Al día siguiente el recalentado, y apenas unas horas después, mientras terminábamos de empacar para el regreso, nos avisaron que ya estaba lista la carne para el asado. Hubo menos gente en la comida, pero igual se prolongó hasta tarde, así que decidimos quedarnos una noche más para que no nos cayera la noche en carretera. Luego nos invitaron a cenar unas enchiladas tradicionales del lugar, muy buenas. Así que el día terminó casi a las 11 de la noche. A esa hora, Valeria ya se había integrado bien con otros chavitos y algunos adultos, así que el día terminó bien, a pesar del incidente al medio día.
Sí, así es. Al medio día Vale hizo un gran berrinche. Resulta que la casa de mi suegra en Mixquiahuala está bastante descuidada, pues la usan solamente cuando van de visita al pueblo, generalmente para las reuniones familiares, que pueden ser unas cuatro a seis veces al año. Así que cuando llegamos no había gas, César tuvo que acomodar una bomba para subir agua a la cisterna para sacar agua y calentarla en cubetas con una resistencia o, para más rápido, bañarnos con el agua fría que salía de la regadera. Regadera que, por cierto, tenía óxido y sarro y se veía sucia y vieja. Pues bien, entre las hormonas de la adolescencia y el ciclo menstrual de mi hija, cuando vio la regadera se puso a llorar como si bañarse en una regadera vieja con agua fría fuera lo peor que le había pasado en la vida. Finalmente saqué agua del lavabo y le dejé un par de cubetas calentando con la resistencia. Afortunadamente, después de que se desahogó y se bañó, nos alcanzó para comer y estuvo de muy buen humor, platicando y jugando con otros chavos.
Sábado 2 de enero. Nos levantamos, guardamos todo y así, sin bañarnos, pasamos a despedirnos de la familia. Nos invitaron unos chilaquiles y buñuelos caseros para desayunar, y finalmente a las 11 salimos de regreso hacia México.
Nos fue bien en la carretera, casi sin tráfico, A la 1 pm estábamos llegando a Satélite, donde nos bañamos y nos preparamos para ir a Tlalnepantla a la comida de mis amigos. Todo estuvo muy bien. Comimos unas hamburguesas al carbón y César se integró bien con mis amigos. Cerca de las 7:30 pm empezamos a despedirnos. Yo ya quería llegar a mi casa y sentí que él estaba cansado por el viaje. O eso pensé yo...
El trayecto a casa fue silencioso, lo que me hizo pensar que en verdad estaba cansado. Pero había algo extraño en su actitud que me hizo pensar que más que cansado, estaba molesto por algo. No tenía idea de qué podría ser, después de haber pasado tres días juntos, con su familia y mis amigos, y todo parecía ir bien...
Pues sí. Estaba molesto, y yo nunca hubiera adivinado la razón.
Cuando llegamos a mi casa, después de subir las maletas, salí con él y le pregunté qué tenía. No me esperaba su respuesta. En verdad que me tomó por sorpresa y no supe cómo reaccionar en ese momento.
Según él, yo estuve intercambiando "miradas alegres" con otro de los invitados (que por más que lo pienso, no logro identificar a quién se refería... o_O) Mi primera reacción fue defenderme, pero luego me cayó el veinte de algo peor: el hecho de que él crea que yo sería capaz no solamente de coquetear con alguien más, sino que lo haría en sus narices, me deja en una posición muy desagradable.
Ese argumento, esa duda de su parte fue como un disparo directo al corazón, una cubetada de agua helada con todo y hielos, como un hoyo negro en mi interior.
No fueron sus celos lo que más me molestaron, sino el hecho de que pensara que yo podría ser capaz de coquetear con alguien más frente a él, estando él sentado a mi lado, como si no me importara él, como si fuese yo de tales cascos ligeros que el hecho de tener a mi pareja al lado no fuese freno suficiente, como si lo que tenemos no fuera suficientemente serio y profundo como para que yo dé pauta o abra puertas para que alguien más me coquetee. Eso me hirió, de verdad me dolió.
Y me dolió en primera porque no es cierto, porque ni siquiera sé a quién se refiere cuando dice que estuve intercambiando miradas y sonrisas con alguien más, porque yo no coqueteé con nadie y no percibí que alguien presente estuviera coqueteando conmigo. O estuve yo muy ciega o él vio fantasmas donde no los hay...
Pero me dolió también porque si él cree que soy capaz de coquetear frente a él, ¿qué podrá pensar de mí cuando no estamos juntos? Si cree que soy capaz de hacer eso, entonces no está seguro de mí, ni me conoce como dice, y esa percepción suya me pone al nivel de una mujer que yo no soy.
