Gracias Señor porque me diste un año...
en que abrí a tu luz mis ojos ciegos.
Gracias porque la fragua de tus fuegos
templó en acero el corazón de estaño.
Gracias por el espina y la flor,
porque tu invierno maduró mi espiga
que el invierno guarece y atempera
y porque entre tus dones me bendiga,
compendio de tu amor,
la duradera felicidad de una mano amiga.
La revoltura de ideas, emociones y sentimientos de alguien que vive, eternamente, con los pies en la tierra pero la cabeza en las nubes...
Saturday, December 30, 2006
Tuesday, December 26, 2006
Con la esperanza puesta en el 2007
Este post es únicamente para agradecer a todos y cada uno de ustedes sus comentarios, su interés, su apoyo. Gracias por tomarse un tiempo para leerme de vez en cuando. Gracias por su afecto y sus palabras, que son como balsas en medio de un naufragio.
Este año fue duro, emocionalmente, y sé que mucho tiene que ver con mis actitudes. He estado trabajando en ello, y ha sido una de las razones de mi ausencia del blog, cuando antes publicaba con tanta frecuencia. Es que tengo mil cosas en la cabeza, pero son como un torbellino y no termina de aterrizar nada en concreto. Espero que los días que me quedan aún de descanso me ayuden a organizar mi existencia y empezar el 2007 con nuevos bríos.
Y lo mismo les deseo a ustedes: un año lleno de bendiciones para ustedes y los suyos. Que Dios los guarde y que sus deseos se cumplan.
Les mando un fuerte abrazo, con todo cariño.
Lizz
Este año fue duro, emocionalmente, y sé que mucho tiene que ver con mis actitudes. He estado trabajando en ello, y ha sido una de las razones de mi ausencia del blog, cuando antes publicaba con tanta frecuencia. Es que tengo mil cosas en la cabeza, pero son como un torbellino y no termina de aterrizar nada en concreto. Espero que los días que me quedan aún de descanso me ayuden a organizar mi existencia y empezar el 2007 con nuevos bríos.
Y lo mismo les deseo a ustedes: un año lleno de bendiciones para ustedes y los suyos. Que Dios los guarde y que sus deseos se cumplan.
Les mando un fuerte abrazo, con todo cariño.
Lizz
Friday, December 15, 2006
Mejor...
Empiezo a respirar aire fresco y me lleno de ánimos. Ya voy saliendo. El fantasma de J finalmente se queda atrás y yo sigo adelante. ¡Qué lástima! No tenía que hacer nada, ya me tenía... sólo era cosa de mantenerme, pero ni hablar.
Transcribo un poema de Gertrudis Gómez de Avellaneda, que expresa lo que mi corazón siente.
A él
No existe lazo ya; todo está roto;
plúgole al cielo así, ¡bendito sea!
amargo cáliz con placer agoto;
mi alma reposa al fin; nada desea.
Te amé, no te amo ya. Piénsalo al menos
¡nunca, si fuere un error, la verdad mire!
Que tantos años de amargura llenos
trague el olvido, el corazón respire.
Lo has destrozado sin piedad; mi orgullo
una vez y otra vez pisaste insano...
más nunca el labio exhalará un murmullo
para acusar tu proceder tirano.
De graves faltas vengador terrible,
dócil llenaste tu misión: ¿lo ignoras?
No era tuyo el poder que irresistible
postró ante ti mis fuerzas vencedoras.
¡Quísolo Dios y fue: gloria a su nombre!
Todo se terminó: recobro aliento.
Ángel de las venganzas. Ya eres hombre...
Ni amor ni miedo al contemplarte siento.
Cayó tu cetro, se embotó tu espada...
Más ¡ay!, ¡cuán triste libertad respiro!
Hice un mundo de ti, que hoy se anonada,
y en honda y vasta soledad me miro.
¡Vive dichoso tú! Si algún día
ves este adiós que te dirijo eterno,
sabe que aún tienes en el alma mía
generoso perdón, cariño tierno.
Transcribo un poema de Gertrudis Gómez de Avellaneda, que expresa lo que mi corazón siente.
A él
No existe lazo ya; todo está roto;
plúgole al cielo así, ¡bendito sea!
amargo cáliz con placer agoto;
mi alma reposa al fin; nada desea.
Te amé, no te amo ya. Piénsalo al menos
¡nunca, si fuere un error, la verdad mire!
Que tantos años de amargura llenos
trague el olvido, el corazón respire.
Lo has destrozado sin piedad; mi orgullo
una vez y otra vez pisaste insano...
más nunca el labio exhalará un murmullo
para acusar tu proceder tirano.
De graves faltas vengador terrible,
dócil llenaste tu misión: ¿lo ignoras?
No era tuyo el poder que irresistible
postró ante ti mis fuerzas vencedoras.
¡Quísolo Dios y fue: gloria a su nombre!
Todo se terminó: recobro aliento.
Ángel de las venganzas. Ya eres hombre...
Ni amor ni miedo al contemplarte siento.
Cayó tu cetro, se embotó tu espada...
Más ¡ay!, ¡cuán triste libertad respiro!
Hice un mundo de ti, que hoy se anonada,
y en honda y vasta soledad me miro.
¡Vive dichoso tú! Si algún día
ves este adiós que te dirijo eterno,
sabe que aún tienes en el alma mía
generoso perdón, cariño tierno.
Friday, December 01, 2006
Cinéfila sin cine...
Me encantaría publicar críticas de cine cada semana, como lo había prometido en una ocasión, pero la verdad es que voy muy poco. Las dos últimas películas que he visto literalmente han sido escapadas, aprovechando que alguien me cuida a la niña en ese momento. Pero bueno, lo prometido es deuda y un amigo me ha recordado que mi deuda ya es muy alta, en este sentido, así que ahí les van algunos comentarios de lo que he visto recientemente...
Ya saben, se vale que me den sus opiniones. La crítica se enriquece de los comentarios.
En cine:
Babel ****
Siguiendo el mismo estilo que ha identificado a González Iñárritu, esta película mezcla escenarios y tiempos sin orden cronológico, obligando al espectador a adivinar el rompecabezas con cada pieza que le entrega. En lo personal, a mí me gusta mucho esta forma narrativa, desde que leí Pedro Páramo, así que me gusta el manejo del director mexicano.
Por lo demás, me llamó mucho la atención la premisa de la historia, y es que los más grandes problemas de comunicación no son resultado de la diferencia de idiomas, sino de la separación de las almas...
Saw 3 ****
No es que me guste el cine gore, más bien los thrillers psicológicos, y desde la primera entrega de esta saga quedé asombrada por el giro que da la trama al final, además de lo estresante que resulta ver cómo, vez tras vez, las víctimas se enfrentan a decisiones que los pueden matar, o los pueden liberar del juego de Jigsaw.
Quien no ha visto las dos primeras partes, probablemente no entenderá la tercera, pues está muy ligada con los sucesos de sus predecesoras. Aunque por ahí tiene algunos detalles que no terminan de cuajar, a mi modo de pensar, la tercera parte de la saga ofrece muchas explicaciones y, por fin, un final para la maquiavélica mente del psicópata tras los juegos.
Títulos en DVD:
Don Juan de Marco ***
Tal vez esperaba más de Johny Depp, tal vez en su momento escuché muy buenos comentarios de la película, tal vez porque pensé que se trataba de algo épico, pero no me pareció la gran cosa. Es una buena película romántica, como para ver un domingo, sobre todo como sugerencia para los chavos que se quieren ligar a una niña, y más si ella es fan del señor Depp. Y chance los hombres aprenden alguna técnica para enamorar a las mujeres...
Espanglish ****
Me parece una buena comedia romántica, con un poco más de trasfondo que la historia de amor entre los personajes. Tenía tiempo que no veía una película que me dejara con tan buen sabor de boca. Creo que suele suceder que cuando uno no espera mucho de una película, es más fácil que se lleve una agradable sorpresa.
La ventana secreta *****
No exagero con las cinco estrellitas. De verdad está buena. Y no sólo porque actúa uno de mis novios, Johny Depp, ni porque lo considero un excelente actor, sino que la trama lo sumerge a uno en un juego psicológico y el final no es el que uno suele esperar. No quiero decir más por temor a contar algo crucial, pero de verdad la recomiendo muchísimo.
La pianista ***
Me habían hablado mucho de esta película, pero al final no me convenció. Nunca terminé de entender a la protagonista. Y si yo, que soy mujer, no la entiendo, los hombres seguro que se desquiciarán. ¿Que si la recomiendo? Pues como onda cultural, de ver cine francés, está bien. Como material de estudio psicológico, también va. Pero de ahí en fuera, si no son amantes del cine cultural, lo más seguro es que no les guste.
Los amantes del círculo polar ****
Esto del cine europeo a veces es complicado para la mentalidad latina, pero en este caso sí me gustó. El final es un poco frustrante para las parejas enamoradas, es cierto, pero me gusta la trama y el manejo del director, un poco a lo Lucía y el sexo. Como buen cine español, es un poco denso; es decir, no es una película que se pueda entender con cientos de distractores alrededor, pero si tienen un rato de relax y no quieren ver algo ligero, vale la pena.
Solo contra sí mismo *****
El nombre original de esta película sueca es Onskan, que significa malvado. Narra la historia de un muchacho que desde niño sufre maltrato por parte de su padrastro y, por ende, él se convierte en golpeador. En un intento por salir adelante, asume la decisión de su madre de enviarlo a un internado que resulta peor que una correccional. Ahí empieza su lucha por mantener sus principios y enfrentar cada uno de los aspectos de su vida, incluso los que le vienen desde pequeño. Muy recomendable.
Infantiles:
La era del hielo 2 ****
Sí, claro, ya todos vieron esta, seguro. Y ya tendrán su propia opinión, así que me limitaré a un par de comentarios. El primero es que extrañé la voz grave y varonil de Sergio Sendel personificando a Diego, pero bueno, conforme avanza la película se olvida uno de ese pequeñísimo detalle. Por otro lado, creo que hay algunos detalles que se les van, como el hecho de que un mamut de diez toneladas y con semejante pelaje completamente mojado pueda nadar, o mejor dicho, bucear, con tanta velocidad, pero bueno... Por lo demás, está muy bien hecha y a los niños les encanta.
Dragones
Así es. Cero estrellas. Osea, ¿en qué estaban pensando los productores de TV Azteca cuando la pusieron en cartelera? La construcción de los dragones se ve chida en los espectaculares, hasta parece que fuera película gringa. Pero la animación, ¡madre santa! ¡Terrible! ¿Cómo esperan que compita contra Cars o Las aventuras de Lucas, por ejemplo? Y la historia... nefasta, con un final incomprensible. Deja mucho qué desear... Yo pagué por verla en el cine, pero ustedes no desperdicien su dinero y mejor renten Tierra de Osos 2, o cualquier otra. Para ver dragones, mejor renten la de Corazón de dragón, aunque no es para niños...
Monster House ****
Una animación increíble y una historia rescatable, pero no apta para menores de cinco o seis años, al menos. Además, es recomendable que los papás vean la película con los niños, sobre todo con aquellos más miedosones o que se sugestionan fácilmente, porque tiene muchas escenas con alta carga de adrenalina y que elevan mucho la tensión, en lo que se refiere a que es una película de terror... con un final adecuado para los niños. Igual no es de esas películas que se ven una y otra vez, pero está muy bien hecha y vale la pena.
Ya saben, se vale que me den sus opiniones. La crítica se enriquece de los comentarios.
En cine:
Babel ****
Siguiendo el mismo estilo que ha identificado a González Iñárritu, esta película mezcla escenarios y tiempos sin orden cronológico, obligando al espectador a adivinar el rompecabezas con cada pieza que le entrega. En lo personal, a mí me gusta mucho esta forma narrativa, desde que leí Pedro Páramo, así que me gusta el manejo del director mexicano.
Por lo demás, me llamó mucho la atención la premisa de la historia, y es que los más grandes problemas de comunicación no son resultado de la diferencia de idiomas, sino de la separación de las almas...
Saw 3 ****
No es que me guste el cine gore, más bien los thrillers psicológicos, y desde la primera entrega de esta saga quedé asombrada por el giro que da la trama al final, además de lo estresante que resulta ver cómo, vez tras vez, las víctimas se enfrentan a decisiones que los pueden matar, o los pueden liberar del juego de Jigsaw.
Quien no ha visto las dos primeras partes, probablemente no entenderá la tercera, pues está muy ligada con los sucesos de sus predecesoras. Aunque por ahí tiene algunos detalles que no terminan de cuajar, a mi modo de pensar, la tercera parte de la saga ofrece muchas explicaciones y, por fin, un final para la maquiavélica mente del psicópata tras los juegos.
Títulos en DVD:
Don Juan de Marco ***
Tal vez esperaba más de Johny Depp, tal vez en su momento escuché muy buenos comentarios de la película, tal vez porque pensé que se trataba de algo épico, pero no me pareció la gran cosa. Es una buena película romántica, como para ver un domingo, sobre todo como sugerencia para los chavos que se quieren ligar a una niña, y más si ella es fan del señor Depp. Y chance los hombres aprenden alguna técnica para enamorar a las mujeres...
Espanglish ****
Me parece una buena comedia romántica, con un poco más de trasfondo que la historia de amor entre los personajes. Tenía tiempo que no veía una película que me dejara con tan buen sabor de boca. Creo que suele suceder que cuando uno no espera mucho de una película, es más fácil que se lleve una agradable sorpresa.
La ventana secreta *****
No exagero con las cinco estrellitas. De verdad está buena. Y no sólo porque actúa uno de mis novios, Johny Depp, ni porque lo considero un excelente actor, sino que la trama lo sumerge a uno en un juego psicológico y el final no es el que uno suele esperar. No quiero decir más por temor a contar algo crucial, pero de verdad la recomiendo muchísimo.
La pianista ***
Me habían hablado mucho de esta película, pero al final no me convenció. Nunca terminé de entender a la protagonista. Y si yo, que soy mujer, no la entiendo, los hombres seguro que se desquiciarán. ¿Que si la recomiendo? Pues como onda cultural, de ver cine francés, está bien. Como material de estudio psicológico, también va. Pero de ahí en fuera, si no son amantes del cine cultural, lo más seguro es que no les guste.
Los amantes del círculo polar ****
Esto del cine europeo a veces es complicado para la mentalidad latina, pero en este caso sí me gustó. El final es un poco frustrante para las parejas enamoradas, es cierto, pero me gusta la trama y el manejo del director, un poco a lo Lucía y el sexo. Como buen cine español, es un poco denso; es decir, no es una película que se pueda entender con cientos de distractores alrededor, pero si tienen un rato de relax y no quieren ver algo ligero, vale la pena.
Solo contra sí mismo *****
El nombre original de esta película sueca es Onskan, que significa malvado. Narra la historia de un muchacho que desde niño sufre maltrato por parte de su padrastro y, por ende, él se convierte en golpeador. En un intento por salir adelante, asume la decisión de su madre de enviarlo a un internado que resulta peor que una correccional. Ahí empieza su lucha por mantener sus principios y enfrentar cada uno de los aspectos de su vida, incluso los que le vienen desde pequeño. Muy recomendable.
Infantiles:
La era del hielo 2 ****
Sí, claro, ya todos vieron esta, seguro. Y ya tendrán su propia opinión, así que me limitaré a un par de comentarios. El primero es que extrañé la voz grave y varonil de Sergio Sendel personificando a Diego, pero bueno, conforme avanza la película se olvida uno de ese pequeñísimo detalle. Por otro lado, creo que hay algunos detalles que se les van, como el hecho de que un mamut de diez toneladas y con semejante pelaje completamente mojado pueda nadar, o mejor dicho, bucear, con tanta velocidad, pero bueno... Por lo demás, está muy bien hecha y a los niños les encanta.
Dragones
Así es. Cero estrellas. Osea, ¿en qué estaban pensando los productores de TV Azteca cuando la pusieron en cartelera? La construcción de los dragones se ve chida en los espectaculares, hasta parece que fuera película gringa. Pero la animación, ¡madre santa! ¡Terrible! ¿Cómo esperan que compita contra Cars o Las aventuras de Lucas, por ejemplo? Y la historia... nefasta, con un final incomprensible. Deja mucho qué desear... Yo pagué por verla en el cine, pero ustedes no desperdicien su dinero y mejor renten Tierra de Osos 2, o cualquier otra. Para ver dragones, mejor renten la de Corazón de dragón, aunque no es para niños...
Monster House ****
Una animación increíble y una historia rescatable, pero no apta para menores de cinco o seis años, al menos. Además, es recomendable que los papás vean la película con los niños, sobre todo con aquellos más miedosones o que se sugestionan fácilmente, porque tiene muchas escenas con alta carga de adrenalina y que elevan mucho la tensión, en lo que se refiere a que es una película de terror... con un final adecuado para los niños. Igual no es de esas películas que se ven una y otra vez, pero está muy bien hecha y vale la pena.
Café y chocolate
A modo de explicación, estos son fragmentos de cosas que he escrito desde hace mucho tiempo. No tienen relación entre sí, no están en orden cronológico y no corresponden a una persona o sentimiento en específico... es solo un ejercicio para recuperar mi musa.
*****
Refrescó su rostro con el agua del lavamanos y se miró al espejo. Casi no se reconoció. No era esa la misma imagen de la joven que recordaba, tiempo atrás, riendo en el jardín trasero de aquella casona blanca, bajo la sombra del árbol que crecía ahí hace más de 40 años...
Regresó de su recuerdo y salió del baño. Aspiró profundamente y caminó a la salita donde la esperaban. Sin embargo, tuvo la sensación de que nadie notó su ausencia. Para parecer ocupada, extendió la mano y asió su taza de café. ¡Vaya! ¡Qué reconfortante resulta una buena taza de café! Se dejó llevar por el aroma mientras...
*****
¿Café o chocolate? -me preguntó el mesero. Me habían recomendado mucho el chocolate caliente del lugar, así que opté por éste. Mientras lo servían, noté la consistencia, la temperatura y el aroma de la bebida, y me dije que si sabía tan bien como se veía, valdría la recomendación. Apenas soplé un poco y di el primer sorbo... mis pupilas se dilataron y en mi rostro se dibujó una sonrisa. Es uno de los mejores chocolates calientes que he probado, definitivamente. Y degustarlo es una experiencia que me gusta repetir cada vez que desayuno en ese restaurante.
*****
Ahí estaba, en la cocinita de su casa, con una taza de tinto en las manos, tratando de calentarse del frío que hacía tanto fuera como dentro de la casa... muy dentro, en su interior. Aspiró el aroma del café y le dió un gran sorbo, sintiendo que en cada trago la esencia del lugar se mezclaba un poco más en su ser.
*****
Aún recuerdo la primera vez que probé un capuchino con cajeta, en un famoso café en Querétaro. Hoy, el recuerdo me parece agridulce, pues si bien hubo momentos gratos, hay dos personas que entonces significaron mucho para mí y ya no están conmigo. El primero, L, mi cielo y mi infierno. Y mi prima María Elena, a quien sigo extrañando, cada vez con más fuerza, conforme los recuerdos me hacen patente que ya no estará con nosotros...
*****
Todo mundo habla del café colombiano, pero mi sorpresa fue descubrir el delicioso sabor del chocolate de tablilla de ese país. Tal vez sea que, en lo personal, el chocolate Abuelita me parece muy dulce, pero me gustó mucho el sudamericano. ¡Lo que daría por volver a tomarme un chocolate en casa de doña Lucía!
*****
Él permanecía callado, sin saber qué mas decir. El silencio entre los dos lo estaba matando de ansiedad, pero no se atrevía a romperlo, después de haberle destrozado el corazón. Ella no decía nada, simplemente se quedó abstraída en la taza de café americano frente a ella, casi como autista. ¿Qué debía hacer él? Empezó a juguetear con los hielos en su vaso, con la cucharita del café, las servilletas y terminó por girar el cenicero con un dedo, hasta que se le escapó y fue a dar contra el vaso, tirándolo de la mesa, junto con el tenedor. El escándalo hizo que todos en el lugar miraran hacia donde estaba. Avergonzado, intentó ayudar al mesero a recoger las cosas, y sólo entonces se percató de que ella lo miraba con los ojos vacíos, sin lágrimas, sin sentimiento alguno, como si él no estuviera ahí...
*****
Cierro los ojos y me viene a la mente la escena de ese desayuno familiar, cuando mi mamá preparó su famosa receta de conchas con nata, acompañadas de chocolate frío. Ha pasado mucho tiempo y han sucedido muchísimas cosas. Mi mami ya no cocina como antes, ni tiene los recursos ni el tiempo. Pero cuando prepara su chocolate licuado, no hay quien se niegue a tomarse, al menos, un vaso de la deliciosa bebida.
*****
Refrescó su rostro con el agua del lavamanos y se miró al espejo. Casi no se reconoció. No era esa la misma imagen de la joven que recordaba, tiempo atrás, riendo en el jardín trasero de aquella casona blanca, bajo la sombra del árbol que crecía ahí hace más de 40 años...
Regresó de su recuerdo y salió del baño. Aspiró profundamente y caminó a la salita donde la esperaban. Sin embargo, tuvo la sensación de que nadie notó su ausencia. Para parecer ocupada, extendió la mano y asió su taza de café. ¡Vaya! ¡Qué reconfortante resulta una buena taza de café! Se dejó llevar por el aroma mientras...
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¿Café o chocolate? -me preguntó el mesero. Me habían recomendado mucho el chocolate caliente del lugar, así que opté por éste. Mientras lo servían, noté la consistencia, la temperatura y el aroma de la bebida, y me dije que si sabía tan bien como se veía, valdría la recomendación. Apenas soplé un poco y di el primer sorbo... mis pupilas se dilataron y en mi rostro se dibujó una sonrisa. Es uno de los mejores chocolates calientes que he probado, definitivamente. Y degustarlo es una experiencia que me gusta repetir cada vez que desayuno en ese restaurante.
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Ahí estaba, en la cocinita de su casa, con una taza de tinto en las manos, tratando de calentarse del frío que hacía tanto fuera como dentro de la casa... muy dentro, en su interior. Aspiró el aroma del café y le dió un gran sorbo, sintiendo que en cada trago la esencia del lugar se mezclaba un poco más en su ser.
*****
Aún recuerdo la primera vez que probé un capuchino con cajeta, en un famoso café en Querétaro. Hoy, el recuerdo me parece agridulce, pues si bien hubo momentos gratos, hay dos personas que entonces significaron mucho para mí y ya no están conmigo. El primero, L, mi cielo y mi infierno. Y mi prima María Elena, a quien sigo extrañando, cada vez con más fuerza, conforme los recuerdos me hacen patente que ya no estará con nosotros...
*****
Todo mundo habla del café colombiano, pero mi sorpresa fue descubrir el delicioso sabor del chocolate de tablilla de ese país. Tal vez sea que, en lo personal, el chocolate Abuelita me parece muy dulce, pero me gustó mucho el sudamericano. ¡Lo que daría por volver a tomarme un chocolate en casa de doña Lucía!
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Él permanecía callado, sin saber qué mas decir. El silencio entre los dos lo estaba matando de ansiedad, pero no se atrevía a romperlo, después de haberle destrozado el corazón. Ella no decía nada, simplemente se quedó abstraída en la taza de café americano frente a ella, casi como autista. ¿Qué debía hacer él? Empezó a juguetear con los hielos en su vaso, con la cucharita del café, las servilletas y terminó por girar el cenicero con un dedo, hasta que se le escapó y fue a dar contra el vaso, tirándolo de la mesa, junto con el tenedor. El escándalo hizo que todos en el lugar miraran hacia donde estaba. Avergonzado, intentó ayudar al mesero a recoger las cosas, y sólo entonces se percató de que ella lo miraba con los ojos vacíos, sin lágrimas, sin sentimiento alguno, como si él no estuviera ahí...
