Wednesday, March 25, 2009

Poesía andina...

Algunas obras de Meira Delmar, poeta colombiana.


DE PASO

No es el tiempo el que pasa.

Eres tú que te alejas apresuradamente hacia la sombra,
y vas dejando caer,
como el que se despoja de sus bienes,
todo aquello que amaste,
las horas que te hicieron la dicha,
amigos en quienes hubo un día refugio tu tristeza,
sueños inacabados.

Al final, casi vacías las manos,
te preguntas en qué momento se te fue la vida,
se te sigue yendo,
como un hilo de agua entre los dedos.


EL ESCUDO

Cuánto te quise, amor,
cuánto te quiero,
más allá de la vida y de la muerte.

Y aunque ya nunca más he de tenerte,
eres de cuanto es mío lo primero.

Más que el sol del estío, verdadero,
tu recuerdo mitiga, por mi suerte, la sombra que me ciñe,
y se convierte en la luz que ilumina mi sendero.

Nada ni nadie desterrar haría de mi frente
aquel tiempo jubiloso en que eterna la dicha parecía.

Contra el olvido y su tenaz acoso
defenderá por siempre y a porfía
su condición de escudo milagroso.


REMINISCENCIA

Un breve instante se cruzaron tu mirada y la mía.

Y supe de repente -no sé si tú también-
que en un tiempo sin años ni relojes,
otro tiempo,
tus ojos y mis ojos se habían encontrado,
y esto de ahora no era más que un eco,
la ola que regresa,
atravesando mares,
hasta la antigua orilla.

Saturday, March 07, 2009

Sobre el honor, la moral y los principios...

Cuando fui a ver "El último Samurai" al cine, escribí en mi nick del messenger: I still believe in honor...

Alguien no tardó en responderme que eso del honor ya no existe y está sobrevalorado. Yo respondí que precisamente por eso puse mi nick, porque en verdad creo que por ahí hay gente que sigue siendo honorable.

Últimamente, por otro lado, me he topado con una serie de ejemplos que me dejan en claro que la moral y los principios están pasando por el mismo proceso de subvaloración... hombres y mujeres casados que no sienten la menor incomodidad por ser infieles... sobre todo, hombres que dicen amar a sus mujeres y no quieren separarse, pero que van cínicamente por el mundo buscando la ocasión de pintarle el cuerno a su "amada" ante la menor oportunidad.

Curiosamente, me buscan mucho los casados. Y parece ser que a mí me preocupa más su matrimonio que a ellos... me resisto porque como bien dice un amigo mío: al final se trata de pararte frente al espejo y reconocer que la persona que tienes enfrente aún te cae bien, aún es respetable.

Pero de vez en cuando se presenta una oportunidad exquistamente tentadora que me lleva a querer tirar por los suelos mis principios, mi moral, mis tabúes o como lo quieran llamar, y dejarme llevar por la corriente de la generalidad... esa que nos dice que el honor ya no existe, que la moral está sobrevalorada y que los principios son una ridiculez... esa corriente que nos dice que si todos los demás lo hacen, y si a los casados no les importa, ¿por qué habría de importarme a mí?

No escribo esto buscando argumentos de apoyo porque yo sea débil. Estoy convencida de lo que creo y si bien puedo engañar a los demás, no puedo ser deshonesta conmigo misma, a riesgo de no reconocer a la mujer del espejo. Pero sí... necesito argumentos, porque necesito creer que allá afuera, en algún sitio en el ciberespacio, aún hay gente que cree que el honor, los principios y la moral valen algo...