Y me dolió porque me hace pensar que en reuniones o fiestas posteriores tendré que cuidar mucho mis actitudes; si volteo a ver a alguien más, aunque sea por simple curiosidad de algo que hizo o dijo ese hombre; si alguien dice o hace algo cómico y yo me río; si me ofrecen una papa o me piden permiso para pasar por donde yo estoy... siento como si de aquí en adelante tendré que cuidarme mucho de no hacer contacto visual y no sonreír, y eso me desagrada porque yo no soy así, y me lastima porque implica que mi novio no me tiene confianza y que piensa que una sonrisa cualquiera es un coqueteo franco y abierto, en su cara.
Estoy dolida. Y se que él también se siente dolido, en medio de sus celos. Pero ¿cómo puedo hablar con él para que deje de estar molesto cuando yo misma estoy molesta por sus suposiciones y herida por lo que cree que hice?
No puedo creer que tres días tan buenos hayan terminado de esta forma...
Hoy es el séptimo día de mis vacaciones. Mañana volvemos al trabajo, la rutina y los pendientes. Al final, no cosí la ropa que tenía para coser, no leí y se me fue casi todo el tiempo en viajes. Pero creo que valió la pena. Descansé como era justo hacerlo. Y de no ser por cómo me siento ahorita, puedo decir que han sido unas muy buenas vacaciones.
Al final la vida es así, llena de altibajos. Ya veremos qué sucede mañana...
Debí haber escrito este post desde anoche, para actualizar lo que pasó entre el jueves 31 de diciembre y el sábado 2 de enero, pero ocurrió algo justo al llegar a mi casa que me desanimó por completo... pero ya llegaré a eso, así que no me adelantaré.
Jueves 31 de diciembre. Salimos temprano hacia Mixquiahuala, Hidalgo. Sé que Vale no iba muy emocionada pero estaba bien, más que resignada iba tranquila. Llegamos a casa de mi suegra, nos acomodamos y me puse a preparar una ensalada de manzana y un postre que me enseñó mi mamá: carlota de moka. Delicioso :) Después nos reunimos a comer con la familia de César que ya había llegado, y luego ayudamos un poco en los preparativos del lugar. Finalmente nos fuimos a arreglar y hacia las 9 de la noche ya estábamos de vuelta en la casa donde sería el festejo.
Fue impresionante ver llegar y llegar a tanta familia; entre ancianos, adultos, adolescentes y niños calculo que éramos como 70 personas en el lugar. Tal vez 60, pero no menos. Una gran familia, y no sólo por la cantidad de gente, sino por la calidez de su trato, entre ellos y hacia quienes nos incorporamos para celebrar el año nuevo con ellos. Una gran cena, muy rica y variada; actividades divertidas... fue una buena fiesta. Incluso mi hija se divirtió, aún cuando al principio no quería socializar y le costó trabajo integrarse.
Viernes 1 de enero. Al día siguiente el recalentado, y apenas unas horas después, mientras terminábamos de empacar para el regreso, nos avisaron que ya estaba lista la carne para el asado. Hubo menos gente en la comida, pero igual se prolongó hasta tarde, así que decidimos quedarnos una noche más para que no nos cayera la noche en carretera. Luego nos invitaron a cenar unas enchiladas tradicionales del lugar, muy buenas. Así que el día terminó casi a las 11 de la noche. A esa hora, Valeria ya se había integrado bien con otros chavitos y algunos adultos, así que el día terminó bien, a pesar del incidente al medio día.
Sí, así es. Al medio día Vale hizo un gran berrinche. Resulta que la casa de mi suegra en Mixquiahuala está bastante descuidada, pues la usan solamente cuando van de visita al pueblo, generalmente para las reuniones familiares, que pueden ser unas cuatro a seis veces al año. Así que cuando llegamos no había gas, César tuvo que acomodar una bomba para subir agua a la cisterna para sacar agua y calentarla en cubetas con una resistencia o, para más rápido, bañarnos con el agua fría que salía de la regadera. Regadera que, por cierto, tenía óxido y sarro y se veía sucia y vieja. Pues bien, entre las hormonas de la adolescencia y el ciclo menstrual de mi hija, cuando vio la regadera se puso a llorar como si bañarse en una regadera vieja con agua fría fuera lo peor que le había pasado en la vida. Finalmente saqué agua del lavabo y le dejé un par de cubetas calentando con la resistencia. Afortunadamente, después de que se desahogó y se bañó, nos alcanzó para comer y estuvo de muy buen humor, platicando y jugando con otros chavos.
