Saturday, July 29, 2006

Ahora en inglés

Sigo dando rienda suelta a mi imaginación, no solo en español. Tengo un nuevo blog, donde publicaré algunas de las cosas que he escrito en inglés y traduciré algunas de las cosas que he publicado aquí, pero también alimentaré con ciertos pensamientos que, en su momento, se originan en mi cabeza totalmente en inglés.
A quien le interese leerme en el idioma de Hemingway, es bienvenido en la siguiente liga: http://outofplace-thoughts.blogspot.com

Wednesday, July 26, 2006

Camila puede volar

Cuando vio el noticiero no pudo creerlo... Ahí estaba él, parado en la cornisa de un alto edificio, amenazando con aventarse al vacío. Camila se quedó paralizada, ella había imaginado esa escena mil veces pero nunca creyó que pudiese convertirse en realidad. Tampoco imaginó nunca el temor que la invadió repentinamente: ¿cuál sería el desenlace? En su cabeza, ella tenía claro el final, pero en la realidad las posibilidades eran inmensamente distintas.
En fracción de segundos su mente regresó a los años en los que ella pasaba horas encerrada en el clóset de su habitación, creando historias en las que se comunicaba telepáticamente con otros seres que, al igual que ella, cayeron en este mundo por alguna equivocada razón y debían aprender a vivir entre los humanos, sintiendo siempre esa ausencia, ese vacío, esa falta de pertenencia.
En esos instantes de oscura soledad, Camila conoció a Mark, un joven que sentía algo extraño en su interior, como si por su sangre corriera una sustancia misteriosa que estuviera trabajando en su genética para transformarlo en algo distinto. También estaba Mariana, quien le confesaba una extraña e intensa atracción por el agua y la vida submarina. Mariana era capaz de bucear por largo tiempo sin necesidad de tanques de oxígeno... ella decía que su destino era ser una sirena y que tarde o temprano se convertiría en una, motivo por el cual pasaba tanto tiempo como podía en el mar, hasta que su familia se mudó a la ciudad.
La familia de Camila se preocupó por su fértil imaginación y después de terapias continuas ella dejó de aislarse en el clóset. Sin embargo, mantenía conversaciones mentales con Mariana, Mark y otros seres que ella consideraba engendros de su imaginación. Poco a poco, se fue aislando de estos seres... sobre todo cuando Mariana le confesó haber huido de su casa para ir a vivir al mar y Mark le dijo que finalmente su cuerpo estaba siendo modificado y que de la espalda le salían alas.
Mandó a volar a Mark y ahogó a Mariana en lo más profundo de su interior... y siguió su vida, hasta que una tarde miró extrañada las imágenes del televisor. Ahí, en lo alto de un conocido edificio, estaba Mark. Se veía mucho más hermoso de lo que ella lo hubiera imaginado jamás, con su tez morena, su cabello largo, lacio y oscuro, su torso limpio y torneado, y un par de enormes alas blancas, que brillaban con la luz del sol.
Camila supo que esa era la primera ocasión que él intentaría volar. En su imaginación, él siempre conseguía hacerlo; simplemente se elevaba graciosamente por sobre los edificios y se alejaba, hacia las nubes. Pero en la realidad, pensaba, sabría Dios si en verdad podría hacerlo. Un grito mudo quedó en su garganta al verlo saltar... no era como lo había pensando tantas y tantas veces... Mark cayó al vacío y a ella la invadió la angustia durante los brevísimos instantes que le tomó al camarógrafo seguir la figura en picada. De pronto, esas alas se extendieron y empezaron a agitarse, elevando a Mark por sobre los edificios, hacia las nubes...
Camila se quedó congelada viendo la repetición de esa escena en el noticiero, pero ya no escuchaba lo que decían los reporteros. Una sola idea le cruzaba la mente: si Mark era cierto, entonces lo que yo siento también.
Así, subió las escaleras del edificio de departamentos donde vivía hasta llegar a la azotea. Ahí, extendió sus brazos hacia el cielo y con toda la fe de la que era capaz se dejó elevar por la energía que contenía en su ser desde años atrás, desde siempre. Ella sólo sintió que se elevaba. Algunas vecinas que atestiguaron el hecho dijeron que la vieron desvanecerse entre los rayos del sol...

