Thursday, March 24, 2011

Lecciones de vida...

Han pasado algunos días desde mi último post... mi viejita ya no come nada, sólo duerme, todo el tiempo, con una respiración lenta y plácida que mantiene a sus tres hijas al borde de su cama, sin poder conciliar el sueño, mientras los nietos estamos en espera de la noticia. Pero no, la noticia no llega porque mi abue, como la luchadora que ha sido toda su vida, se resiste a irse.

Ahora estoy convencida de que son esas ganas de vivir que siempre la caracterizaron, lo que la mantiene aún aquí. La voluntad la tenía... aún la tiene. Lo que la traicionó fue su cuerpo enfermo y decadente. Pero me queda claro que ella no piensa regalar ni un segundo de su vida a la muerte... así nos tenga a los demás en vilo y tristes por ver cómo se consume poco a poco, esperando el momento en que por fin decida seguir el llamado de Dios.

Y mientras, a mí me ha dado tiempo para recordarla en vida. Yo nunca he sido muy buena para manejar las emociones ni procesar golpes fuertes, como lutos o separaciones. Cuando falleció mi prima me bloqueé, pero sufrí su pérdida por meses y años después.
Ahora, la larga agonía de mi abuelita me ha permitido procesar mis emociones y debo confesar que aunque ella aún vive, yo ya empiezo a sentir el duelo.

He recordado, todos estos días, esos momentos que vivimos con la abuelita, sus enseñanzas, sus cuidados y las invaluables lecciones de vida que nos deja.
Ella vió por sus hijas y sus nietos hasta donde pudo. Nos ofreció casa cuando mis papás se separaron; nos cuidó los meses que mi mamá fue a trabajar a Mérida porque aquí no encontraba trabajo. Nos enseñó a cocinar, a limpiar frijoles, a hacer sopa, a pelar chícharos y tamarindos... nos enseñó a jugar parkasé y damas chinas, y nos dejó frases para la posteridad, entre las que puedo rescatar algunas que les comparto a continuación:
1. "Si van de día de campo y regresan limpios y sin rasguños, entonces no se divirtieron". Y esa frase me trae a la memoria tantos días de campo en los que trepábamos árboles y nos metíamos al río, nos empuércabamos en el lodo y regresábamos cerdísimos a la casa... pero felices :)
2. "La mujer debe ser ante la sociedad, una dama; en la cocina, una monja; y en la cama, una puta". Recuerdo que la primera vez que me lo dijo me sonrojé más que un jitomate, pero con el tiempo he visto cuánta razón tiene esa frase...

Supongo que los recuerdos me seguirán llegando en las semanas y meses por venir, cuando la ausencia de mi viejita se haga más notoria y hagan falta sus canciones y sus anécdotas. No me queda más que decir por ahora, sólo que aunque estoy tranquila me siento muy triste porque se nos va esa mujer que tantas ganas tiene de quedarse en este mundo. Los dejo con una foto de su cumpleaños 90, en el que aún platicaba feliz con toda su familia reunida...

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