*****
Cierro los ojos y me viene a la mente la escena de ese desayuno familiar, cuando mi mamá preparó su famosa receta de conchas con nata, acompañadas de chocolate frío. Ha pasado mucho tiempo y han sucedido muchísimas cosas. Mi mami ya no cocina como antes, ni tiene los recursos ni el tiempo. Pero cuando prepara su chocolate licuado, no hay quien se niegue a tomarse, al menos, un vaso de la deliciosa bebida.
Thursday, November 23, 2006
Textos robados
A falta de inspiración propia, les dejo algo de poesía ajena...
Humorismos tristes
¿Que si me duele? Un poco; te confieso
que me heriste a traición, más por fortuna
tras el rapto de ira vino una
dulce resignación... pasó el acceso.
¿Sufrir, llorar, morir? ¿Quién piensa eso?
El amor es un huésped que importuna;
mírame cómo estoy, ya sin ninguna
tristeza que decirte. Dame un beso.
Así. Muy bien; perdóname, fui un loco.
Tú me curaste -gracias-, y ya puedo
saber lo que imagino y lo que toco.
En la herida que hiciste, pon el dedo.
¿Que si me duele? Sí, me duele un poco,
más no mata el dolor... no tengas miedo...
Luis G. Urbina
Reto
Si porque a tus plantas ruedo
como un ilota rendido,
y una mirada te pido
con temor, casi con miedo;
si porque ante tí me quedo
extático de emoción,
piensas que mi corazón
se va en mi pecho a romper
y que por siempre he de ser
esclavo de mi pasión;
¡te equivocas, te equivocas!
Fresco y fragante capullo,
yo quebrantaré tu orgullo
como el minero las rocas.
Si a la lucha me provocas
dispuesto estoy a luchar;
tú eres espuma, yo mar
que en sus cóleras confía.
Me haces llorar; pero un día
yo también te haré llorar.
Y entonces, cuando rendida
ofrezcas toda tu vida,
perdón pidiendo a mis pies,
como mi cólera es
infinita en sus excesos,
¿sabes tú lo que haría en esos
momentos de indignación?
¡Arrancarte el corazón
para comérmelo a besos!
Julio Flores
Humorismos tristes
¿Que si me duele? Un poco; te confieso
que me heriste a traición, más por fortuna
tras el rapto de ira vino una
dulce resignación... pasó el acceso.
¿Sufrir, llorar, morir? ¿Quién piensa eso?
El amor es un huésped que importuna;
mírame cómo estoy, ya sin ninguna
tristeza que decirte. Dame un beso.
Así. Muy bien; perdóname, fui un loco.
Tú me curaste -gracias-, y ya puedo
saber lo que imagino y lo que toco.
En la herida que hiciste, pon el dedo.
¿Que si me duele? Sí, me duele un poco,
más no mata el dolor... no tengas miedo...
Luis G. Urbina
Reto
Si porque a tus plantas ruedo
como un ilota rendido,
y una mirada te pido
con temor, casi con miedo;
si porque ante tí me quedo
extático de emoción,
piensas que mi corazón
se va en mi pecho a romper
y que por siempre he de ser
esclavo de mi pasión;
¡te equivocas, te equivocas!
Fresco y fragante capullo,
yo quebrantaré tu orgullo
como el minero las rocas.
Si a la lucha me provocas
dispuesto estoy a luchar;
tú eres espuma, yo mar
que en sus cóleras confía.
Me haces llorar; pero un día
yo también te haré llorar.
Y entonces, cuando rendida
ofrezcas toda tu vida,
perdón pidiendo a mis pies,
como mi cólera es
infinita en sus excesos,
¿sabes tú lo que haría en esos
momentos de indignación?
¡Arrancarte el corazón
para comérmelo a besos!
Julio Flores
Sunday, November 19, 2006
El llamado de la naturaleza
Después de tanto rechazar la idea de la maternidad de nuevo, de pronto me invade el sentimiento.
Vale tiene muchos días pidiéndome una hermanita, y como en su momento hemos hablado de la posibilidad de adoptar un niño, y además ha visto varias veces la película de Stuart Little, ahora cree que conseguir uno es tan fácil como ir al super y comprarlo. El jueves pasado, la pobre estuvo incluso llorando, pidiéndome que le consiga lo antes posible un compañero de juegos...
Aunque ya el viernes amaneció tranquila, para mí la situación empeoró ayer, durante la fiesta de cumpleaños de mi sobrino, pues la hermana de mi cuñado acaba de tener una bebita. Y tiene tan lindo carácter la nena que cuando la cargué no pude evitar sentirme atraída ante la idea de tener mi propio bultito otra vez...
Como sea, nada que quiera volver a intentar yo sola. Así que mejor me espero y tiempo al tiempo.
Eso sí, aproveché para explicarle a Vale que si quiere que le dé un hermanito va a ser chiquito, como la bebé, y que no podrá jugar con ella como piensa ahora que lo hará. Parece que lo entendió pues, hasta ahora, anda tranquila y no ha vuelto a mencionar el punto.
Vale tiene muchos días pidiéndome una hermanita, y como en su momento hemos hablado de la posibilidad de adoptar un niño, y además ha visto varias veces la película de Stuart Little, ahora cree que conseguir uno es tan fácil como ir al super y comprarlo. El jueves pasado, la pobre estuvo incluso llorando, pidiéndome que le consiga lo antes posible un compañero de juegos...
Aunque ya el viernes amaneció tranquila, para mí la situación empeoró ayer, durante la fiesta de cumpleaños de mi sobrino, pues la hermana de mi cuñado acaba de tener una bebita. Y tiene tan lindo carácter la nena que cuando la cargué no pude evitar sentirme atraída ante la idea de tener mi propio bultito otra vez...
Como sea, nada que quiera volver a intentar yo sola. Así que mejor me espero y tiempo al tiempo.
Eso sí, aproveché para explicarle a Vale que si quiere que le dé un hermanito va a ser chiquito, como la bebé, y que no podrá jugar con ella como piensa ahora que lo hará. Parece que lo entendió pues, hasta ahora, anda tranquila y no ha vuelto a mencionar el punto.
Thursday, November 16, 2006
Yyyyyyyyyyy... ya lo entendí
Hoy finalmente me cayó el veinte. Chateando con un conocido, como por arte de magia se me prendió el foco. Ya en otra ocasión lo había pensado, pero hoy fue como una revelación que me quitó una venda de los ojos...
Este "amigo" con el que chateaba, y a quien apenas conozco, insiste en llamarme "mi amor" y "corazón" cuando hablamos. Y, honestamente, yo nunca le he parado un alto porque entiendo que es un juego y que de ahí no pasa. Igual que con algunos otros con los que también suelo flirtear, ya sea en persona o por chat.
Él no es el primero ni el único en llamarme "corazón". Mi rolo también lo hacía... y lo hacen un par de amigos más.
La pregunta entonces es ¿por qué creí que lo que decía J era cierto cuando desacredito las intenciones de los demás? Tal vez porque es lo que quería creer... por duro que me parezca.
Con un amigo que tengo en Europa hablo sobre la posibilidad de vernos, de salir juntos... pero yo sé que es muy poco probable que lo vea, al menos en el corto plazo. El que me encontré hace rato en el messenger me decía que pronto viene a México y que espera que yo lo recoja en el aeropuerto... ¿perdón? Pensé "si apenas te he visto una vez."
Y ahí me llegó la iluminación. Así, de la nada. Es exactamente lo mismo con el colombiano... ¿qué lo hizo diferente?
Ahora creo que no hay más razones que las que mi corazón y mi mente confundida se empeñan en hallar, pues lo cierto es que lo que haya sido que tuve con J no es muy diferente a lo que tengo con los otros.
Sí, sí, sí... mi corazón rebelde insiste en rescatar recuerdos para hacerme pensar que había algo distinto. Y tal vez pudiera ser así, algo más que un simple flirteo. Pero, a fin de cuentas, un flirteo virtual y de ahí no iba a pasar.
Debí saberlo siempre, pero me vengo a enterar apenas, ahora que me veo a mí misma aplicándoles a otros la misma que me aplicaron a mí...
Este "amigo" con el que chateaba, y a quien apenas conozco, insiste en llamarme "mi amor" y "corazón" cuando hablamos. Y, honestamente, yo nunca le he parado un alto porque entiendo que es un juego y que de ahí no pasa. Igual que con algunos otros con los que también suelo flirtear, ya sea en persona o por chat.
Él no es el primero ni el único en llamarme "corazón". Mi rolo también lo hacía... y lo hacen un par de amigos más.
La pregunta entonces es ¿por qué creí que lo que decía J era cierto cuando desacredito las intenciones de los demás? Tal vez porque es lo que quería creer... por duro que me parezca.
Con un amigo que tengo en Europa hablo sobre la posibilidad de vernos, de salir juntos... pero yo sé que es muy poco probable que lo vea, al menos en el corto plazo. El que me encontré hace rato en el messenger me decía que pronto viene a México y que espera que yo lo recoja en el aeropuerto... ¿perdón? Pensé "si apenas te he visto una vez."
Y ahí me llegó la iluminación. Así, de la nada. Es exactamente lo mismo con el colombiano... ¿qué lo hizo diferente?
Ahora creo que no hay más razones que las que mi corazón y mi mente confundida se empeñan en hallar, pues lo cierto es que lo que haya sido que tuve con J no es muy diferente a lo que tengo con los otros.
Sí, sí, sí... mi corazón rebelde insiste en rescatar recuerdos para hacerme pensar que había algo distinto. Y tal vez pudiera ser así, algo más que un simple flirteo. Pero, a fin de cuentas, un flirteo virtual y de ahí no iba a pasar.
Debí saberlo siempre, pero me vengo a enterar apenas, ahora que me veo a mí misma aplicándoles a otros la misma que me aplicaron a mí...
Friday, November 10, 2006
Posdata
Dos comentarios y les prometo no volver a mencionarlo.
Sólo dos pensamientos que me cruzan por la cabeza y necesito soltarlos, para poder seguir adelante:
1. En un post, estando en Bogotá, dije que me sentía cada día más enamorada de Colombia y menos enamorada de él... nada más lejano de la realidad. A pesar de todo, lo cierto es que pasó lo que tanto temía y me clavé aún más. Quien me conozca aunque sea un poquito sabrá que mentí al escribir eso. Sé que la realidad no fue como la imaginaba, pero con todo y su frialdad, me gustó.
2. Debo reconocer que yo también estuve muuuuuy lejos de ser como soy. Creo que algo que últimamente me ha molestado un poco en mi interior, es escuchar comentarios de que yo puse todo de mi parte y que en mí no quedó, porque la verdad es que no fuí ni la mitad de lo que soy. No pude comportarme de manera normal con él. Y aunque reconozco que esto es de dos y que él tampoco puso mucho de su parte, me siento incluso enojada conmigo misma por no haber podido desempeñarme como tantas veces lo planeé. Ahora ya se nos pasó la oportunidad, la dejamos ir y probablemente no haya más chance de convivir y mostrarnos tal cual somos. Ahí quedó, tristemente, en un intento a medias, la espera de dos años.
Sí, estoy muy enojada conmigo por haber desperdiciado así una oportunidad, porque independientemente de que él haya hecho o no su parte, yo no hice bien mi papel. Es como si durante meses esperaran una audición para participar en la película o la obra de teatro de sus sueños y, llegado el día, al estar frente al director, los nervios los invaden y no actúan bien. Como se dice por acá: gracias por participar y cero esperanzas de volver a intentarlo.
Escribo esto porque quedé muy confundida y, aunque no había querido escribir nada de lo que he sentido públicamente, y me lo he quedado durante días, tenía que gritarlo porque me está comiendo.
Señores, él podrá ser todo lo frío y pasivo que escribí, pero la verdad es que yo no dí lo mejor de mí. No es cierto. No se la crean. Y no me digan que sí porque yo sé que no fue así... tendrían que haberme visto para entenderlo...
Anyway... no lo veo muy convencido de buscar otra oportunidad, así que creo que ahí quedó. Como siempre, muy a mi pesar. Pero bueno, confío que con el tiempo y la ayuda de Dios mi corazón sanará y más adelante encontrará -espero- al hombre correcto.
Sólo dos pensamientos que me cruzan por la cabeza y necesito soltarlos, para poder seguir adelante:
1. En un post, estando en Bogotá, dije que me sentía cada día más enamorada de Colombia y menos enamorada de él... nada más lejano de la realidad. A pesar de todo, lo cierto es que pasó lo que tanto temía y me clavé aún más. Quien me conozca aunque sea un poquito sabrá que mentí al escribir eso. Sé que la realidad no fue como la imaginaba, pero con todo y su frialdad, me gustó.
2. Debo reconocer que yo también estuve muuuuuy lejos de ser como soy. Creo que algo que últimamente me ha molestado un poco en mi interior, es escuchar comentarios de que yo puse todo de mi parte y que en mí no quedó, porque la verdad es que no fuí ni la mitad de lo que soy. No pude comportarme de manera normal con él. Y aunque reconozco que esto es de dos y que él tampoco puso mucho de su parte, me siento incluso enojada conmigo misma por no haber podido desempeñarme como tantas veces lo planeé. Ahora ya se nos pasó la oportunidad, la dejamos ir y probablemente no haya más chance de convivir y mostrarnos tal cual somos. Ahí quedó, tristemente, en un intento a medias, la espera de dos años.
Sí, estoy muy enojada conmigo por haber desperdiciado así una oportunidad, porque independientemente de que él haya hecho o no su parte, yo no hice bien mi papel. Es como si durante meses esperaran una audición para participar en la película o la obra de teatro de sus sueños y, llegado el día, al estar frente al director, los nervios los invaden y no actúan bien. Como se dice por acá: gracias por participar y cero esperanzas de volver a intentarlo.
Escribo esto porque quedé muy confundida y, aunque no había querido escribir nada de lo que he sentido públicamente, y me lo he quedado durante días, tenía que gritarlo porque me está comiendo.
Señores, él podrá ser todo lo frío y pasivo que escribí, pero la verdad es que yo no dí lo mejor de mí. No es cierto. No se la crean. Y no me digan que sí porque yo sé que no fue así... tendrían que haberme visto para entenderlo...
Anyway... no lo veo muy convencido de buscar otra oportunidad, así que creo que ahí quedó. Como siempre, muy a mi pesar. Pero bueno, confío que con el tiempo y la ayuda de Dios mi corazón sanará y más adelante encontrará -espero- al hombre correcto.
Thursday, November 09, 2006
Pregunta...
¿Cuál es el colmo de un escritor?
Respuesta: Que no puede escribir los finales de sus propias historias.
Digo esto en un tono irónico, pero también debo confesar que ahora que lo recuerdo, mi opera prima no ha sido concluida. La inicié cuando tenía unos trece años. La quise retomar por ahí de los 20 y me dí cuenta de que había escrito, por adelantado, uno de los grandes frentazos amorosos que me había de dar.
Tal vez por superstición, tal vez por no seguir escribiendo mi futuro, la dejé y no la he vuelto a retomar. Tal vez debía hacerlo para poder tener el final de novela para mis relaciones amorosas, ya que en la vida real no se me da muy bien...
Pero bueno, eso es solo un pensamiento fantasioso, como los muchos que me invaden diariamente. Lo cierto es que la vida se construye cada día, con las decisiones que tomamos, y lo que yo redacte en una hoja de papel o una pantalla de computadora está muy lejos de convertirse en realidad solo porque lo quiero así.
Respuesta: Que no puede escribir los finales de sus propias historias.
Digo esto en un tono irónico, pero también debo confesar que ahora que lo recuerdo, mi opera prima no ha sido concluida. La inicié cuando tenía unos trece años. La quise retomar por ahí de los 20 y me dí cuenta de que había escrito, por adelantado, uno de los grandes frentazos amorosos que me había de dar.
Tal vez por superstición, tal vez por no seguir escribiendo mi futuro, la dejé y no la he vuelto a retomar. Tal vez debía hacerlo para poder tener el final de novela para mis relaciones amorosas, ya que en la vida real no se me da muy bien...
Pero bueno, eso es solo un pensamiento fantasioso, como los muchos que me invaden diariamente. Lo cierto es que la vida se construye cada día, con las decisiones que tomamos, y lo que yo redacte en una hoja de papel o una pantalla de computadora está muy lejos de convertirse en realidad solo porque lo quiero así.
Sunday, October 29, 2006
Se me acabó el veinte
Lamento haberlos tenido en suspenso hasta hoy, pero el jueves no tenía ánimo de escribir y del viernes para acá se me hizo imposible conectarme, hasta ahorita.
Ya estoy en México. Tuve que regresar un día antes de lo planeado porque me agendaron el vuelo de regreso para ayer y haberlo cambiado para hoy me habría costado $116 dólares. Ayer me iba a llevar Jorge a un lugar llamado Villa de Leyva, he visto las fotos y lamenté mucho no haberme quedado, porque se ve muy bonito.
Mi acento ya lo recuperé, desde antes de regresar. Hasta me ha costado trabajo hablar como colombiana para mostrarle a mi familia cómo es el acento de los rolos. No he dejado de pensar en Colombia y en Jorge desde que llegué aquí, porque me enamoré del país y, a pesar de lo que escribí el martes, lo cierto es que quiero mucho al rolo, con todo y su carácter pasivo y frío.
Su mamá me contó muchas cosas que me ayudaron a entenderlo, pero al final lo que cuenta es lo que pasó -o no pasó- entre nosotros. Al principio fueron los nervios, la emoción, el miedo… con el paso de los días me fui relajando, pero como que la comunicación verbal no es nuestro campo. Tuvimos poco tiempo para platicar y estar juntos y mal lo aprovechamos. No logramos hablar, más ya tengo la respuesta que buscaba. Tal vez no sea la que yo quería, pero al menos ya lo sé, y yo iba preparada para cualquier escenario, desde el más positivo hasta el más negativo. Además, el que me tocó vivir no fue tan malo: hubo momentos muy buenos y me llevo memorias muy gratas que atesoraré para siempre en mi corazón.
Les cuento que el miércoles por la noche visitamos a un amigo de Jorge porque era su cumpleaños y nos llevamos una botella de tequila. Entre cinco (o más bien, cuatro porque yo a duras penas tomé dos caballitos y media cerveza) nos acabamos el tequila y como una docena de cervezas. Lo bueno es que antes de salir, su papá me dio a probar el jugo de guayacabo, que en realidad es un licuado porque lo preparan con leche y plátano, que allá le llaman habano. Me atendieron tan bien que difícilmente conseguí no subir de peso lo que había bajado antes de irme.
El jueves a levantarse temprano, y la mamá de Jorge nos preparó un caldo para los guayabos (crudos), a él con agua, cilantro y pan remojado, a mí con leche, cilantro y pan... suena raro pero sabe bien. También me dió una almojábana (pan con queso) y un huevo de pato, que sabe casi como el de pollo, pero es más grande.
El jueves visité Zipaquirá, un lugar bellísimo a una hora de Bogotá donde hay unas minas de sal y, en el interior de la mina, una catedral... no hay palabras para expresarles la belleza del lugar, y ninguna foto hará el mérito que merece. Regresé cansadísima y me acosté temprano.
El viernes, ya sabiendo que no podría quedarme el sábado, fuí con la señora a visitar el museo del oro... una cosa formidable que me dejó boquiabierta en más de una ocasión. De ahí, nos tomamos un café con pan de bono, pan de yuca y unas empanadas de carne muy sabrosas a las que les dicen pipicarne.
Después, fuimos de shopping, compré mucha ropa, a razón de $700 pesos mexicanos. Paseamos por la plaza central, me mostró el palacio de justicia, la catedral, la casa donde vivió Simón Bolívar, el barrio de la Candelaria -que es un sitio muy bonito, de arquitectura colonial-, entramos a un par de iglesias (en una de ellas están los restos de los libertadores de Colombia) y finalmente, pude acercarme a la Casa de Nariño, que es donde vive el Presidente Álvaro Uribe.
Apenas llegué a cambiarme de ropa porque nos fuimos a rumbear con unos amigos de Jorge. ¡Qué bonito bailan los colombianos, de verdad! La parte patética de la noche fue luchar por contenerme las ganas de plantarle un besote a aquél... prueba superada, no lo toqué... hasta que llegamos a su casa.
Mi cabecita sigue por allá, eso ni cómo negarlo, pero al menos no quedó en mí y, como decimos por acá: fue un placer conocerte. Ya el tiempo y el destino dirán si nos volvemos a encontrar, pero me queda claro que no será porque alguno de los dos haga algo por juntarnos.
Los dejo con una canción de Madonna que me gusta mucho y expresa mi sentir en este momento. Disculpen lo largo de este post pero la ocasión lo ameritaba.
The power of goodbye
"Your heart is not open, so I must go. This spell has been broken, I loved you so. Freedom comes when you learn to let go, creation comes when you learn to say no. You were my lesson I had to learn. I was your fortress you had to burn. Pain is a warning that somethings is wrong. I pray to God that it won't take long. I wanna go higher...
There's nothing left to try, there's no place left to hide. There's no greater power than the power of goodbye.
Your heart is not open, so I must go. This spell has been broken, I loved you so. You were my lesson I had to learn. I was your fortress...
There's nothing left to loose. There's no more heart to bruise. There's no greater power than the power of goodbye.
Learn to say goodbye. I learned to say goodbye.
There's nothing left to try, there's no place left to hide. There's no greater power than the power of goodbye. There's nothing left to loose. There's no more heart to bruise. There's no greater power than the power of goodbye."
Ya estoy en México. Tuve que regresar un día antes de lo planeado porque me agendaron el vuelo de regreso para ayer y haberlo cambiado para hoy me habría costado $116 dólares. Ayer me iba a llevar Jorge a un lugar llamado Villa de Leyva, he visto las fotos y lamenté mucho no haberme quedado, porque se ve muy bonito.
Mi acento ya lo recuperé, desde antes de regresar. Hasta me ha costado trabajo hablar como colombiana para mostrarle a mi familia cómo es el acento de los rolos. No he dejado de pensar en Colombia y en Jorge desde que llegué aquí, porque me enamoré del país y, a pesar de lo que escribí el martes, lo cierto es que quiero mucho al rolo, con todo y su carácter pasivo y frío.
Su mamá me contó muchas cosas que me ayudaron a entenderlo, pero al final lo que cuenta es lo que pasó -o no pasó- entre nosotros. Al principio fueron los nervios, la emoción, el miedo… con el paso de los días me fui relajando, pero como que la comunicación verbal no es nuestro campo. Tuvimos poco tiempo para platicar y estar juntos y mal lo aprovechamos. No logramos hablar, más ya tengo la respuesta que buscaba. Tal vez no sea la que yo quería, pero al menos ya lo sé, y yo iba preparada para cualquier escenario, desde el más positivo hasta el más negativo. Además, el que me tocó vivir no fue tan malo: hubo momentos muy buenos y me llevo memorias muy gratas que atesoraré para siempre en mi corazón.
Les cuento que el miércoles por la noche visitamos a un amigo de Jorge porque era su cumpleaños y nos llevamos una botella de tequila. Entre cinco (o más bien, cuatro porque yo a duras penas tomé dos caballitos y media cerveza) nos acabamos el tequila y como una docena de cervezas. Lo bueno es que antes de salir, su papá me dio a probar el jugo de guayacabo, que en realidad es un licuado porque lo preparan con leche y plátano, que allá le llaman habano. Me atendieron tan bien que difícilmente conseguí no subir de peso lo que había bajado antes de irme.