Sunday, July 23, 2006

Aún...

Tres frases, un simple mail, y es suficiente para volver a soñar...

Saturday, July 22, 2006

Y vuelve la crítica de cine

Si, ahora sí ya acumulé muchas películas por reseñar, así que hablaré solamente de las más recientes o que más me han impactado. Dado que estoy lejos de ser una crítica profesional de cine (aunque, dada mi profesión y mis estudios, creo que tengo elementos para calificar un filme) me atrevo a expresar mi opinión personal sobre las películas que he visto.
Además, se trata de mi espacio de expresión, ¿no? Digo, siempre son bienvenidos sus comentarios y soy partidaria de las discusiones constructivas. Así que ahí les va:

En cartelera

Los piratas del Caribe y el cofre de la muerte *****
De entrada, el título debiera ser Los piratas del Caribe y el cofre del hombre muerto, si se hace la traducción literal, pero bueeeeno... ya sabemos cómo se cambia el nombre de las películas para hacerlas más llamativas. Resumiré mi comentario en seis palabras: ¡ya quiero ver la tercera parte! Oh, sí, señores. La secuela de La maldición del Perla Negra queda inconclusa, a pesar de que el filme dura más de dos horas. Eso sí, se pasan volando pues la película está llena de acción y muchos detalles hilarantes.
Lo bueno: Además de Johny Depp y Orlando Bloom (mmmmmm!!!), la producción (obvio, es del master Jerry Bruckheimer), los efectos especiales y un libreto capaz de aguantar una tercera parte. La secuencia de la lucha entre Jack Sparrow, Will Turner y el ex novio de Elizabeth Swan resulta muy atractiva visualmente, con todo y las acrobacias cinematográficas de las que ya no puede prescindir casi ningún filme de acción.
Lo malo: Enmedio de la crisis existencial y los temores que sufre, Jack Sparrow pierde mucha fuerza en la pantalla y termina casi como el bufón de la película, mientras que William Turner cobra más importancia, al grado de asumir por momentos el mando de la tripulación del Perla Negra. Aunque la saga es una historia distinta de la primera, intentan conservar algunos nexos entre ambas; sin embargo, hay muchos detalles que no tienen coherencia, como la aparición, al final de la película, de alguien que falleció en la primera parte. Otros detalles, por sí mismos, causan confusión, como el inicio... cuando la vean, ¿me pueden explicar qué diablos hacía Sparrow en el sitio del que se escapa? Nunca lo sabremos...

La casa del lago ***
Sólo para mujeres... y además, mujeres enamoradas y un poco, o un mucho, cursis. A ver, si ya hablar de mantener relaciones a distancia es complicado, plantear una relación en distintas dimensiones temporales lo es mucho más. Alex y Kate ocupan los mismos espacios, en dos dimensiones de tiempo distintas. Él vive en el año 2004 y ella, en el 2006. Se comunican a través de cartas que dejan en el buzón de la famosa casa del lago, donde ambos vivieron (lo curioso es que nunca pasó el cartero a recoger las cartas que ellos se dejaban, jajaja).
Lo bueno: Una teoría interesante aunque muy difícil de comprender para mi mentalidad lineal. El manejo de la relación entre ambos es acertado, pues comparten sus ausencias e incluso tienen discusiones. ¿La neta? Me gustó porque me recordó la forma en que sentí muchas veces la presencia de Jorge, a pesar de la distancia...
Lo malo: El nivel de ficción que se maneja, que obliga a una discusión teórico-metafísico-filosófica, genera que la historia raye en la no credibilidad.

