Sunday, November 21, 2010

La continuación de Hulk... ¿sin Edward Norton?

Como muchas otras películas que he tenido ganas de ver en el cine y no he podido, apenas ayer vi "The incredible Hulk", la versión de 2008 protagonizada por Edward Norton. Me pareció muy buena, nada que ver con la basca de 2003 protagonizada por Eric Bana, que ni siquiera pude terminar de ver porque no la soporté, je.

En esta versión, además de tener buenos actores (me encanta Norton, desde que lo vi en American History X), tomaron en cuenta muchos detalles importantes, como el tema musical de la serie de TV, la intervención de Lou Ferrigno (el alter ego de Bruce Banner en la serie) y el desarrollo del personaje: sus conflictos internos, la persecución, y la relación con su novia que es la única que logra contener a la bestia verde, entre otras cosas.


Hubo algunos detalles que quedaron en el aire, sí, como el hecho de qué pasará con el científico al que le cayó un poco de sangre de Hulk, o la bestia con la que pelea y que al final de la película mandan a encerrar en una bóveda... ¿los reutilizarán en otra entrega?

Lo que para mí fue la cereza del pastel fue ver a Robert Downey Jr. cerrar la película en una aparición de un par de minutos como Tony Stark (IronMan), prometiendo una siguiente versión en la que Hulk y IronMan trabajarían juntos. Bueno... después de ver a mis Pumas ganarle a Cruz Azul ayer, no creí que hubiera algo más que me hiciera más feliz, pero ese final lo logró: ver a dos de mis actores favoritos, no sólo por su capacidad histriónica sino que también me gustan físicamente, es algo que no pasaba desde "Piratas del Caribe en el fin del mundo", con Johny Depp y Orlando Bloom, je.

Así que anoche me metí en friega a internet a buscar info sobre la siguiente entrega de Hulk y encontré que en realidad será en 2012, en una película llamada "The Avengers" en la que también aparecerán Thor y el Capitán América. Quienes vieron IronMan 2, sabrán que al final hay una pista que deja ver una actuación conjunta entre Thor y el hombre de hierro ;)

Yo debo reconocer que no leía todos los comics, pero sí soy fan de aquéllos que me recuerdan los buenos tiempos de mi niñez y las caricaturas que veía, así que me dio gusto saber eso y descubrir que hay otras películas de comics preparadas para estrenarse entre 2011 y 2012: Thor, X-Men 4, Linterna Verde, Capitán América, The Avengers y SpiderMan 4. Y sí, espero verlas todas en el cine :)

Peeeeeroooooo, lo último que encontré me puso triste: al parecer no se ha llegado a un acuerdo económico con Edward Norton y Marvel dijo que él no será el Bruce Banner de The Avengers y que buscarán otro actor para interpretar a Hulk... ¡Tache! Gran tache... creo que Norton en verdad hizo una muy buena interpretación de Banner y sería lamentable ver a otro actor hacer un papel chafa, como les salió con Eric Bana. Esperemos que logren arreglarse...

Saturday, November 13, 2010

El origen... de mis sueños

Quienes me leen desde hace años tal vez hayan leído algunos de los sueños que he escrito. Tengo sueños bien locos, todo el tiempo. De muchos no me acuerdo al día siguiente o no los escribo, pero suelo soñar cosas raras, loquísimas.

Más de una vez he soñado que estoy soñando, que me tengo que despertar y no puedo hacerlo porque me siento muy pesada, como que mi cuerpo no responde a las órdenes de mi cerebro... y en realidad esa sensación es porque aún estoy dormida, así que sueño que me levanto y hago las cosas pero se me hace tarde y me siento torpe en mis movimientos, porque mi cuerpo está aún completamente dormido.

También suelo soñar personas que en realidad son otras... es decir, puedo soñar que estoy platicando, por ejemplo, con mi hermana, pero ella está en el cuerpo de alguien más, a veces otra persona conocida pero otras veces alguien desconocido... incluso puede ser ella en el cuerpo de un hombre. Sin embargo, en mi mente yo sé que es mi hermana.
Y de pronto, las personas con las que estoy en mis sueños cambian de rostro, aparecen y desaparecen, cambian de ropa o hasta se presentan desnudos de un momento a otro.
Igual yo; de pronto me encuentro en un sitio, luego en otro, luego me percibo desnuda o con muy poca ropa en medio de un montón de gente... vuelo, me sumerjo, tengo fuerza y talentos nuevos... veo zombies y seres extraños...


Sí. Neto, así son mis sueños. Y sí, también me aparecen de pronto los hombres de los que me he enamorado. Hace meses que no sueño con Jorge, pero solía hacerlo con frecuencia. Incluso alguna vez soñé con un dragón, que en verdad era una proyección de él, y entonces decidí comprarme uno de peluche que duerme conmigo todas las noches :)

Laberintos, escaleras paradójicas, espacios que se reducen y crecen sin control... ambientes en constante metamorfosis son el escenario típico de mis sueños, que cambian sin previo aviso y se convierten en callejones, parques, hoteles, habitaciones pequeñas repletas de personas que parecen indigentes pero que en realidad en ese momento representan mi oficina y mis compañeros de trabajo, por ejemplo...


Nada en mis sueños parece tener cohere
ncia, pero al mismo tiempo ese mundo irreal es completamente congruente para mí... al menos mientras paseo en ese ambiente. Lo conozco pues ahí paso buena parte de mis noches, pero a veces me sigue sorprendiendo el nivel de locura de mis proyecciones nocturnas.
Sí. A juzgar por mis sueños yo diría que estoy loca. O al menos eso pensaba hasta ahora que ví "Inception" (El origen), protagonizada por Leonardo DiCaprio y dirigida por Cristopher Nolan... si no la han visto, no se las voy a contar para no cebarles la intención, pero debo decirles que en verdad se las recomiendo muchísimo.


Me fascinó la forma en que plantean el asunto de los sueños, la facilidad con la que se cambia de ambientes y personajes dentro de los mismos, la posibilidad -que para mí es una realidad comprobada- de tener un sueño dentro de otro, las proyecciones incontrolables del subconsciente, las apariciones de los seres queridos, la respuesta al dolor y cómo el miedo a morir es el detonante que finalmente te despierta de un mal sueño...


La verdad, es una historia interesante, la trama está muy bien planteada y el director consigue actuaciones y efectos de muy alto nivel. Vale la pena verla, y volver a verla por si se perdieron detalles. Sobre todo la primera mitad de la película es crucial para entender el resto de la historia.


Una cosa más debo agregar, y es que mientras veía la película no podía evitar sonreírme mientras me cruzaba por la cabeza la idea de que tal vez alguien también se mete de pronto en mis sueños, alterando mi subconsciente y generando esas historias tan locas que me toca vivir mientras duermo, jeje :P

Tuesday, November 09, 2010

Señora Grinch

Cada año es lo mismo. Nomás se acerca diciembre empieza la cantaleta del "¿qué vamos a hacer para Navidad?"

La neta, es una lata. Desde que tengo memoria han sido fechas complicadas, pues cuando éramos chicos, mis hermanos y yo debíamos pasar una fecha con la familia de mi papá (Navidad o Año Nuevo) y la otra con la familia de mi mamá. Siempre era un lío eso de no herir susceptibilidades, así que ya desde noviembre se sentía el ambiente tenso con eso de los planes de fin de año.

Luego resulta que uno va creciendo y empieza a ver a los amigos y familiares pasar las fechas en compañía de sus parejas... cosa que en mi caso no ha sido así, salvo por un par de relaciones más o menos largas que tuve antes de conocer al papá de mi hija, y el tiempo que viví con él. De ahí en fuera, las Navidades son temporadas en las que me la paso simplemente tolerando a la familia y rumiando el no tener con quién quitarme el frío.

Ha habido años menos pesados, como aquéllos en los que los mensajes de Jorge me hacían sentir acompañada a la distancia, o incluso el año pasado, porque estaba enamorada. Pero éste vuelve a ser lo mismo de siempre: el vaticinio de una velada familiar en la que sobra la comida, las malas caras, el frío y los recuerdos de las Navidades pasadas... esas de hace muchos, muchos años, cuando las tías no estaban peleadas y mi prima María Elena aún vivía y los primos hacíamos pastorelas después de la cena...


Señora Grinch, me reconozco. Pero lo cierto es que desde mediados de diciembre hasta mediados de febrero, esas fechas son más bien aciagas para mí.

La única gran excepción es que ahora tengo una pequeña que, como en la película, logra cambiar con sus sonrisas el significado de todas las fiestas pasadas. Es cuando esta señora Grinch debe vestirse de Santa Claus y hacer que para ella los recuerdos sean felices y gratos... aunque en el fondo, yo me siga preguntando cuándo llegará el día en que volveré a compartir la Navidad con una pareja...

Wednesday, October 27, 2010

Sexo gratis... y un poco de sangre

Me he dado cuenta de que tengo lectores morbosos. Por alguna razón, cuando escribo sobre mis dificultades amorosas y desangro mi corazón en el blog me leen más que cuando publico que me siento bien y que las cosas van mejorando.

Bien decía una talentosa jefa que tuve en la editorial donde trabajé: "Las palabras 'sexo', 'gratis' y los números siempre venden". Ese es el secreto de las revistas de moda y belleza, que usan títulos como "10 tips para volverlo loco en la cama" o "Cómo vestirte como una estrella con prespuesto $0".

Yo añadiría que la sangre también vende mucho. De ahí los encabezados del Metro y el Alarma, así como tantos y tantos conteos de matanzas que siguen en aumento en Nuevo León, Tamaulipas, Chihuahua, Morelia, Guerrero, Sinaloa y el Estado de México, entre otros... (ah, pero el Gobierno dice que le vamos ganando la guerra al narco... ¡Ajá!)

Eso me pone en problemas, porque ahora que me siento bien no tengo más lágrimas virtuales que derramar ni más odio... ¿de qué hablo?

¿Seguiré el consejo de mi ex jefa y empezaré a publicar posts relacionados con sexo y sangre gratis? ¿O tal vez algún conteo sobre los 10 tips para tener una sesión de sexo sado-masoquista sin derramar sangre?