El jueves a levantarse temprano, y la mamá de Jorge nos preparó un caldo para los guayabos (crudos), a él con agua, cilantro y pan remojado, a mí con leche, cilantro y pan... suena raro pero sabe bien. También me dió una almojábana (pan con queso) y un huevo de pato, que sabe casi como el de pollo, pero es más grande.
El jueves visité Zipaquirá, un lugar bellísimo a una hora de Bogotá donde hay unas minas de sal y, en el interior de la mina, una catedral... no hay palabras para expresarles la belleza del lugar, y ninguna foto hará el mérito que merece. Regresé cansadísima y me acosté temprano.
El viernes, ya sabiendo que no podría quedarme el sábado, fuí con la señora a visitar el museo del oro... una cosa formidable que me dejó boquiabierta en más de una ocasión. De ahí, nos tomamos un café con pan de bono, pan de yuca y unas empanadas de carne muy sabrosas a las que les dicen pipicarne.
Después, fuimos de shopping, compré mucha ropa, a razón de $700 pesos mexicanos. Paseamos por la plaza central, me mostró el palacio de justicia, la catedral, la casa donde vivió Simón Bolívar, el barrio de la Candelaria -que es un sitio muy bonito, de arquitectura colonial-, entramos a un par de iglesias (en una de ellas están los restos de los libertadores de Colombia) y finalmente, pude acercarme a la Casa de Nariño, que es donde vive el Presidente Álvaro Uribe.
Apenas llegué a cambiarme de ropa porque nos fuimos a rumbear con unos amigos de Jorge. ¡Qué bonito bailan los colombianos, de verdad! La parte patética de la noche fue luchar por contenerme las ganas de plantarle un besote a aquél... prueba superada, no lo toqué... hasta que llegamos a su casa.
Sin embargo, al final, tal como en el libro de La historia sin fin, la oscuridad llegó a Fantasía y todo desaparece. Una canción de Moenia dice: solamente tú me puedes destruir, o salvar, dos palabras bastarán; yo te podría esperar hasta que se evapore todo el mar, pero tú no dices más. Y efectivamente, él no dice mucho, y lo que dice significa: bájale a la velocidad.
Osea, las cosas no se dieron. Al menos, me queda la satisfacción personal de haber puesto de mi parte para trascender las ventanas de Internet y descubrir que todo lo que nos dijimos ahí distaba mucho de ser la realidad.
Sobre la inquietud de "cielo", lo que puedo decir es que fui a recoger mi corazón, que se me escapó hace dos años. Ya lo traigo de vuelta, enamorado y triste, pero al menos ya está conmigo, lo que me da la oportunidad de seguir adelante. (Por cierto, me tienes intrigada con el comentario del niño en el cine, pues no se me ocurre quién pueda ser ni qué me sabes... jejeje)Mi cabecita sigue por allá, eso ni cómo negarlo, pero al menos no quedó en mí y, como decimos por acá: fue un placer conocerte. Ya el tiempo y el destino dirán si nos volvemos a encontrar, pero me queda claro que no será porque alguno de los dos haga algo por juntarnos.
Los dejo con una canción de Madonna que me gusta mucho y expresa mi sentir en este momento. Disculpen lo largo de este post pero la ocasión lo ameritaba.
The power of goodbye
"Your heart is not open, so I must go. This spell has been broken, I loved you so. Freedom comes when you learn to let go, creation comes when you learn to say no. You were my lesson I had to learn. I was your fortress you had to burn. Pain is a warning that somethings is wrong. I pray to God that it won't take long. I wanna go higher...
There's nothing left to try, there's no place left to hide. There's no greater power than the power of goodbye.
Your heart is not open, so I must go. This spell has been broken, I loved you so. You were my lesson I had to learn. I was your fortress...
There's nothing left to loose. There's no more heart to bruise. There's no greater power than the power of goodbye.
Learn to say goodbye. I learned to say goodbye.
There's nothing left to try, there's no place left to hide. There's no greater power than the power of goodbye. There's nothing left to loose. There's no more heart to bruise. There's no greater power than the power of goodbye."
Tuesday, October 24, 2006
Un sabor agridulce...
Hoy nos escapamos unos cuantos del grupo de México para ir al cerro de Monserrate, a donde se sube en teleférico y desde donde se ve la ciudad de Bogotá. A diferencia de otros días, hoy amaneció muy soleado, así que disfrutamos mucho el paseo y tomamos fotos muy bonitas. Ahí se quedó mi corazón, con una vista preciosa que llevaré de recuerdo para toda mi vida.
Por la noche tuvimos una cena-baile y me la pase muy bien. Bailé mucho y al final hasta me gané un CD, en una competencia improvisada por la orquesta entre una guatemalteca, una colombiana y yo. Osea, o bailé mejor que ellas o mi porra gritó más fuerte.
Por lo demás, les cuento que he comido arepas, que son como gorditas de maíz -típicas no solo de Colombia sino también de Venezuela-, también comí un plato típico de aquí que se llama ajiaco, que es como consomé de pollo pero más espeso y le ponen papa, pollo, yuca, plátano maduro y no sé qué más, lo acompañan con arroz y aguacate, que aquí tiene un sabor muy dulce. El jugo de mora también es muy común. Al café lo llaman tinto, y lo endulzan con azúcar morena casi desde su preparación. Probé también un chocolate caliente pero a base de agua, sin leche, y debo confesar que no sabía mal. El pan de acompañamiento, similar a lo que para nosotros sería el bolillo, es muy bueno y muy suave. Y la avena la sirven en taza, para tomarla a sorbos, no a cucharadas, como en México.
El acento ya lo tengo bien marcado, pero lucho por evitarlo. Las expresiones se me han pegado fácil, al grado de que hoy, mientras veníamos en el taxi, de regreso de Monserrate, el taxista preguntó que si yo si era de por acá... y me dije: ¡cielos! Ya estoy perdiendo mi acento. Nada grave, unas horas en el DF y todo volverá a la normalidad, jejeje.
Y sobre Jorge, el asunto está de lo más raro. Por un lado, él se ha portado muy bien y su mamá ni qué decir. Pero por otro, o es muy tímido o es un frío de lo peor. Por algo los rolos (así les dicen a los bogotanos) tienen fama de fríos, ya lo veo con él. Y yo con lo apasionada que soy. Hoy tomaré el toro por los cuernos y hablaré con él. Tengo una tristeza pequeñita en mi corazón, por sentir que el amor platónico de dos años se me muere ante la fuerza imponente de la realidad...
Así, pues, cada día que pasa me siento más enamorada de Colombia, y un poco menos enamorada de Jorge.
Por la noche tuvimos una cena-baile y me la pase muy bien. Bailé mucho y al final hasta me gané un CD, en una competencia improvisada por la orquesta entre una guatemalteca, una colombiana y yo. Osea, o bailé mejor que ellas o mi porra gritó más fuerte.
Por lo demás, les cuento que he comido arepas, que son como gorditas de maíz -típicas no solo de Colombia sino también de Venezuela-, también comí un plato típico de aquí que se llama ajiaco, que es como consomé de pollo pero más espeso y le ponen papa, pollo, yuca, plátano maduro y no sé qué más, lo acompañan con arroz y aguacate, que aquí tiene un sabor muy dulce. El jugo de mora también es muy común. Al café lo llaman tinto, y lo endulzan con azúcar morena casi desde su preparación. Probé también un chocolate caliente pero a base de agua, sin leche, y debo confesar que no sabía mal. El pan de acompañamiento, similar a lo que para nosotros sería el bolillo, es muy bueno y muy suave. Y la avena la sirven en taza, para tomarla a sorbos, no a cucharadas, como en México.
El acento ya lo tengo bien marcado, pero lucho por evitarlo. Las expresiones se me han pegado fácil, al grado de que hoy, mientras veníamos en el taxi, de regreso de Monserrate, el taxista preguntó que si yo si era de por acá... y me dije: ¡cielos! Ya estoy perdiendo mi acento. Nada grave, unas horas en el DF y todo volverá a la normalidad, jejeje.
Y sobre Jorge, el asunto está de lo más raro. Por un lado, él se ha portado muy bien y su mamá ni qué decir. Pero por otro, o es muy tímido o es un frío de lo peor. Por algo los rolos (así les dicen a los bogotanos) tienen fama de fríos, ya lo veo con él. Y yo con lo apasionada que soy. Hoy tomaré el toro por los cuernos y hablaré con él. Tengo una tristeza pequeñita en mi corazón, por sentir que el amor platónico de dos años se me muere ante la fuerza imponente de la realidad...
Así, pues, cada día que pasa me siento más enamorada de Colombia, y un poco menos enamorada de Jorge.
Sunday, October 22, 2006
Paseo en moto
Hace muchos años, cuando tenía unos catorce, choqué una moto. De ahí se me quedó un gran miedo por volver a subirme a una. Pero anoche tomé al toro por los cuernos y me trepé a la moto de Jorge, quien me llevó a conocer Bogotá, tanto por sus calles como desde el mirador, donde tomamos un canelazo, que es una bebida dulce a base de aguardiente, que se sirve muy caliente... humeante.
Una cosa que me dió mucha confianza es que aquí el uso de casco y chaleco fluorescente es obligatorio, y ambas protecciones deben tener el número de placas de la moto. Eso cuenta tanto para el piloto como para el acompañante. Además, Jorge me facilitó un par de guantes, así que me sentí más tranquila.
Y el día de hoy me prestó sus rodilleras y una chamarra de motociclista y salimos de Bogotá, a un sitio al sur de la ciudad, en la zona de los llanos, llamada Villavicencio. Allá hace calor (acá hace frío y está lloviendo) y la vegetación es abundante, verde y variada, típica del clima templado tropical. Y les cuento que acá sí hay vacas en el campo... ¡por montones! No como en México que sale uno a carretera y ahí cada media hora alcanza a ver una vaca fea y flaca.
Pasamos por un pueblito llamado Caqueza... sí, así se llama. Después pasamos por Quetame y al final por Guayabetal. En el camino desayunamos unas arepas, y ya en Villavicencio, con un amigo de Jorge, comimos unas mamonas (sí, así como suena), que es carne de becerro, muy rica; la sirven con yuca, papa horneada y plátano macho (acá le llaman maduro). Y de tomar, una bebida hecha a base de cerveza (que acá les dicen polas, en vez de chelas) con refresco; eso hace una bebida de sabor dulce, casi como un Boones o Caribe Cooler, pero con cerveza en vez de vino.
Visitamos un bioparque donde hay un serpentario con anacondas y boas, y un acuario con unos peces enooooormeess, literalmente. Recuérdenme de contarles cómo es que uno puede alimentar a los pumas, jejeje.
De ahí emprendimos el camino de regreso a Bogotá antes de que oscureciera, porque acá amanece desde las 5 o 5:30 y anochece por ahí de las 6. De regreso no nos detuvimos, así que excuso decirles que llegué con la espalda y las pompas bien jodidas. En Bogotá llueve todos los días, así que directo a la regadera y a dormir, no sin antes probar un chocolatito caliente al que le ponen unos cuadritos de queso para que se medio derrita con el calor, y una oreja, que acá les llaman corazones.
Mañana les cuento más sobre la comida que he probado y de cómo me va por acá. Solo les adelanto que la mamá de Jorge es un amor y me ha tratado increíblemente bien.
Un abrazo, desde la fría capital colombiana.
Una cosa que me dió mucha confianza es que aquí el uso de casco y chaleco fluorescente es obligatorio, y ambas protecciones deben tener el número de placas de la moto. Eso cuenta tanto para el piloto como para el acompañante. Además, Jorge me facilitó un par de guantes, así que me sentí más tranquila.
Y el día de hoy me prestó sus rodilleras y una chamarra de motociclista y salimos de Bogotá, a un sitio al sur de la ciudad, en la zona de los llanos, llamada Villavicencio. Allá hace calor (acá hace frío y está lloviendo) y la vegetación es abundante, verde y variada, típica del clima templado tropical. Y les cuento que acá sí hay vacas en el campo... ¡por montones! No como en México que sale uno a carretera y ahí cada media hora alcanza a ver una vaca fea y flaca.
Pasamos por un pueblito llamado Caqueza... sí, así se llama. Después pasamos por Quetame y al final por Guayabetal. En el camino desayunamos unas arepas, y ya en Villavicencio, con un amigo de Jorge, comimos unas mamonas (sí, así como suena), que es carne de becerro, muy rica; la sirven con yuca, papa horneada y plátano macho (acá le llaman maduro). Y de tomar, una bebida hecha a base de cerveza (que acá les dicen polas, en vez de chelas) con refresco; eso hace una bebida de sabor dulce, casi como un Boones o Caribe Cooler, pero con cerveza en vez de vino.
Visitamos un bioparque donde hay un serpentario con anacondas y boas, y un acuario con unos peces enooooormeess, literalmente. Recuérdenme de contarles cómo es que uno puede alimentar a los pumas, jejeje.
De ahí emprendimos el camino de regreso a Bogotá antes de que oscureciera, porque acá amanece desde las 5 o 5:30 y anochece por ahí de las 6. De regreso no nos detuvimos, así que excuso decirles que llegué con la espalda y las pompas bien jodidas. En Bogotá llueve todos los días, así que directo a la regadera y a dormir, no sin antes probar un chocolatito caliente al que le ponen unos cuadritos de queso para que se medio derrita con el calor, y una oreja, que acá les llaman corazones.
Mañana les cuento más sobre la comida que he probado y de cómo me va por acá. Solo les adelanto que la mamá de Jorge es un amor y me ha tratado increíblemente bien.
Un abrazo, desde la fría capital colombiana.
Friday, October 20, 2006
El día V (T Day)
Finalmente llegó el día de la verdad, el día V, o, en inglés, the Truth Day (T Day). Es más de la una de la mañana y ando dando vueltas en la cama, sin poder dormir, sin sueño, a pesar de que llevo más de una semana sin dormir bien y de que es la tercera noche seguida que me desvelo.
Estoy en Bogotá, Colombia, con mil cosas en la cabeza pero solo un pensamiento fijo, que no me deja dormir: Jorge. El día de hoy tengo ya más recuerdos en mi cabecita que los pocos que tuve durante dos años.
Confieso que el inicio fue abrupto. No llegó a tiempo al aeropuerto y me sentí bastante incómoda, hasta enojada. Pero, una vez que estuve en casa de Marisela y escuché sonar el timbre anunciando su llegada, todo mi malestar desapareció mágicamente. Me transformé...
La mujer encantadora y coqueta que puedo llegar a ser se convirtió en una tímida jovencita, mansa gatita, incapaz de mirarlo a los ojos por más de cinco segundos sin ruborizarme.
Fue bueno verlo, en persona es mejor de como lo recordaba, y las fotos no lo ayudan mucho. Su mamá es un encanto y me trató muy bien. Preparó una cena especial que a duras penas pude probar, con el estómago tan contraído por los nervios.
En este momento, entre las cuatro paredes de una habitación, me queda la satisfacción de haber ejercido dominio propio... osea, señores, no pasó nada. Algunos abrazos y un tímido beso de buenas noches que rozó, apenas, la comisura de los labios.
Pero... ¿qué más necesito? Si sólo su mirada y su sonrisa me mantuvieron en esta espiral de amor y desencanto constante durante dos años, un par de horas a su lado son ya más que suficiente para no conciliar el sueño...
Y me digo a mí misma: "no te vendas tan fácilmente", y le pido a Dios sabiduría y fortaleza para mantenerme ecuánime, pero, lo cierto, es que me siento muy feliz y aún no puedo creer que finalmente, después de dos años, lo vuelvo a ver.
A pesar de todo, no empieza mal. Veamos cómo sigue...
Estoy en Bogotá, Colombia, con mil cosas en la cabeza pero solo un pensamiento fijo, que no me deja dormir: Jorge. El día de hoy tengo ya más recuerdos en mi cabecita que los pocos que tuve durante dos años.
Confieso que el inicio fue abrupto. No llegó a tiempo al aeropuerto y me sentí bastante incómoda, hasta enojada. Pero, una vez que estuve en casa de Marisela y escuché sonar el timbre anunciando su llegada, todo mi malestar desapareció mágicamente. Me transformé...
La mujer encantadora y coqueta que puedo llegar a ser se convirtió en una tímida jovencita, mansa gatita, incapaz de mirarlo a los ojos por más de cinco segundos sin ruborizarme.
Fue bueno verlo, en persona es mejor de como lo recordaba, y las fotos no lo ayudan mucho. Su mamá es un encanto y me trató muy bien. Preparó una cena especial que a duras penas pude probar, con el estómago tan contraído por los nervios.
En este momento, entre las cuatro paredes de una habitación, me queda la satisfacción de haber ejercido dominio propio... osea, señores, no pasó nada. Algunos abrazos y un tímido beso de buenas noches que rozó, apenas, la comisura de los labios.
Pero... ¿qué más necesito? Si sólo su mirada y su sonrisa me mantuvieron en esta espiral de amor y desencanto constante durante dos años, un par de horas a su lado son ya más que suficiente para no conciliar el sueño...
Y me digo a mí misma: "no te vendas tan fácilmente", y le pido a Dios sabiduría y fortaleza para mantenerme ecuánime, pero, lo cierto, es que me siento muy feliz y aún no puedo creer que finalmente, después de dos años, lo vuelvo a ver.
A pesar de todo, no empieza mal. Veamos cómo sigue...
Friday, October 13, 2006
Ay, mamacita...
No sé quién es ni me importa, lo único que lamento fue no haber tenido más tiempo. Lo vi cuando iba de camino a recoger a Valeria. Me detuve en una tienda para comprar algo y, cuando iba de salida, lo vi rápidamente. Vestía un pants negro y una camiseta negra sin mangas (qué curioso, yo me vestí igual). Cabello al ras, tez blanca, ojos vivos y boca definitivamente besable. De estatura promedio, pero de complexión delgada y bien formada, es decir: torso en forma de Y, buena pompa y brazos fuertes… ¡Grrrrrrrrrrrrrrrrrrr! También alcancé a distinguir que tendría unos 22 o 23 años, difícilmente llegaba a los 25.
Aunque él me miró, no le di importancia pues no creí que un muchachito se fuera a fijar en mí. Pero, al pasar junto a él, noté que su amigo le preguntaba algo y él le respondió: “espérame”, mientras se quedaba parado afuera de la tienda y me miraba. Toooinnng! ¿Eso significaría algo? Unos pasos más y abrí la puerta del taxi, entonces me volví a mirarlo y ahí estaba él, afuera de la tienda, viéndome… ¡Zaz! ¿Y ahora qué se hace? Ya no sé ligar…
Me subí con calma y, mientras cerraba la puerta, lo miré de frente y sin ruborizarme. Él me regaló entonces una bella y coqueta sonrisa, que yo respondí lo mejor que pude. Pero ya el auto avanzaba y lo perdí de vista.
Al final, me quedé con una sensación ambigua de satisfacción y frustración. Por un lado, es el primer coqueteo franco que tengo con un desconocido que me gusta, y fue un éxito… claro, un éxito hasta donde llegó. Y de ahí me viene la frustración, de que no pasó de un coqueteo.
Estoy segura de que si me hubiera quedado cinco minutos más para comprar un taco de canasta que me hizo ojitos, él se habría acercado, pero ya no es más que una breve historia de un coqueteo que ahí se quedó, como muchos otros.
Al final, pienso, no sé a qué le tiraba. De todos modos él es un muchachito y yo ya tengo una hija y me encuentro cada día más cerca de los 31. Está bien, lo admito, no andaba pensando en nada serio, pero no dejo de sentirme un poco pederasta porque me atrajo un muchacho mucho menor que yo.
Y, la verdad, que mi ego se levantó mucho al pensar que igual soy madre, pero aún puedo parecerle una mamacita a algunos.
Aunque él me miró, no le di importancia pues no creí que un muchachito se fuera a fijar en mí. Pero, al pasar junto a él, noté que su amigo le preguntaba algo y él le respondió: “espérame”, mientras se quedaba parado afuera de la tienda y me miraba. Toooinnng! ¿Eso significaría algo? Unos pasos más y abrí la puerta del taxi, entonces me volví a mirarlo y ahí estaba él, afuera de la tienda, viéndome… ¡Zaz! ¿Y ahora qué se hace? Ya no sé ligar…
Me subí con calma y, mientras cerraba la puerta, lo miré de frente y sin ruborizarme. Él me regaló entonces una bella y coqueta sonrisa, que yo respondí lo mejor que pude. Pero ya el auto avanzaba y lo perdí de vista.
Al final, me quedé con una sensación ambigua de satisfacción y frustración. Por un lado, es el primer coqueteo franco que tengo con un desconocido que me gusta, y fue un éxito… claro, un éxito hasta donde llegó. Y de ahí me viene la frustración, de que no pasó de un coqueteo.
Estoy segura de que si me hubiera quedado cinco minutos más para comprar un taco de canasta que me hizo ojitos, él se habría acercado, pero ya no es más que una breve historia de un coqueteo que ahí se quedó, como muchos otros.
Al final, pienso, no sé a qué le tiraba. De todos modos él es un muchachito y yo ya tengo una hija y me encuentro cada día más cerca de los 31. Está bien, lo admito, no andaba pensando en nada serio, pero no dejo de sentirme un poco pederasta porque me atrajo un muchacho mucho menor que yo.
Y, la verdad, que mi ego se levantó mucho al pensar que igual soy madre, pero aún puedo parecerle una mamacita a algunos.
Monday, October 02, 2006
A corazón abierto
Recientemente me he sorprendido gratamente de descubrir nuevos lectores de este espacio donde vacío mis locuras y mis desvaríos. Desde un tímido "me siento un poco vouyerista al leerte", hasta un "tus escritos me ayudan en los momentos que estoy pasando", la variedad de la audiencia no deja de asombrarme.
Agradezco a todos por su tiempo y su interés porque, además, he entendido que quienes se toman un poco de su tiempo para leer lo que semana a semana escribo en este espacio, lo hacen con un interés genuino por saber cómo estoy y qué pasa con mi vida, independientemente de que les gusten también los escritos que ocasionalmente publico. Por ello, agradezco sus comentarios, pues para mí son como el eco de esta terapéutica forma de expresión.
Un amigo al que quiero mucho me dijo una vez que el sentimiento no tiene sentido si no se expresa. Entonces le respondí que uno corre el riesgo de exponerse demasiado. Beto, que por ratos es más poeta que yo misma, replicó que no vale el sentimiento si se guarda para sí mismo, y que vale la pena correr el riesgo. (Ahora me viene a la cabeza una frase de la canción Tonto corazón, de Benny Ibarra: no es un juego de ganar o perder, es un juego de sentir.)
Así, pues, respondiendo a la inquietud de JB, el susodicho tiene acceso a mi blog, como cualquiera de mis contactos del messenger, pero no creo que haya entrado porque nunca lo ha comentado. Sin embargo, él fue el primero en leer lo que escribí para él, el año pasado. No me estoy exponiendo más ahora de lo que lo hice en su momento.
Y, a final de cuentas, abrí este espacio en Internet para desnudar mi corazón, para que todo aquél con un poco de interés, o curiosidad, tuviese libre acceso. Tal vez soy demasiado transparente, pero ¿saben algo? Finalmente entendí muchas cosas de mi vida, que me definen, y he aprendido que sólo viviendo con ello puedo ser feliz, porque así soy.
Comparto con ustedes otro texto que escribí en noviembre del año pasado, poco antes de cumplir los 30. Un abrazo,
Liz
5 de noviembre de 2005, Los Cabos, Baja California Sur.
Dicen que la vida comienza a los 40. Hoy empiezo a creer que es así porque, finalmente, he llegado a entender cosas que a los 20 no sabía. Es como si, de pronto, todo lo que he vivido durante los últimos nueve años, hubiese hallado la oportunidad de madurar.