Poseidón **
Creo que ya pasó, pero como aún no la sacan en DVD, la incluyo en esta categoría. En pocas palabras, si no la vieron en el cine no se pierden de gran cosa. El remake del hundimiento del Poseidón fue pensado para explotar los efectos especiales en la pantalla grande, lo demás es relleno. Digamos que es apta para ver un domingo en el que no haya mucho que hacer y no se tengan ganas de ver películas tristes o muy profundas.
Lo bueno: La secuencia de la inmensa ola golpeando y volcando el barco está muy bien hecha y en verdad nos permite visualizar lo que deben haber vivido los tripulantes del navío. Vale la pena verla.
Lo malo: Muchos personajes no tienen fuerza, la historia ya se sabe pero además la trama es totalmente predecible.

Próximamente: Superman regresa y Hasta el fin del mundo

Infantiles

Vecinos invasores ****
Divertida, pero esperaba un poco más de los creadores de Shrek. Aunque, siendo honestos, la realización me gustó más que la de El espantatiburones o la de Madagascar. La trama es sólida y cuenta con suficientes elementos jocosos para entretener a los niños. Pero, señores, no confíen solo en mi juicio, yo tengo un termómetro personal de filmes infantiles: mi hija. Casi la llevé engañada a verla pues no le llamaba la atención, y al final salió... satisfecha. Osea, con verla una vez le bastó. Tal vez sea más atractiva para niños mayores de cuatro años.
La moraleja: El trabajo en equipo, la aceptación de los integrantes de una familia y la lealtad.

Cars ****
Aunque un poco larga para ser una película para niños, resulta bastante divertida y muy interesante. Está muy bien hecha. Yo diría que la historia es una mezcla de Días de trueno y Doctor Hollywood pero en versión de coches. Dado que ambas películas fueron un acierto en su momento, Cars también lo es ahora. Los personajes tienen matices muy completos de su carácter y la producción está de "no inventes". No se sorprendan si, después de ver la película, los niños les piden que les compren todas las cajitas felices de McDonald´s y los cereales de Nestlé, donde vienen los carritos coleccionables. (Sí, hablo por experiencia.)
La moraleja: El establecimiento y seguimiento de los principios, como la lealtad y la honestidad, y el hecho de que a veces es necesario perderse un poco para encontrarse en realidad.

Vida Salvaje ***
Otra que ya no está en cartelera pero no la he visto en DVD... ¿Qué puedo decir? Tuvo la mala suerte de proyectarse tiempo después que Madagascar. La realización y los dibujos son muchísimo mejores que la película de Dreamworks, pero la historia sabe a refrito mal hecho. Aquí los mejores jueces serán los niños, quienes decidirán si Vida salvaje se merece su propio lugar o simplemente seguirá siendo un buen intento de Walt Disney Pictures. Un elemento rescatable que diferencía a ambas películas, es la relación entre el león Samsón y su cachorro, Brian, eje central de la historia.
La moraleja: El verdadero carácter y la esencia de cada quien salen a relucir en los momentos críticos de la vida, y los amigos siempre están ahí para apoyarnos.

En la siguiente entrega de esta crítica, títulos en DVD:
Closer
Don Juan de Marco
Espanglish
Moulin Rouge
What the bleep do U know?

Infantiles:
La era del hielo 2
El espantatiburones
Chicken Little
Madagascar
Robots