¿Alguna sugerencia? Je :P

Saturday, October 23, 2010

10 años menos en un día

Hoy es uno de esos días en los que definitivamente me siento más joven. Sí, tal vez exageré la cantidad de años en el título, je, pero sí me siento de varios menos de 30 :P

Todo empezó hace un par de semanas, cuando una niña en la iglesia que tiene como 12 años me vio junto a Valeria y cuando escuchó que ella me decía "mamá", me preguntó sorprendida: "¿Es tu hija? ¡Yo creí que eran hermanas!" Yo pensé que me iba a decir que creyó que era su tía, lo cual ya me resultaba halagador pues por su mirada entendí que me consideraba más joven... pero cuando dijo "hermanas", bueno, mi ego se infló hasta el cielo, jajajajaja!

Unos días después, cuando llegué del trabajo, mi hija y unos amiguitos suyos estaban en el patio y me insistieron a bajar mis patines y competir con uno de ellos. No pensé en competir, pero me pareció un buen día para desempolvar los patines así que los saqué, me los puse y me enorgullecí de no caerme frente a mi hija y sus amigos en mi intento por volver a patinar, je.

Al final me insistieron en la competencia, así que dizque competí con el vecino. Obvio, me ganó, ja. Le pregunté cuántos años tenía, para 'facebookear' que un niño de 14 me había ganado a mis 34, y entonces mi hija abrió grandes los ojos y me preguntó: "¿Tienes 34? Yo creí que tenías 23, a mí me pareces de esa edad". Jajajajajaja!!! ¡Qué linda su inocencia! ¿Verdad? Pero para mí, sonrisa durante dos días, je.

Hoy me ligué a un chavito que a duras penas tendrá 23 años... no quise preguntarle su edad para no echar a perder el momento, pero por su carita, andará cuando mucho en los 24 años. Neto, es un súper alimento para el ego.

Y bueno, para cerrar el día me fui con mi hija y sus amigos al parque, donde me puse a patinar mientras ellos jugaban, y el ejercicio me hizo sentir mejor. Además, me siento más ligera con los patines que el primer día.

Si sigo así, creo que recibiré los 35 con todo... sintiéndome incluso más joven que cuando cumplí los 30 :)

Thursday, October 21, 2010

Ya, pues...

Venga... aún en contra de mi voluntad se me acabó el veinte y no puedo seguir odiando. Ya sabía yo que no odiaría por mucho tiempo... no soy así, simplemente no soy yo y además mi fe me lo recriminaba.

Así que mientras duró lo disfruté. ¡Oh sí! Bastante. Pero ya no me queda más y finalmente solté lo que me hacía daño y me libero.

¿Perdón? Aún no. Pero ya llegará, pronto. Y cuando perdonde será por mí, porque no puedo cargar con sentimientos que me hacen daño, que impiden que me lleguen las bendiciones y encima me provocan a hablar y escribir cosas de las que voy a tener que dar cuentas.

Allá él y sus propias cuentas. Espero que la vida se lo cobre con creces (sí, claro que sí). Mientras tanto, mí me toca soltar y liberarme.

Sale pues... a un lado el odio y a llenarnos de cosas buenas. No quería dejar ir tan pronto este sentimiento pero va más allá de mí y de mis decisiones.

Eso sí: espero no volver a verlo nunca más. Por mí, hoy se cierra este libro y se archiva en el olvido.

Thursday, October 14, 2010

10 cosas que odio de ti... de mí... y de todo esto

1. Odio no poder soltar todo, dejarlo y listo. Odio ser así, siempre machacando las ideas, revolcándome con ellas, sin ser capaz del todo de liberarme de pensamientos y de ideas que nomás me desconcentran de lo que es verdaderamente importante.

2. Odio seguir escribiendo sobre lo mismo, porque al final si no escribo sólo me quedo yo todo lo que siento y menos me libero... Tengo que soltarlo y de pronto me doy cuenta que para ello tengo que escribir, escribir y escribir hasta que me sangren los dedos, a ver si por ahí se escapa finalmente todo esto que siento.

3. Odio no saber más de ti, aunque yo misma te haya bloqueado del facebook por mi propia salud mental y emocional.

4. Odio cómo se dio todo... odio todo lo que pasó, lo que permití que pasara a sabiendas de quién eras y de cuál sería el final.

5. Odio que el final haya sido más doloroso de lo que pensaba, pues de hecho no me lo esperaba así...

6. Odio que no podré volver a confiar en tí nunca más, aún cuando me dijeras toda la verdad. Me mentiste tanto que ya no hay modo de ponerle un parche a la desconfianza que habrá de aquí en adelante. Ya nunca podremos ser amigos... en realidad nunca lo fuimos, pero no hay nada que rescatar ahora y odio tener que dar vuelta a la pagina con el deseo de no volver a verte nunca más, y la intención de fingir que nunca pasó nada entre nosotros, si acaso un día nos volvemos a encontrar...

7. Odio desconfiar de todo y de todos, volverme dura a consecuencia de un mal paso. Odio haber tenido que aprender esta lección de esta forma y odio que tú fueras el maestro.

8. Odio odiarte... porque eso pasa ahora. Nunca había odiado a nadie y de pronto eso siento por tí, al grado de que me asquea pensar en lo que tuvimos. Y más te odio por hacerme odiarte, por provocar en mí un sentimiento que nunca antes había sentido y que me pesa, por más que quiero liberarme de él... cada recuerdo tuyo duele como puñal al corazón y me provoca el resurgir de este nocivo sentimiento.

9. Odio haberme quedado con tantas cosas por decir y tener ahora la necesidad de decírtelas y no poder hacerlo. Quisiera a veces gritar todo lo que siento y no puedo, y si lo hiciera aún así no me escucharías...

10. Odio ser tan lenta para procesar mis emociones que en realidad nunca actué o te dije lo que debía en el momento justo. No te menté la madre cuando pude hacerlo, cuando tú me pedías que nos viéramos para platicar. Hoy, meses después, ya no tiene caso, y yo me quedo ahora con tanto por decir y ya no puedo, porque es tarde...

Y sobre todo... odio que te sigo extrañando... te sigo queriendo más de lo que quiero reconocer. Todo este odio es simplemente una reacción directamente proporcional a la fuerza con la que te quiero. Y odio quererte, me odio por ello. Odio este idiota y terco corazón que se debate entre el odio y el cariño y que en medio de su batalla me implora que suelte todo lo nocivo y me quede con lo bueno.

Pero no quiero. No quiero dejar de odiarte aún, porque cuando se vaya el sentimiento negativo quedará sólo el sabor de los buenos recuerdos y no quiero... no te lo mereces. No quiero recordarte con cariño, no quiero pensar en ti con nostalgia, no quiero quererte más. Simplemente, no te lo mereces...

Monday, October 11, 2010

Dejando el equipaje atrás


Y en este sentir de dejar atras las cargas, me viene a la cabeza algo que me dijo un muy buen amigo hace unos días: "A veces, como en los aeropuertos, es mejor dejar el equipaje. Si en el camino lo podemos recuperar, qué bien, pero si no, hay razones para que se quede ahí".
Tiene razón.
Hay cosas que ya no hice, que ya no podré hacer y no hay caso de estarle machacando a las ideas. Hay cosas que sí puedo hacer y a ésas hay que enfocarse.


En esta reflexión entiendo que ciertas cosas que yo también esperaba tal vez nunca lleguen, tal vez nunca llegarán, como esa disculpa que mencioné hace un par de posts.

Ni modo, habrá que dejar el ego herido como equipaje perdido en ese aeropuerto que sirvió de conexión en este viaje... y a seguir adelante.

Si algo se recupera más adelante, bienvenido, y si no, será la oportunidad para empezar de cero, con equipaje nuevo y una valiosa lección aprendida...

Sunday, October 10, 2010

AAA, en la arena de la vida

Buscando tema para escribir me sugirieron que hablara sobre lo mucho que empieza a cansarme leer diariamente noticias sobre matanzas, balaceras, narcotráfico, delincuencia, narcofosas y asesinatos en más de cinco estados del país... y en verdad consideré hacerlo. Quiero decir: ha aumentado tanto el nivel de inseguridad en provincia que de pronto el Distrito Federal hasta se antoja como una ciudad segura. Sí, sigue siendo completamente insegura, plagada de secuestros y delincuencia a todas horas, pero al compararla con otras entidades no queda más que decir que tal vez aquí estamos mejor.

¡Qué triste! Muy triste... tan triste, que en realidad no quise profundizar mucho en el tema y no me animaba a mencionarlo en mi blog, porque me gusta escribir sobre algo que me aporte después, cuando releo mis escritos. Porque suelo hacerlo... releer lo que escribo y decirme que estoy loca o terminar de entenderme, je. A final de cuentas, para esto escribo un blog, para ayudarme a sacar lo que de otra forma no sé sacar y entonces, entender mi realidad de una mejor manera.

Escribir para quejarme amargamente de la inseguridad no me aporta nada a futuro. Sin embargo, me pareció conveniente tocar el tema como entrada de este post porque es una buena referencia sobre cómo hay cosas que de primera instancia parecen importantes pero cuando se miden contra otras de mayor magnitud, la escala de valores se ajusta y todo se coloca en perspectiva.

La sombra de una amenaza a mi salud me ha llevado a poner en la balanza todas mis experiencias recientes, y de pronto lo que parecía tan fuerte, tan doloros, pierde valor y se torna casi irrelevante, dejando en claro cuáles son las cosas verdaderamente importantes en la vida: mi hija, mi salud, mi fe, mi familia, mi persona, mi trabajo, mi estabilidad...

De pronto he recibido una zarandeada tipo "Smack Down" en la arena de la vida y me llega, como epifanía, una visión que es más bien una lección sobre lo que me toca hacer, en el orden de la triple A: Aceptar, Asumir y Actuar.