Sábado 2 de enero. Nos levantamos, guardamos todo y así, sin bañarnos, pasamos a despedirnos de la familia. Nos invitaron unos chilaquiles y buñuelos caseros para desayunar, y finalmente a las 11 salimos de regreso hacia México.
Nos fue bien en la carretera, casi sin tráfico, A la 1 pm estábamos llegando a Satélite, donde nos bañamos y nos preparamos para ir a Tlalnepantla a la comida de mis amigos. Todo estuvo muy bien. Comimos unas hamburguesas al carbón y César se integró bien con mis amigos. Cerca de las 7:30 pm empezamos a despedirnos. Yo ya quería llegar a mi casa y sentí que él estaba cansado por el viaje. O eso pensé yo...
El trayecto a casa fue silencioso, lo que me hizo pensar que en verdad estaba cansado. Pero había algo extraño en su actitud que me hizo pensar que más que cansado, estaba molesto por algo. No tenía idea de qué podría ser, después de haber pasado tres días juntos, con su familia y mis amigos, y todo parecía ir bien...
Pues sí. Estaba molesto, y yo nunca hubiera adivinado la razón.
Cuando llegamos a mi casa, después de subir las maletas, salí con él y le pregunté qué tenía. No me esperaba su respuesta. En verdad que me tomó por sorpresa y no supe cómo reaccionar en ese momento.
Según él, yo estuve intercambiando "miradas alegres" con otro de los invitados (que por más que lo pienso, no logro identificar a quién se refería... o_O) Mi primera reacción fue defenderme, pero luego me cayó el veinte de algo peor: el hecho de que él crea que yo sería capaz no solamente de coquetear con alguien más, sino que lo haría en sus narices, me deja en una posición muy desagradable.
Ese argumento, esa duda de su parte fue como un disparo directo al corazón, una cubetada de agua helada con todo y hielos, como un hoyo negro en mi interior.
No fueron sus celos lo que más me molestaron, sino el hecho de que pensara que yo podría ser capaz de coquetear con alguien más frente a él, estando él sentado a mi lado, como si no me importara él, como si fuese yo de tales cascos ligeros que el hecho de tener a mi pareja al lado no fuese freno suficiente, como si lo que tenemos no fuera suficientemente serio y profundo como para que yo dé pauta o abra puertas para que alguien más me coquetee. Eso me hirió, de verdad me dolió.
Y me dolió en primera porque no es cierto, porque ni siquiera sé a quién se refiere cuando dice que estuve intercambiando miradas y sonrisas con alguien más, porque yo no coqueteé con nadie y no percibí que alguien presente estuviera coqueteando conmigo. O estuve yo muy ciega o él vio fantasmas donde no los hay...
Pero me dolió también porque si él cree que soy capaz de coquetear frente a él, ¿qué podrá pensar de mí cuando no estamos juntos? Si cree que soy capaz de hacer eso, entonces no está seguro de mí, ni me conoce como dice, y esa percepción suya me pone al nivel de una mujer que yo no soy.
Y me dolió porque me hace pensar que en reuniones o fiestas posteriores tendré que cuidar mucho mis actitudes; si volteo a ver a alguien más, aunque sea por simple curiosidad de algo que hizo o dijo ese hombre; si alguien dice o hace algo cómico y yo me río; si me ofrecen una papa o me piden permiso para pasar por donde yo estoy... siento como si de aquí en adelante tendré que cuidarme mucho de no hacer contacto visual y no sonreír, y eso me desagrada porque yo no soy así, y me lastima porque implica que mi novio no me tiene confianza y que piensa que una sonrisa cualquiera es un coqueteo franco y abierto, en su cara.
Estoy dolida. Y se que él también se siente dolido, en medio de sus celos. Pero ¿cómo puedo hablar con él para que deje de estar molesto cuando yo misma estoy molesta por sus suposiciones y herida por lo que cree que hice?
No puedo creer que tres días tan buenos hayan terminado de esta forma...
Hoy es el séptimo día de mis vacaciones. Mañana volvemos al trabajo, la rutina y los pendientes. Al final, no cosí la ropa que tenía para coser, no leí y se me fue casi todo el tiempo en viajes. Pero creo que valió la pena. Descansé como era justo hacerlo. Y de no ser por cómo me siento ahorita, puedo decir que han sido unas muy buenas vacaciones.
Al final la vida es así, llena de altibajos. Ya veremos qué sucede mañana...
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