Wednesday, July 19, 2006

Cronología del corazón, parte 2

Existe en la blogósfera otro blog titulado Fuera de lugar (http://fueradelugar.blogspot.com)... de hecho, se creó apenas cuatro días antes que el mío -y por cuatro días no tengo el url original, ¡aargh!. Está dedicado a la poesía y su slogan dice así: el vaciado emocional necesario del que se encuentra siempre fuera de lugar.
Además del trabajo, no había querido continuar la cronología sentimental de mi vida pues la segunda parte habla de aquéllos que me dejaron experiencias más reales, memorias más duraderas, dolores más recientes, sentimientos más cercanos aún... Sin embargo, siento que no podré avanzar hasta no concluir la crónica, por lo que, aprovechando que necesito un break laboral, y a petición de mis dos más asiduos lectores, continuaré con el vaciado emocional del eterno extranjero de mi corazón.
Casi a los 18, durante la preparatoria, conocí a L: alto, delgado, extrovertido, de labios gruesos (no sé por qué siempre me han gustado de labios gruesos si los míos son tan delgaditos). Fuímos amigos durante meses y así supe que tocaba la guitarra y que era un joven de familia, bien portado. No recuerdo cuándo, ni cómo, se dio el flechazo. Pero me acuerdo que llegó a mi fiesta de cumpleaños con pupilentes azules y causó sensación entre mis amigas... y eso no me agradó del todo.
Estuvimos juntos alrededor de cuatro años, lapso en el que subí hasta el cielo y bajé hasta el infierno. Con él conocí el amor y la entrega, fue la primera vez que pensé en el matrimonio. Me llevó serenata y me apoyó durante mucho tiempo, hasta que los objetivos personales de cada uno fueron haciendo cada vez más notorio que caminábamos en direcciones opuestas. Así, conocí también el dolor del desamor, de los celos, la desesperación de querer estar con alguien a sabiendas de que eso implicaba dejar muchas cosas que me definían... al final, con lo difícil que fue, reconocí que no podría apartarme en realidad de mis principios, mis convicciones y mi esencia. Siempre supe, en el fondo, que no estábamos destinados a casarnos, lo que cada quien esperaba entonces de la vida en pareja era diametralmente opuesto... lo sabía, pero vaya que fue muy duro aceptarlo.
Estuve un tiempo sola, hasta que D reapareció en mi camino. Fue confuso y masoquista, porque yo involucré mis sentimientos pero él no, y yo lo sabía. Con todo, no pude cortar ese lazo hasta que conocí a B, a los 23 años. Nunca olvidaré la fecha: 12 de junio de 1999. Una prima me dijo que estaba segura que algo se daría entre nosotros, o que al menos seríamos buenos amigos. No se equivocó, hasta la fecha B y yo seguimos siendo amigos, pero casi no lo veo porque cuando lo hago me vuelven los sentimientos.
La primera vez que lo ví fue en un bar en San Ángel. Estaba en las escaleras, vistiendo pantalón de mezclilla, playera roja y chamarra café. Su cabello lacio, con el corte que tanto me gusta en los hombres desde que estaba en la primaria, cejas arqueadas, mirada transparente y un lunar en la nariz. Esa noche hubo un clic, bailamos juntos una rola de la Onda Vaselina (que ahora me lo recuerda, desde que él me dijo que cuando la escucha se acuerda de mí) y a la semana de salir ya éramos novios. Duró apenas un mes pues yo aún no sanaba mi corazón de la relación con L, y B también tenía sus conflictos con los que lidiar, pero hasta la fecha lo quiero mucho.