He dejado asuntos pendientes que después reclaman su pago con creces. Hoy toca asumir las consecuencias y actuar para cambiar los resultados. Mis finanzas, mi trabajo, muchos de mis proyectos están en ese estatus. Hoy es momento de cambiarlo y dejar de perder el tiempo en pendejadas y asuntos que me distraen de mi objetivo.

Ahí es cuando el corazón pasa, por fin, a segundo plano... cuando decido que el dolor del desengaño no será un motivo más para hacerme perder la concentración y el enfoque de lo que es verdaderamente importante para mí. Me toca aceptar la realidad y sus consecuencias. ¿Qué si R me mintió todo este tiempo? Yo quise creerle, porque en el fondo ansiaba que algo fuera cierto. Él será lo que sea, pero a mí me toca aceptar mi parte de culpa en esto, asumir las consecuencias y actuar por medio del perdón: perdonarlo a él por todo este dolor innecesario, y perdonarme a mí por permitirme la debilidad de querer creerle.

No hay más. Y al poner las cosas en perspectiva, lo importante se hace tan evidente que de manera natural empiezo a rechazar lo que me aleja ahora de conseguir mis objetivos y me empiezo a liberar de las cargas innecesarias. Viene el perdón, sí, y con ello el deseo de actuar de otra manera y cambiar mi escenario actual.

La vida está a punto de dar otro giro y a mí me toca estar preparada para recibir las bendiciones que vienen en camino...

Wednesday, October 06, 2010

Mi turno de batear

Ayer leí lo siguiente en el facebook de un amigo:

"En la Vida, como en el juego de Base Ball, cuando creas que vas perdiendo y te van dando una paliza, cuando sientas que todo está perdido, piensa que sólo te ha tocado estar en el campo... Ahora te toca batear".

En realidad no soy aficionada del baseball, pero creo que una metáfora así cualquiera la puede entender.

Estas últimas semanas he pasado por muchas cosas, se me juntó todo: asuntos personales, familiares, de dinero, laborales... mis propias luchas entre mis deseos y voluntades contra lo que es, lo que debe ser.

Toqué fondo. Pero la buena noticia es que una vez que se ha llegado al fondo no se puede bajar más. Además, es más fácil impulsarse para volver a subir; así que de aquí pal real ya no queda más camino que hacia arriba, hacia adelante.

Dice otra frase conocida que aún una patada en el trasero te impulsa hacia adelante. Alguna vez escuché ese mismo concepto con otra redacción; alguien me dijo que cuando veas que te viene una patada de frente te voltees y te prepares, pues eso te proyectará hacia el frente con fuerza, así que hay que tomar ventaja de la situación.

Por mí ya estuvo bueno. Ya me cansé de lo que me ha tocado vivir. Volviendo a la metáfora del juego, me ha tocado ver cómo la vida a mi alrededor lanza pelotas, poncha a mis jugadores; mis lanzamientos no han sido buenos, no he atajado las pelotas en el campo y he visto cómo el contrario ha aumentado sus puntos home run tras home run.

Pero ya estuvo. Es mi turno de batear. Y que la vida se prepare a pagar porque ésta vez estoy dispuesta a sacar la pelota del campo.

Monday, October 04, 2010

Sigo siendo aprendiz...

Soy experta en que se me rompa el corazón, la verdad. Me lo rompo yo sola y luego, aprendida la lección, tomo los pedazos, los uno y luego los vuelvo a romper; al fin, ya sé cómo volver a pegarlos. Pero esta última lección la verdad me dolió mucho y no estaba muy segura de por qué... hasta que dí con la clave.

En realidad, siempre se me había roto el corazón por andar de enamoradiza, clavándome con hombres que no me convenían y metiéndome en historias que no eran más que "Crónicas de una muerte anunciada". Sin embargo, ésta última vez salió de mis esquemas...
Todas las anteriores era como cuando se rompe un juguete, o un jarrón, y lo pegas y al rato se vuelve a caer o se despega... pero siempre se rompe del mismo lado, o tal vez encuentras de pronto una nueva despostillada, pero a final de cuentas son siempre los mismos pedazos, el mismo motivo de fondo.
Quiero decir: siempre me he dejado llevar por el corazón pero a final de cuentas se trataba de relaciones en las que sí me correspondían. Tal vez sólo por unos instantes (semanas, meses o años) pero el objeto de mi amor también me quería... a su manera, pero me quería. Haciendo recuento de ello, así ha sido: mi novio de la universidad, el papá de mi hija y hasta el colombiano, en su momento su corazón estuvo conmigo y hallaron la forma de hacérmelo saber. Y cuando me quisieron me lo demostraron e hicieron cosas por mí, para hacerme sentir importante y querida.
Al final las cosas no funcionaron, pero siempre queda el consuelo de saber que en algún momento en la carrera de la vida fuímos juntos, de la mano. Alguno se tropezó, se adelantó o se rezagó y la unión se rompió... soltamos manos y nos separamos. Ni hablar, así es la vida. Pero creo que en realidad no me había tocado jugar con alguien que rompiera corazones sin motivo... hasta ahora.

Fue tan diferente para mí que en verdad no me lo esperaba. Es decir: siempre supe quién era él, pero acostumbrada como estoy a decir las cosas como van, y recibir lo mismo a cambio, no me esperaba que me mintiera con tanta maestría.

No sólo eso. La verdad es que me costó mucho trabajo entenderlo porque yo no puedo jugar con los sentimientos ajenos. Tal vez por lo mismo de que soy tan intensa y porque sé lo que duele, y reconozco el valor de un corazón y de un sentimiento sincero, creo que es una gran responsabilidad cuando te ponen un corazón en tus manos y lo menos que puedes hacer es decirle a la persona enamorada que no le correspondes.

Sí, se le va a romper el corazón de todos modos, como cuando le pasas una taza de cristal y se resbala y se cae al suelo. Pero no es lo mismo ese 'accidente' a tomar un objeto y jugar con él, llevarlo por ahí y lanzarlo al aire a ver qué pasa, hasta que finalmente se cae y se destroza... siempre insistiré en el tema: simplemente no se vale.
Yo no estaba acostumbrada. Pensé que por ser honesta me libraría de una situación en la que me quisieran vender una historia diferente... pero no fue así. De modo que, además del dolor del desamor me viene el desconcierto, el golpe de la traición, la fría sensación de una cubetada de agua helada al abrir los ojos a las mentiras... tal vez sea eso lo que más duele: la pérdida total de la confianza... y ésa es de fondo la razón por la que en verdad no quiero verlo.

Sí, duele el ego. Duele el amor... y el desamor. Pero duele más el golpe a la confianza... el abrir los ojos a una nueva lección. Ésta vez me topé con un corazón roto en pedazos que no conocía. Tuve que hallarlos todos, buscarles la forma para saber si ya lo tenía completo o no... y al final hallé la pieza que me faltaba: me siento, como nunca antes, traicionada.

Si bien es cierto que siempre supe cómo era, también es verdad que él me dijo lo que pensó que yo quería escuchar y me retuvo a su voluntad durante un tiempo. Nada de lo que dijo al final era cierto... y si algo hubiera de verdad en sus palabras, hoy ya no le creo nada. Por eso duele. Me siento como ese niño pequeño que lleva un globo en las manos, feliz de la vida, y alguien se lo pide... con recelo se lo presta, sólo para ver cómo esa persona saca un alfiler y lo revienta. Entre las lágrimas de tristeza, si uno contempla bien al chico podrá ver sus ojos abiertos en un desconcierto total.

Así me pasó. No entendía... no entiendo aún por qué alguien puede tomar un corazón y romperlo sin más, para después irse sin explicación ni disculpa. Y este último punto me lleva a mi conclusión: a pesar de que he dicho que ya lo perdoné, en realidad nunca he sentido su disculpa como algo sincero, y eso me lastima.

Vuelvo al punto de origen: en ocasiones anteriores jugué la ruleta rusa a sabiendas de todos los riesgos. Y cuando reventó la bala, mi contraparte fue lo suficientemente sensible para disculparse por lo que de su lado estuvo mal. Nos perdonamos y seguimos. No así esta última vez, y no me caía el veinte de ello hasta ahora. Por eso me cuesta cerrar este capítulo. Así que al final aquí estoy, tratando de cerrar heridas y de unir pedazos, esperando una disculpa que tal vez nunca llegará... una dura lección me tócó aprender...

Wednesday, September 29, 2010

¿Estás viendo y no ves?

Dice el nick de messenger de un amigo: "Las verdades evidentes son las más difíciles de reconocer. Son como los bosques: no los ves porque los tapan los árboles".

Me quedé pensando en esta metáfora... ¿cómo no ver un bosque? Una extensión llena de árboles, de verde, se ve desde kilómetros de distancia...

Y entonces caí en la cuenta... no se trata de ver el bosque desde arriba, desde el aire o desde una posición que favorezca la vista... es cuando estás metido dentro de ese bosque que no lo puedes percibir en toda su plenitud. Sólo puedes ver los árboles que te rodean.

Es entonces que no distingues qué tan extenso es, si está rodeado por ríos o barrancas, si hay caminos bloqueados por rocas o si estás caminando en círculos... sólo ves árboles y árboles y de pronto todos te parecen iguales.

Tal vez es un poco exagerada esta aseveración, pero me queda claro lo que quiere decir la frase de mi amigo: es como cuando tienes algo justo frente a tus ojos y no lo quieres ver... muy al estilo de "¿estás viendo y no veeeees?"

Definitivamente hay cosas que no queremos ver, que no importa qué tan claras se presenten ante tí es mejor cerrar los ojos y quedarte con la vista reducida, porque ese panorama pequeñito representa sólo una parte de la realidad... la parte que queremos vivir... la parte que no duele, con la que es más fácil lidiar, dentro de ese mundo pequeñito que queremos pensar que es lo único que hay, porque al final, insisto, cuando se ve la realidad en todo su esplendor, ya no se puede actuar como quien no ve o como quien no sabe.

Así, de pronto, es más fácil dejarse llevar por lo cercano, como en los toros... quien los mira desde la barrera tiene una apreciación general, pero quien está en el ruedo no ve más que al toro, y tantito se descuida se expone a una cornada que bien puede resultar letal.

