Monday, January 25, 2010

Recuerdos y nuevas vivencias...

Dicen que recordar es volver a vivir... pero otras veces, las nuevas vivencias nos traen recuerdos de sucesos pasados. Yo he experimentado ambas cosas recientemente, con motivos que me han dejado sabores dulces y algunos un poco ácidos, pero ricos al fin y al cabo.


1. Noche Colonial ISB

Recuerdo las primeras noches coloniales a las que fui... iba acompañando a mi hermana quien estaba en la rondalla de la prepa. Yo me metía de colada para estar en el chisme y en verdad mi interés era ver el chisme, divertirme y ligar... al final se me hicieron aburridas.

Años después de eso, Vale me pidió un par de ocasiones ir a la noche colonial del colegio que está al lado de casa de mi mamá... también me aburrí.


Sin embargo, en esta primera noche colonial de la escuela de Valeria, todo cobró nueva relevancia: ver a Vale cantando en la tarima, verla divertida subiéndose a los juegos mecánicos, encontrarme con otros papás... hasta me subí al toro loco por primera vez, lo cual me pareció de lo más divertido aunque me caí muy rápido... y eso no me gustó, así que el toro tiene declarada la venganza, donde pretendo aguantar más tiempo, je :P

2. Trabajar con niños

Estamos abriendo cursos de robótica los sábados, lo que me obliga a trabajar en sábado, pero está resultando gratificante convivir con los niños, verlos aprender y divertirse. Es vivificante, verdaderamente.

Ello me recuerda los días en Teutila, en la sierra de Oaxaca, con tantos niños necesitados de cariño, leales... ¿qué será de Onofre y los demás pequeños? Ya deben ser adolescentes...

Estas experiencias me llevan a recordar cuánto me gustaba dar clases... sin duda, es algo que volveré a hacer este año :)


3. El clima


Este clima tan airoso, tan cálido de pronto y tan frío de repente me recuerda constantemente los días en Bogotá y me pone una sonrisa y unas ganas enormes de volver a tomar ese chocolatico caliente, o un tintico... de visitar Chia, Tabio, Cota y Tenjo, de volver a entrar en las minas de sal de Zipaquirá. Me viene la nostalgia de aquéllos paseos en moto y de las noches en su cama... y como una cosa lleva a la otra, me vienen los recuerdos de aquéllos tiempos en los que su corazón era mío, y de los mensajes y los chats... y me alegro de haberlo vivido, y sonrío :)


4. Añorar un beso


Estoy saliendo con alguien a quien no veo tanto como quisiera, pero la verdad es que estoy bien clavada. Y por momentos siento esa imperiosa necesidad de un beso... pero no de cualquiera, sino de esa persona especial... R.

Y de pronto pensé que hacía tiempo que no añoraba un beso así... no desde J, quien me quitaba el habla con su sola presencia, y ante quien me convertía en una pequeña tímida e indefensa, introvertida y silenciosa, por ese nervio que dominaba mis entrañas ante la mera posibilidad de juntar nuestros labios. No, no había vuelto a sentir algo así desde entonces... hasta ahora. Y, como lo he dicho antes, por el simple hecho de volver a sentir algo así, ha valido la pena esta experiencia.


5. Amar vs. ser amado

Creo que todos en algún momento pasamos por la disyuntiva de decidir si queremos estar con quien queremos o con quien nos quiere. Algunos eligen estar con quien los quiere. Tal vez sea la decisión más sabia, pues garantiza que se está con alguien que te procurará y que hará lo que sea por verte feliz... pero otros optamos por estar con quien nos hace sentir, aún cuando no nos corresponda de la misma forma.

El fin de semana pasado traté de darme la oportunidad de estar con alguien que dice quererme bien... pero no pude más que terminar por sentirme infiel... no a R, porque no me pertenece, sino a mí misma y a mi corazón...

Me quedó claro que definitivamente yo prefiero amar, que ser amada. No me malinterpreten, sigo esperando el milagro del amor correspondido, pero mientras llega, ante la disyuntiva de amar o ser amada, yo prefiero sentir. Sólo me preocupa que lamentablemente no es suficiente que uno sienta por los dos... es necesario que los dos sientan y lo enfoquen a la misma dirección. De lo contrario, se está destinado siempre a terminar, tarde o temprano... y cuando es un camino que ya se ha andado, como lo es este camino para mí, siempre existe un cierto temor y una cierta reserva de volver a andarlo.

Pero, ¿será que soy tan terca, o tan inconsciente, que seré capaz de volver a andarlo con tal de vivir este sentimiento a todo lo que da, mientras dure? Al final... creo que sí...

Monday, January 04, 2010

Empezando 2010 con ganas... y varios cambios

Algunos reptiles y moluscos cambian de piel cuando crecen; cada determinado tiempo se ven obligados a dejar su piel, o su caracola, para buscar otra y seguir creciendo. No hay de otra, a veces, para crecer, hay que dejar atrás lo que nos limita, aunque sea el corazón.

El mío insiste en andar por el camino equivocado una y otra vez, y ello me forza, constantemente, a tener que cortarle las alas cada vez que empieza a volar. Y duele cada vez, pero no hay forma de avanzar si se queda uno atado a un sentimiento que no va a ningún lado.

Este año quiero empezarlo sin lastres de ningún tipo. Tengo muchos proyectos por delante y este año será para convertirlos en objetivos, concentrarme y concretarlos. Ahora entiendo a qué se refiere la Biblia cuando dice: es mejor entrar al reino de los cielos tuerto, a tener ambos ojos y quedarte fuera. Creo que así es en todo: es mejor conseguir los objetivos dejando atrás ciertas cosas y ciertas personas, a perder el tiempo intentando conseguir un imposible.

Como dije antes, era cosa de tiempo antes de decidirme, pero al final yo sabía que tarde o temprano tendría que decidirme. Mi cabeza está convencida, incluso mi corazón... sólo espero que no me falle la voluntad.