Monday, January 31, 2011

¿De camino a otra devaluación?

¿Recuerdan el post que escribí sobre las moneditas de $10 y $2o centavos? Pues bien, me faltó aclarar, en medio de mi enojo, que junto esas monedas para la alcancía de mi hija, pero si ningún banco me las cambia no le sirve de nada juntarlas.

Bueno, tal vez mis corajes terminen pronto, porque creo que cada vez hay menos monedas de esas en circulación, y es que como cada vez las hacen más chiquitas, ya nadie las quiere.

Pero más nos valdría estar atentos a lo que esta disminución de tamaño puede significar... y es que para mi sorpresa, apenas unos días después recibí como cambio una moneda de $50 centavos que ya tiene las mismas características de las de 10 y 20... ahora en vez de ser dorada es plateada y es más chiquita que su versión anterior... apenas del tamaño d mi dedo índice... :S

Aquí la foto, para quienes aún no hayan recibido por cambio monedas con estas características. ¿A poco no es una mentada de madre? Al rato los taxistas y tenderos tampoco van a querer recibir estas moneditas... ¡vamos! ni siquiera los pordioseros aceptan monedas de baja denominación, y las de $50 centavos acaban de caer, por el simple hecho de disminuir su tamaño, en el círculo de "las indeseadas".

¿Qué hay detrás? Al emitir monedas de menor tamaño es innegable que haya una consecuencia (¿o debería decir, una causa?) de impacto en la economía nacional, como cuando se le quitaron tres ceros al peso.

No creo estar exagerando mucho si les digo que me espero otra devaluación para el fin de este sexenio...

Thursday, January 27, 2011

Simply happy :)

En diciembre publiqué que me sentía la señora grinch, que era un sentimiento que recurrente cada año y que me duraba desde diciembre hasta febrero. Pero decidí que esta ocasión no sería igual. Me dediqué a estar en contacto y salir con amigos y familiares, y al final me cambió todo el panorama, al grado de que me encontré animando a personas que yo creía tenían un ánimo más festivo y navideño que yo, pero al final me dijeron que logré quitarles lo grinch... ¿yo a ellos? La verdad me sorprendí...
Los días pasaron, terminó 2010 y decidí que las cosas malas y toda la mierda se quedaba ahí, y empecé 2011 con ganas y ánimos, y la verdad es que hasta ahora ha sido un buen año, con muchos planes y proyectos en puerta y con un sentimiento de plenitud que hace mucho no experimentaba.
El día de hoy cumplí 35, y la verdad es que me sorprendió gratamente ver la cantidad de mensajes que me dejaron en el facebook... muchísimos, la verdad, además de emails, sms y llamadas telefónicas deseándome puras cosas buenas para este año, pura buena vibra y, sobre todo, demostrándome cariño e interés.
Mi nena cumplió 8 años hace dos días, y la verdad es que la miro a ella y veo todo a mi alrededor y me parece que, con todas las imperfecciones y carencias de mi vida, lo que tengo es perfecto. Y sé que aún hay más por venir.
Lamento si mi buen estado de ánimo me hace perder lectores, pero no sólo se trata de escribir cuando quiero mentar madres o tengo roto el corazón, je.
Gracias a todos los que me tienen en sus pensamientos, sus corazones y sus oraciones.
Y gracias a Dios por estar siempre conmigo y demostrármelo cada día, en cada detalle, en cada sonrisa y en cada persona :)

Thursday, January 13, 2011

¡Hazme el fabrón cavor!

Sí, así como decía una tía mía para evitar decir la grosería que tiene todas las ganas de salir... y es que hay de ineptitudes y absurdos en esta vida, ¡caray!

Pues bien, hay personas que juntan sus "cambios" en un recipiente o botella, o en el cenicero de su carro y lo van sacando para ir comprando cositas, o cuando tienen una emergencia o para darle al franelero o al limpia vidrios.
Yo no junto monedas grandes, pero desde hace años guardo todas las monedas de 10 y 20 centavos. De hecho, antes había hasta de a 5, pero ya las descontinuaron.
Cuando reuno entre $5 y $15 pesos, suelo cambiarlas. Donde vivía antes lo hacía en la tienda de la esquina, ahí me aceptaban bien las moneditas porque les eran útiles para dar el cambio a la gente.
Ahora lo venía haciendo en el banco, pero de pronto resulta que se ponen sus moños para aceptar los centavos... ¡háganme el chingado favor! Ahora resulta que nadie quiere esas moneditas, cualquier cosa que uno quiera pagar, la gente le pone jetas. Sí, aunque sea que te diga la cajera "son $40 pesos con 30 centavos"... bueno, ay de tí donde se te ocurra darle los 30 centavos porque se te queda viendo con una cara de "jodido, ¿no puedes darme una moneda de 50 centavos? No te vayas a empobrecer por quedarte sin los 20" porque ooooobviooooo, cuando a tí te dan cambio se comen los centavos a su favor.
Entonces, ni en la pape, ni en la tienda, ni en el puesto de periódicos te quieren cambiar ni recibir las moneditas, pero para eso están los bancos, ¿no? Para recibir esas moneditas, cambiártelas por monedas que sí sirven y regresarlas al Banco de México, pa' que las guarde, destruya o vuelva a poner en circulación... whatever.
El caso es que hoy dos bancos rehusaron cambiarme $18 pesos en moneditas. En HSBC el cajero me salió con la de que tenía que llevar las monedas en sus montoncitos, con su diurex... ¡ah chinga! es la primera vez que me lo piden, siempre las quieren en suelto para contarlas y verificar que lo que les estoy entregando es cierto. Ahora me tocó un cajero huevón que prefiere sus montoncitos aunque no le conste si le entrego paquetitos de 9 o 10 monedas...
En Banorte sí me iban a recibir las monedas sueltas... siempre y cuando tuviera cuenta con ellos para que ahí me las depositaran. WTF??? ¿Un depósito de$18 pesos? ¿Y qué tal si solamente quiero cambiar $5 o $10 pesos? ¿O qué si quiero cambiar esas monedas para usarlas? De nada me sirve depositarlas. Supongamos que tengo un saldo de $25 pesos en la cuenta y deposito ahí $20 en moneditas... valí madres porque no junto ni siquiera los $50 pesos que necesitaría para un retiro en cajero... y eso sin contar con la comisión.