Y entonces, nos dejamos llevar por lo que vemos en corto y sobre eso tomamos decisiones... y resulta que, muchas veces, claro, no son las mejores decisiones y no hacen más que meternos más y más en la espesura de ese bosque. Si en verdad queremos salir, requerimos una brújula o escalar a un sitio alto que nos permita ver todo el panorama... pero la pregunta aquí es ¿en verdad queremos salir?

Sunday, September 26, 2010

Mea culpa...

Una de las cosas más difíciles de sobrellevar es reconocer la culpa... siempre es más fácil echarle la culpa a los demás, aunque en el fondo sepamos que las cosas serían distintas si nosotros hubiésemos hecho o dicho algo de manera distinta.

Hoy fui al parque México con Vale y unos amigos. Ella y su amiguita hicieron unos vitrales... no es por nada, pero el de mi hija quedó bien bonito... como que se le dan las manualidades, je.

Cuando terminaron, les dieron ganas de ir a brincar a un brincolín, así que caminamos al otro lado del parque. En el camino me di cuenta de que Valeria llevaba el vitral como charola de mesero, así que le recomendé que lo sostuviera por las orillas con ambas manos, para que no se le cayera. Ella se volteó y me dijo algo así como que no era tonta y podía llevarlo sin problemas.

Decidí callarme para no echarle la sal, como dicen por ahí. Pero ahora comprendo por qué las mamás se vuelven tan insistentes sobre cierto tema. Es odioso saber que algo puede pasar y que eso tan temible suceda al fin.

En un descuido, la amiga de Vale pasó corriendo junto a ella y le empujó la mano en la que llevaba el vitral, el cual salió volando y cayó en el piso. Yo temí lo peor, aunque respiré cuando vi que no se hizo añicos. Sin embargo, no se salvó. Ahora ostenta una rajadura que lo cruza de lado a lado justo por la mitad. Obviamente nunca volverá a verse bien.

Esto le dolió mucho a mi hija, porque puso todo su empeño y desde la semana pasada estaba muy emocionada por pintar su vitral. Inmediatamente empezó a llorar y culpar a su amiguita del accidente, pero lo cierto es que ella también tuvo su parte de culpa en esto, pues yo ya le había advertido lo que podría suceder.

Aunque en ese momento logré tranquilizarla y pasamos el resto de la tarde a gusto, cuando llegamos a la casa y volvió a ver su vitral el entró el sentimiento otra vez y estuvo un muy buen rato llorando en la cama antes de conciliar el sueño, culpando a su amiga hasta de la contaminación global (neto, no estoy exagerando...)

Yo opté por salirme de la recámara y dejar que finalmente el sueño la venciera, pues ya me estaba enojando que dijera que la próxima vez ella le tirará el vitral a su amiga, para desquitarse. Se que se le pasará y que no lo hará, pero por lo pronto le dolió mucho lo que pasó, porque su vitral nunca se verá como nuevo y porque seguramente en el fondo reconoce, muy a su pesar, que es cierto que si ella me hubiera hecho caso su vitral no se habría roto.

Sin embargo ya sucedió y no hay cómo repararlo... así que le resulta más sencillo buscar culpables en vez de reconocer que ella también tuvo su parte de responsabilidad.

Al final, creo que así somos todos en realidad. En todo momento de la vida siempre es más fácil repartir culpas antes que aceptar que podríamos haber hecho las cosas de manera distinta, y que si algo se echó a perder fue también porque no hicimos o dijimos lo que debíamos en el momento adecuado.

Triste lección para mi hija, la de hoy. Para mí, un recordatorio de cómo funcionan las cosas en la escuela de la vida. A final de cuentas, yo le sigo aprendiendo a ella...

Wednesday, September 22, 2010

Tan simple como eso...

Estos días he platicado con varios amigos (y amigas, para hacer la diferenciación de géneros como nos enseñó nuestro ex presidente Fox) sobre las relaciones. ¿Qué nos lleva a acercarnos a alguien? ¿Por qué nos enamoramos de alguna persona en particular aún cuando no sea conveniente para nosotros? ¿Qué nos motiva a aguantar a pesar de que nos hacen daño?

Razones hay muchas, pero al final, después de desmenuzar los argumentos, todo se reduce a causas muy simples.

Hablábamos sobre la carga genética, sobre ese código interno que nos mueve a sentirnos atraídos subconscientemente por tal o cual persona, por determinadas características; hablamos también del equipaje socio-cultural y familiar que cada individuo carga y cómo, en relación con nuestro código genético, actúa a favor o en contra de nuestras decisiones amorosas.

Pero más allá de esas fuerzas naturales que nos llevan a tomar cierto camino, también hay razones que nos mueven a quedarnos aún cuando vemos que las cosas no están funcionando como debieran.

De pronto he visto de cerca historias de hombres y mujeres que aguantan, que se quedan, que siguen luchando a pesar de que todas las circunstancias están en contra... incluso cuando el mismo objeto del amor demuestra con sus acciones que no está enamorado. ¿Por qué seguir?

Causas hay muchas: rebeldía, obsesión, una patética dependencia, baja autoestima, necedad, ceguera, miedo a la soledad, amor...

Rescatando las pláticas, puedo resumir que a veces sabemos lo que hay, pero mientras no nos conste preferimos hacer como que no lo vemos, porque una vez que reconocemos la realidad no nos queda más que actuar, ya sea asumiendo la realidad como es y aceptándola, o negándonos a asumirla y separándonos de lo que consideramos incorrecto.

Creo que muchas personas tratan de cerrar los ojos porque el camino que sigue es de todos modos doloroso. Decía una de mis amigas que una vez que se ve la realidad una ya no se puede hacer ni la loca ni la pendeja, y tiene razón. Podrás seguir con esa pareja que te es infiel o que no te trata bien, pero ya no puedes inventarle mil pretextos para justificar su comportamiento, simplemente queda asumir las cosas y aceptar que si uno ama a la persona en verdad y quiere pasar tiempo con ella, tendrá que hacerlo a sabiendas de que el corazón de su amado no le pertenece y no queda más que aguantar.

La alternativa no es menos dolorosa: si uno decide cortar de tajo porque le parece inaceptable seguir con una persona que lo hace sentir mal, eso no quiere decir que el sentimiento se va a ir inmediatamente. Es como cuando un miembro del cuerpo se empieza a engangrenar... sabemos que tarde o temprano hay que cortarlo. Podemos hacer como que no pasa nada pero es obvio que se está muriendo. Podemos intentar salvarlo pero si nada funciona, hay que cortarlo, y entre más tiempo pase, más se va a extender la enfermedad y tendremos que cortar más.

Pero cuando cortamos sigue doliendo. Duele aunque no esté: duele la herida, duele la ausencia de ese miembro. Entra uno en síntoma de abstiencia como drogadicto y viene la desesperación, la ansiedad de buscar ese brazo y volver a colocárselo aunque esté muerto y podrido. No, el hecho de que uno decida que no quiere agonizar lentamente por seguir en una relación no quiere decir que se deje de sufrir. Al contrario, tal vez sea más fuerte y más doloroso... al menos hasta que se supere el síndrome de la abstinencia... y las consecuentes recaídas.

Así que en resumen, para quitarle lo complicado a esto de las relaciones, creo que finalmente sólo queda decir que las relaciones se construyen (o destruyen) por una combinación de factores simples: necesidad, soledad, compañía, intereses en común, dependencia, mediocridad, deseos de superación, sueños compartidos, cariño, pasión, lujuria, rebeldía... la mezcla adecuada de factores hace que entonces haya parejas que sobreviven más allá del entendimiento: el macho y la sumisa, el necesitado y la aprovechada, el sádico y la masoquista... No hay más a qué buscarle.

Yo por eso ya no le busco mil razones a lo que siento. Reconozco que mi caso hoy en día se reduce a motivos que van más allá de mi comprensión. Me encuentro extrañando como loca a un hombre que no me conviene, a sabiendas de que no podemos estar juntos porque me hace daño. Pero... ¿y qué? Saberlo no me quita el sentimiento. Y no importa cuánto me diga que no debo volver, no puedo negar que hoy que supe de él mi corazón se tranquilizó y hasta se alegró, después de varios días de inquietud.

No puedo negarlo. Por errado que sea este sentimiento aún lo tengo clavado. Aún me sigue llevando a oscuras cavernas el no tener noticias suyas, y una sola señal de su parte, por pequeña que sea, me devuelve la calma, el sol y la sonrisa.

Y sí, claro que tengo mejores opciones, pero ¡qué diablos! Este tonto corazón no sabe de balanzas ni conveniencias. Bien dicen que el amor es ciego y la locura es su guía. Y bueno, hoy por hoy, sigo loca y tontamente enamorada de un mujeriego.

Y a veces, sólo a veces, quisiera no haberme dado cuenta de la realidad y vivir como hacen muchas otras mujeres, felices en su ceguera, negando para sí los momentos de dolor a cambio de unos ratos de plenitud con el hombre que aman.

Lo malo, en mi caso, es que ya no puedo hacerme la loca ni la pendeja; no puedo cerrar los ojos a la verdad, y me sé tan valiosa que no me puedo conformar con migajitas de cariño. Abrir los ojos forza a tomar decisiones... y yo he tomado la mía... pero, ¡por Dios, cómo lo extraño!

Saturday, September 18, 2010

No soy yo, eres tú

Hoy estuve en una comida por el cumpleaños de un amigo y durante la conversación surgió un ejemplo magnífico de las cosas que no queremos ver cuando nos enamoramos, aún cuando brillen más que el sol en una playa en pleno verano.

Resulta que hay una chava que hace varios años tiene un novio que la trata mal, se han peleado muy seguido a lo largo de este lapso, han terminado y regresado. En una de esas, ella llegó llorando a casa diciendo que lo descubrió siéndole infiel... pareciera que al final ahí terminaría la historia. Pero no. Resulta que después de volver a verlo ella regresó convencida de que ¡todo había sido producto de alucinaciones suyas!