Hacia finales de año, celebrando la llegada del 2000 en Acapulco, conocí al que ahora recuerdo como mi amor de verano -aunque en realidad fue de invierno-: M, de rasgos físicos muy parecidos a los de B, pero de piel apiñonada y cabello oscuro. Fue solo un flirteo de vacaciones que se quedó con las ganas de más, pero besaba muy rico... Digamos que, después de algunas relaciones fallidas, ligarme a alguien que me gustaba me devolvió la confianza, jejeje.
En esas estaba cuando conocí al papá de mi niña. Lo ví una vez que fui con una prima a un bar donde él trabajaba, unas semanas después de cumplir los 24. Estaba sentado solo, con una expresión de profundo desasosiego que me llamó la atención. Una semana después volví y nos conocimos. Empezamos a salir y a las dos semanas ya éramos inseparables. Él, pintor, yo, escritora; era todo lo que necesitábamos para que nuestra esencia bohemia echara a volar. Pasamos muchas tardes felices, él, concentrado en su arte y yo, leyendo. Y también nos gustaba escapar los fines de semana... para ser honestos, creo que nos gustaba vivir escapando de la realidad. Lo duro fue cuando tuvimos que enfrentarla y lidiar con ella, no salimos bien librados. Con todo, fue bueno mientras duró y me queda lo mejor que he hecho en mi vida, Valeria. Me da gusto que haya sido él pues mi hija, tal como es, es resultado de lo que tuvimos.
Casi al año de separarnos, a mis 28, durante un viaje de trabajo conocí a J, un colombiano que me robó el corazón. A estas alturas de la lectura ya se habrán dado cuenta que mi loco corazón decide por sí mismo a quien se entrega, cuándo y cómo. Sin embargo, nunca creí involucrarme en algo como lo que tuve con J. Nos vimos solo dos días, pero empezamos a escribirnos mails esporádicamente y tiempo después intercambiamos cuentas de messenger. De pronto nos enfrascamos en una bizarra relación por internet, con citas para chatear y llamadas telefónicas.
A pesar de la distancia parecía haber una conexión especial, pero bien dicen que santo que no es visto no es adorado. Dos veces estuve a punto de viajar a Colombia, pero por angas o por mangas -y por mucha cobardía- no lo hice... aunque él tampoco vino a México. Y así como empezó, se terminó. Las cosas se fueron enfriando, literalmente nos fuimos distanciando y para mí se hizo muy difícil vivir sientiéndome patética por tener una especie de noviazgo por internet. Vamos, si han leído mi blog, sabrán que para inventar historias me pinto sola; no me hacía bien que alguien a miles de kilómetros me alimentara la fantasía. Así, pues, una carta a finales de abril marcó el desenlace...
Finalmente, a los 30, me descubro fascinada por personajes que la gente suele tachar de malos o conflictivos, pero que en realidad son incomprendidos sociales y víctimas de sus circunstancias, como El Fantasma de la Ópera, Juan del Diablo (de la telenovela Corazón Salvaje), el Zarco (de la novela de Ignacio M. Altamirano), Aragorn (de El señor de los anillos), Russel Crowe en Gladiador y hasta Orlando Bloom en el papel de William Turner en Los Piratas del Caribe.
Ni hablar, siendo así entiendo que mi futuro emocional no es muy promisorio en cuanto a estabilidad se refiere, motivo por el cual seguramente ahora guardo mi corazón de emociones que lo pueden llevar a la quiebra emocional, sobre todo cuando tengo una hija que proteger... Y me digo que ya llegará el bueno, a su tiempo.
Mientras tanto, seguiré viviendo con los piratas, los gladiadores, los revolucionarios y los fantasmas en mi cabeza.