Seguro que influye el factor de que el tiempo no pasa sólo para mí: hoy platico más a fondo con mis amigos y entiendo la diferencia entre pasión, sexo, enamoramiento y amor. He llegado al punto en que me empiezo a sentir plena y ello me hace encarar con satisfacción lo que muchas mujeres me han dicho que suele ser un cambio dramático: pasar de los “tes” a los “tas”; es decir, dejar de ser una veinteañera y convertirme en una mujer de 30.
Suelo decir que la edad es un estado anímico y mental, más que físico, porque así lo creo. Y también digo que, hasta ahora, estoy contenta –mas no satisfecha– con lo que he logrado. Pero apenas empiezo a vivir: quiero comprar un carro, una casa, saldar deudas, volar en globo, snorkelear en Cancún y aprender a bailar tango.
Quiero un día tener el valor y la estabilidad económica suficiente para dejar mi empleo por unos meses y recorrer México, mochila al hombro, buscando anécdotas que recopilar. Tal vez me enamore de una casita en la sierra o la playa y decida dejar la saturada capital buscando una vida de mejor calidad.
Pero tal vez me enamore de algún otro país cuando cumpla mi sueño de viajar por América Latina: quiero ver el canal de Panamá con mis propios ojos; volver a San José, en Costa Rica; ir a Machu Pichu, en Perú; en Colombia, visitar Cartagena, Cali y Bogotá; conocer el estilo de vida del que tanto me han hablado en Santiago de Chile; comprobar en Caracas si las venezolanas son tan guapas como dicen; bailar un tango en Buenos Aires y el carnaval en Río de Janeiro...
No sé si sea la distancia que me separa de mi hogar en estos momentos o la magia de la playa en la noche, pero hoy, por primera vez en mucho tiempo, tengo espacio y tiempo para meditar.
Será que estoy envejeciendo, pero siento que ya no encajo en los antros y prefiero las fiestas y los salones de baile, las peñas o, incluso, un bar tranquilo donde escuchar jazz o bailar pegado con tu pareja.
Esta noche descubrí, finalmente, la figura de Orión entre los cientos de estrellas que mi mermada visión alcanzó a distinguir en el cielo. También he identificado a la Osa Menor y la Mayor, sin ayuda de nadie. Y, por primera vez en mi vida, vi una estrella fugaz.
No me queda más que agradecer lo aprendido y brindar por lo vivido, y pedirle a Dios que me permita vivir lo suficiente para ver crecer a mi hija y cumplir mis sueños. Y cuando llegue mi cumpleaños número 30 lo festejaré con bombo y platillo, como se celebra a quien acaba de nacer.
Agradezco a todos por su tiempo y su interés porque, además, he entendido que quienes se toman un poco de su tiempo para leer lo que semana a semana escribo en este espacio, lo hacen con un interés genuino por saber cómo estoy y qué pasa con mi vida, independientemente de que les gusten también los escritos que ocasionalmente publico. Por ello, agradezco sus comentarios, pues para mí son como el eco de esta terapéutica forma de expresión.
Un amigo al que quiero mucho me dijo una vez que el sentimiento no tiene sentido si no se expresa. Entonces le respondí que uno corre el riesgo de exponerse demasiado. Beto, que por ratos es más poeta que yo misma, replicó que no vale el sentimiento si se guarda para sí mismo, y que vale la pena correr el riesgo. (Ahora me viene a la cabeza una frase de la canción Tonto corazón, de Benny Ibarra: no es un juego de ganar o perder, es un juego de sentir.)
Así, pues, respondiendo a la inquietud de JB, el susodicho tiene acceso a mi blog, como cualquiera de mis contactos del messenger, pero no creo que haya entrado porque nunca lo ha comentado. Sin embargo, él fue el primero en leer lo que escribí para él, el año pasado. No me estoy exponiendo más ahora de lo que lo hice en su momento.
Y, a final de cuentas, abrí este espacio en Internet para desnudar mi corazón, para que todo aquél con un poco de interés, o curiosidad, tuviese libre acceso. Tal vez soy demasiado transparente, pero ¿saben algo? Finalmente entendí muchas cosas de mi vida, que me definen, y he aprendido que sólo viviendo con ello puedo ser feliz, porque así soy.
Comparto con ustedes otro texto que escribí en noviembre del año pasado, poco antes de cumplir los 30. Un abrazo,
Liz
5 de noviembre de 2005, Los Cabos, Baja California Sur.
Dicen que la vida comienza a los 40. Hoy empiezo a creer que es así porque, finalmente, he llegado a entender cosas que a los 20 no sabía. Es como si, de pronto, todo lo que he vivido durante los últimos nueve años, hubiese hallado la oportunidad de madurar.
Seguro que influye el factor de que el tiempo no pasa sólo para mí: hoy platico más a fondo con mis amigos y entiendo la diferencia entre pasión, sexo, enamoramiento y amor. He llegado al punto en que me empiezo a sentir plena y ello me hace encarar con satisfacción lo que muchas mujeres me han dicho que suele ser un cambio dramático: pasar de los “tes” a los “tas”; es decir, dejar de ser una veinteañera y convertirme en una mujer de 30.
Suelo decir que la edad es un estado anímico y mental, más que físico, porque así lo creo. Y también digo que, hasta ahora, estoy contenta –mas no satisfecha– con lo que he logrado. Pero apenas empiezo a vivir: quiero comprar un carro, una casa, saldar deudas, volar en globo, snorkelear en Cancún y aprender a bailar tango.
Quiero un día tener el valor y la estabilidad económica suficiente para dejar mi empleo por unos meses y recorrer México, mochila al hombro, buscando anécdotas que recopilar. Tal vez me enamore de una casita en la sierra o la playa y decida dejar la saturada capital buscando una vida de mejor calidad.
Pero tal vez me enamore de algún otro país cuando cumpla mi sueño de viajar por América Latina: quiero ver el canal de Panamá con mis propios ojos; volver a San José, en Costa Rica; ir a Machu Pichu, en Perú; en Colombia, visitar Cartagena, Cali y Bogotá; conocer el estilo de vida del que tanto me han hablado en Santiago de Chile; comprobar en Caracas si las venezolanas son tan guapas como dicen; bailar un tango en Buenos Aires y el carnaval en Río de Janeiro...
No sé si sea la distancia que me separa de mi hogar en estos momentos o la magia de la playa en la noche, pero hoy, por primera vez en mucho tiempo, tengo espacio y tiempo para meditar.
Será que estoy envejeciendo, pero siento que ya no encajo en los antros y prefiero las fiestas y los salones de baile, las peñas o, incluso, un bar tranquilo donde escuchar jazz o bailar pegado con tu pareja.
Esta noche descubrí, finalmente, la figura de Orión entre los cientos de estrellas que mi mermada visión alcanzó a distinguir en el cielo. También he identificado a la Osa Menor y la Mayor, sin ayuda de nadie. Y, por primera vez en mi vida, vi una estrella fugaz.
No me queda más que agradecer lo aprendido y brindar por lo vivido, y pedirle a Dios que me permita vivir lo suficiente para ver crecer a mi hija y cumplir mis sueños. Y cuando llegue mi cumpleaños número 30 lo festejaré con bombo y platillo, como se celebra a quien acaba de nacer.
Tuesday, September 26, 2006
The final countdown
Escribí esto hace un año y días, el 9 de septiembre de 2005, pero ahora, con los días en cuenta regresiva hacia un encuentro que no creí que pudiera darse, me ha dado por releerlo y publicarlo aquí:
Sucedió en Mérida, Yucatán, a finales de octubre de 2004, durante un congreso internacional de seguridad informática. Casi a un año del evento, pocas cosas recuerdo con claridad: el tema de algunas sesiones, el extremadamente temprano horario de la comida (a las 12:30 pm), un par de entrevistas interesantes, una conversación sobre alimentos mexicanos y las diferencias semánticas del lenguaje entre mis compatriotas y los asistentes de otros países de América Latina.
El resto de los dos días que estuve en el congreso son vagos recuerdos de la gente que conocí, a excepción de un colombiano silencioso del que solo obtuve su nombre, cargo y correo electrónico de su trabajo. Apenas cruzamos palabra durante el evento, a pesar de que nos reuníamos a comer con el mismo grupo de gente. Sin embargo, hubo un momento que quedó grabado en mi memoria por motivos indescriptibles.
Hoy, después de diez meses, no me queda lugar a dudas de que seguiré recordando ese breve instante por mucho tiempo más.
El segundo día de mi estancia en Mérida, durante el almuerzo, Jorge –el colombiano– estaba sentado frente a mí, en una mesa para aproximadamente diez o doce personas. En el grupo se contaban algunos mexicanos, costarricenses y otros colombianos; varios estábamos bebiendo agua de horchata, bebida tradicional mexicana hecha a base de arroz.
Alguien preguntó cómo se preparaba y un amigo empezó a explicar el proceso... solo que estaba algo incompleto. Debo aclarar que yo cocino poco y mal pero –por suerte para mi acervo cultural– hacía poco había leído en una caja de harina de arroz el procedimiento para preparar atole y agua de horchata, así que procedí a interrumpirlo y completar la explicación.
Mientras hablaba, miré rápidamente al frente y, al hacerlo, Jorge, que parecía estar pendiente de mi plática, esbozó una rápida sonrisa. Yo apenas le sonreí y miré hacia otro lado... la verdad es que temía que si seguía viéndolo perdería el hilo de la conversación, me sonrojaría y empezaría a tartamudear, como ya me había sucedido en un par de ocasiones anteriores.
A la fecha, mantengo contacto esporádico con él a través del correo electrónico y el messenger, pero casi todos los días recuerdo, en algún momento, esa breve sonrisa que a pesar del tiempo permanece... tal como quedaba dibujada en el aire la sonrisa del gato de Cheshire –el de Alicia en el país de las maravillas– aún después de que el animal hubiese desaparecido.
Eso fue hace un año... después se dió una conexión especial, con todos los extraños matices de un sentimiento, que por lo virtual del asunto se me antoja irreal. Ausencias y reencuentros van y vienen, y a final de cuentas, en poco menos de un mes, llegará el momento de la verdad...
Sucedió en Mérida, Yucatán, a finales de octubre de 2004, durante un congreso internacional de seguridad informática. Casi a un año del evento, pocas cosas recuerdo con claridad: el tema de algunas sesiones, el extremadamente temprano horario de la comida (a las 12:30 pm), un par de entrevistas interesantes, una conversación sobre alimentos mexicanos y las diferencias semánticas del lenguaje entre mis compatriotas y los asistentes de otros países de América Latina.
El resto de los dos días que estuve en el congreso son vagos recuerdos de la gente que conocí, a excepción de un colombiano silencioso del que solo obtuve su nombre, cargo y correo electrónico de su trabajo. Apenas cruzamos palabra durante el evento, a pesar de que nos reuníamos a comer con el mismo grupo de gente. Sin embargo, hubo un momento que quedó grabado en mi memoria por motivos indescriptibles.
Hoy, después de diez meses, no me queda lugar a dudas de que seguiré recordando ese breve instante por mucho tiempo más.
El segundo día de mi estancia en Mérida, durante el almuerzo, Jorge –el colombiano– estaba sentado frente a mí, en una mesa para aproximadamente diez o doce personas. En el grupo se contaban algunos mexicanos, costarricenses y otros colombianos; varios estábamos bebiendo agua de horchata, bebida tradicional mexicana hecha a base de arroz.
Alguien preguntó cómo se preparaba y un amigo empezó a explicar el proceso... solo que estaba algo incompleto. Debo aclarar que yo cocino poco y mal pero –por suerte para mi acervo cultural– hacía poco había leído en una caja de harina de arroz el procedimiento para preparar atole y agua de horchata, así que procedí a interrumpirlo y completar la explicación.
Mientras hablaba, miré rápidamente al frente y, al hacerlo, Jorge, que parecía estar pendiente de mi plática, esbozó una rápida sonrisa. Yo apenas le sonreí y miré hacia otro lado... la verdad es que temía que si seguía viéndolo perdería el hilo de la conversación, me sonrojaría y empezaría a tartamudear, como ya me había sucedido en un par de ocasiones anteriores.
A la fecha, mantengo contacto esporádico con él a través del correo electrónico y el messenger, pero casi todos los días recuerdo, en algún momento, esa breve sonrisa que a pesar del tiempo permanece... tal como quedaba dibujada en el aire la sonrisa del gato de Cheshire –el de Alicia en el país de las maravillas– aún después de que el animal hubiese desaparecido.
Eso fue hace un año... después se dió una conexión especial, con todos los extraños matices de un sentimiento, que por lo virtual del asunto se me antoja irreal. Ausencias y reencuentros van y vienen, y a final de cuentas, en poco menos de un mes, llegará el momento de la verdad...
Sunday, September 24, 2006
The point of no return
De alguna forma, no dejo de pensar en que se ha iniciado ya la cuenta regresiva hacia aquéllo que me tiene con los nervios de punta. Por más que trato de no pensar en ello, me invade la ansiedad a diario, porque cada día que pasa es uno menos en el calendario. Y esta vez ya no hay chance de rajarse, como las dos anteriores.
Me hallo, como dice la canción de El fantasma de la ópera, más allá del punto donde ya no hay regreso...
DON JUAN (Phantom)
You have come here in pursuit of your deepest urge, in pursuit of that wish, which till now has been silent, silent. I have brought you, that our passions may fuse and merge -in your mind you've already succumbed to me, dropped all defenses, completely succumbed to me -now you are here with me: no second thoughts, you've decided, decided. . .
Past the point of no return -no backward glances: the games we've played till now are at an end. Past all thought of "if" or "when" -no use resisting: abandon thought, and let the dream descend. What raging fire shall flood the soul? What rich desire unlocks its door? What sweet seduction lies before us? Past the point of no return, the final threshold -what warm, unspoken secrets will we learn? Beyond the point of no return. . .
AMINTA (Christine)
You have brought me to that moment where words run dry, to that moment where speech disappears into silence, silence. I have come here, hardly knowing the reason why. In my mind, I've already imagined our bodies entwining defenseless and silent -and now I am here with you: no second thoughts, I've decided, decided. . .
Past the point of no return -no going back now: our passion-play has now, at last, begun. Past all thought of right or wrong -one final question: how long should we two wait, before we're one? When will the blood begin to race the sleeping bud burst into bloom? When will the flames, at last, consume us?
BOTH
Past the point of no return the final threshold -the bridge is crossed, so stand and watch it burn. We've passed the point of no return. . .
Me hallo, como dice la canción de El fantasma de la ópera, más allá del punto donde ya no hay regreso...
DON JUAN (Phantom)
You have come here in pursuit of your deepest urge, in pursuit of that wish, which till now has been silent, silent. I have brought you, that our passions may fuse and merge -in your mind you've already succumbed to me, dropped all defenses, completely succumbed to me -now you are here with me: no second thoughts, you've decided, decided. . .
Past the point of no return -no backward glances: the games we've played till now are at an end. Past all thought of "if" or "when" -no use resisting: abandon thought, and let the dream descend. What raging fire shall flood the soul? What rich desire unlocks its door? What sweet seduction lies before us? Past the point of no return, the final threshold -what warm, unspoken secrets will we learn? Beyond the point of no return. . .
AMINTA (Christine)
You have brought me to that moment where words run dry, to that moment where speech disappears into silence, silence. I have come here, hardly knowing the reason why. In my mind, I've already imagined our bodies entwining defenseless and silent -and now I am here with you: no second thoughts, I've decided, decided. . .
Past the point of no return -no going back now: our passion-play has now, at last, begun. Past all thought of right or wrong -one final question: how long should we two wait, before we're one? When will the blood begin to race the sleeping bud burst into bloom? When will the flames, at last, consume us?
BOTH
Past the point of no return the final threshold -the bridge is crossed, so stand and watch it burn. We've passed the point of no return. . .
Sunday, September 17, 2006
Mundo de juguete
Ya es el colmo.
Tal vez alguien recuerde una telenovela infantil con el título de mi post de hoy, pero lo cierto es que los berrinches del señor López Obrador han llegado al grado de crear su propio gobierno, con su propia moneda. No termino de entender qué es lo que pretende y hasta dónde piensa llegar. Lo que está haciendo en cualquier otro país podría calificarse de traición a la Patria, pero aquí le permiten crear su circo y acuñar su propia moneda. ¿Tanto habla de fraude y de legalidad? Su moneda es falsa. Su gobierno es de juguete. No tiene territorio, ni fundamento, para su sueño frustrado de poder. Lo triste de la situación es que está arrastrando a la gente, aunque sea cada vez menos, a seguirlo "hasta las últimas consecuencias" de esta cruzada sin sentido. Veamos cuánto le dura el jueguito.
Tal vez alguien recuerde una telenovela infantil con el título de mi post de hoy, pero lo cierto es que los berrinches del señor López Obrador han llegado al grado de crear su propio gobierno, con su propia moneda. No termino de entender qué es lo que pretende y hasta dónde piensa llegar. Lo que está haciendo en cualquier otro país podría calificarse de traición a la Patria, pero aquí le permiten crear su circo y acuñar su propia moneda. ¿Tanto habla de fraude y de legalidad? Su moneda es falsa. Su gobierno es de juguete. No tiene territorio, ni fundamento, para su sueño frustrado de poder. Lo triste de la situación es que está arrastrando a la gente, aunque sea cada vez menos, a seguirlo "hasta las últimas consecuencias" de esta cruzada sin sentido. Veamos cuánto le dura el jueguito.
Oxidada
Qué difícil resulta mover nuevamente los engranes cuando uno se ha acostumbrado a no mover la maquinaria. Lo que más me molesta es que antes no era así. Metida como estaba en una espiral de ciclos interminables, no sé ahora de dónde sacaba la energía para hacer todo lo que antes hacía...
A principios de año bajé la velocidad. Primero sería gradual, pero se convirtió en un frenón repentino que me costó un fuerte desequilibrio. De pronto me sentí completamente fuera de lugar, una extraña en todas partes menos en mi casa. No sabía qué hacer con toda mi energía, a dónde enfocarla... pero terminé por relajarme.
Y a tal grado me relajé que un buen día quise salir del break y me costó trabajo. Me sigue costando, de hecho.
Hoy me he vuelto a hacer de funciones, responsabilidades y compromisos para darle vida a mi existencia, pero siento como si tratase de echar a andar una pesada maquinaria, cuyos viejos y oxidados engranes rechinan a cada paso.
Con todo lo que me gusta escribir, me cuesta mucho concentrarme en los artículos y notas para mi trabajo. Olvido las cosas fácilmente. Pierdo la concentración. Tomo vuelo por momentos y saco el trabajo, pero una vez terminado lo pendiente me siento cansada, desganada...
Tal vez sea desinterés, y no un mecanismo gastado, pero lo cierto es que aún la emoción de las nuevas ideas me cuesta trabajo llevarlas a la realidad. No me gusta estar así. ¿Alguien sabe de alguna fórmula mágica para eliminar el sarro y el óxido, y poner a punto mi maquinaria?
A principios de año bajé la velocidad. Primero sería gradual, pero se convirtió en un frenón repentino que me costó un fuerte desequilibrio. De pronto me sentí completamente fuera de lugar, una extraña en todas partes menos en mi casa. No sabía qué hacer con toda mi energía, a dónde enfocarla... pero terminé por relajarme.
Y a tal grado me relajé que un buen día quise salir del break y me costó trabajo. Me sigue costando, de hecho.
Hoy me he vuelto a hacer de funciones, responsabilidades y compromisos para darle vida a mi existencia, pero siento como si tratase de echar a andar una pesada maquinaria, cuyos viejos y oxidados engranes rechinan a cada paso.
Con todo lo que me gusta escribir, me cuesta mucho concentrarme en los artículos y notas para mi trabajo. Olvido las cosas fácilmente. Pierdo la concentración. Tomo vuelo por momentos y saco el trabajo, pero una vez terminado lo pendiente me siento cansada, desganada...
Tal vez sea desinterés, y no un mecanismo gastado, pero lo cierto es que aún la emoción de las nuevas ideas me cuesta trabajo llevarlas a la realidad. No me gusta estar así. ¿Alguien sabe de alguna fórmula mágica para eliminar el sarro y el óxido, y poner a punto mi maquinaria?
Saturday, September 09, 2006
Cine en 3D y algo de mi corazón
Recién vengo llegando de llevar a Valeria a ver la película "Ant Bully, las aventuras de Lucas". Ya casi no la encontraba, pues únicamente la están transmitiendo en Cinépolis VIP y Cinépolis IMAX, en Plaza Universidad. Pero la encontré y valió la pena. Desde la experiencia de ver a Valeria sobresaltarse con la visión de las imágenes que salían de la pantalla y extender sus manos para tocarlas, hasta los créditos finales, en los que mi hija se mostró extremadamente satisfecha, pasando por una animación excelente y una historia muy buena.
No sé si en una función de cine normal los efectos se vean tan impresionantes como en 3D, pero de verdad que está muy bien hecha. Si aún no llevan a sus hijos, o sobrinos, o ahijados, o primos o lo que sea, háganlo antes de que la quiten. A menos que tengan un sistema de cine en casa, no va a ser lo mismo rentarla después.
Bendito sea Dios, la experiencia agotó a mi hija y ahora yo puedo descansar un rato, y ver una película para adultos... jejeje, no me refiero a una XXX, pero creo que finalmente podré ver "La ventana secreta", con mi novio número 5, Johny Depp.
Y ya que toco el tema del corazón, no puedo negar que el mío sigue estando miles de kilómetros al Sur de México. Más aún desde que se concretó un viaje de trabajo justo a Bogotá. Los nervios me invaden con frecuencia y soy víctima de continuos ataques de ansiedad. Me digo que estoy mal, pues no es posible que piense y sienta con tanta fuerza a alguien a quien solo he visto una vez y con quien todo el contacto se ha dado por messenger, correo electrónico o por teléfono.
Sin embargo, más allá de mí, de mi lógica, de mi razón y a veces hasta de mi voluntad, él sigue estando en mi corazón...
No sé si en una función de cine normal los efectos se vean tan impresionantes como en 3D, pero de verdad que está muy bien hecha. Si aún no llevan a sus hijos, o sobrinos, o ahijados, o primos o lo que sea, háganlo antes de que la quiten. A menos que tengan un sistema de cine en casa, no va a ser lo mismo rentarla después.
Bendito sea Dios, la experiencia agotó a mi hija y ahora yo puedo descansar un rato, y ver una película para adultos... jejeje, no me refiero a una XXX, pero creo que finalmente podré ver "La ventana secreta", con mi novio número 5, Johny Depp.
Y ya que toco el tema del corazón, no puedo negar que el mío sigue estando miles de kilómetros al Sur de México. Más aún desde que se concretó un viaje de trabajo justo a Bogotá. Los nervios me invaden con frecuencia y soy víctima de continuos ataques de ansiedad. Me digo que estoy mal, pues no es posible que piense y sienta con tanta fuerza a alguien a quien solo he visto una vez y con quien todo el contacto se ha dado por messenger, correo electrónico o por teléfono.
Sin embargo, más allá de mí, de mi lógica, de mi razón y a veces hasta de mi voluntad, él sigue estando en mi corazón...
Friday, September 01, 2006
El destino del peje en nuestras manos
¡Faltaba más! Llegar al extremo que hemos visto el día de hoy... todo ocasionado por la división de las fracciones de la Cámara, como resultado del debate que inició la noche del 2 de julio, por el supuesto fraude electoral que le dará el cargo de Presidente de la República a Felipe Calderón, militante del PAN, y no al izquierdista Manuel Andrés López Obrador. Sí, ese es su verdadero nombre, pero como las siglas serían MALO, el señor López cambió el orden de sus apelativos para que se lea AMLO.