Quedé boquiabierta cuando escuché la narración. Definitivamente hombres así se merecen una ovación de pie por conseguir que todas las pruebas y evidencias se vean tan borrosas que no puedan resistir los argumentos que prueban su inocencia y al final resulta que hasta disculpas reciben por parte de las celosas mujeres que ponen en tela de juicio su relación.

Sí, he conocido gandallas, la mayoría cínicos. Al menos en esos casos existe la oportunidad de que sea la mujer quien decida lanzarse al ruedo a sabiendas de que tendrá que lidiar con celos y con la certeza de saber que el objeto del cariño se reparte entre muchos brazos.

Existen también los que a pesar de ser infieles y mujeriegos tratan de ocultar las evidencias, son cuidadosos en sus acciones y sus palabras, de modo que no haya asomo de celos, y si lo llega a a haber tengan los argumentos para tranquilizar a sus mujeres.

Pero aquéllos que son capaces de ser cínicos y encima hacer creer a la mujer que ese beso apasionadísimo que le estaban dando a la vecina no era más que un acto altruista de darle respiración artificial tras el desmayo que la vecina sufrió por usar un ajustado corsé, y que las manos en el pecho no era porque la estuviera acariciando sino que estaba tratando de abrirle el corsé para que pudiera respirar... bueno... me quito el sombrero.

Ahora sí que "no soy yo, eres tú"... verdaderamente loable.

Pero más sorprendente es que existan mujeres que a pesar de tener toda la verdad frente a sus ojos prefieran cerrarlos, voltear a otro lado y creer la gran mentira que se les presenta como si fuera verdad.

Al final, cada quien tiene lo que quiere. Recuerdo mucho cuando conocí al papá de mi niña, él solía decirme: "aquí no encontrarás petróleo", y decía esto con la intención de hacerme ver quién era y que no hubiera desencantos después, porque siempre insistió en que las cosas están ahí visibles para quien quiera verlas. Y tiene razón.

A final de cuentas, él sabe de lo que hablo... hoy domina el arte de voltear las cosas, de confrontar a las mujeres y confundirlas aún cuando están ciertas de algo, al grado en que dudan de lo que han visto o escuchado y terminan quedándose con él.

Al jugar en los terrenos de hombres así es cuando hasta la mujer más inteligente queda en jaque, y si el corazón domina y la razón se pierde, bueno, eso explica por qué hay tantas mujeres que son capaces de aguantar un hombre compartido. Supongo que hacen falta mucho más que huevos y convicción para dejar atrás a hombres tan encantadores...

Thursday, September 16, 2010

200 en el bicentenario

Hoy se celebró en México el bicentenario del inicio de la Independencia. Sí, el inicio, no la independencia en sí. Esa debería celebrarse el 27 de septiembre y festejaríamos el bicentenario hasta dentro de once años, en el 2021... Pero bueno, dos siglos después ¿cómo cambia uno la fecha en que tradicionalmente se festeja?

Esta tremenda errata en la fecha no es la contradicción más grande de nuestra historia. Pensaba escribir muchas cosas al respecto pero ayer leí un mail muy interesante, un artículo de Juan Miguel Zunzunegui, que lo dice todo.

Lo reproduzco tal cual como homenaje a esta celebración. Aprovecho para comentar que este es también mi post número 200. Lo reservé a propósito para coincidir con esta fecha. Así pues, festejemos los 200 por partida doble. Les dejo la lectura, espero les deje mucho en qué pensar.

MASIOSARE: UN EXTRAÑO ENEMIGO
Por Juan Miguel Zunzunegui

Masiosare, ese extraño enemigo del que se hace mención en nuestro himno nacional, ha reaparecido y está nuevamente entre nosotros: profanó con su planta nuestro suelo y está listo para destruir a México.

Lo triste es que Masiosare es extraño pero no extranjero y de hecho ha estado eternamente entre nosotros; el principal y más terrible enemigo que ha tenido por siempre el mexicano y es el mexicano de al lado, dispuesto a hacerlo pedazos.

Los mexicanos tenemos esa terrible y maravillosa tendencia a achacar todos nuestros problemas a alguna misteriosa y maquiavélica fuerza ajena a nosotros: perdemos el mundial porque el árbitro está en contra nuestra; en las olimpiadas los jueces de la caminata están en contra de los mexicanos; Fernando Platas no le cae bien a los jueces de clavados y por eso lo califican mal; seríamos ricos si los españoles no nos hubieran conquistado; seriamos potencia si los gringos no nos hubieran quitado el territorio del norte y hubiéramos ganado el mundial del 94 si Mejia Baron hubiera hecho los cambios y metido a Hugo Sánchez. Por supuesto, López Obrador hubiera ganado si no fuera por el complot de la derecha internacional orquestado, con el cariño de siempre, por el osito Bimbo.

Nunca se nos ocurre pensar que los problemas de los mexicanos pueden ser culpa de los mexicanos, principalmente porque somos enemigos unos de otros. En casi todos los países del mundo, el ataque de un extranjero provoca la unión del pueblo por más dividido que esté. Aquí nos divide mas.

El presidente de TODOS los mexicanos (aunque hayan votado por otro (partido) se llama Felipe Calderón. El señor se fue a una gira por Europa que tuvo bastante éxito y en la que desde luego nos dejó mucho mejor parados que su antecesor. En esta gira hubo cosas interesantes, se promovió al país, se le dio buena imagen, se dio confianza al inversionista. .., pero las noticias en México le dieron más importancia a los berrinches del Mico Mandante Chávez.

Calderón, representante de todos los mexicanos, habló de unidad en Latinoamérica por encima de izquierdas y derechas.

Mico Mandante Chávez no perdió oportunidad para arremeter en su contra, insultarlo y burlarse de él y por tanto, del pueblo de México.

De inmediato los diputados y senadores del PRD y otros partidos hicieron la 'Cargada'. .. , pero del lado del Venezolano: es necesario restablecer la relación con Venezuela, sin importar los insultos que su presidente inflija al nuestro.

Hace poco el señor Bush habló ante su parlamento, dominado por la oposición. Fue presentado por la presidenta parlamentaria, de oposición también, quien en vez de tomar la tribuna y manchar de café su bandera se dirigió a los presentes diciendo: 'Tengo el honor de presentarles al presidente de los Estados Unidos de América'. No lo quieren, es su enemigo, su oposición, no es popular, pero es el presidente.

Aquí lo obligamos a entrar a escondidas a la Cámara.

Calderón va a España a hablar con el presidente Zapatero y ese mismo día se le adelanta el líder de su propio partido, un loco, radical, megalómano ansioso de salir en los medios; para decir que Zapatero hace mal las cosas y que en realidad no está combatiendo el crimen organizado y el terrorismo.

Esos errores no son casuales. Enemigos internos. 'Fuego amigo'. Ya ni hablar del gabinete alterno que dentro del PAN están formando los ex funcionarios, como Abascal, Derbez y el mismísimo Fox. ¡Señores, ya se les acabó su sexenio, hay que cerrar el ciclo, pasar a lo que sigue.
Maduren!

Fox era muy malo para la diplomacia, terrible; pero lo que le hizo Castro de grabarle conversaciones y publicarlas es una canallada, digna eso si, de un dictador senil. Los diputados y senadores de la oposición fueron al monumento a José Martí a colocar una ofrenda al pueblo cubano en desagravio.. ., ¡y nuestro agravio... ¿qué?!

Hace cien años decía Porfirio Díaz: la razón por la que le va mejor a Estados Unidos es que una vez que alguien gana la presidencia, el pueblo y los políticos se le unen para trabajar por la nación. En cambio en México, en cuanto alguien toma el poder, todos, enemigos y
antiguos amigos, se ponen en su contra. Eso fue hace cien años y pudo haber sido dicho ayer.

Mexicanos al grito de guerra... pero entre nosotros. Y este es el meollo del asunto, nos atacamos entre todos cuando deberíamos unirnos porque es una costumbre histórica heredada de generación en generación. Cuando México firmó su acta de independencia, el 27 de septiembre de 1821, nuestro primer día como nación libre, comenzaron los golpes. Unos querían un imperio, otros monarquía.

De ellos, cada quien con un rey distinto, Otros más se decantaban por la república, pero unos la querían federal y otros centralista. Eso nos hizo pelearnos todo el siglo XIX.

Cuando por fin los más importantes paladines de la independencia se pusieron de acuerdo, formaron un congreso que nombró emperador a Iturbide como Agustín I; al día siguiente, aquellos que pelearon a su lado ya peleaban en su contra. Nuestro primer presidente, Guadalupe Victoria, encontró a su peor enemigo en su vicepresidente, Vicente Guerrero, quien al llegar a la presidencia encontró a su peor enemigo en su vicepresidente, Anastasio Bustamante. Otros grandes antagonistas fueron Benito Juárez y Sebastian Lerdo de Tejada, siempre que fueron fórmula de gobierno.

Y esa tan lamentada invasión gringa en la que perdimos medio territorio todo mexicano la recuerda, pero casi ninguno conoce los pormenores. Mientras los ejércitos invasores avanzaban por territorio nacional nuestros líderes se peleaban entre si por el poder. Dos Marianos eran los protagonistas políticos de la época; el presidente Mariano Paredes,
al mando del mejor ejército del que México había dispuesto en su historia, en vez de defender a la nación de la invasión lo usó para conservar el poder. El otro Mariano; Salas, estaba en la capital proclamando la monarquía. Los yanquis desfilaban sin mucho disturbio a Palacio Nacional.

Y en la famosa Revolución Mexicana todos nuestros 'héroes' se mataron entre si. Todos han pasado a la historia como buenos y tienen sus nombres en oro en el Congreso; pero el héroe Carranza mató al héroe Zapata, el héroe Obregón mató a los héroes Villa y Carranza y el héroe Plutarco Elías Calles mató al héroe Obregón. Por cierto que el héroe Calles fue expulsado del país por el héroe Cárdenas.

El proyecto de Guerrero era quitar a Victoria, el proyecto de Bustamante era quitar a Guerrero; el proyecto de Santa Anna era quitar al que estuviera; el de Juárez fue quitar a Santa Anna y el de Díaz quitar a Juárez. Madero tuvo un proyecto: quitar a Díaz; Obregón quitar a Carranza y Calles quitar a Obregón. El proyecto de Fox era quitar al PRI...El proyecto del ciudadano López es quitar a Calderón.

