Wednesday, September 29, 2010

¿Estás viendo y no ves?

Dice el nick de messenger de un amigo: "Las verdades evidentes son las más difíciles de reconocer. Son como los bosques: no los ves porque los tapan los árboles".

Me quedé pensando en esta metáfora... ¿cómo no ver un bosque? Una extensión llena de árboles, de verde, se ve desde kilómetros de distancia...

Y entonces caí en la cuenta... no se trata de ver el bosque desde arriba, desde el aire o desde una posición que favorezca la vista... es cuando estás metido dentro de ese bosque que no lo puedes percibir en toda su plenitud. Sólo puedes ver los árboles que te rodean.

Es entonces que no distingues qué tan extenso es, si está rodeado por ríos o barrancas, si hay caminos bloqueados por rocas o si estás caminando en círculos... sólo ves árboles y árboles y de pronto todos te parecen iguales.

Tal vez es un poco exagerada esta aseveración, pero me queda claro lo que quiere decir la frase de mi amigo: es como cuando tienes algo justo frente a tus ojos y no lo quieres ver... muy al estilo de "¿estás viendo y no veeeees?"

Definitivamente hay cosas que no queremos ver, que no importa qué tan claras se presenten ante tí es mejor cerrar los ojos y quedarte con la vista reducida, porque ese panorama pequeñito representa sólo una parte de la realidad... la parte que queremos vivir... la parte que no duele, con la que es más fácil lidiar, dentro de ese mundo pequeñito que queremos pensar que es lo único que hay, porque al final, insisto, cuando se ve la realidad en todo su esplendor, ya no se puede actuar como quien no ve o como quien no sabe.

Así, de pronto, es más fácil dejarse llevar por lo cercano, como en los toros... quien los mira desde la barrera tiene una apreciación general, pero quien está en el ruedo no ve más que al toro, y tantito se descuida se expone a una cornada que bien puede resultar letal.

Y entonces, nos dejamos llevar por lo que vemos en corto y sobre eso tomamos decisiones... y resulta que, muchas veces, claro, no son las mejores decisiones y no hacen más que meternos más y más en la espesura de ese bosque. Si en verdad queremos salir, requerimos una brújula o escalar a un sitio alto que nos permita ver todo el panorama... pero la pregunta aquí es ¿en verdad queremos salir?

1 comment:

Juan Valdez said...

Interesante reflexión. Yo no usaría ni brújula ni escalaría más alto para ubicarme en el bosque, soy más del estilo de talar todos los árboles para abrirme paso sólo a mí.

Un beso!