Tuesday, July 18, 2006

Algo de un amigo, por si les interesa ver su blog...

Más gallitos, El Olivar
No se puede aspirar a mucho si no se respetan las reglas del juego. No podemos aspirar a una educación digna, cuando sobornamos a los profesores. No podemos aspirar a tener gobernantes rectos y trabajadores, cuando nos pasamos las luces rojas del semáforo o hacemos San lunes. Bien dicen que cada pueblo tiene el gobierno que se merece y para muestra basta asomarnos a la ventana.

Friday, July 14, 2006

De por qué me gusta escribir

"Toda lectura es un viaje, una salida, un éxodo, una expatriación, al tiempo que un retorno, un regreso, una repatriación, un inxilio. La lectura no sólo nos remueve y conmueve, nos estremece y arranca del lugar donde solemos estar, sino que también nos arraiga y afianza, nos apuntala y sostiene en nuestros sueños y proyectos.
La lectura me introduce en una corriente centrífuga y centrípeta al mismo tiempo. Gracias a este doble movimiento es posible que yo encuentre, me pierda y me encuentre, exprese y me exprese, lea y me lea, escriba y me escriba-inscriba."

Jorge Ramírez Caro

Wednesday, July 12, 2006

Cronología del corazón, parte 1

A los seis años, mi mamá me explicó que cuando se sienten maripositas en el estómago, la piel se torna roja y uno no puede hablar en presencia de un niño del sexo opuesto, es que el muchachito en cuestión te gusta. Esa fue la primera vez que supe que alguien me gustaba, y creo que fue un momento decisivo en mi vida sentimental. JG era un niño delgado, de piel blanca, cabello lacio y oscuro, usaba lentes y tenía algún problema nasal, por lo que se la pasaba -literalmente- sorbiendo el moco; pero a mi me gustaba, y mucho, al grado de que no podía yo articular frases coherentes frente a él. Siempre creí que yo no le gustaba, pero hacia el final de la primaria, días antes de terminar el ciclo escolar, me defendió de un niño que se la pasaba molestándome (años después entendí que me molestaba porque yo le gustaba). Regresando de vacaciones me enteré de que se había ido con su familia a Chile... mi héroe se había ido y no pude siquiera despedirme de él.
De forma paralela a mi atracción por JG, me sentía atraída por un vecino, un año menor que yo. Tenía rasgos físicos similares a los de mi compañero de clases, con la diferencia de que él no usaba lentes y era más bien rubio con tez apiñonada. Durante casi once años fue mi amor platónico, y de ahí nunca pasó. Pero por él yo era capaz de... bueno, pensándolo bien, no de mucho, porque también me invadían los nervios cuando lo tenía cerca. Sin embargo, muchos de mis recuerdos de la infancia y los inicios de mi adolescencia van ligados a lo que sentía por él. Una ocasión, jugando a la botella con los vecinos, tuve la oportunidad de besarlo en los labios, pero la dejé pasar por miedo, por nervios... ese hubiera sido mi primer beso, y parte de mi futuro sentimental se definió en el momento en que me negué a besar al niño de mis sueños frente a todos los presentes.
A los catorce tuve mi primer novio, quien me enseñó lo baboso que puede ser un beso. Era primo de un vecino y vivía en Veracruz, así que a los pocos días se fue y pasó un mes antes de que me llamara. A esas alturas, yo había dejado de considerarlo mi novio.
El primer amor llegó casi a los 16, y fue de esos que nunca se olvidan. Lo quise mucho, y lo lloré mucho también. Fue el primero que presenté oficialmente a mis papás, aunque por cosas de la vida y lo jóvenes que éramos, lo nuestro pasó por momentos difíciles que no pudimos superar. Le escribí poemas y, por primera vez, sentí el deseo de hacer algo más que besar a alguien... aunque no lo hice. P era moreno, de cabello lacio y oscuro, de labios gruesos y sonrisa torcida que me provocaba un vuelco en el corazón. Ahora lo recuerdo con mucho cariño pero, ¡Dios, cómo le sufrí entonces!
Los vaivenes de la vida quisieron que mi siguiente novio fuera conocido de P, quien nos descubrió en un café antes de haber terminado oficialmente nuestro noviazgo... por tercera ocasión. El muchacho por el que dejé a P era rubio, de piel blanca, muy alto, cabello lacio... pero justo al mes de andar, C me dejó por una chava de la prepa, conocida por su pésima reputación. Eso fue a principios del ciclo escolar. El resto del año la pasé dándome de topes por haber dejado a quien parecía quererme -aunque no estaba cuando lo necesitaba- y teniendo que aguantar el espectáculo de C besándose (y más) con su novia, a plena vista de todos.
Me ayudó en el proceso de olvidar un compañero chaparrito y muy jovial, conocido en la preparatoria por ser todo un don Juan, a pesar de tener una novia muy bonita con la que se peleaba a cada rato, como consecuencia de sus conquistas. En una de esas rupturas, se fijó en mí. Como yo no quería nada serio, accedí... duramos casi dos semanas de novios, todo un récord en su historial, jejeje, pero cuando me percaté que mi tonto corazón se andaba clavando, decidí terminarlo. Él se consoló con su novia de siempre y yo seguí adelante.
Un par de amores platónicos rescataron mi corazón de la tristeza en esas épocas. D, por un lado, y F, por el otro. D era alto, flaco, moreno, de cabello lacio y oscuro, usaba lentes y siempre vestía bien; se sentía seguro de sí mismo, a pesar de no ser un adonis, y me sentía muy atraída por él. Pero pertenecíamos a un grupo muy cerrado de amigos y yo sabía dónde estaban sus intereses en verdad.
F tenía novia desde que lo conocí con su sonrisa franca y sus ojos verdes, pero me gustaban su carácter, sus pecas y su ternura. Lo admiraba mucho y sufría por no poder estar con él, por lo que mi pluma se inspiró y le dedicó algunos poemas, al igual que a D.
Hasta aquí, mi vida sentimental había sido un desastre, pero yo estaba lejos de imaginar que estaba cerca de conocer alguien que cambiaría el rumbo de mi vida, en muchos sentidos...