Y en torno a esto último deberíamos reflexionar, sobre aquellas palabras citadas de Porfirio Díaz: ya es hora de que dejemos de unirnos para atacar al presidente, ya es hora de que el proyecto de nación deje de ser quitar al que tiene el poder.

Aunque el gringo promedio es Homero Simpson, son potencia mundial porque trabajan en equipo y porque a pesar de todo respetan a sus instituciones y a su presidente, mientras aquí Fernández Noroña trata de salir en la tele golpeándose contra el Estado Mayor.

En este momento decisivo de nuestra historia vemos una vez más a Masiosare enfrentando a todos contra todos. El ciudadano López Obrador está dispuesto a destruir y reventar este país antes de dejar que lo gobierne alguien que no sea él.

Dicen que el pueblo unido jamás será vencido...

¿Cuándo será el día en que México esté unido?

Tal vez ese día si logremos derrotar a Masiosare, ese extraño enemigo.

Tuesday, September 14, 2010

Sexo, mentiras y amor

Dice la publicidad del programa de TV Las Aparicio: "¿Por qué ahora que el sexo es tan fácil se vuelve tan difícil encontrar el amor?" Me aventuro a pensar que es porque una vez tumbados los muros de los prejuicios morales, cada vez hay menos interés de mezclar el corazón con el sexo. Aunque, definitivamente, es algo que los hombres hacen mejor que las mujeres... o al menos eso pareciera.

Mi mejor amigo me decía que pertenecemos a una generación en la que se nos enseñó a mezclar el corazón con los genitales y que por eso resulta difícil ir por ahí como las nuevas generaciones, que gozan de más libertad sexual... ¿o libertinaje, diría yo?

Las chavas y los chavos hoy en día no se andan por las ramas. Si quieren sexo lo piden y punto. Los hombres no tienen que ofrecer la idea de amor a las mujeres ni quedarse comprometidos con ellas; es decir: no tienen que tener novia para garantizar su dotación semanal de sexo. En teoría, eso los libera a ellos de las falsas promesas de amor... ¿o no?

Las chavas, por su parte, ya no esperan al príncipe encantador que llegue a prometerles amor y fidelidad... se abren a quien sea y como sea; lo importante es el momento, el mañana ya veremos. Y, como viven libres de tabúes, no les interesa entonces mezclar sentimientos con placer... ¿para qué enamorarse de uno si se puede gozar con varios?

Curiosamente, mi perspectiva es que debiera ser al revés: cuando uno es adolescente debía ser más iluso, más romántico... y al crecer pierdes eso, y pierdes también los prejuicios. Pero no es así en la realidad.

Cada vez más, los hombres de mi edad o mayores buscan mujeres jóvenes. ¿Por qué? Porque como dice mi amigo: son más directas, más abiertas y no les da por sentirse putas si se acuestan con medio mundo, como nos enseñaron a las de nuestra generación.

No quisiera generalizar, pero sí conozco algunos casos. De la misma manera, conozco mujeres que casi en los 40 me salen con que ellas no pueden tener relaciones sexuales si no están enamoradas. Digo... yo las respeto, pero francamente creo que ese tipo de argumentos desata la conducta donjuanesca de los caballeros. Estoy convencida de que si una mujer esgrime la bandera del "conquístame si quieres sexo" habrá más de uno dispuestos a lanzar su mejor estratagema para conseguirla... y le venderá la historia que ella quiere escuchar.

En algunos casos, contadas excepciones, el caballero tal vez termine enamorado de la dama. Pero el grueso de las historias nos narra un desenlace típico: mujeres dolidas que se sienten engañadas.

Y es que esa manía de cambiar sexo por amor establece normas generales en el trato entre hombres y mujeres que complica las relaciones. El problema, atacándolo directamente, es que la mayoría de las mujeres de mi generación siguen con el rollo del qué dirán, de no sentirse mal por tener sexo en vez de hacer el amor, como si por ello se convirtieran en rameras. Por ende, cuando tienen algún encuentro sexual piden que termine con el apapacho conveniente... ¡Error!

El sexo es sólo sexo. Punto. Si después del acostón dan ganas de quedarse platicando y compartiendo como consecuencia de la intimidad, chido, pero si no, está bien. Ahora, si resulta que hay química y dan ganas de apapacho, pero entre los dos está claro que no hay compromiso ni mucho menos amor, entonces hay que cuidarse mucho de usar palabras como "mi amor" o "mi vida"... cosa que, en mi experiencia reciente, de pronto se les dá muy fácil a algunos hombres. ¡Vamos! ¿Cómo no quieren que una se vuele si se comportan como si hubiera un compromiso?

En lo personal, yo no puedo soltar palabras tan fuertes como "te quiero" a menos que lo sienta de verdad. Si después de un encuentro íntimo vienen palabras cariñosas y hasta planes, es porque ya hay sentimientos involucrados. De lo contrario, me abstengo de ser melosa. Y estoy acostumbrada a lidiar con gente franca, que piensa igual que yo. Pero a veces se aprenden lecciones nuevas.

A mí me gusta que me digan las cosas como son y no que me vendan ideas. Pero de pronto me topo con caballeros acostumbrados a vender historias, porque en su experiencia eso es lo que han aprendido que las mujeres quieren.

También es cierto que las mujeres nos manejamos por códigos que resultan confusos para los hombres: decimos "no" cuando queremos decir "tal vez", y usamos un "tal vez" en vez de un "sí"... Es una forma de disfrazar las intenciones, de seducir sin proponerlo directamente y de esta manera no ser vistas como unas lagartonas (empezando por las de nuestro mismo género).

Pero la verdad es que las mujeres pensamos en sexo tanto como los varones. Claro que sí. Y por no ser directas entramos en el juego en el que ellos deben adivinar si en verdad queremos y nos estamos haciendo del rogar para que nos conquisten... para que así no vayan a pensar que somos unas locas.

Yo en lo particular creo que, independientemente del género, lo que cada quien haga con su sexo es asunto suyo. Lo que no se vale es divulgar a los cuatro vientos con cuántos(as) ha estado, o mucho menos, jugar con los sentimientos ajenos.

Se vale intercambiar sexo por sexo, pero no así sexo por amor. Claro, sí, hay mujeres que así lo prefieren. Yo no. El problema es que los hombres están tan acostumbrados a mentir, porque así han sido "educados" socialmente, que no pueden ver bien cuando una mujer pide franqueza. Más aún, me atrevo a suponer que bajo la premisa de que las mujeres decimos una cosa por otra, cuando los varones se topan con una que en verdad les dice "no" ellos lo toman como un "tal vez" y una invitación a esforzarse.

Insisto... no es mi caso. Me encabrona que me vendan una historia que no es... aunque reconozco que entiendo por qué lo hacen. Sin embargo, no lo justifico. Romper corazones es un deporte que nunca compartiré ni veré con buenos ojos. Yo no soy así, no puedo ser así, y espero de la gente con la que me involucro que tenga los suficientes como para ser honesto.

A final de cuentas, cuando se venden cuentos y llega el desengaño se genera desconfianza. Y una relación que pudo haber sido chida si se hubiera entendido desde el principio que era sólo sexo, se echa a perder, o tal vez se pierda la oportunidad de llegar a algo más porque en adelante ya no habrá confianza en la palabra de quien ha mentido.

Hablo igual por ambos géneros, aunque los roles suelen ser el femenino que quiere ser engañado y el masculino que dice lo que ellas quieren escuchar. ¿Y qué tal si lo que una quiere escuchar es la verdad? ¿Pueden los hombres lidiar con esto o es algo que no pueden creer? ¿Podemos las mujeres pedir la verdad o es que todas, en el fondo, deseamos que nos digan lo que nos gustaría escuchar aunque sepamos en nuestro interior que no es más que una mentira? ¿Podemos ser honestas? ¿Pueden ser honestos? ¿O es un lazo que llevará atada nuestra generación y tal vez sea roto solamente por los adolescentes de hoy, a riesgo de caer en el libertinaje y la promiscuidad?

PD: El objetivo de este post no es despotricar contra nadie en particular. La idea salió de una charla con un amigo, sobre experiencias suyas y mías. Va para los dos géneros por igual. Es más bien una carta de opinión y una exhortación a la honestidad, para ambas partes.

Thursday, September 09, 2010

Lo dije... y lo sostengo

Lo dicho: no es lo mismo estar enamorada sin ser correspondida que estar desenamorada. Sé que algunos prefieren vivir sin amor a sentir el dolor de no ser correspondidos. Yo prefiero sentir a no sentir. Y es que he aprendido a quedarme con lo bueno, y las cosas buenas vale la pena vivirlas una y otra vez... aunque sea de lejitos. Además, aún llevo conmigo el cariño de mis últimos amores.

Insisto: no sé por qué razón tengo esta capacidad de querer y volver a querer cuando veo a mi alrededor mucha gente que al primer descolón le da por enconcharse y no volver a sentir. Yo no sé hacerlo. En serio, aunque lo intente.

Sí, he aprendido a negociar entre la razón y los sentimientos, y he aprendido a dejar quieto el corazón... a ratos. Cuando menos me doy cuenta ya se me escapó y se va como cabra loca a dar de saltos por el monte, ja.

Pero es que... ¿hay algo que se compare a esos momentos en los que la fuerza del corazón nos impulsa a todo lo bello? Son una inyección de vida que dan sentido a la existencia. Por eso, por volver a sentir la energía del amor que nos mueve a ser mejores, por eso soy capaz de sentir, y volver a sentir... aún cuando entre inyección e inyección de pronto haya cucharadas de medicina amarga. Ni modo, hay que vivirlo con todo y el paquete incluye su dosis de dolor.