¿No es absurdo? ¿Cuál es el valor entonces de esas moneditas? Por eso tanta gente las tira... pero si sumas muchas de esas monedas reúnes una cantidad de dinero que sí te alcanza para comprar chicles, subirte al metrobús o darle a tu hija para su alcancía... sin embargo, ese dinero no vale si no está en monedas de a peso, o de a perdis de $50 centavos.

Todavía me dice el cajero de Banorte: "hay sucursales donde sí cambian las monedas, o centros cambiarios". ¿Netooooo? -"Pues hasta donde yo sé, los bancos son para eso, para cambiar monedas y billetes", le respondí. Ya parece que ahora uno tiene que ir de banco en banco a ver cuál le cambia... no sea que termine gastando más en transportes que lo que me van a dar en morralla.

Ni modo, tendré que ponerme a hacer mis paquetitos de a peso para ver si así resultan menos huevones los cajeros y me cambian las moneditas, que de otro modo no tienen uso... es como dinero perdido. A ver si no resulta que al llegar al banco me toca uno de esos cajeros que les quitan el diurex y cuentan las moneditas de una en una para verificar lo que se les entrega, ¡Ja! ¿Estaría chingón, no?

PD: Si ya no se usan las chinches moneditas de centavos, y ni siquiera en los bancos las quieren cambiar... ¿para qué carajos se siguen emitiendo monedas de esas denominaciones? y cada vez más chiquitas, por cierto...

Monday, January 03, 2011

Empezamos bien

Pues se me fue el último mes de 2010 sin escribir nada... la verdad, simplemente se me perdió la musa. Nada de recogimiento espiritual por el fin de año ni otros pretextos. Me dediqué a leer y leer, y así logré terminar libros que había dejado a medias y leí nuevos libros. No aprendí a bailar tango ni a manejar una moto, pero el año pasado leí lo que no había leído hace tiempo. Y el buen hábito me dejó cuerda. Ya estoy leyendo otros dos libros... una buena forma de iniciar el año :)


También aproveché para hacer algo que hace tiempo quería hacer: viajar con mi hija. No lo había hecho desde que nos fuimos a Acapulco hace un par de años y la verdad es que fue algo pesadito, porque tuve que cargar con niña, maletas, juguetes y encima aburrirme en la noche porque se dormía temprano. Pero finalmente llegó a la edad en la que podemos tomar nuestras maletitas y largarnos unos días las dos solas. Ya no tengo que estarla cargando, ella ya no necesita tantas cosas para entretenerse y además podemos caminar por ahí un buen rato y en la noche acurrucarnos a ver películas... ya es otra experiencia y la disfrutamos mucho, las dos :)


No sé cómo venga el 2011... no voy a filosofar porque la neta no tengo la más remota idea. Sólo sé que vienen muchos cambios, todos ellos positivos. Confío en que se concrete pronto una oferta laboral, me pienso mudar muy pronto de casa -¡independencia otra vez!- y algunas otras cosas buenas que vienen en camino. Seguramente, como en todo camino, entre lo dulce y agradable habrá momentos agrios o ácidos y situaciones no tan deseables, pero si algo he aprendido es que cada quien decide cómo quiere ver la vida.

Y a final de cuentas, más allá de los ratos tristes, cuando miro el paisaje completo, con todos sus altibajos, las luces y las sombras, las nubes y los arcoiris, me queda claro que mi vida es bella. Gracias a mis amigos y familiares por su cariño, y a Dios por sus infinitas bendiciones y por los milagros que me permite ver día tras día, desde las cosas pequeñas hasta las más grandes.

Si la vida es cuestión de actitud, y la felicidad es una decisión, no me queda más que concluir que yo sigo percibiendo la vida como una poesía, con sus estrofas tristes y felices, apasionadas y deprimentes, inspiradoras y relajantes, enojadas y soñadoras... sí, la vida es el conjunto de todo lo que nos pasa, y cuando lo coloco en la balanza siempre tengo mucho por qué dar gracias... incluso por los momentos tristes que sirven de lección y me fortalecen y me llevan a crecer.

A aquéllos que aún me leen, les deseo con todo el corazón que este año esté lleno de bendiciones en todo sentido y que aprendan a ser felices en el presente, a pesar de las circunstancias.

¡Feliz 2011!