Total, a estas alturas ya nada le libra de la carrilla que sus propias actitudes desquiciadas le han generado. Incluso las siglas AMLO ya se utilizan en calcomanías e ilustraciones con la leyenda "I AMLOoser".
El problema es que el señor López no lo quiere reconocer, al grado de divugar en la prensa, nacional e internacional, que él es el Presidente, y que si no se le reconoce el cargo creará su propio gobierno, por lo que México tendrá dos presidentes... ¿Qué tal? ¿Se imaginan? "Yo soy ciudadano de la República Independiente del Peje". ¿Qué leyes los regirán? ¿Qué pretende este señor? ¿Crear un minúsculo país, tipo El Vaticano, en el corazón de la Ciudad de México?
Perdonen ustedes la expresión, pero... ¡a chingar a su madre! Ya estuvo bueno. Y, harta como estoy de que el peje y sus secuaces intenten decidir el destino de un país, creo que es momento de decidir nosotros, aunque sea una falacia, el destino del peje.
He aquí algunas sugerencias. Voten por su favorita. Si juntamos muchas firmas las enviamos al Presidente para que se tome alguna acción, jejejeje.
1. Darles un terreno para que construyan su propio país se me ocurrió primero, pero inmediatamente después pensé que terminaremos con conflictos políticos por la posesión de tierra, de la misma forma que sucede entre Israel y sus vecinos.
2. Enviarlos a una isla donde puedan establecerse y formar su propio gobierno, y que sean felices y nos dejen en paz. Que liberen Avenida Reforma y el Zócalo capitalino.
3. Hablando de islas, bien podemos enviar al peje y a su gabinete a Cuba, que está a punto de perder su presidente. ¡Aquí tenemos dos! ¡Uno es izquierdista! ¡Se los regalamos!
4. Otra opción de isla es un escenario tipo Lost, donde los tengamos en un ambiente controlado, cual conejillos de indias, y que ellos sean felices imaginando que finalmente tienen el país de sus sueños.
5. Que los encierren en un búnker muy grande, vigilados con cámaras, y que conviertan en algo productivo sus nocivas actitudes. ¿Cómo? Un reality show. Hasta se generarían ingresos por publicidad, y los seguidores del peje podrían verlo las 24 horas por Sky.
6. Esta me gusta mucho por la malicia que implica y lo molesta que me encuentro. Bien podemos reunirlos en el Zócalo y avisar a Israel y los Estados Unidos que se detectó una importante célula terrorista chiíta que congrega a sus seguidores en el Zócalo capitalino. Un par de bombas racimo y una incursión militar ¡y listo! Sí, es cierto que puede haber bajas civiles, pero será un daño colateral, un sacrificio necesario en aras de la paz nacional.
¿Alguna otra idea o aportación? Voten, ¡voten! ¡Viva la democracia! ¡Viva México!
Total, a estas alturas ya nada le libra de la carrilla que sus propias actitudes desquiciadas le han generado. Incluso las siglas AMLO ya se utilizan en calcomanías e ilustraciones con la leyenda "I AMLOoser".
El problema es que el señor López no lo quiere reconocer, al grado de divugar en la prensa, nacional e internacional, que él es el Presidente, y que si no se le reconoce el cargo creará su propio gobierno, por lo que México tendrá dos presidentes... ¿Qué tal? ¿Se imaginan? "Yo soy ciudadano de la República Independiente del Peje". ¿Qué leyes los regirán? ¿Qué pretende este señor? ¿Crear un minúsculo país, tipo El Vaticano, en el corazón de la Ciudad de México?
Perdonen ustedes la expresión, pero... ¡a chingar a su madre! Ya estuvo bueno. Y, harta como estoy de que el peje y sus secuaces intenten decidir el destino de un país, creo que es momento de decidir nosotros, aunque sea una falacia, el destino del peje.
He aquí algunas sugerencias. Voten por su favorita. Si juntamos muchas firmas las enviamos al Presidente para que se tome alguna acción, jejejeje.
1. Darles un terreno para que construyan su propio país se me ocurrió primero, pero inmediatamente después pensé que terminaremos con conflictos políticos por la posesión de tierra, de la misma forma que sucede entre Israel y sus vecinos.
2. Enviarlos a una isla donde puedan establecerse y formar su propio gobierno, y que sean felices y nos dejen en paz. Que liberen Avenida Reforma y el Zócalo capitalino.
3. Hablando de islas, bien podemos enviar al peje y a su gabinete a Cuba, que está a punto de perder su presidente. ¡Aquí tenemos dos! ¡Uno es izquierdista! ¡Se los regalamos!
4. Otra opción de isla es un escenario tipo Lost, donde los tengamos en un ambiente controlado, cual conejillos de indias, y que ellos sean felices imaginando que finalmente tienen el país de sus sueños.
5. Que los encierren en un búnker muy grande, vigilados con cámaras, y que conviertan en algo productivo sus nocivas actitudes. ¿Cómo? Un reality show. Hasta se generarían ingresos por publicidad, y los seguidores del peje podrían verlo las 24 horas por Sky.
6. Esta me gusta mucho por la malicia que implica y lo molesta que me encuentro. Bien podemos reunirlos en el Zócalo y avisar a Israel y los Estados Unidos que se detectó una importante célula terrorista chiíta que congrega a sus seguidores en el Zócalo capitalino. Un par de bombas racimo y una incursión militar ¡y listo! Sí, es cierto que puede haber bajas civiles, pero será un daño colateral, un sacrificio necesario en aras de la paz nacional.
¿Alguna otra idea o aportación? Voten, ¡voten! ¡Viva la democracia! ¡Viva México!
Thursday, August 31, 2006
¡Feliz día, bloggers!
Acabo de leer una nota de la BBC y me enteré que hoy se festeja el día de la blogósfera. Reproduzco parte de la nota:
Por segundo año consecutivo, los bloggers en todo el mundo celebran su propio Día Internacional.
Obedeciendo a la lógica de la blogósfera, la iniciativa no surgió de un decreto de un organismo internacional, sino que fue propuesta por un blogger israelí llamado Nir Ofir. Su idea era que, durante el 31 de agosto, todas las bitácoras digitales en el mundo se animaran a recomendar cinco blogs "preferentemente diferentes a su propia cultura, punto de vista y posición".
La cifra de blogs en la internet es un terreno disputado entre los entusiastas de los diarios digitales y quienes creen que se trata, simplemente, de una moda pasajera. La página Technorati, que lleva cuenta de los blogs creados en internet, afirma que existen más de 50 millones de blogs en internet, y que crecen al ritmo de uno por segundo. Sin embargo, la constancia no parece ser la regla: casi un millón se quedan en buenas intenciones y consisten, tan sólo, en una primera página, y son abandonados de inmediato.
Hay estudios que sugieren que el 66% de los blogs no se han actualizado en dos meses, y que concluyen que, por lo tanto, estos diarios digitales tienen la duración de vida de una mosca.
Los defensores de la blogósfera, por su parte, afirman que estos diarios son la herramienta perfecta para quienes quieren expresar sus ideas sin tener que estar sujetos a controles ajenos.
Pues yo, como partidaria de los blogs, anexo aquí mi recomendación. No conozco aún muchos blogs pero no puedo llamarme una verdadera blogger si no celebro este día.
1. Nunca el tiempo es perdido (http://nociondeespuma.blogspot.com/), porque la autora utiliza la poesía y otras formas de expresión literaria.
2. El blog de Carlos (http://el-olivar.blogspot.com/) porque habla de todo y en un tono ameno y divertido.
3. El Cyberabad Times (http://www.cyberabadtimes.net/default.asp), que es más un diario de noticias, pero me dio ideas para el blog que, junto con un amigo, quiero hacer sobre seguridad informática.
4. Unidos por México (http://unidospormexico.blogspot.com/) inició como una iniciativa para concientizar a la gente y trabajar en un mejor México, pero la idea se distorsionó tanto que se convirtió en foro de discusiones entre perredistas y panistas.
5. Y claro, no podía dejar de recomendar la versión en inglés de mis pensamientos (http://outofplace-thoughts.blogspot.com/).
¡Espero sus recomendaciones de otros blogs para visitar!
Por segundo año consecutivo, los bloggers en todo el mundo celebran su propio Día Internacional.
Obedeciendo a la lógica de la blogósfera, la iniciativa no surgió de un decreto de un organismo internacional, sino que fue propuesta por un blogger israelí llamado Nir Ofir. Su idea era que, durante el 31 de agosto, todas las bitácoras digitales en el mundo se animaran a recomendar cinco blogs "preferentemente diferentes a su propia cultura, punto de vista y posición".
La cifra de blogs en la internet es un terreno disputado entre los entusiastas de los diarios digitales y quienes creen que se trata, simplemente, de una moda pasajera. La página Technorati, que lleva cuenta de los blogs creados en internet, afirma que existen más de 50 millones de blogs en internet, y que crecen al ritmo de uno por segundo. Sin embargo, la constancia no parece ser la regla: casi un millón se quedan en buenas intenciones y consisten, tan sólo, en una primera página, y son abandonados de inmediato.
Hay estudios que sugieren que el 66% de los blogs no se han actualizado en dos meses, y que concluyen que, por lo tanto, estos diarios digitales tienen la duración de vida de una mosca.
Los defensores de la blogósfera, por su parte, afirman que estos diarios son la herramienta perfecta para quienes quieren expresar sus ideas sin tener que estar sujetos a controles ajenos.
Pues yo, como partidaria de los blogs, anexo aquí mi recomendación. No conozco aún muchos blogs pero no puedo llamarme una verdadera blogger si no celebro este día.
1. Nunca el tiempo es perdido (http://nociondeespuma.blogspot.com/), porque la autora utiliza la poesía y otras formas de expresión literaria.
2. El blog de Carlos (http://el-olivar.blogspot.com/) porque habla de todo y en un tono ameno y divertido.
3. El Cyberabad Times (http://www.cyberabadtimes.net/default.asp), que es más un diario de noticias, pero me dio ideas para el blog que, junto con un amigo, quiero hacer sobre seguridad informática.
4. Unidos por México (http://unidospormexico.blogspot.com/) inició como una iniciativa para concientizar a la gente y trabajar en un mejor México, pero la idea se distorsionó tanto que se convirtió en foro de discusiones entre perredistas y panistas.
5. Y claro, no podía dejar de recomendar la versión en inglés de mis pensamientos (http://outofplace-thoughts.blogspot.com/).
¡Espero sus recomendaciones de otros blogs para visitar!
Tuesday, August 29, 2006
Cerrada
¿Qué demonios estaba pensando? Me metí en una calle cerrada. Todas las señales son tan obvias: el sentimiento va de aquí para allá, pero no de vuelta. Sin embargo, ya la suerte está echada y el camino andado. Llegaré al final de la calle, daré vuelta en U, volveré sobre mis pasos, cerraré la calle y seguiré adelante...
Saturday, August 26, 2006
Y que nos quitan un planeta...
¿Será que no tienen nada más interesante que hacer los astrónomos o en realidad es de gran relevancia que Plutón, conocido hasta hace unos días como el último planeta de nuestro Sistema Solar, no cumple con las características para ser llamado "planeta" y lo han degradado?
Ahora le llaman planeta enano... mmmmm.... pues será enano pero sigue siendo planeta, ¿no?
A ver, díganme, una persona enana sigue siendo clasificada como humano aunque mida un metro de estatura. Igualmente, quienes pasan de los dos metros de alto, siguen siendo considerados humanos, aunque uno se refiera a ellos como gigantes.
Y hablando de gigantes, ¿qué me dicen de Júpiter? Sigue siendo considerado un planeta aunque por su magnitud y constitución gaseosa no se ajusta del todo a los lineamientos de un planeta. Es más, a raíz de la degradación de Plutón la comunidad internacional de astrónomos ha iniciado una serie de polémicos debates sobre si Júpiter debía ser considerado un protosol, o intento de estrella, y no un planeta. Pero, dado que Júpiter se halla en medio del Sistema Solar y cuenta con satélites, pues sigue siendo un planeta, con todas las de la ley.
Sin embargo, a Plutón se le descubrió una luna, llamada Caronte, y apenas el año pasado se le relacionaron otros dos satélites, denominados Hydra y Nix, aunque éstos dos en el carácter de satélites exteriores, pero las observaciones preliminares son consistentes en que ambos cuerpos orbitan en el mismo plano que Caronte, aunque a distancias dos y tres veces superiores.
Osea, si Plutón orbita alrededor del sol y tiene sus propios satélites, ¿por qué de pronto es excluido del listado de planetas? De acuerdo con Wikipedia (www.wikipedia.org), con el tiempo, la gravedad ha frenado las rotaciones de Caronte y Plutón, por lo que ahora presentan siempre la misma cara el uno al otro. La rotación de esta pareja es única en el Sistema Solar. Parece como si estuvieran unidos por una barra invisible y girasen alrededor de un centro. Se suele decir que constituyen un planeta doble, aunque, por su densidad, Plutón parece hecho de rocas y hielo mientras que Caronte es muy ligero, lo que hace pensar que se formaron separadamente, y después se unieron.
Para quien quiera algo más técnico, en Wikipedia se explica que, en astronomía, Plutón es un planeta enano, el prototipo de una nueva categoría de objetos transneptúnicos aún por denominar. Posee una órbita excéntrica y altamente inclinada con respecto a la eclíptica, que recorre acercándose en su perihelio hasta el interior de la órbita de Neptuno. Se decidió reclasificar a Plutón como planeta enano, pues para ser planeta se requiere "despejar el entorno de su órbita".
Ok, ok, ok... pero, y ahora, ¿qué sucede con años y años de aprendizaje sobre la composición del Sistema Solar? Y encima, marcan el cambio ya que empezó el ciclo escolar. Ya veo a los profesores explicando a las nuevas generaciones: "Niños, ¿ven este diagrama? Bien, no hagan caso de la última pelotita... esa no es un planeta. Bueno, sí, pero es un planeta enano." Y las bromas consecuentes, ahora los niños chaparritos serán llamados plutoncitos... de la que me salvé, jajajaja.
¿Y quién no recuerda la canción de Burbujas con la que de chicos aprendimos el orden de los planetas y la ubicación de los asteroides? "Mercurio, Venus, Tierra, Marte, Júpiter, Saturno, Urano, Neptuno y Plutón. Y los asteroides están entre Marte y Júpiter." Muchas mamás ahora cantamos esa canción a nuestros hijos; de hecho, Fabiola me dijo hace poco que así se aprendió los planetas su hijo Emilio. A ver, ahora que le cante: Mercurio, Venus, Tierra, Marte, Júpiter, Saturno, Urano, Neptuno y... y... y tantán.
Y yo que acabo de comprar un rompecabezas con doble cara: por un lado tiene un mapamundi y por el otro el Sistema Solar. Lo consideré un excelente medio de apoyo para la educación de mi hija. Claro está, sabía que para cuando ella aprenda a leer, el mapa del Mundo habrá cambiado, pero contaba con que la parte de Universo que corresponde a nuestro sistema permanecería inmutable. Hoy creo que para cuando ella aprenda a leer, ambas caras de este rompecabezas serán obsoletas... ¡Ya lo son, y aún no abro la caja!
Así que ahora mismo me voy a abrir esa caja y a sentarme con mi niña para armar el rompecabezas, antes de que un enorme hoyo negro se trague a Neptuno o que el Medio Oriente desaparezca en medio de una gran explosión atómica.
PD: Andrés, gracias por sugerir el tema ;)
Ahora le llaman planeta enano... mmmmm.... pues será enano pero sigue siendo planeta, ¿no?
A ver, díganme, una persona enana sigue siendo clasificada como humano aunque mida un metro de estatura. Igualmente, quienes pasan de los dos metros de alto, siguen siendo considerados humanos, aunque uno se refiera a ellos como gigantes.
Y hablando de gigantes, ¿qué me dicen de Júpiter? Sigue siendo considerado un planeta aunque por su magnitud y constitución gaseosa no se ajusta del todo a los lineamientos de un planeta. Es más, a raíz de la degradación de Plutón la comunidad internacional de astrónomos ha iniciado una serie de polémicos debates sobre si Júpiter debía ser considerado un protosol, o intento de estrella, y no un planeta. Pero, dado que Júpiter se halla en medio del Sistema Solar y cuenta con satélites, pues sigue siendo un planeta, con todas las de la ley.
Sin embargo, a Plutón se le descubrió una luna, llamada Caronte, y apenas el año pasado se le relacionaron otros dos satélites, denominados Hydra y Nix, aunque éstos dos en el carácter de satélites exteriores, pero las observaciones preliminares son consistentes en que ambos cuerpos orbitan en el mismo plano que Caronte, aunque a distancias dos y tres veces superiores.
Osea, si Plutón orbita alrededor del sol y tiene sus propios satélites, ¿por qué de pronto es excluido del listado de planetas? De acuerdo con Wikipedia (www.wikipedia.org), con el tiempo, la gravedad ha frenado las rotaciones de Caronte y Plutón, por lo que ahora presentan siempre la misma cara el uno al otro. La rotación de esta pareja es única en el Sistema Solar. Parece como si estuvieran unidos por una barra invisible y girasen alrededor de un centro. Se suele decir que constituyen un planeta doble, aunque, por su densidad, Plutón parece hecho de rocas y hielo mientras que Caronte es muy ligero, lo que hace pensar que se formaron separadamente, y después se unieron.
Para quien quiera algo más técnico, en Wikipedia se explica que, en astronomía, Plutón es un planeta enano, el prototipo de una nueva categoría de objetos transneptúnicos aún por denominar. Posee una órbita excéntrica y altamente inclinada con respecto a la eclíptica, que recorre acercándose en su perihelio hasta el interior de la órbita de Neptuno. Se decidió reclasificar a Plutón como planeta enano, pues para ser planeta se requiere "despejar el entorno de su órbita".
Ok, ok, ok... pero, y ahora, ¿qué sucede con años y años de aprendizaje sobre la composición del Sistema Solar? Y encima, marcan el cambio ya que empezó el ciclo escolar. Ya veo a los profesores explicando a las nuevas generaciones: "Niños, ¿ven este diagrama? Bien, no hagan caso de la última pelotita... esa no es un planeta. Bueno, sí, pero es un planeta enano." Y las bromas consecuentes, ahora los niños chaparritos serán llamados plutoncitos... de la que me salvé, jajajaja.
¿Y quién no recuerda la canción de Burbujas con la que de chicos aprendimos el orden de los planetas y la ubicación de los asteroides? "Mercurio, Venus, Tierra, Marte, Júpiter, Saturno, Urano, Neptuno y Plutón. Y los asteroides están entre Marte y Júpiter." Muchas mamás ahora cantamos esa canción a nuestros hijos; de hecho, Fabiola me dijo hace poco que así se aprendió los planetas su hijo Emilio. A ver, ahora que le cante: Mercurio, Venus, Tierra, Marte, Júpiter, Saturno, Urano, Neptuno y... y... y tantán.
Y yo que acabo de comprar un rompecabezas con doble cara: por un lado tiene un mapamundi y por el otro el Sistema Solar. Lo consideré un excelente medio de apoyo para la educación de mi hija. Claro está, sabía que para cuando ella aprenda a leer, el mapa del Mundo habrá cambiado, pero contaba con que la parte de Universo que corresponde a nuestro sistema permanecería inmutable. Hoy creo que para cuando ella aprenda a leer, ambas caras de este rompecabezas serán obsoletas... ¡Ya lo son, y aún no abro la caja!
Así que ahora mismo me voy a abrir esa caja y a sentarme con mi niña para armar el rompecabezas, antes de que un enorme hoyo negro se trague a Neptuno o que el Medio Oriente desaparezca en medio de una gran explosión atómica.
PD: Andrés, gracias por sugerir el tema ;)
Tuesday, August 22, 2006
Boomerang
Heme aquí, aprehensiva como soy, presionando para conseguir lo que quiero y no lo logro.
De pronto, me canso, me doy la vuelta y llega solo. Nuevamente lo quiero asir y lo destruyo, en mi ansiedad.
Al final, aprendí que no hay nada mejor que la paciencia y entendí que si las cosas están destinadas a ser, hallarán su propio camino.
Lo tengo en la mano, frágil como es, pero lo suelto.
Lancé el boomerang muy lejos y ahora viene de regreso, por sí mismo.
Viento de esperanza refresca mi rostro y mi alma se llena de paz.
Sonrío al futuro y confío en Dios.
Yo a lo mío, con todo el empeño y compromiso que me merece, y lo demás llegará por su propia cuenta.
"It's all coming back to me now" (Celine Dion)
De pronto, me canso, me doy la vuelta y llega solo. Nuevamente lo quiero asir y lo destruyo, en mi ansiedad.
Al final, aprendí que no hay nada mejor que la paciencia y entendí que si las cosas están destinadas a ser, hallarán su propio camino.
Lo tengo en la mano, frágil como es, pero lo suelto.
Lancé el boomerang muy lejos y ahora viene de regreso, por sí mismo.
Viento de esperanza refresca mi rostro y mi alma se llena de paz.
Sonrío al futuro y confío en Dios.
Yo a lo mío, con todo el empeño y compromiso que me merece, y lo demás llegará por su propia cuenta.
"It's all coming back to me now" (Celine Dion)
Sunday, August 13, 2006
La encrucijada
¿Por qué lo hiciste? Le preguntaba furioso Adrián a su novia desde hacía tres años, Marcela. ¿Por qué? Y en cada cuestionamiento el rostro se le desfiguraba, enrojecido de ira, sólo de recordar la escena que acababa de atestiguar.
Marcela lloraba inconsolable, incapaz de emitir una sola palabra. Sabía que nada de lo que dijera podría cambiar lo sucedido. Cuando lo vio en el camino, con la mirada desconcertada y el alma destrozada, lo primero que pensó fue ¡Dios! ¿Por qué no me avisó que venía? Pero inmediatamente la invadió una oleada de pensamientos y remordimientos. ¿Habría hecho las cosas distinto de saber que lo vería? De ser así, ¿lo habría hecho por la convicción de querer estar con él o solo por el temor de que Adrián se enterara de su amorío? Ahora, mientras lo escuchaba, mientras lo veía desfallecer tratando de contener su impulso de matarla, sólo pensaba, una y otra vez, que si tuviera una sola oportunidad de cambiar las cosas lo haría sin chistar.
Sí, de haber sabido que al final del camino él estaría ahí, con ella, nunca habría abierto la puerta de su corazón a Jacinto. Pero Adrián estuvo ausente tantas veces, cuando ella lo necesitaba, mientras que Jacinto se hizo presente cada día más, desde que se conocieron. Este pensamiento le dio el valor para hablar, finalmente.
- No me eches a mí toda la culpa -se defendió. Adrián la miró iracundo y extrañado.
- ¿Y entonces a quién? -le preguntó. - ¿Al imbécil ése que te estaba manoseando?
- No... porque bien pudo ser otro.
Esta declaración confundió aún más a Adrián, quien a duras penas se contuvo de decirle que era una zorra cualquiera que sólo esperaba ver quién se le ponía enfrente para desahogar sus perras ganas de revolcarse.
Marcela entendió todo esto en su mirada y, a sabiendas de que no tendría más que unos pocos minutos de atención, habló lo más clara y rápidamente que pudo, tratando de que cada palabra suya fuese entendida por el bloqueado cerebro de su novio.