Ayer justo platicaba con una amiga y le decía que se vale hacerse pen... tonto, pero la neta es que uno no se engaña del todo a sí mismo. Las señales de si una relación va bien o mal siempre están a la vista, pero nosotros no las queremos ver. Hacemos como que no están y seguimos viendo sólo lo que nos interesa en el momento. Pero las razones siempre están ahí, visibles para todo aquél que quiera verlas.

Y si es así, si las vemos y las pasamos por alto, o peor aún -como yo- le entramos al ruedo a pesar de todas las indicaciones prohibitivas, pues entonces lo que no se vale es quejarse después, cuando ya estamos desangrados y malheridos en el campo de batalla.

Sí. Así como decidimos entrarle al juego debemos conocer los riesgos y estar dispuestos a aceptar las consecuencias. Y si perdemos, como en cualquier juego, pues ni modo. Apechugamos, recogemos los pedacitos y seguimos adelante. Sin quejarnos, ni desgarrarnos. Como dice el dicho: "el que por su gusto muere, hasta la muerte le sabe".

Y termino con esta frase de la canción Tonto Corazón, de Benny Ibarra: "tonto corazón no te empeñes en sufrir, no es un juego de ganar o perder; es un juego de sentir... es un juego de sentir." Y como yo suelo decir: sentir es siempre una bendición. Y yo siento con todo. Así soy. Así me acepto y así he aprendido a vivir: sintiendo con todo y con todo lo que ello implica. ¿Qué si ahora estoy abajo? La rueda de la fortuna a veces baja y a veces sube, y desde arriba la vista es maravillosa. No cambiaría esos momentos por nada... ni siquiera cuando me toca tocar suelo.

Saturday, September 04, 2010

¿Será que se la creyó?

Me acuerdo que hace mucho tiempo vi una película mexicana de esas en las que salía Jorge Negrete... no me acuerdo cómo se llamaba ni quién era la actriz que coprotagonizaba, pero sí recuerdo mucho una escena en la que, después de que él hace algo que la enfada, ella lo manda a volar.

Después se ve que ella está llorando en su habitación, quejándose de que ha pasado mucho tiempo y él no la ha buscado. Alguien se acerca a preguntarle qué le pasa y ella entonces dice esta frase que me parece inolvidable: "le dije que no quería volver a verlo más, ¡y el muy estúpido se la creyó!"

Jajajajaja!!! Me pareció una frase maravillosa y me lo sigue pareciendo, porque en verdad así somos las mujeres, ja. En lo personal... el jueves pasado tuve la oportunidad de aplicarle un bateo rudo a R... lo hice porque en ese momento en verdad lo sentí así. Digo, me dio mucho gusto verlo, por una parte, pero por otra tenía ganas de patearlo, je.

Supongo que fueron más fuertes las ganas de patearlo y cuando me preguntó algo así como si nos podríamos ver después, le respondí "sí, en facebook o por messenger". Sin embargo, ya entrada la tarde como que mi corazón se soltó de la mordaza y logró escapar de donde estaba amarrado para que se quedara quitecito, y salió, al estilo Cenicienta en esa escena final donde baja de su cuarto gritándole al mayordomo real: "¡Espere, espere! Falto yo..."

Algo así pasó en la tarde, cuando ya de pronto empecé a escuchar esa vocecita diciéndome "¡pero sí me dio gusto verlo!" Afortunadamente para mí, reaccionó tarde y no me boicoteó el momento por la mañana, de modo que lo que hice fue lo correcto. De eso estoy segura.

Pero volver a verlo me removió recuerdos y sentimientos. Ayer lo extrañé. Además, casi estaba segura que me volvería a buscar, podría haberlo apostado, je. Pero cuando llamé a mi mejor amigo por la tarde para platicar, me dijo que después de ese bateo seguramente no lo hará. Y luego me preguntó: ¿para qué quieres que te vuelva a buscar? A lo cual le respondí: "Nomás para saber que sí quería verme otra vez..."

Sí, así somos las mujeres. A veces aplicamos la del "no vuelvas a buscarme nunca más" deseando con todo nuestro corazón que el fulano en cuestión haga hasta lo imposible por estar con nosotras. Después de todo se nos dice que cuando el hombre quiere, puede. Y si no puede, es porque en realidad no quiere, ¿no?

Monday, August 30, 2010

Las piedras del camino

Cada que puedo, camino. Camino mucho, lo más que puedo, como ejercicio físico y de relajación. Mientras lo hago, me libero de energías negativas, pienso mucho y quemo calorías. Trato de que mi hija camine también conmigo para inculcarle el hábito de caminar y ejercitarse sin sentirlo como algo pesado.

Hace unos días, en el camino a casa había una piedrita en el camino. Se me ocurrió patearla. Después la volví a patear y pensé que sería buena idea que entre Vale y yo fuéramos pateando la piedrita hasta la casa, para hacer el trayecto más divertido. Le gustó. Ahora, cada que encuentra una piedrita en la calle, le da por que la vayamos pateando hasta llegar a la casa.

Es divertido, salvo en las ocasiones que la piedra sale de la banqueta y queda bajo algún carro, en plena avenida o en algún charco, donde ya no la podemos recuperar. En vez de decir "ni modo", Valeria empieza a buscar piedras que seguir pateando el resto del camino, y eso llega a ser tedioso... es como que no puede dejar esa piedra atrás, ahí, en el camino, y se empeña por conseguir otra en vez de seguir caminando como si nada.

Sin embargo... hoy creo que soy algo similar... en lo que se refiere a las piedras -y hasta rocas- que se cruzan en mi vida.

Alguna vez me llegó una de esas presentaciones de power point que tienen mensajes de reflexión, que hablaba justamente sobre las piedras del camino. Decía que a lo largo de la vida encontramos piedras de distintos tamaños, que algunas podemos llevarlas con nosotros y otras no; con algunas tropezamos y nos lastimamos, otras podemos brincarlas o rodearlas, pasar sobre ellas; algunas están enterradas en la tierra, otras nos hacen perder el paso al girar bajo nuestros pies, como la grava suelta...

En fin... la variedad de piedras, rocas y piedritas es tal que enriquecen nuestra vida. El secreto radica en entender qué piedras podemos cargar y llevar con nosotros y cuáles hay que dejar, porque son muy pesadas para llevarlas con nosotros o porque tal vez son filosas, o estén llenas de bichos. A final de cuentas, no son más que objetos del camino y hay que dejarlas atrás sin rencores, ni pasiones. En resumen, hay que aprender a observar el paisaje y dejarlo como está.



Pero el ser humano es terco. Insiste en tratar de quitar las piedras del camino para hacerlo más suave al andar y en ello pierde mucho tiempo. En su afán por limpiar su sendero, provoca derrumbes y cae víctima de grandes rocas que lo obstaculizan. Para cuando se da cuenta, es más fácil rodear esa gran roca y abrir otro camino, que tratar de continuar por el mismo. Sin embargo, hay quienes se empeñan en quitarlo a pico y pala... algunos quizás lo logren, pero en el trayecto pierden tiempo y esfuerzo valioso.

Yo he tratado en verdad de crecer y ver más allá de lo que mis alocados sentimientos me dejan. Y de vez en cuando, como hoy, llego a tener pequeñas revelaciones que me ayudan a esclarecer el sendero delante de mí: Yo soy Valeria, obsesionada con esas piedritas que se me pierden en el camino, tratando de sacarlas de debajo de los carros, buscando nuevas piedras de tropiezo que llevar pateando de regreso a casa a ver si alguna me agrada lo suficiente como para meterla a mi hogar y conservarla.

Lo cierto es que me cuesta mucho trabajo simplemente dejar que algunas piedras se queden donde están, porque me gustaron mucho y no las quiero dejar ahí. Sin embargo, hay que aprender también a soltar, a desprenderse, a seguir...

Y en este proceso sigo, aprendiendo y, espero, creciendo. A ver si esta nueva visión me ayuda si no a dejar de tropezarme, sí a dejar las piedras donde están y no pretender llevarlas conmigo... ni aunque sea a patadas.

Thursday, August 26, 2010

Su doble, aquí

Cada vez que lo veo entrar al elevador se me corta la respiración. Es tan parecido a Jorge que por segundos me parece verlo aquí, en cada ocasión que me cruzo con él. Se parece tanto físicamente... bueno, le faltan como 20 centímetros de estatura para llegarle, pero por lo demás es casi como ver su holograma... con excepción, claro, de que éste tipo es un mamón y Jorge no lo era.

En verdad, es el fulano que se cruza contigo 20 veces en el elevador y no es capaz de responder un "buenos días" ni por la más remota cortesía. Y no lo digo sólo porque sí. Ha habido ocasiones en las que habemos como 3 o 4 personas en el elevador y él entra con otros dos compañeros y entre todos se cruza el "buenas tardes" o el "compermiso - propio" y éste fulano no abre la boca.

Me acuerdo que en mi último viaje a Bogotá le decía a Jorge que me gustaría que tuviera un clon para traérmelo al DF... pues bien, cada que veo a este tipo por milésimas de segundo me parece que aquí está... hasta que, claro, su actitud casi grosera me hace ver que no es él.

Lo que sí es cierto es que invariablemente después de toparme con este vecino, mi mente y mi corazón vuelan a Bogotá y le envían mis mejores deseos a ese colombiano que aún guarda parte de mi corazón.

Tuesday, August 24, 2010

Arcoiris en el campo de guerra

Y seguimos en el campo de batalla, donde cada intento es un soplo de vida, un rayo de sol en medio de las tardes lluviosas, una nueva sonrisa.

Enmedio de esta lucha del "sí" y el "no", en donde ambas partes esgrimen sus mejores estrategias, los rayos de luz que asoman entre las nubes calientan un poco el corazón e iluminan los días.

No se trata de esperar nada, no hay esperanza ilusa en esta guerra. Son simplemente unas cuantas gotas de alegría, brisa refrescante, impulso para seguir adelante... un arcoiris en medio del campo... una vista perfecta de una imagen imperfecta.