Tuesday, July 11, 2006

Regreso al hogar...

Hace nueve años, cuando tenía 21, me salí de mi casa. Tuve que aprender a ver por mí misma, a solventar mis gastos y hasta a cuidarme sola cuando me enfermaba. Y lo hice... aunque debo reconocer que hubo momentos muy duros en los que me cuestionaba la posibilidad de regresar. Con todo, no me he arrepentido nunca de haberme salido, aunque sí lamento la forma en que sucedió. Pero la experiencia me ha convertido en lo que soy, y me enorgullezco de ello y de lo que ahora puedo ofrecerle a mi hija.
Por otro lado, de forma paralela a mi éxodo personal, la culpa y el enfrentamiento con mis propias convicciones y principios me llevó a distanciarme de aquello que podría haberme dado fuerzas estos nueve años de auto exilio... la Fe. Si bien dije en uno de los comentarios iniciales de este blog que muchas veces me he sentido fuera de lugar, desde muy pequeña, ese sentimiento se acentuó conforme creció la distancia de mi fe. Y este año, finalmente, las circunstancias -y tal vez la propia edad, jejeje- me han llevado a replantearme, a redefinirme, a rehacerme, a reencontrarme...

"Hoy quiero quedarme solo para lamentar que un día lo tuve todo y lo dejé escapar. ¿En qué momento pasó? ¿Cómo fue? No quise alejarte. La noche me sorprendió, te busqué, ya era muy tarde. Hoy quiero quedarme solo y autodestruir, tal vez si me muero un poco te imagine aquí. Ya no soy nada hoy, y no voy a salir... ¿En qué momento pasó? ¿Cómo fue? No quise alejarte. La noche me sorprendió, te busqué, ya era muy tarde." (Moenia)

El proceso, durante este medio año, ha sido duro, difícil... y hasta me he rebelado a reconocer mis fallas, pero al final admito que mis propias actitudes me están haciendo tropezar en el camino y que mi corazón necesita aquello que tanta falta me hace, desde mucho tiempo atrás. En el fondo, siempre he necesitado un brazo protector, pero no físicamente, sino espiritualmente, porque de ahí nace la fuerza para luchar en esta vida y ser feliz.
Mi reserva se agotó hace mucho, y me dediqué a llenar el tanque con agua, con sodas y hasta con leche malteada; de todo, menos gasolina. ¿El resultado? Terminé por descomponer la fina maquinaria que me mueve, y ahora he tenido que pasar por meses de arreglos, cambiando piezas que ya no sirven. La factura se ha elevado mucho, pero al menos me queda la tranquilidad de que cuando salga del taller, funcionará como nuevo.

"Ya miré mi alma a los ojos y besé al mal en los labios. He descifrado todos los enigmas y he probado las frutas más ricas. Pero todavía siento mucho frío; aún me falta algo que llene este vacío. Regreso a casa, me lo reclama el corazón. Siempre hubo encendido fuego en el hogar. No cambio el rumbo, ando de frente y hacia el sol. Ya fue mucho tiempo de divagar.
Ya dormí en camas de rosas, dibujé siluetas hermosas. Había muerto, resucité. Lo perdí todo, lo recuperé. Pero todavía no cierro el círculo, algo está pendiente, por eso es que yo regreso a casa, me lo reclama el corazón. Siempre hubo encendido fuego en el hogar. No cambio el rumbo, ando de frente y hacia el sol. Ya fue mucho tiempo de divagar." (Moenia)

No quiero hacer muchos aspavientos y no esperen a ver una Lizzette totalmente mejorada en dos días. Las remodelaciones tardan más de lo que los arquitectos ofrecen, y para muestra clara el caso de mi empresa, que esperaba remodelar las oficinas en una semana y tardó más de dos meses para terminar el proyecto. Sin embargo, sí puedo decir que al menos ahora estoy en el camino correcto...