- ¿Recuerdas esta banca? Nos conocimos aquí hace tres años. Regresamos cada semana, cada día, no importaba si llovía o hacía un calor del demonio. No importaba tampoco la hora, pues nos esperábamos, así fuese todo el día. Hasta que decidimos trabajar duro por la casa de nuestros sueños, a donde llegaríamos todas las noches y ya no nos separaríamos más. Pero por más trabajo que tuviera, yo seguí viniendo aquí cada día, durante meses. Te esperé bajo la lluvia del verano y en medio del frío viento que tira las hojas de los árboles en otoño. Aún pudo mi corazón resistir el embiste de tu ausencia bajo el gélido invierno, pero, al llegar la primavera, una tarde encontré a alguien en esta banca.
Me dijo que tenía mucho tiempo viendo cómo pasaba los días sola, como esperando un milagro, con la mirada puesta en ese camino por el que llegaste hoy, por el que llegaste muchas veces antes, empapado de lluvia o de sudor, tras caminar largo rato bajo el sol. Te escribí muchas veces, la mayoría, sin respuesta, y a veces recibí un recado escueto no me permitía saber si, a pesar de lo duro de tu empleo, me tenías tan presente en tu alma como yo a tí en la mía.
A pesar de todo, vine semana tras semana, con la esperanza de encontrarte, pero seguía encontrándolo a él en esta banca, y no a tí. Hasta que un día, me descubrí buscándolo a él. De modo que no te culpo, pero tampoco puedes tú cuestionarme de esa forma, cuando hace mucho que mi corazón te siente lejos y ajeno.
Marcela supo que Adrián la había escuchado porque él permaneció apenas unos segundos en silencio, tratando de asimilar lo que le dijo. Ella aprovechó ese instante para dar la vuelta y salir corriendo de ahí. Se alejó lo más que pudo, con la velocidad de quien lleva al diablo pisándole los talones. Y mientras lo hacía, sólo una idea quedó en su cabeza: el día que conoció a Jacinto, cuando su corazón dio un vuelco al ver esa sonrisa torcida y encontró sus ojos calmados. En ese momento ella supo que su vida podría cambiar, de no mandarlo al demonio... y no lo hizo.
Si hoy pudiera volver el tiempo atrás, a esa encricijada del camino, ¿cuál sería su decisión?
Marcela lloraba inconsolable, incapaz de emitir una sola palabra. Sabía que nada de lo que dijera podría cambiar lo sucedido. Cuando lo vio en el camino, con la mirada desconcertada y el alma destrozada, lo primero que pensó fue ¡Dios! ¿Por qué no me avisó que venía? Pero inmediatamente la invadió una oleada de pensamientos y remordimientos. ¿Habría hecho las cosas distinto de saber que lo vería? De ser así, ¿lo habría hecho por la convicción de querer estar con él o solo por el temor de que Adrián se enterara de su amorío? Ahora, mientras lo escuchaba, mientras lo veía desfallecer tratando de contener su impulso de matarla, sólo pensaba, una y otra vez, que si tuviera una sola oportunidad de cambiar las cosas lo haría sin chistar.
Sí, de haber sabido que al final del camino él estaría ahí, con ella, nunca habría abierto la puerta de su corazón a Jacinto. Pero Adrián estuvo ausente tantas veces, cuando ella lo necesitaba, mientras que Jacinto se hizo presente cada día más, desde que se conocieron. Este pensamiento le dio el valor para hablar, finalmente.
- No me eches a mí toda la culpa -se defendió. Adrián la miró iracundo y extrañado.
- ¿Y entonces a quién? -le preguntó. - ¿Al imbécil ése que te estaba manoseando?
- No... porque bien pudo ser otro.
Esta declaración confundió aún más a Adrián, quien a duras penas se contuvo de decirle que era una zorra cualquiera que sólo esperaba ver quién se le ponía enfrente para desahogar sus perras ganas de revolcarse.
Marcela entendió todo esto en su mirada y, a sabiendas de que no tendría más que unos pocos minutos de atención, habló lo más clara y rápidamente que pudo, tratando de que cada palabra suya fuese entendida por el bloqueado cerebro de su novio.
- ¿Recuerdas esta banca? Nos conocimos aquí hace tres años. Regresamos cada semana, cada día, no importaba si llovía o hacía un calor del demonio. No importaba tampoco la hora, pues nos esperábamos, así fuese todo el día. Hasta que decidimos trabajar duro por la casa de nuestros sueños, a donde llegaríamos todas las noches y ya no nos separaríamos más. Pero por más trabajo que tuviera, yo seguí viniendo aquí cada día, durante meses. Te esperé bajo la lluvia del verano y en medio del frío viento que tira las hojas de los árboles en otoño. Aún pudo mi corazón resistir el embiste de tu ausencia bajo el gélido invierno, pero, al llegar la primavera, una tarde encontré a alguien en esta banca.
Me dijo que tenía mucho tiempo viendo cómo pasaba los días sola, como esperando un milagro, con la mirada puesta en ese camino por el que llegaste hoy, por el que llegaste muchas veces antes, empapado de lluvia o de sudor, tras caminar largo rato bajo el sol. Te escribí muchas veces, la mayoría, sin respuesta, y a veces recibí un recado escueto no me permitía saber si, a pesar de lo duro de tu empleo, me tenías tan presente en tu alma como yo a tí en la mía.
A pesar de todo, vine semana tras semana, con la esperanza de encontrarte, pero seguía encontrándolo a él en esta banca, y no a tí. Hasta que un día, me descubrí buscándolo a él. De modo que no te culpo, pero tampoco puedes tú cuestionarme de esa forma, cuando hace mucho que mi corazón te siente lejos y ajeno.
Marcela supo que Adrián la había escuchado porque él permaneció apenas unos segundos en silencio, tratando de asimilar lo que le dijo. Ella aprovechó ese instante para dar la vuelta y salir corriendo de ahí. Se alejó lo más que pudo, con la velocidad de quien lleva al diablo pisándole los talones. Y mientras lo hacía, sólo una idea quedó en su cabeza: el día que conoció a Jacinto, cuando su corazón dio un vuelco al ver esa sonrisa torcida y encontró sus ojos calmados. En ese momento ella supo que su vida podría cambiar, de no mandarlo al demonio... y no lo hizo.
Si hoy pudiera volver el tiempo atrás, a esa encricijada del camino, ¿cuál sería su decisión?
Monday, August 07, 2006
¿Dónde quedó la imaginación?
Pues me encuentro de vacaciones y me topo de frente con el enorme reto de entretener a mi hija durante siete largos días. El de hoy no salimos y a la hora de la comida se me ocurrió hacer de ese momento algo especial y entretenido.
Así que armé una tienda de campaña con una colcha y unas sillas. Tendí una cobijita en el suelo y puse la comida, utilizando trastes y utensilios propios de un picnic. Incluso, colgué en una de las sillas una linterna de la niña, para que iluminara el interior de nuestra tienda de campaña.
Ya adentro, empecé la tarea de ambientarnos. Le dije a Valeria que estábamos en la selva, y que afuera estaba lloviendo muy fuerte y los animales, en su mayoría, se habían refugiado o estaban dormidos. Cayó en el juego y la pasamos muy bien por un rato, hasta que vi pasar bajo las sillas a las gatas y le susurré a mi hija: quieta, hay que estar calladitas porque allá afuera hay unos leones.
Ella me miró con una expresión cómica, mezcla de desconcierto y compasión para su pobre madre alucinada, y me dijo: Ay mamá, sólo son las gatas...
Fulminó el momento. Me reí por la ocurrencia pero también me pregunté si acaso la imaginación de los niños ya no es la de antes... o si de verdad yo me viajo cañón. Creo que es más la última opción que la primera, pero lo cierto es que yo estaba poniendo de mi parte para hacer de ese momento algo único y me cortó la inspiración.
¿Algún otro padre ha pasado por un momento así? Gil, yo sé que tu sí... me acuerdo de ello y me siento menos mal en este momento. Un abrazo, compañero de ocurrencias infantiles.
Así que armé una tienda de campaña con una colcha y unas sillas. Tendí una cobijita en el suelo y puse la comida, utilizando trastes y utensilios propios de un picnic. Incluso, colgué en una de las sillas una linterna de la niña, para que iluminara el interior de nuestra tienda de campaña.
Ya adentro, empecé la tarea de ambientarnos. Le dije a Valeria que estábamos en la selva, y que afuera estaba lloviendo muy fuerte y los animales, en su mayoría, se habían refugiado o estaban dormidos. Cayó en el juego y la pasamos muy bien por un rato, hasta que vi pasar bajo las sillas a las gatas y le susurré a mi hija: quieta, hay que estar calladitas porque allá afuera hay unos leones.
Ella me miró con una expresión cómica, mezcla de desconcierto y compasión para su pobre madre alucinada, y me dijo: Ay mamá, sólo son las gatas...
Fulminó el momento. Me reí por la ocurrencia pero también me pregunté si acaso la imaginación de los niños ya no es la de antes... o si de verdad yo me viajo cañón. Creo que es más la última opción que la primera, pero lo cierto es que yo estaba poniendo de mi parte para hacer de ese momento algo único y me cortó la inspiración.
¿Algún otro padre ha pasado por un momento así? Gil, yo sé que tu sí... me acuerdo de ello y me siento menos mal en este momento. Un abrazo, compañero de ocurrencias infantiles.
Saturday, August 05, 2006
Sunday, bloody sunday
Sunday, monday, tuesday, wednesday, thursday, friday, saturday and then again sunday.
La rola de U2 se queda corta en lo que se refiere a leer las noticias con incredulidad. A donde quiera que uno mire hay dolor y desasosiego, ira y amenazas... sangre y muerte. Y mientras, un torbellino de emociones me inunda, me impulsa, me ahoga, me motiva, me frena, me azota.
Ni yo misma alcanzo a vislumbrar a ciencia cierta cuál es mi destino, pero lo que sí tengo, más claro que nunca, es el llamado y mi misión en esta tierra.
Y en lo que transcurre el tiempo necesario para cumplir con mi llamado, sigo buscando la forma de poner mi granito de arena, por pura convicción: protegiendo las plantas y los animales, separando los desechos orgánicos de los inorgánicos, no tirando basura en la calle, tratando de no juzgar a los demás, defendiendo a los que no pueden contra las injusticias, tratando de convivir con toda la gente...
No escribo esto a modo de presunción. Más bien creo que si cada uno hace lo suyo, la suma de los esfuerzos individuales puede verdaderamente guiar a un cambio como nación. Por ahí les recomiendo ver "La fuerza de uno", es un excelente filme que refuerza lo que digo ahora.
Yo pongo lo mío y espero que todos y cada uno de ustedes hagan lo suyo, por nosotros, por nuestros hijos...
Mientras, el día de hoy no ha parado de llover. Tampoco en mi alma, que cada día se acongoja más.
Señores, tomemos conciencia. Ayúdenme a seguir creyendo que podemos hacer algo por este jodido mundo... es todo lo que tenemos.
Y seguiré hablando de los temas que han apresado mis sentimientos en otra ocasión, pero, por ahora, los dejo con esta idea en la cabeza. Sólo espero que la semilla caiga en terreno fértil.
La rola de U2 se queda corta en lo que se refiere a leer las noticias con incredulidad. A donde quiera que uno mire hay dolor y desasosiego, ira y amenazas... sangre y muerte. Y mientras, un torbellino de emociones me inunda, me impulsa, me ahoga, me motiva, me frena, me azota.
Ni yo misma alcanzo a vislumbrar a ciencia cierta cuál es mi destino, pero lo que sí tengo, más claro que nunca, es el llamado y mi misión en esta tierra.
Y en lo que transcurre el tiempo necesario para cumplir con mi llamado, sigo buscando la forma de poner mi granito de arena, por pura convicción: protegiendo las plantas y los animales, separando los desechos orgánicos de los inorgánicos, no tirando basura en la calle, tratando de no juzgar a los demás, defendiendo a los que no pueden contra las injusticias, tratando de convivir con toda la gente...
No escribo esto a modo de presunción. Más bien creo que si cada uno hace lo suyo, la suma de los esfuerzos individuales puede verdaderamente guiar a un cambio como nación. Por ahí les recomiendo ver "La fuerza de uno", es un excelente filme que refuerza lo que digo ahora.
Yo pongo lo mío y espero que todos y cada uno de ustedes hagan lo suyo, por nosotros, por nuestros hijos...
Mientras, el día de hoy no ha parado de llover. Tampoco en mi alma, que cada día se acongoja más.
Señores, tomemos conciencia. Ayúdenme a seguir creyendo que podemos hacer algo por este jodido mundo... es todo lo que tenemos.
Y seguiré hablando de los temas que han apresado mis sentimientos en otra ocasión, pero, por ahora, los dejo con esta idea en la cabeza. Sólo espero que la semilla caiga en terreno fértil.
Saturday, July 29, 2006
Ahora en inglés
Sigo dando rienda suelta a mi imaginación, no solo en español. Tengo un nuevo blog, donde publicaré algunas de las cosas que he escrito en inglés y traduciré algunas de las cosas que he publicado aquí, pero también alimentaré con ciertos pensamientos que, en su momento, se originan en mi cabeza totalmente en inglés.
A quien le interese leerme en el idioma de Hemingway, es bienvenido en la siguiente liga: http://outofplace-thoughts.blogspot.com
A quien le interese leerme en el idioma de Hemingway, es bienvenido en la siguiente liga: http://outofplace-thoughts.blogspot.com
Wednesday, July 26, 2006
Camila puede volar
Cuando vio el noticiero no pudo creerlo... Ahí estaba él, parado en la cornisa de un alto edificio, amenazando con aventarse al vacío. Camila se quedó paralizada, ella había imaginado esa escena mil veces pero nunca creyó que pudiese convertirse en realidad. Tampoco imaginó nunca el temor que la invadió repentinamente: ¿cuál sería el desenlace? En su cabeza, ella tenía claro el final, pero en la realidad las posibilidades eran inmensamente distintas.
En fracción de segundos su mente regresó a los años en los que ella pasaba horas encerrada en el clóset de su habitación, creando historias en las que se comunicaba telepáticamente con otros seres que, al igual que ella, cayeron en este mundo por alguna equivocada razón y debían aprender a vivir entre los humanos, sintiendo siempre esa ausencia, ese vacío, esa falta de pertenencia.
En esos instantes de oscura soledad, Camila conoció a Mark, un joven que sentía algo extraño en su interior, como si por su sangre corriera una sustancia misteriosa que estuviera trabajando en su genética para transformarlo en algo distinto. También estaba Mariana, quien le confesaba una extraña e intensa atracción por el agua y la vida submarina. Mariana era capaz de bucear por largo tiempo sin necesidad de tanques de oxígeno... ella decía que su destino era ser una sirena y que tarde o temprano se convertiría en una, motivo por el cual pasaba tanto tiempo como podía en el mar, hasta que su familia se mudó a la ciudad.
La familia de Camila se preocupó por su fértil imaginación y después de terapias continuas ella dejó de aislarse en el clóset. Sin embargo, mantenía conversaciones mentales con Mariana, Mark y otros seres que ella consideraba engendros de su imaginación. Poco a poco, se fue aislando de estos seres... sobre todo cuando Mariana le confesó haber huido de su casa para ir a vivir al mar y Mark le dijo que finalmente su cuerpo estaba siendo modificado y que de la espalda le salían alas.
Mandó a volar a Mark y ahogó a Mariana en lo más profundo de su interior... y siguió su vida, hasta que una tarde miró extrañada las imágenes del televisor. Ahí, en lo alto de un conocido edificio, estaba Mark. Se veía mucho más hermoso de lo que ella lo hubiera imaginado jamás, con su tez morena, su cabello largo, lacio y oscuro, su torso limpio y torneado, y un par de enormes alas blancas, que brillaban con la luz del sol.
Camila supo que esa era la primera ocasión que él intentaría volar. En su imaginación, él siempre conseguía hacerlo; simplemente se elevaba graciosamente por sobre los edificios y se alejaba, hacia las nubes. Pero en la realidad, pensaba, sabría Dios si en verdad podría hacerlo. Un grito mudo quedó en su garganta al verlo saltar... no era como lo había pensando tantas y tantas veces... Mark cayó al vacío y a ella la invadió la angustia durante los brevísimos instantes que le tomó al camarógrafo seguir la figura en picada. De pronto, esas alas se extendieron y empezaron a agitarse, elevando a Mark por sobre los edificios, hacia las nubes...
Camila se quedó congelada viendo la repetición de esa escena en el noticiero, pero ya no escuchaba lo que decían los reporteros. Una sola idea le cruzaba la mente: si Mark era cierto, entonces lo que yo siento también.
Así, subió las escaleras del edificio de departamentos donde vivía hasta llegar a la azotea. Ahí, extendió sus brazos hacia el cielo y con toda la fe de la que era capaz se dejó elevar por la energía que contenía en su ser desde años atrás, desde siempre. Ella sólo sintió que se elevaba. Algunas vecinas que atestiguaron el hecho dijeron que la vieron desvanecerse entre los rayos del sol...
En fracción de segundos su mente regresó a los años en los que ella pasaba horas encerrada en el clóset de su habitación, creando historias en las que se comunicaba telepáticamente con otros seres que, al igual que ella, cayeron en este mundo por alguna equivocada razón y debían aprender a vivir entre los humanos, sintiendo siempre esa ausencia, ese vacío, esa falta de pertenencia.
En esos instantes de oscura soledad, Camila conoció a Mark, un joven que sentía algo extraño en su interior, como si por su sangre corriera una sustancia misteriosa que estuviera trabajando en su genética para transformarlo en algo distinto. También estaba Mariana, quien le confesaba una extraña e intensa atracción por el agua y la vida submarina. Mariana era capaz de bucear por largo tiempo sin necesidad de tanques de oxígeno... ella decía que su destino era ser una sirena y que tarde o temprano se convertiría en una, motivo por el cual pasaba tanto tiempo como podía en el mar, hasta que su familia se mudó a la ciudad.
La familia de Camila se preocupó por su fértil imaginación y después de terapias continuas ella dejó de aislarse en el clóset. Sin embargo, mantenía conversaciones mentales con Mariana, Mark y otros seres que ella consideraba engendros de su imaginación. Poco a poco, se fue aislando de estos seres... sobre todo cuando Mariana le confesó haber huido de su casa para ir a vivir al mar y Mark le dijo que finalmente su cuerpo estaba siendo modificado y que de la espalda le salían alas.
Mandó a volar a Mark y ahogó a Mariana en lo más profundo de su interior... y siguió su vida, hasta que una tarde miró extrañada las imágenes del televisor. Ahí, en lo alto de un conocido edificio, estaba Mark. Se veía mucho más hermoso de lo que ella lo hubiera imaginado jamás, con su tez morena, su cabello largo, lacio y oscuro, su torso limpio y torneado, y un par de enormes alas blancas, que brillaban con la luz del sol.
Camila supo que esa era la primera ocasión que él intentaría volar. En su imaginación, él siempre conseguía hacerlo; simplemente se elevaba graciosamente por sobre los edificios y se alejaba, hacia las nubes. Pero en la realidad, pensaba, sabría Dios si en verdad podría hacerlo. Un grito mudo quedó en su garganta al verlo saltar... no era como lo había pensando tantas y tantas veces... Mark cayó al vacío y a ella la invadió la angustia durante los brevísimos instantes que le tomó al camarógrafo seguir la figura en picada. De pronto, esas alas se extendieron y empezaron a agitarse, elevando a Mark por sobre los edificios, hacia las nubes...
Camila se quedó congelada viendo la repetición de esa escena en el noticiero, pero ya no escuchaba lo que decían los reporteros. Una sola idea le cruzaba la mente: si Mark era cierto, entonces lo que yo siento también.
Así, subió las escaleras del edificio de departamentos donde vivía hasta llegar a la azotea. Ahí, extendió sus brazos hacia el cielo y con toda la fe de la que era capaz se dejó elevar por la energía que contenía en su ser desde años atrás, desde siempre. Ella sólo sintió que se elevaba. Algunas vecinas que atestiguaron el hecho dijeron que la vieron desvanecerse entre los rayos del sol...
Sunday, July 23, 2006
Saturday, July 22, 2006
Y vuelve la crítica de cine
Si, ahora sí ya acumulé muchas películas por reseñar, así que hablaré solamente de las más recientes o que más me han impactado. Dado que estoy lejos de ser una crítica profesional de cine (aunque, dada mi profesión y mis estudios, creo que tengo elementos para calificar un filme) me atrevo a expresar mi opinión personal sobre las películas que he visto.
Además, se trata de mi espacio de expresión, ¿no? Digo, siempre son bienvenidos sus comentarios y soy partidaria de las discusiones constructivas. Así que ahí les va:
En cartelera
Los piratas del Caribe y el cofre de la muerte *****
De entrada, el título debiera ser Los piratas del Caribe y el cofre del hombre muerto, si se hace la traducción literal, pero bueeeeno... ya sabemos cómo se cambia el nombre de las películas para hacerlas más llamativas. Resumiré mi comentario en seis palabras: ¡ya quiero ver la tercera parte! Oh, sí, señores. La secuela de La maldición del Perla Negra queda inconclusa, a pesar de que el filme dura más de dos horas. Eso sí, se pasan volando pues la película está llena de acción y muchos detalles hilarantes.
Lo bueno: Además de Johny Depp y Orlando Bloom (mmmmmm!!!), la producción (obvio, es del master Jerry Bruckheimer), los efectos especiales y un libreto capaz de aguantar una tercera parte. La secuencia de la lucha entre Jack Sparrow, Will Turner y el ex novio de Elizabeth Swan resulta muy atractiva visualmente, con todo y las acrobacias cinematográficas de las que ya no puede prescindir casi ningún filme de acción.
Lo malo: Enmedio de la crisis existencial y los temores que sufre, Jack Sparrow pierde mucha fuerza en la pantalla y termina casi como el bufón de la película, mientras que William Turner cobra más importancia, al grado de asumir por momentos el mando de la tripulación del Perla Negra. Aunque la saga es una historia distinta de la primera, intentan conservar algunos nexos entre ambas; sin embargo, hay muchos detalles que no tienen coherencia, como la aparición, al final de la película, de alguien que falleció en la primera parte. Otros detalles, por sí mismos, causan confusión, como el inicio... cuando la vean, ¿me pueden explicar qué diablos hacía Sparrow en el sitio del que se escapa? Nunca lo sabremos...
La casa del lago ***
Sólo para mujeres... y además, mujeres enamoradas y un poco, o un mucho, cursis. A ver, si ya hablar de mantener relaciones a distancia es complicado, plantear una relación en distintas dimensiones temporales lo es mucho más. Alex y Kate ocupan los mismos espacios, en dos dimensiones de tiempo distintas. Él vive en el año 2004 y ella, en el 2006. Se comunican a través de cartas que dejan en el buzón de la famosa casa del lago, donde ambos vivieron (lo curioso es que nunca pasó el cartero a recoger las cartas que ellos se dejaban, jajaja).
Lo bueno: Una teoría interesante aunque muy difícil de comprender para mi mentalidad lineal. El manejo de la relación entre ambos es acertado, pues comparten sus ausencias e incluso tienen discusiones. ¿La neta? Me gustó porque me recordó la forma en que sentí muchas veces la presencia de Jorge, a pesar de la distancia...
Lo malo: El nivel de ficción que se maneja, que obliga a una discusión teórico-metafísico-filosófica, genera que la historia raye en la no credibilidad.
Poseidón **
Creo que ya pasó, pero como aún no la sacan en DVD, la incluyo en esta categoría. En pocas palabras, si no la vieron en el cine no se pierden de gran cosa. El remake del hundimiento del Poseidón fue pensado para explotar los efectos especiales en la pantalla grande, lo demás es relleno. Digamos que es apta para ver un domingo en el que no haya mucho que hacer y no se tengan ganas de ver películas tristes o muy profundas.