Como el arte, que no se puede apreciar si se le ve demasiado cerca; como el sol, cuyo calor es imprescindible pero se debe mantener a distancia para no quemarse; como la lluvia, que es básica para la vida pero en cantidades moderadas, así es también este sentimiento que aún vive en mi corazón. De lejos... a distancia y con bastante tiempo de por medio, para poder apreciar lo bueno que queda. Sólo eso. No necesito más. :)

Tuesday, August 17, 2010

Love is a battlefield...

Anoche, acurrucada en mi camita, tratando de descansar de esta gripe que me tiene con la nariz hinchada, ví una película llamada "Amor y sexo".

No supe si reir o preocuparme con la escena inicial: una pequeña enamorada de un niño muy guapo pero que la trata mal frente a sus amigos, para que ellos no sepan que en realidad son novios. Ella no aguanta las ganas de platicar con alguien y se lo cuenta a una "amiga" que divulga por todo el colegio el oculto noviazgo, tras de lo cual él rompe con ella y ella, en medio del llanto, le grita: "¡Espera! ¡Les diré a tus amigos que no es cierto y dejaré que me golpees más fuerte!"

Sobra decir que el resto de la película trata sobre los amores y desamores de esta mujer en su etapa adulta.

Sin embargo, me quedé pensando en algo que dijo la voz en off de la narradora (hasta regresé la peli para volver a escucharlo, je): "El amor es como un campo minado. Das un paso en falso, estallas, te levantas, vuelves a unir tus pedazos y das otro paso. Supongo que algunos prefieren estallar mil veces que estar solos."

Y me hace sentido. Porque en cierto sentido, así soy. No es que no sepa estar sola. Sí sé estar sola, pero no me gusta. Más bien, creo que estoy dispuesta a unir los pedazos de mi corazón y verlo estallar mil veces antes que lidiar con el vacío que se siente cuando no se está enamorada.


Y es que una cosa es estar sola, y otra muy distinta es estar desenamorada. El hueco es enorme. Y sí, prefiero caminar por el campo minado aún cuando todas las señales indican que por ahí no conseguiré más que reventar en mil pedazos. Lo hago a sabiendas del riesgo, así que ya no me quejo.

La verdad es que no sé ser de otra manera. Esto de sentir con intensidad te lleva a gozar el amor con todo, pero a sufrirlo de la misma manera, y por ende, el vacío que queda cuando no hay sentimiento dirigido es también muy grande.

Sí, yo sé qué hay de trasfondo en lo que estoy escribiendo y sé que algunos querrán publicar algún comentario como "estás enamorada del amor" y cosas así. Pero, ¿saben qué? Ya dejé de pelear con mi forma de ser y de sentir. Si siento el amor con todo, el desamor también. Y créanme que prefiero mil veces vivir enamorada a ratos que sentir este hueco parece absorber lo bueno, como un hoyo negro.

Así que me alisto, como los soldados que regresan a casa de una guerra y no se hallan en su pacífico hogar y se vuelven a enlistar, con tal de vivir la adrenalina en el frente de batalla. Bien lo dice esa famosa canción de los 80's (¡ah, qué tiempos aquéllos!): "el amor es un campo de batalla." Enfrentémoslo como va. Y que sean las heridas del corazón, cicatrices de guerra, cuentos que contarle a mis nietos cuando sea mayor, lecciones de vida, experiencia y sabiduría. Al menos, como dice la canción "Gitana" de Shakira, he aprendido a caer y levantarme otra vez, sin quejarme.

Mi abuelita solía decir que si íbamos de día de campo y regresábamos sin un rasguño y con la ropa limpia era señal de que no nos habíamos divertido. Así pues, mientras llega el hombre correcto yo andaré en el campo del amor como se debe. Espero que al final del día, cuando me vea cubierta de lodo, empapada por la lluvia y llena de rasguños y heridas, pueda decir con una gran sonrisa de satisfacción: valió la pena :D

Thursday, July 15, 2010

Al acecho...

Y que me busca otra vez... y que le digo que ya no... pero mientras, están mis emociones al acecho, agazapadas en la oscuridad, cual pantera negra, esperando el más mínimo descuido para brincar, para escapar de su prisión y moverse libremente, camuflajeando sus pardas intenciones, jugando a ser astutas y tratando de ocultar los temores de convertirse en presa y no en cazador... y entonces me pregunto ¿cuándo he sido cazadora en realidad? Esta pantera de zoológico no sabe cómo conseguir sus presas... así que es mejor que siga en cautiverio, a riesgo de hacerse daño en libertad...

Thursday, July 08, 2010

Anda, dale... como amigos


Like a friend (Pulp)

Don't bother saying you're sorry
Why don't you come in
Smoke all my cigarettes again


Every time I get no further
How long has it been?

Come on in now, wipe your feet on my dreams

You take up my time
Like some cheap magazine
When I could have been learning something
Oh well, you know what I mean, oh


I've done this before
And I will do it again

Come on and kill me baby while you smile like a friend
Oh and I'll come running
Just to do it again


You are the last drink I never should have drunk
You are the body hidden in the trunk

You are the habit I can't seem to kick
You are my secrets on the front page every week

You are the car I never should have bought
You are the dream I never should have caught
You are the cut that makes me hide my face
You are the party that makes me feel my age

Like a car crash I can see but I just can't avoid
Like a plane I've been told I never should board
Like a film that's so bad but I've got to stay till the end
Let me tell you now: it's lucky for you that we're friends.

Jungla de emociones

Tratándose de él, siento mi corazón como si fuera una jungla de sentimientos salvajes, indómitos, rebeldes e independientes; que luchan entre sí, se pelean, se superponen, se dominan, se aniquilan y se dan vida unos a otros.

Como en un safari, paso de una emoción a otra en cuestión de minutos. El paso de los días me lleva de la serena paz de un león dormido después de una buena comilona, hasta el potente ímpetu de un rinoceronte enfurecido, pasando por la ruidosa algarabía de los monos que brincan entre las ramas de altos árboles.


Hace más de un año que empecé a salir con él, pero creo que fue por estas fechas que me empezó a gustar, y ya hacia finales del año pasado estaba tan clavada que empecé con un desfile de emociones, como en montaña rusa, donde a veces estás arriba y otras abajo, donde a veces lo disfrutas y otras lo sufres...

Todo empezó como simple coquetería, como las gacelas que se pasean delante de los depredadores hambrientos jugando a ver si son más veloces que su victimario durante la escapada. Pero en algún momento me atrapó. Después del temor inicial, mientras sentía mi sangre agitada correr por el cuello que el carnívoro sostenía entre sus dientes, me dejé llevar por mi suerte hacia ese fín fatídico que sabía que llegaría tarde o temprano.

Como los vampiros, como las sanguijuelas, como los mosquitos, que succionan sangre de sus víctimas sin llegar a matarlas, así me tuvo mi adorado victimario. Y en medio de este letargo experimenté una variedad de emociones: cada una intensa como los animales salvajes.

Sus besos y sus sonrisas me hacían elevarme como águila, planeando feliz; sus ausencias me hacían caer al suelo y arrastrarme como serpiente buscando huecos oscuros para esconderme; sus mensajes y cada forma suya de contactarme me hacían brincar de alegría como simios en festejo social; los celos, los terribles celos, eran tan pesados como una estampida de elefantes aplastando mis ideas, pisoteando mi cariño... el dolor y la tristeza me regresaban de nuevo a la posición de la gacela herida, siendo devorada por las leonas mientras aún está con vida, sintiendo cómo sus miembros son desgarrados, y entonces el instinto de supervivencia me hacía querer salir huyendo de ahí, lo más lejos posible, pero como los chitas, la huída a altas velocidades calentaba mi organismo y me dejaba extenuada, otra vez a merced de los depredadores.

Y mientras yo estaba ahí, con mis ojos suplicantes esperando que el victimario se apiadara y me dejara huir, éste se acercaba despacio pero amenazante, como un agresivo oso grizly, insaciable y buscando destrozar hasta la última parte de su alimento antes que dejarlo ir. Y nuevamente sus sonrisas, sus miradas y sus falsas promesas... y aunque siempre supe que no era más que un lobo vestido de oveja, me fui como cordero tras de él, una vez y otra vez, gozando mientras me devoraba en su egoísmo, en sus ansias de ser querido sin querer, sin entregarse nunca en verdad.

Y así, he sufrido como leona hambrienta, he gozado como chimpancé satisfecho después de atragantarse y dormir, he sentido la ira que lleva a bestias como el rinoceronte y el oso a atacar con todo, me he sentido vulnerable y expuesta como venado que ha sido abandonado por su familia enmedio de un terreno plagado de depredadores, he sentido el viento bajo mis alas, llenándome de fuerza para volar, y he sufrido la presión sobre mi pecho, como león aplastado por un furibundo elefante.

Pensando en todo esto es que ya no quiero verlo más. Pero de pronto sucede que entre más le digo que ya no quiero verlo, más se hace presente, insistiendo, acechando, esperando el momento en que me halle nuevamente vulnerable para asestar otra vez el golpe letal que me llevaría de vuelta a sus pies, a su voluntad...

Es sólo que ya no quiero. Ya no. He puesto estas emociones a resguardo en sus jaulas en un zoológico y no pretendo que salgan de ahí.

Y sin embargo... cada intento suyo por hablarme provoca que todos los animales de mi corazón se alboroten dentro de sus jaulas, ansiosos por salir otra vez, como caballos desbocados en carrera a campo traviesa, gritando, aullando, rugiendo desesperadamente, hasta que finalmente mi razón logra adormecerlos con dardos certeros de argumentos que logran convencer hasta al más rebelde de mis sentimientos.

Estoy tranquila ahora, convencida de lo que hago. Pero a veces, por alguna grieta del zoológico, alguno de estos animalitos logra filtrarse... a veces es la esperanza disfrazada de gaviota, otras, las ganas oscuras, cual pantera negra, acechando la más mínima oportunidad de saber de él. ¡Vaya que le toca una ardua tarea de 24 x 7 x 365 a la razón guardiana de mis emociones!

Eso es todo lo que tengo ahora: la razón. Y la fe de que si logro soltar todo esto y ponerlo en manos de Dios, él ayudará a mi corazón a recobrar la paz.

¡Caray! ¿Quién me manda ser tan intensa?