Saturday, July 01, 2006

La dentista taxista

El día de hoy escuché una de las anécdotas más fantásticas de mi vida. Sin embargo, a mi pesar debo reconocer la gran probabilidad que tiene de ser verdad, pues las autoridades judiciales de esta Ciudad son menos que poco fiables.
Raquel, de 38 años, es dentista en la delegación Iztapalapa, y desde hace cuatro años maneja un taxi en sus ratos libres para tener un ingreso extra, aunque, a decir de ella, afortunadamente no trabaja doble turno por necesidad, pues le va bien en la consulta y su marido también tiene un empleo.
Mientras me llevaba a mi destino y platicábamos sobre el rumbo político y social del país para los próximos seis años –que se define mañana–, me explicó que había intentado dejar el auto a un chofer que solo le pagara la cuota para no tener que manejarlo ella, pero se lo regresaron golpeado y maltratado.
Así pues, prefiere manejar el taxi cuando tiene tiempo, aunque eso signifique arriesgarse de más, por el simple hecho de ser mujer. Como cuando una patrulla la hizo detenerse, hace poco más de un mes, durante un operativo de rutina.
Los oficiales le pidieron el tarjetón y, después de un rápido vistazo, le dijeron que era falso. Como ella se rehusó a darles “mordida”, la llevaron al Ministerio Público. De acuerdo con Raquel, todos sus papeles están en regla. Además, los oficiales pueden verificar la legalidad de los papeles mediante un sistema que permite escanear el código de barras de las placas del automóvil o realizando una llamada a la Setravi.
“Me dijeron que habían llamado a la Setravi pero no habían obtenido respuesta”, me contó. “Después, me llevaron al Ministerio Público, donde me trataron como a un criminal; no me permitieron mostrarles el resto de los papeles, no me dieron derecho a réplica y se limitaron a decir que ellos realizarían la investigación correspondiente”. Y mientras hacían esto, la pusieron tras las rejas. Así como va.
Su familia contrató los servicios de un abogado defensor… pero Raquel duda mucho del licenciado que atendió su caso. El abogado dijo a su esposo y a su madre que en el Ministerio Público exigían un pago de $30,000 para liberarla, o de lo contrario debía pasar hasta ocho años en la cárcel por falsificación de documentos. Los familiares consiguieron el dinero y Raquel fue liberada.
Lo interesante del asunto es que, después de las negociaciones y el tiempo invertido en el asunto, el abogado no quiso cobrar un solo peso a la familia…
Salvo que sea un alma de la caridad, es obvio que el abogado en cuestión fue parte del secuestro más cínico y surrealista que puede existir: un par de policías que intimidan a una conductora, la llevan al Ministerio Público y la encierran, ofreciendo su liberación a cambio de una buena suma que el propio defensor solicitó a la familia.
Se podría pensar también que el abogado pidió la cantidad mencionada a la familia, en la que ya incluía los gastos por corromper a los funcionarios públicos y unos generosos honorarios.
Las dos opciones son desalentadoras. ¿Cómo pretenden los gobernantes que el pueblo no se manifieste exigiendo mayor seguridad cuando ya no solo debe cuidarse de los delincuentes comunes, sino también de las autoridades judiciales y de quienes procuran la Ley?
De cara a un nuevo sexenio, del que depende el ambiente social y el desarrollo económico de mi país, me pregunto, como muchos otros mexicanos, por qué seguimos pensando que la cura vendrá como inyección de penicilina al escoger al candidato mesiánico, aquél que cambiará todo el régimen y de la nada hará que en México no haya delincuencia, ni inseguridad, ni pobreza, ni ignorancia, toda vez que el crecimiento económico será notorio. Claro, todo lo anterior, sin que la gente tenga que cambiar sus hábitos y costumbres.
Un gran sueño… o mejor dicho, sueños de grandeza que los tres candidatos al poder ofrecen a un pueblo ávido de chupar el atole del dedo que se les ofrece.