Lo bueno: La secuencia de la inmensa ola golpeando y volcando el barco está muy bien hecha y en verdad nos permite visualizar lo que deben haber vivido los tripulantes del navío. Vale la pena verla.
Lo malo: Muchos personajes no tienen fuerza, la historia ya se sabe pero además la trama es totalmente predecible.
Próximamente: Superman regresa y Hasta el fin del mundo
Infantiles
Vecinos invasores ****
Divertida, pero esperaba un poco más de los creadores de Shrek. Aunque, siendo honestos, la realización me gustó más que la de El espantatiburones o la de Madagascar. La trama es sólida y cuenta con suficientes elementos jocosos para entretener a los niños. Pero, señores, no confíen solo en mi juicio, yo tengo un termómetro personal de filmes infantiles: mi hija. Casi la llevé engañada a verla pues no le llamaba la atención, y al final salió... satisfecha. Osea, con verla una vez le bastó. Tal vez sea más atractiva para niños mayores de cuatro años.
La moraleja: El trabajo en equipo, la aceptación de los integrantes de una familia y la lealtad.
Cars ****
Aunque un poco larga para ser una película para niños, resulta bastante divertida y muy interesante. Está muy bien hecha. Yo diría que la historia es una mezcla de Días de trueno y Doctor Hollywood pero en versión de coches. Dado que ambas películas fueron un acierto en su momento, Cars también lo es ahora. Los personajes tienen matices muy completos de su carácter y la producción está de "no inventes". No se sorprendan si, después de ver la película, los niños les piden que les compren todas las cajitas felices de McDonald´s y los cereales de Nestlé, donde vienen los carritos coleccionables. (Sí, hablo por experiencia.)
La moraleja: El establecimiento y seguimiento de los principios, como la lealtad y la honestidad, y el hecho de que a veces es necesario perderse un poco para encontrarse en realidad.
Vida Salvaje ***
Otra que ya no está en cartelera pero no la he visto en DVD... ¿Qué puedo decir? Tuvo la mala suerte de proyectarse tiempo después que Madagascar. La realización y los dibujos son muchísimo mejores que la película de Dreamworks, pero la historia sabe a refrito mal hecho. Aquí los mejores jueces serán los niños, quienes decidirán si Vida salvaje se merece su propio lugar o simplemente seguirá siendo un buen intento de Walt Disney Pictures. Un elemento rescatable que diferencía a ambas películas, es la relación entre el león Samsón y su cachorro, Brian, eje central de la historia.
La moraleja: El verdadero carácter y la esencia de cada quien salen a relucir en los momentos críticos de la vida, y los amigos siempre están ahí para apoyarnos.
En la siguiente entrega de esta crítica, títulos en DVD:
Closer
Don Juan de Marco
Espanglish
Moulin Rouge
What the bleep do U know?
Infantiles:
La era del hielo 2
El espantatiburones
Chicken Little
Madagascar
Robots
Además, se trata de mi espacio de expresión, ¿no? Digo, siempre son bienvenidos sus comentarios y soy partidaria de las discusiones constructivas. Así que ahí les va:
En cartelera
Los piratas del Caribe y el cofre de la muerte *****
De entrada, el título debiera ser Los piratas del Caribe y el cofre del hombre muerto, si se hace la traducción literal, pero bueeeeno... ya sabemos cómo se cambia el nombre de las películas para hacerlas más llamativas. Resumiré mi comentario en seis palabras: ¡ya quiero ver la tercera parte! Oh, sí, señores. La secuela de La maldición del Perla Negra queda inconclusa, a pesar de que el filme dura más de dos horas. Eso sí, se pasan volando pues la película está llena de acción y muchos detalles hilarantes.
Lo bueno: Además de Johny Depp y Orlando Bloom (mmmmmm!!!), la producción (obvio, es del master Jerry Bruckheimer), los efectos especiales y un libreto capaz de aguantar una tercera parte. La secuencia de la lucha entre Jack Sparrow, Will Turner y el ex novio de Elizabeth Swan resulta muy atractiva visualmente, con todo y las acrobacias cinematográficas de las que ya no puede prescindir casi ningún filme de acción.
Lo malo: Enmedio de la crisis existencial y los temores que sufre, Jack Sparrow pierde mucha fuerza en la pantalla y termina casi como el bufón de la película, mientras que William Turner cobra más importancia, al grado de asumir por momentos el mando de la tripulación del Perla Negra. Aunque la saga es una historia distinta de la primera, intentan conservar algunos nexos entre ambas; sin embargo, hay muchos detalles que no tienen coherencia, como la aparición, al final de la película, de alguien que falleció en la primera parte. Otros detalles, por sí mismos, causan confusión, como el inicio... cuando la vean, ¿me pueden explicar qué diablos hacía Sparrow en el sitio del que se escapa? Nunca lo sabremos...
La casa del lago ***
Sólo para mujeres... y además, mujeres enamoradas y un poco, o un mucho, cursis. A ver, si ya hablar de mantener relaciones a distancia es complicado, plantear una relación en distintas dimensiones temporales lo es mucho más. Alex y Kate ocupan los mismos espacios, en dos dimensiones de tiempo distintas. Él vive en el año 2004 y ella, en el 2006. Se comunican a través de cartas que dejan en el buzón de la famosa casa del lago, donde ambos vivieron (lo curioso es que nunca pasó el cartero a recoger las cartas que ellos se dejaban, jajaja).
Lo bueno: Una teoría interesante aunque muy difícil de comprender para mi mentalidad lineal. El manejo de la relación entre ambos es acertado, pues comparten sus ausencias e incluso tienen discusiones. ¿La neta? Me gustó porque me recordó la forma en que sentí muchas veces la presencia de Jorge, a pesar de la distancia...
Lo malo: El nivel de ficción que se maneja, que obliga a una discusión teórico-metafísico-filosófica, genera que la historia raye en la no credibilidad.
Poseidón **
Creo que ya pasó, pero como aún no la sacan en DVD, la incluyo en esta categoría. En pocas palabras, si no la vieron en el cine no se pierden de gran cosa. El remake del hundimiento del Poseidón fue pensado para explotar los efectos especiales en la pantalla grande, lo demás es relleno. Digamos que es apta para ver un domingo en el que no haya mucho que hacer y no se tengan ganas de ver películas tristes o muy profundas.
Lo bueno: La secuencia de la inmensa ola golpeando y volcando el barco está muy bien hecha y en verdad nos permite visualizar lo que deben haber vivido los tripulantes del navío. Vale la pena verla.
Lo malo: Muchos personajes no tienen fuerza, la historia ya se sabe pero además la trama es totalmente predecible.
Próximamente: Superman regresa y Hasta el fin del mundo
Infantiles
Vecinos invasores ****
Divertida, pero esperaba un poco más de los creadores de Shrek. Aunque, siendo honestos, la realización me gustó más que la de El espantatiburones o la de Madagascar. La trama es sólida y cuenta con suficientes elementos jocosos para entretener a los niños. Pero, señores, no confíen solo en mi juicio, yo tengo un termómetro personal de filmes infantiles: mi hija. Casi la llevé engañada a verla pues no le llamaba la atención, y al final salió... satisfecha. Osea, con verla una vez le bastó. Tal vez sea más atractiva para niños mayores de cuatro años.
La moraleja: El trabajo en equipo, la aceptación de los integrantes de una familia y la lealtad.
Cars ****
Aunque un poco larga para ser una película para niños, resulta bastante divertida y muy interesante. Está muy bien hecha. Yo diría que la historia es una mezcla de Días de trueno y Doctor Hollywood pero en versión de coches. Dado que ambas películas fueron un acierto en su momento, Cars también lo es ahora. Los personajes tienen matices muy completos de su carácter y la producción está de "no inventes". No se sorprendan si, después de ver la película, los niños les piden que les compren todas las cajitas felices de McDonald´s y los cereales de Nestlé, donde vienen los carritos coleccionables. (Sí, hablo por experiencia.)
La moraleja: El establecimiento y seguimiento de los principios, como la lealtad y la honestidad, y el hecho de que a veces es necesario perderse un poco para encontrarse en realidad.
Vida Salvaje ***
Otra que ya no está en cartelera pero no la he visto en DVD... ¿Qué puedo decir? Tuvo la mala suerte de proyectarse tiempo después que Madagascar. La realización y los dibujos son muchísimo mejores que la película de Dreamworks, pero la historia sabe a refrito mal hecho. Aquí los mejores jueces serán los niños, quienes decidirán si Vida salvaje se merece su propio lugar o simplemente seguirá siendo un buen intento de Walt Disney Pictures. Un elemento rescatable que diferencía a ambas películas, es la relación entre el león Samsón y su cachorro, Brian, eje central de la historia.
La moraleja: El verdadero carácter y la esencia de cada quien salen a relucir en los momentos críticos de la vida, y los amigos siempre están ahí para apoyarnos.
En la siguiente entrega de esta crítica, títulos en DVD:
Closer
Don Juan de Marco
Espanglish
Moulin Rouge
What the bleep do U know?
Infantiles:
La era del hielo 2
El espantatiburones
Chicken Little
Madagascar
Robots
Wednesday, July 19, 2006
Cronología del corazón, parte 2
Existe en la blogósfera otro blog titulado Fuera de lugar (http://fueradelugar.blogspot.com)... de hecho, se creó apenas cuatro días antes que el mío -y por cuatro días no tengo el url original, ¡aargh!. Está dedicado a la poesía y su slogan dice así: el vaciado emocional necesario del que se encuentra siempre fuera de lugar.
Además del trabajo, no había querido continuar la cronología sentimental de mi vida pues la segunda parte habla de aquéllos que me dejaron experiencias más reales, memorias más duraderas, dolores más recientes, sentimientos más cercanos aún... Sin embargo, siento que no podré avanzar hasta no concluir la crónica, por lo que, aprovechando que necesito un break laboral, y a petición de mis dos más asiduos lectores, continuaré con el vaciado emocional del eterno extranjero de mi corazón.
Casi a los 18, durante la preparatoria, conocí a L: alto, delgado, extrovertido, de labios gruesos (no sé por qué siempre me han gustado de labios gruesos si los míos son tan delgaditos). Fuímos amigos durante meses y así supe que tocaba la guitarra y que era un joven de familia, bien portado. No recuerdo cuándo, ni cómo, se dio el flechazo. Pero me acuerdo que llegó a mi fiesta de cumpleaños con pupilentes azules y causó sensación entre mis amigas... y eso no me agradó del todo.
Estuvimos juntos alrededor de cuatro años, lapso en el que subí hasta el cielo y bajé hasta el infierno. Con él conocí el amor y la entrega, fue la primera vez que pensé en el matrimonio. Me llevó serenata y me apoyó durante mucho tiempo, hasta que los objetivos personales de cada uno fueron haciendo cada vez más notorio que caminábamos en direcciones opuestas. Así, conocí también el dolor del desamor, de los celos, la desesperación de querer estar con alguien a sabiendas de que eso implicaba dejar muchas cosas que me definían... al final, con lo difícil que fue, reconocí que no podría apartarme en realidad de mis principios, mis convicciones y mi esencia. Siempre supe, en el fondo, que no estábamos destinados a casarnos, lo que cada quien esperaba entonces de la vida en pareja era diametralmente opuesto... lo sabía, pero vaya que fue muy duro aceptarlo.
Estuve un tiempo sola, hasta que D reapareció en mi camino. Fue confuso y masoquista, porque yo involucré mis sentimientos pero él no, y yo lo sabía. Con todo, no pude cortar ese lazo hasta que conocí a B, a los 23 años. Nunca olvidaré la fecha: 12 de junio de 1999. Una prima me dijo que estaba segura que algo se daría entre nosotros, o que al menos seríamos buenos amigos. No se equivocó, hasta la fecha B y yo seguimos siendo amigos, pero casi no lo veo porque cuando lo hago me vuelven los sentimientos.
La primera vez que lo ví fue en un bar en San Ángel. Estaba en las escaleras, vistiendo pantalón de mezclilla, playera roja y chamarra café. Su cabello lacio, con el corte que tanto me gusta en los hombres desde que estaba en la primaria, cejas arqueadas, mirada transparente y un lunar en la nariz. Esa noche hubo un clic, bailamos juntos una rola de la Onda Vaselina (que ahora me lo recuerda, desde que él me dijo que cuando la escucha se acuerda de mí) y a la semana de salir ya éramos novios. Duró apenas un mes pues yo aún no sanaba mi corazón de la relación con L, y B también tenía sus conflictos con los que lidiar, pero hasta la fecha lo quiero mucho.
Hacia finales de año, celebrando la llegada del 2000 en Acapulco, conocí al que ahora recuerdo como mi amor de verano -aunque en realidad fue de invierno-: M, de rasgos físicos muy parecidos a los de B, pero de piel apiñonada y cabello oscuro. Fue solo un flirteo de vacaciones que se quedó con las ganas de más, pero besaba muy rico... Digamos que, después de algunas relaciones fallidas, ligarme a alguien que me gustaba me devolvió la confianza, jejeje.
En esas estaba cuando conocí al papá de mi niña. Lo ví una vez que fui con una prima a un bar donde él trabajaba, unas semanas después de cumplir los 24. Estaba sentado solo, con una expresión de profundo desasosiego que me llamó la atención. Una semana después volví y nos conocimos. Empezamos a salir y a las dos semanas ya éramos inseparables. Él, pintor, yo, escritora; era todo lo que necesitábamos para que nuestra esencia bohemia echara a volar. Pasamos muchas tardes felices, él, concentrado en su arte y yo, leyendo. Y también nos gustaba escapar los fines de semana... para ser honestos, creo que nos gustaba vivir escapando de la realidad. Lo duro fue cuando tuvimos que enfrentarla y lidiar con ella, no salimos bien librados. Con todo, fue bueno mientras duró y me queda lo mejor que he hecho en mi vida, Valeria. Me da gusto que haya sido él pues mi hija, tal como es, es resultado de lo que tuvimos.
Casi al año de separarnos, a mis 28, durante un viaje de trabajo conocí a J, un colombiano que me robó el corazón. A estas alturas de la lectura ya se habrán dado cuenta que mi loco corazón decide por sí mismo a quien se entrega, cuándo y cómo. Sin embargo, nunca creí involucrarme en algo como lo que tuve con J. Nos vimos solo dos días, pero empezamos a escribirnos mails esporádicamente y tiempo después intercambiamos cuentas de messenger. De pronto nos enfrascamos en una bizarra relación por internet, con citas para chatear y llamadas telefónicas.
A pesar de la distancia parecía haber una conexión especial, pero bien dicen que santo que no es visto no es adorado. Dos veces estuve a punto de viajar a Colombia, pero por angas o por mangas -y por mucha cobardía- no lo hice... aunque él tampoco vino a México. Y así como empezó, se terminó. Las cosas se fueron enfriando, literalmente nos fuimos distanciando y para mí se hizo muy difícil vivir sientiéndome patética por tener una especie de noviazgo por internet. Vamos, si han leído mi blog, sabrán que para inventar historias me pinto sola; no me hacía bien que alguien a miles de kilómetros me alimentara la fantasía. Así, pues, una carta a finales de abril marcó el desenlace...
Finalmente, a los 30, me descubro fascinada por personajes que la gente suele tachar de malos o conflictivos, pero que en realidad son incomprendidos sociales y víctimas de sus circunstancias, como El Fantasma de la Ópera, Juan del Diablo (de la telenovela Corazón Salvaje), el Zarco (de la novela de Ignacio M. Altamirano), Aragorn (de El señor de los anillos), Russel Crowe en Gladiador y hasta Orlando Bloom en el papel de William Turner en Los Piratas del Caribe.
Ni hablar, siendo así entiendo que mi futuro emocional no es muy promisorio en cuanto a estabilidad se refiere, motivo por el cual seguramente ahora guardo mi corazón de emociones que lo pueden llevar a la quiebra emocional, sobre todo cuando tengo una hija que proteger... Y me digo que ya llegará el bueno, a su tiempo.
Mientras tanto, seguiré viviendo con los piratas, los gladiadores, los revolucionarios y los fantasmas en mi cabeza.
Además del trabajo, no había querido continuar la cronología sentimental de mi vida pues la segunda parte habla de aquéllos que me dejaron experiencias más reales, memorias más duraderas, dolores más recientes, sentimientos más cercanos aún... Sin embargo, siento que no podré avanzar hasta no concluir la crónica, por lo que, aprovechando que necesito un break laboral, y a petición de mis dos más asiduos lectores, continuaré con el vaciado emocional del eterno extranjero de mi corazón.
Casi a los 18, durante la preparatoria, conocí a L: alto, delgado, extrovertido, de labios gruesos (no sé por qué siempre me han gustado de labios gruesos si los míos son tan delgaditos). Fuímos amigos durante meses y así supe que tocaba la guitarra y que era un joven de familia, bien portado. No recuerdo cuándo, ni cómo, se dio el flechazo. Pero me acuerdo que llegó a mi fiesta de cumpleaños con pupilentes azules y causó sensación entre mis amigas... y eso no me agradó del todo.
Estuvimos juntos alrededor de cuatro años, lapso en el que subí hasta el cielo y bajé hasta el infierno. Con él conocí el amor y la entrega, fue la primera vez que pensé en el matrimonio. Me llevó serenata y me apoyó durante mucho tiempo, hasta que los objetivos personales de cada uno fueron haciendo cada vez más notorio que caminábamos en direcciones opuestas. Así, conocí también el dolor del desamor, de los celos, la desesperación de querer estar con alguien a sabiendas de que eso implicaba dejar muchas cosas que me definían... al final, con lo difícil que fue, reconocí que no podría apartarme en realidad de mis principios, mis convicciones y mi esencia. Siempre supe, en el fondo, que no estábamos destinados a casarnos, lo que cada quien esperaba entonces de la vida en pareja era diametralmente opuesto... lo sabía, pero vaya que fue muy duro aceptarlo.
Estuve un tiempo sola, hasta que D reapareció en mi camino. Fue confuso y masoquista, porque yo involucré mis sentimientos pero él no, y yo lo sabía. Con todo, no pude cortar ese lazo hasta que conocí a B, a los 23 años. Nunca olvidaré la fecha: 12 de junio de 1999. Una prima me dijo que estaba segura que algo se daría entre nosotros, o que al menos seríamos buenos amigos. No se equivocó, hasta la fecha B y yo seguimos siendo amigos, pero casi no lo veo porque cuando lo hago me vuelven los sentimientos.
La primera vez que lo ví fue en un bar en San Ángel. Estaba en las escaleras, vistiendo pantalón de mezclilla, playera roja y chamarra café. Su cabello lacio, con el corte que tanto me gusta en los hombres desde que estaba en la primaria, cejas arqueadas, mirada transparente y un lunar en la nariz. Esa noche hubo un clic, bailamos juntos una rola de la Onda Vaselina (que ahora me lo recuerda, desde que él me dijo que cuando la escucha se acuerda de mí) y a la semana de salir ya éramos novios. Duró apenas un mes pues yo aún no sanaba mi corazón de la relación con L, y B también tenía sus conflictos con los que lidiar, pero hasta la fecha lo quiero mucho.
Hacia finales de año, celebrando la llegada del 2000 en Acapulco, conocí al que ahora recuerdo como mi amor de verano -aunque en realidad fue de invierno-: M, de rasgos físicos muy parecidos a los de B, pero de piel apiñonada y cabello oscuro. Fue solo un flirteo de vacaciones que se quedó con las ganas de más, pero besaba muy rico... Digamos que, después de algunas relaciones fallidas, ligarme a alguien que me gustaba me devolvió la confianza, jejeje.
En esas estaba cuando conocí al papá de mi niña. Lo ví una vez que fui con una prima a un bar donde él trabajaba, unas semanas después de cumplir los 24. Estaba sentado solo, con una expresión de profundo desasosiego que me llamó la atención. Una semana después volví y nos conocimos. Empezamos a salir y a las dos semanas ya éramos inseparables. Él, pintor, yo, escritora; era todo lo que necesitábamos para que nuestra esencia bohemia echara a volar. Pasamos muchas tardes felices, él, concentrado en su arte y yo, leyendo. Y también nos gustaba escapar los fines de semana... para ser honestos, creo que nos gustaba vivir escapando de la realidad. Lo duro fue cuando tuvimos que enfrentarla y lidiar con ella, no salimos bien librados. Con todo, fue bueno mientras duró y me queda lo mejor que he hecho en mi vida, Valeria. Me da gusto que haya sido él pues mi hija, tal como es, es resultado de lo que tuvimos.
Casi al año de separarnos, a mis 28, durante un viaje de trabajo conocí a J, un colombiano que me robó el corazón. A estas alturas de la lectura ya se habrán dado cuenta que mi loco corazón decide por sí mismo a quien se entrega, cuándo y cómo. Sin embargo, nunca creí involucrarme en algo como lo que tuve con J. Nos vimos solo dos días, pero empezamos a escribirnos mails esporádicamente y tiempo después intercambiamos cuentas de messenger. De pronto nos enfrascamos en una bizarra relación por internet, con citas para chatear y llamadas telefónicas.
A pesar de la distancia parecía haber una conexión especial, pero bien dicen que santo que no es visto no es adorado. Dos veces estuve a punto de viajar a Colombia, pero por angas o por mangas -y por mucha cobardía- no lo hice... aunque él tampoco vino a México. Y así como empezó, se terminó. Las cosas se fueron enfriando, literalmente nos fuimos distanciando y para mí se hizo muy difícil vivir sientiéndome patética por tener una especie de noviazgo por internet. Vamos, si han leído mi blog, sabrán que para inventar historias me pinto sola; no me hacía bien que alguien a miles de kilómetros me alimentara la fantasía. Así, pues, una carta a finales de abril marcó el desenlace...
Finalmente, a los 30, me descubro fascinada por personajes que la gente suele tachar de malos o conflictivos, pero que en realidad son incomprendidos sociales y víctimas de sus circunstancias, como El Fantasma de la Ópera, Juan del Diablo (de la telenovela Corazón Salvaje), el Zarco (de la novela de Ignacio M. Altamirano), Aragorn (de El señor de los anillos), Russel Crowe en Gladiador y hasta Orlando Bloom en el papel de William Turner en Los Piratas del Caribe.
Ni hablar, siendo así entiendo que mi futuro emocional no es muy promisorio en cuanto a estabilidad se refiere, motivo por el cual seguramente ahora guardo mi corazón de emociones que lo pueden llevar a la quiebra emocional, sobre todo cuando tengo una hija que proteger... Y me digo que ya llegará el bueno, a su tiempo.
Mientras tanto, seguiré viviendo con los piratas, los gladiadores, los revolucionarios y los fantasmas en mi cabeza.
Tuesday, July 18, 2006
Algo de un amigo, por si les interesa ver su blog...
Más gallitos, El Olivar
No se puede aspirar a mucho si no se respetan las reglas del juego. No podemos aspirar a una educación digna, cuando sobornamos a los profesores. No podemos aspirar a tener gobernantes rectos y trabajadores, cuando nos pasamos las luces rojas del semáforo o hacemos San lunes. Bien dicen que cada pueblo tiene el gobierno que se merece y para muestra basta asomarnos a la ventana.
No se puede aspirar a mucho si no se respetan las reglas del juego. No podemos aspirar a una educación digna, cuando sobornamos a los profesores. No podemos aspirar a tener gobernantes rectos y trabajadores, cuando nos pasamos las luces rojas del semáforo o hacemos San lunes. Bien dicen que cada pueblo tiene el gobierno que se merece y para muestra basta asomarnos a la ventana.
