Tuesday, April 28, 2009

¿Mira cómo tiemblo?

Pues lo dirán de broma, después del temblor de ayer, pero la verdad es que la gente en México sí está muy asustada... MUCHO.

Además de todas la información que se transmite de manera oficial, existen las comunicaciones extraoficiales y, claro, los rumores. A mí no me gusta hacer caso de rumores, como el de ayer sobre el posible cierre de los supermercados... pero afortunadamente tengo algunos contactos bien colocados, especialistas en su ramo y con acceso a información confidencial, que en algún momento me comparten.

Ayer recibí de muy buena fuente información sobre un posible cierre de terminales y sistemas de transporte, sobre el alza del nivel de alerta y otros datos que no quiero publicar para no alarmar... pero con esto en mente fui con mis hermanos al super para prepararnos por si es necesario pasar días encerrados en casa. Aclaro: no lo hice por el rumor del cierre de los supers (que hasta anoche no había escuchado) sino para tener lo necesario en caso de tener que pasar algunos días en casa.

Cuál fue nuestra sorpresa al encontrar, tres días antes de la quincena, el supermercado abarrotado de gente haciendo compras de pánico: agua, enlatados, conservas, papas, azúcar, huevo, frijoles, arroz, lentejas, leche en polvo y tetrabrick...

¿No que en México no le tenemos miedo a nada? Sí, claro, nos reímos de todo. Más tardó en temblar ayer que en surgir el chiste de qué le dijo México a la influenza... (mira cómo tiemblo, jeje). Pero la verdad es que la gente está asustada... MUY asustada.

A pesar de todo, yo quiero creer que si seguimos las medidas de higiene y las indicaciones de las autoridades estaremos fuera de peligro. La amenaza sigue ahí pero se trata de minimizar los riesgos (¡y habló la de seguridad! jeje). Se trata de cuidarnos y evitar al máximo la posibilidad de contagio.

No caigamos en el terror, en el pánico ni en la psicosis, que eso sí me da miedo: salir a la calle en una ciudad llena de gente neurótica, paranoica y que piensa que no encontrará alimento, llena de violencia y tal vez de algún virus mutante...

¿No que no tenemos miedo? ¿Miren cómo tiemblo?

Dejemos la mofa de lado y tomemos las cosas en serio. Cuídense. Compren lo que vayan necesitando, pero sin entrar en pánico. No se alarmen y no alarmen a los demás. Lo que tenga que pasar, pasará, y no nos queda más que mantener la calma y seguir trabajando, porque el país tampoco se puede parar.

Sunday, April 26, 2009

Cuarentena

Hoy sí me sorprendió ver la Ciudad tan vacía, tan falta de gente... quiero pensar que todos fuimos lo suficientemente coherentes como para hacer caso de nuestras autoridades, pero la neta es que más bien creo que se generó una paranoia psicótica derivada de vernos viviendo en la ciudad fuente de una epidemia.

¡Vamos! No es nada nuevo. Ya se habían visto casos así cuando la gripe aviar, pero como que no lo sentimos tan cerca... y ahora, con el cierre de escuelas y lugares públicos para evitar que reuniones multitudinarias propicien un mayor índice de contagios, nos sentimos ante una amenaza incontrolable.

No es así... la idea precisamente es evitar una propagación mayor y controlar, en la medida de lo posible, los casos que ya se han presentado o están en etapa de incubación. Tengo un tío que es un epidemiólogo muy reconocido y aunque reiteró la necesidad de seguir las indicaciones del Gobierno, en cuanto a las medidas preventivas, sí aclaró que no es como para quedarnos encerrados con temor hasta de abrir las ventanas...

Osea... no es el T-Virus de Resident Evil, ni el virus de la ira de Exterminio, ni estamos en una civilización tan precaria en términos de infraestructura e higiene como la que sivió de caldo de cultivo para la historia de Epidemia.

Sí, hay que tomar precauciones. Sí, no es cosa de juego. Y sí, la epidemia es cierta, por eso tantas medidas de precaución y control. Pero... por otro lado, ¿saben qué pasa cuando dejan encerrados en su casa a 20 millones de mexicanos?

¡Pues surgen los chistes, los videos y hasta las canciones de la influenza! Jajajajaja...

Hoy le decía a mi hermano que en verdad la ciudad tan vacía me deja esa sensación de estar en una cuarentena como las de las películas que mencioné. Ya desde el viernes él puso en el nick de su messenger que estamos en la versión 4 de Resident Evil, con el Pig-Virus, jejeje... encerrados en Nacoon City, jajajajajaja!

Lo cierto es que la cuarentena es real. Y estando encerrados, el ocio genera muchas ideas en la gente. Así que hace rato que me conecté a Facebook encontré unas ligas interesantes... una es sobre un sitio que presenta al Influenzombie... su frase célebre: "Gracias a mí tendrán sus vacaciones de Semana Zombie, que, al igual que la Semana Santa... ¡celebra LA RESURRECCIÓN!" (http://www.facebook.com/pages/-Influenzombie-/95359907677?ref=mf)

O si entran a Jordi.net (http://jordi.net/) o a Youtube (http://www.youtube.com) pueden escuchar el más reciente éxito musical del momento: ¡La cumbia de la influenza!

Noooo, si ya se nos había hecho tarde, ¿no? Como dice un amigo: "los mexicanos se rigen por influenzas", jajajajajaja...

Wednesday, April 22, 2009

Sobreviviendo las ausencias

Hay ausencias que hoy me duelen, por personas que se han ido y que ya no volverán. Por mi prima, María Elena, que se nos fue hace tres años... se adelantó a ese lugar en que un día nos hemos de reencontrar, pero como pienso vivir muchos años, supongo que pasaré mucho tiempo recordándola como hoy, como tantos otros días en que la falta de su presencia me provoca huecos como el de hoy, que no soy capaz de llenar. Pero me queda su recuerdo, la memoria de esa sonrisa siempre franca y abierta...

Extraño la presencia de otras personas que se han alejado también... amigos, familiares y seres queridos que se han mudado, o algunos de quienes yo misma me alejé en un momento dado, como consecuencia de mis retiros ermitaños...

Duele reconocer que hay ilusiones que se pierden, que ya no volverán... sentimientos que una vez existieron y un día dejaron de ser.

Hay cosas que se escapan como agua entre las manos, dejando grandes ausencias. Y hoy se me han agolpado todas y me vinieron encima como un alud... y me han dolido en su conjunto. Unas más, otras menos, pero la suma de todas las melancolías me hace sentirme hoy con este hueco en el pecho, con esta enorme necesidad de un apapacho de esa persona importante que tampoco llegará...