Friday, July 14, 2006
De por qué me gusta escribir
"Toda lectura es un viaje, una salida, un éxodo, una expatriación, al tiempo que un retorno, un regreso, una repatriación, un inxilio. La lectura no sólo nos remueve y conmueve, nos estremece y arranca del lugar donde solemos estar, sino que también nos arraiga y afianza, nos apuntala y sostiene en nuestros sueños y proyectos.
La lectura me introduce en una corriente centrífuga y centrípeta al mismo tiempo. Gracias a este doble movimiento es posible que yo encuentre, me pierda y me encuentre, exprese y me exprese, lea y me lea, escriba y me escriba-inscriba."
Jorge Ramírez Caro
La lectura me introduce en una corriente centrífuga y centrípeta al mismo tiempo. Gracias a este doble movimiento es posible que yo encuentre, me pierda y me encuentre, exprese y me exprese, lea y me lea, escriba y me escriba-inscriba."
Jorge Ramírez Caro
Wednesday, July 12, 2006
Cronología del corazón, parte 1
A los seis años, mi mamá me explicó que cuando se sienten maripositas en el estómago, la piel se torna roja y uno no puede hablar en presencia de un niño del sexo opuesto, es que el muchachito en cuestión te gusta. Esa fue la primera vez que supe que alguien me gustaba, y creo que fue un momento decisivo en mi vida sentimental. JG era un niño delgado, de piel blanca, cabello lacio y oscuro, usaba lentes y tenía algún problema nasal, por lo que se la pasaba -literalmente- sorbiendo el moco; pero a mi me gustaba, y mucho, al grado de que no podía yo articular frases coherentes frente a él. Siempre creí que yo no le gustaba, pero hacia el final de la primaria, días antes de terminar el ciclo escolar, me defendió de un niño que se la pasaba molestándome (años después entendí que me molestaba porque yo le gustaba). Regresando de vacaciones me enteré de que se había ido con su familia a Chile... mi héroe se había ido y no pude siquiera despedirme de él.
De forma paralela a mi atracción por JG, me sentía atraída por un vecino, un año menor que yo. Tenía rasgos físicos similares a los de mi compañero de clases, con la diferencia de que él no usaba lentes y era más bien rubio con tez apiñonada. Durante casi once años fue mi amor platónico, y de ahí nunca pasó. Pero por él yo era capaz de... bueno, pensándolo bien, no de mucho, porque también me invadían los nervios cuando lo tenía cerca. Sin embargo, muchos de mis recuerdos de la infancia y los inicios de mi adolescencia van ligados a lo que sentía por él. Una ocasión, jugando a la botella con los vecinos, tuve la oportunidad de besarlo en los labios, pero la dejé pasar por miedo, por nervios... ese hubiera sido mi primer beso, y parte de mi futuro sentimental se definió en el momento en que me negué a besar al niño de mis sueños frente a todos los presentes.
A los catorce tuve mi primer novio, quien me enseñó lo baboso que puede ser un beso. Era primo de un vecino y vivía en Veracruz, así que a los pocos días se fue y pasó un mes antes de que me llamara. A esas alturas, yo había dejado de considerarlo mi novio.
El primer amor llegó casi a los 16, y fue de esos que nunca se olvidan. Lo quise mucho, y lo lloré mucho también. Fue el primero que presenté oficialmente a mis papás, aunque por cosas de la vida y lo jóvenes que éramos, lo nuestro pasó por momentos difíciles que no pudimos superar. Le escribí poemas y, por primera vez, sentí el deseo de hacer algo más que besar a alguien... aunque no lo hice. P era moreno, de cabello lacio y oscuro, de labios gruesos y sonrisa torcida que me provocaba un vuelco en el corazón. Ahora lo recuerdo con mucho cariño pero, ¡Dios, cómo le sufrí entonces!
Los vaivenes de la vida quisieron que mi siguiente novio fuera conocido de P, quien nos descubrió en un café antes de haber terminado oficialmente nuestro noviazgo... por tercera ocasión. El muchacho por el que dejé a P era rubio, de piel blanca, muy alto, cabello lacio... pero justo al mes de andar, C me dejó por una chava de la prepa, conocida por su pésima reputación. Eso fue a principios del ciclo escolar. El resto del año la pasé dándome de topes por haber dejado a quien parecía quererme -aunque no estaba cuando lo necesitaba- y teniendo que aguantar el espectáculo de C besándose (y más) con su novia, a plena vista de todos.
Me ayudó en el proceso de olvidar un compañero chaparrito y muy jovial, conocido en la preparatoria por ser todo un don Juan, a pesar de tener una novia muy bonita con la que se peleaba a cada rato, como consecuencia de sus conquistas. En una de esas rupturas, se fijó en mí. Como yo no quería nada serio, accedí... duramos casi dos semanas de novios, todo un récord en su historial, jejeje, pero cuando me percaté que mi tonto corazón se andaba clavando, decidí terminarlo. Él se consoló con su novia de siempre y yo seguí adelante.
Un par de amores platónicos rescataron mi corazón de la tristeza en esas épocas. D, por un lado, y F, por el otro. D era alto, flaco, moreno, de cabello lacio y oscuro, usaba lentes y siempre vestía bien; se sentía seguro de sí mismo, a pesar de no ser un adonis, y me sentía muy atraída por él. Pero pertenecíamos a un grupo muy cerrado de amigos y yo sabía dónde estaban sus intereses en verdad.
F tenía novia desde que lo conocí con su sonrisa franca y sus ojos verdes, pero me gustaban su carácter, sus pecas y su ternura. Lo admiraba mucho y sufría por no poder estar con él, por lo que mi pluma se inspiró y le dedicó algunos poemas, al igual que a D.
Hasta aquí, mi vida sentimental había sido un desastre, pero yo estaba lejos de imaginar que estaba cerca de conocer alguien que cambiaría el rumbo de mi vida, en muchos sentidos...
De forma paralela a mi atracción por JG, me sentía atraída por un vecino, un año menor que yo. Tenía rasgos físicos similares a los de mi compañero de clases, con la diferencia de que él no usaba lentes y era más bien rubio con tez apiñonada. Durante casi once años fue mi amor platónico, y de ahí nunca pasó. Pero por él yo era capaz de... bueno, pensándolo bien, no de mucho, porque también me invadían los nervios cuando lo tenía cerca. Sin embargo, muchos de mis recuerdos de la infancia y los inicios de mi adolescencia van ligados a lo que sentía por él. Una ocasión, jugando a la botella con los vecinos, tuve la oportunidad de besarlo en los labios, pero la dejé pasar por miedo, por nervios... ese hubiera sido mi primer beso, y parte de mi futuro sentimental se definió en el momento en que me negué a besar al niño de mis sueños frente a todos los presentes.
A los catorce tuve mi primer novio, quien me enseñó lo baboso que puede ser un beso. Era primo de un vecino y vivía en Veracruz, así que a los pocos días se fue y pasó un mes antes de que me llamara. A esas alturas, yo había dejado de considerarlo mi novio.
El primer amor llegó casi a los 16, y fue de esos que nunca se olvidan. Lo quise mucho, y lo lloré mucho también. Fue el primero que presenté oficialmente a mis papás, aunque por cosas de la vida y lo jóvenes que éramos, lo nuestro pasó por momentos difíciles que no pudimos superar. Le escribí poemas y, por primera vez, sentí el deseo de hacer algo más que besar a alguien... aunque no lo hice. P era moreno, de cabello lacio y oscuro, de labios gruesos y sonrisa torcida que me provocaba un vuelco en el corazón. Ahora lo recuerdo con mucho cariño pero, ¡Dios, cómo le sufrí entonces!
Los vaivenes de la vida quisieron que mi siguiente novio fuera conocido de P, quien nos descubrió en un café antes de haber terminado oficialmente nuestro noviazgo... por tercera ocasión. El muchacho por el que dejé a P era rubio, de piel blanca, muy alto, cabello lacio... pero justo al mes de andar, C me dejó por una chava de la prepa, conocida por su pésima reputación. Eso fue a principios del ciclo escolar. El resto del año la pasé dándome de topes por haber dejado a quien parecía quererme -aunque no estaba cuando lo necesitaba- y teniendo que aguantar el espectáculo de C besándose (y más) con su novia, a plena vista de todos.
Me ayudó en el proceso de olvidar un compañero chaparrito y muy jovial, conocido en la preparatoria por ser todo un don Juan, a pesar de tener una novia muy bonita con la que se peleaba a cada rato, como consecuencia de sus conquistas. En una de esas rupturas, se fijó en mí. Como yo no quería nada serio, accedí... duramos casi dos semanas de novios, todo un récord en su historial, jejeje, pero cuando me percaté que mi tonto corazón se andaba clavando, decidí terminarlo. Él se consoló con su novia de siempre y yo seguí adelante.
Un par de amores platónicos rescataron mi corazón de la tristeza en esas épocas. D, por un lado, y F, por el otro. D era alto, flaco, moreno, de cabello lacio y oscuro, usaba lentes y siempre vestía bien; se sentía seguro de sí mismo, a pesar de no ser un adonis, y me sentía muy atraída por él. Pero pertenecíamos a un grupo muy cerrado de amigos y yo sabía dónde estaban sus intereses en verdad.
F tenía novia desde que lo conocí con su sonrisa franca y sus ojos verdes, pero me gustaban su carácter, sus pecas y su ternura. Lo admiraba mucho y sufría por no poder estar con él, por lo que mi pluma se inspiró y le dedicó algunos poemas, al igual que a D.
Hasta aquí, mi vida sentimental había sido un desastre, pero yo estaba lejos de imaginar que estaba cerca de conocer alguien que cambiaría el rumbo de mi vida, en muchos sentidos...
Tuesday, July 11, 2006
Regreso al hogar...
Hace nueve años, cuando tenía 21, me salí de mi casa. Tuve que aprender a ver por mí misma, a solventar mis gastos y hasta a cuidarme sola cuando me enfermaba. Y lo hice... aunque debo reconocer que hubo momentos muy duros en los que me cuestionaba la posibilidad de regresar. Con todo, no me he arrepentido nunca de haberme salido, aunque sí lamento la forma en que sucedió. Pero la experiencia me ha convertido en lo que soy, y me enorgullezco de ello y de lo que ahora puedo ofrecerle a mi hija.
Por otro lado, de forma paralela a mi éxodo personal, la culpa y el enfrentamiento con mis propias convicciones y principios me llevó a distanciarme de aquello que podría haberme dado fuerzas estos nueve años de auto exilio... la Fe. Si bien dije en uno de los comentarios iniciales de este blog que muchas veces me he sentido fuera de lugar, desde muy pequeña, ese sentimiento se acentuó conforme creció la distancia de mi fe. Y este año, finalmente, las circunstancias -y tal vez la propia edad, jejeje- me han llevado a replantearme, a redefinirme, a rehacerme, a reencontrarme...
"Hoy quiero quedarme solo para lamentar que un día lo tuve todo y lo dejé escapar. ¿En qué momento pasó? ¿Cómo fue? No quise alejarte. La noche me sorprendió, te busqué, ya era muy tarde. Hoy quiero quedarme solo y autodestruir, tal vez si me muero un poco te imagine aquí. Ya no soy nada hoy, y no voy a salir... ¿En qué momento pasó? ¿Cómo fue? No quise alejarte. La noche me sorprendió, te busqué, ya era muy tarde." (Moenia)
El proceso, durante este medio año, ha sido duro, difícil... y hasta me he rebelado a reconocer mis fallas, pero al final admito que mis propias actitudes me están haciendo tropezar en el camino y que mi corazón necesita aquello que tanta falta me hace, desde mucho tiempo atrás. En el fondo, siempre he necesitado un brazo protector, pero no físicamente, sino espiritualmente, porque de ahí nace la fuerza para luchar en esta vida y ser feliz.
Mi reserva se agotó hace mucho, y me dediqué a llenar el tanque con agua, con sodas y hasta con leche malteada; de todo, menos gasolina. ¿El resultado? Terminé por descomponer la fina maquinaria que me mueve, y ahora he tenido que pasar por meses de arreglos, cambiando piezas que ya no sirven. La factura se ha elevado mucho, pero al menos me queda la tranquilidad de que cuando salga del taller, funcionará como nuevo.
"Ya miré mi alma a los ojos y besé al mal en los labios. He descifrado todos los enigmas y he probado las frutas más ricas. Pero todavía siento mucho frío; aún me falta algo que llene este vacío. Regreso a casa, me lo reclama el corazón. Siempre hubo encendido fuego en el hogar. No cambio el rumbo, ando de frente y hacia el sol. Ya fue mucho tiempo de divagar.
Ya dormí en camas de rosas, dibujé siluetas hermosas. Había muerto, resucité. Lo perdí todo, lo recuperé. Pero todavía no cierro el círculo, algo está pendiente, por eso es que yo regreso a casa, me lo reclama el corazón. Siempre hubo encendido fuego en el hogar. No cambio el rumbo, ando de frente y hacia el sol. Ya fue mucho tiempo de divagar." (Moenia)
No quiero hacer muchos aspavientos y no esperen a ver una Lizzette totalmente mejorada en dos días. Las remodelaciones tardan más de lo que los arquitectos ofrecen, y para muestra clara el caso de mi empresa, que esperaba remodelar las oficinas en una semana y tardó más de dos meses para terminar el proyecto. Sin embargo, sí puedo decir que al menos ahora estoy en el camino correcto...
Por otro lado, de forma paralela a mi éxodo personal, la culpa y el enfrentamiento con mis propias convicciones y principios me llevó a distanciarme de aquello que podría haberme dado fuerzas estos nueve años de auto exilio... la Fe. Si bien dije en uno de los comentarios iniciales de este blog que muchas veces me he sentido fuera de lugar, desde muy pequeña, ese sentimiento se acentuó conforme creció la distancia de mi fe. Y este año, finalmente, las circunstancias -y tal vez la propia edad, jejeje- me han llevado a replantearme, a redefinirme, a rehacerme, a reencontrarme...
"Hoy quiero quedarme solo para lamentar que un día lo tuve todo y lo dejé escapar. ¿En qué momento pasó? ¿Cómo fue? No quise alejarte. La noche me sorprendió, te busqué, ya era muy tarde. Hoy quiero quedarme solo y autodestruir, tal vez si me muero un poco te imagine aquí. Ya no soy nada hoy, y no voy a salir... ¿En qué momento pasó? ¿Cómo fue? No quise alejarte. La noche me sorprendió, te busqué, ya era muy tarde." (Moenia)
El proceso, durante este medio año, ha sido duro, difícil... y hasta me he rebelado a reconocer mis fallas, pero al final admito que mis propias actitudes me están haciendo tropezar en el camino y que mi corazón necesita aquello que tanta falta me hace, desde mucho tiempo atrás. En el fondo, siempre he necesitado un brazo protector, pero no físicamente, sino espiritualmente, porque de ahí nace la fuerza para luchar en esta vida y ser feliz.
Mi reserva se agotó hace mucho, y me dediqué a llenar el tanque con agua, con sodas y hasta con leche malteada; de todo, menos gasolina. ¿El resultado? Terminé por descomponer la fina maquinaria que me mueve, y ahora he tenido que pasar por meses de arreglos, cambiando piezas que ya no sirven. La factura se ha elevado mucho, pero al menos me queda la tranquilidad de que cuando salga del taller, funcionará como nuevo.
"Ya miré mi alma a los ojos y besé al mal en los labios. He descifrado todos los enigmas y he probado las frutas más ricas. Pero todavía siento mucho frío; aún me falta algo que llene este vacío. Regreso a casa, me lo reclama el corazón. Siempre hubo encendido fuego en el hogar. No cambio el rumbo, ando de frente y hacia el sol. Ya fue mucho tiempo de divagar.
Ya dormí en camas de rosas, dibujé siluetas hermosas. Había muerto, resucité. Lo perdí todo, lo recuperé. Pero todavía no cierro el círculo, algo está pendiente, por eso es que yo regreso a casa, me lo reclama el corazón. Siempre hubo encendido fuego en el hogar. No cambio el rumbo, ando de frente y hacia el sol. Ya fue mucho tiempo de divagar." (Moenia)
No quiero hacer muchos aspavientos y no esperen a ver una Lizzette totalmente mejorada en dos días. Las remodelaciones tardan más de lo que los arquitectos ofrecen, y para muestra clara el caso de mi empresa, que esperaba remodelar las oficinas en una semana y tardó más de dos meses para terminar el proyecto. Sin embargo, sí puedo decir que al menos ahora estoy en el camino correcto...
Saturday, July 01, 2006
La dentista taxista
El día de hoy escuché una de las anécdotas más fantásticas de mi vida. Sin embargo, a mi pesar debo reconocer la gran probabilidad que tiene de ser verdad, pues las autoridades judiciales de esta Ciudad son menos que poco fiables.
Raquel, de 38 años, es dentista en la delegación Iztapalapa, y desde hace cuatro años maneja un taxi en sus ratos libres para tener un ingreso extra, aunque, a decir de ella, afortunadamente no trabaja doble turno por necesidad, pues le va bien en la consulta y su marido también tiene un empleo.
Mientras me llevaba a mi destino y platicábamos sobre el rumbo político y social del país para los próximos seis años –que se define mañana–, me explicó que había intentado dejar el auto a un chofer que solo le pagara la cuota para no tener que manejarlo ella, pero se lo regresaron golpeado y maltratado.
Así pues, prefiere manejar el taxi cuando tiene tiempo, aunque eso signifique arriesgarse de más, por el simple hecho de ser mujer. Como cuando una patrulla la hizo detenerse, hace poco más de un mes, durante un operativo de rutina.
Los oficiales le pidieron el tarjetón y, después de un rápido vistazo, le dijeron que era falso. Como ella se rehusó a darles “mordida”, la llevaron al Ministerio Público. De acuerdo con Raquel, todos sus papeles están en regla. Además, los oficiales pueden verificar la legalidad de los papeles mediante un sistema que permite escanear el código de barras de las placas del automóvil o realizando una llamada a la Setravi.
“Me dijeron que habían llamado a la Setravi pero no habían obtenido respuesta”, me contó. “Después, me llevaron al Ministerio Público, donde me trataron como a un criminal; no me permitieron mostrarles el resto de los papeles, no me dieron derecho a réplica y se limitaron a decir que ellos realizarían la investigación correspondiente”. Y mientras hacían esto, la pusieron tras las rejas. Así como va.
Su familia contrató los servicios de un abogado defensor… pero Raquel duda mucho del licenciado que atendió su caso. El abogado dijo a su esposo y a su madre que en el Ministerio Público exigían un pago de $30,000 para liberarla, o de lo contrario debía pasar hasta ocho años en la cárcel por falsificación de documentos. Los familiares consiguieron el dinero y Raquel fue liberada.
Lo interesante del asunto es que, después de las negociaciones y el tiempo invertido en el asunto, el abogado no quiso cobrar un solo peso a la familia…
Salvo que sea un alma de la caridad, es obvio que el abogado en cuestión fue parte del secuestro más cínico y surrealista que puede existir: un par de policías que intimidan a una conductora, la llevan al Ministerio Público y la encierran, ofreciendo su liberación a cambio de una buena suma que el propio defensor solicitó a la familia.
Se podría pensar también que el abogado pidió la cantidad mencionada a la familia, en la que ya incluía los gastos por corromper a los funcionarios públicos y unos generosos honorarios.
Las dos opciones son desalentadoras. ¿Cómo pretenden los gobernantes que el pueblo no se manifieste exigiendo mayor seguridad cuando ya no solo debe cuidarse de los delincuentes comunes, sino también de las autoridades judiciales y de quienes procuran la Ley?
De cara a un nuevo sexenio, del que depende el ambiente social y el desarrollo económico de mi país, me pregunto, como muchos otros mexicanos, por qué seguimos pensando que la cura vendrá como inyección de penicilina al escoger al candidato mesiánico, aquél que cambiará todo el régimen y de la nada hará que en México no haya delincuencia, ni inseguridad, ni pobreza, ni ignorancia, toda vez que el crecimiento económico será notorio. Claro, todo lo anterior, sin que la gente tenga que cambiar sus hábitos y costumbres.
Un gran sueño… o mejor dicho, sueños de grandeza que los tres candidatos al poder ofrecen a un pueblo ávido de chupar el atole del dedo que se les ofrece.
Raquel, de 38 años, es dentista en la delegación Iztapalapa, y desde hace cuatro años maneja un taxi en sus ratos libres para tener un ingreso extra, aunque, a decir de ella, afortunadamente no trabaja doble turno por necesidad, pues le va bien en la consulta y su marido también tiene un empleo.
Mientras me llevaba a mi destino y platicábamos sobre el rumbo político y social del país para los próximos seis años –que se define mañana–, me explicó que había intentado dejar el auto a un chofer que solo le pagara la cuota para no tener que manejarlo ella, pero se lo regresaron golpeado y maltratado.
Así pues, prefiere manejar el taxi cuando tiene tiempo, aunque eso signifique arriesgarse de más, por el simple hecho de ser mujer. Como cuando una patrulla la hizo detenerse, hace poco más de un mes, durante un operativo de rutina.
Los oficiales le pidieron el tarjetón y, después de un rápido vistazo, le dijeron que era falso. Como ella se rehusó a darles “mordida”, la llevaron al Ministerio Público. De acuerdo con Raquel, todos sus papeles están en regla. Además, los oficiales pueden verificar la legalidad de los papeles mediante un sistema que permite escanear el código de barras de las placas del automóvil o realizando una llamada a la Setravi.
“Me dijeron que habían llamado a la Setravi pero no habían obtenido respuesta”, me contó. “Después, me llevaron al Ministerio Público, donde me trataron como a un criminal; no me permitieron mostrarles el resto de los papeles, no me dieron derecho a réplica y se limitaron a decir que ellos realizarían la investigación correspondiente”. Y mientras hacían esto, la pusieron tras las rejas. Así como va.
Su familia contrató los servicios de un abogado defensor… pero Raquel duda mucho del licenciado que atendió su caso. El abogado dijo a su esposo y a su madre que en el Ministerio Público exigían un pago de $30,000 para liberarla, o de lo contrario debía pasar hasta ocho años en la cárcel por falsificación de documentos. Los familiares consiguieron el dinero y Raquel fue liberada.
Lo interesante del asunto es que, después de las negociaciones y el tiempo invertido en el asunto, el abogado no quiso cobrar un solo peso a la familia…
Salvo que sea un alma de la caridad, es obvio que el abogado en cuestión fue parte del secuestro más cínico y surrealista que puede existir: un par de policías que intimidan a una conductora, la llevan al Ministerio Público y la encierran, ofreciendo su liberación a cambio de una buena suma que el propio defensor solicitó a la familia.
Se podría pensar también que el abogado pidió la cantidad mencionada a la familia, en la que ya incluía los gastos por corromper a los funcionarios públicos y unos generosos honorarios.
Las dos opciones son desalentadoras. ¿Cómo pretenden los gobernantes que el pueblo no se manifieste exigiendo mayor seguridad cuando ya no solo debe cuidarse de los delincuentes comunes, sino también de las autoridades judiciales y de quienes procuran la Ley?
De cara a un nuevo sexenio, del que depende el ambiente social y el desarrollo económico de mi país, me pregunto, como muchos otros mexicanos, por qué seguimos pensando que la cura vendrá como inyección de penicilina al escoger al candidato mesiánico, aquél que cambiará todo el régimen y de la nada hará que en México no haya delincuencia, ni inseguridad, ni pobreza, ni ignorancia, toda vez que el crecimiento económico será notorio. Claro, todo lo anterior, sin que la gente tenga que cambiar sus hábitos y costumbres.
Un gran sueño… o mejor dicho, sueños de grandeza que los tres candidatos al poder ofrecen a un pueblo ávido de chupar el atole del dedo que se les ofrece.
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