Wednesday, December 30, 2015

Bitácora de mis vacaciones. Día 3.

Muy movido. Desde temprano. Que me lanzo a las oficinas del gas para ver por qué me lo cortaron y que me dicen que no fueron ellos, que revise mi calentador o mi llave de paso. Y sí, sí tengo gas en la estufa, pero el boiler nomás no prende. No prendió en todo el día. Tocó baño a jicarazos y no me hizo muy feliz el asunto :(

De la oficina del gas pasé al supermercado a comprar unas cosas para la cena de mañana (haré una ensalada y una carlota de moka, receta de mi mamá). Ya en casa, tuve que limpiar arena de los gatos, cambiarle el agua al pez y limpiar desorden de la perrita; todo eso mientras mi hija seguía dormida hasta pasadas las 2 pm porque anoche se desveló escribiendo sus historias hasta quién sabe qué hora.

Tres días ya, y aunque finalmente logré quitarme de la cabeza la ansiedad de revisar mi correo del trabajo a cada rato, empiezo a sentir que una semana siempre no será suficiente. Tres días que se me fueron como agua. Mañana de viaje para pasar el año nuevo con la familia de mi novio; el sábado hay compromiso con unos amigos, y de pronto me parece que el domingo está ya a la vuelta de la esquina...

Quise aprovechar la tarde viendo una peli de Netflix con mi hija, esperaba que fuera cómica, pero la verdad no me gustó. Es la de Ridiculous 6 de Adam Sandler. Dejó mucho qué desear, a mi gusto.

El guión no es sólido, los chistes son sosos, las actuaciones, acartonadas. Un desperdicio de presupuesto, aunque se juntaron a actores reconocidos: Nick Nolte, Rob Schneider (el eterno compañero de Sandler), Luke Wilson y el galancete Taylor Lautner, quien hace un papel de retrasado que no le crees de lo soso que resulta.

La última media hora de la película, mi hija y yo esperábamos ansiosamente que acabara, ya nomás por el hecho de saber en qué paraba todo. Tal vez por el simple hecho de no dejar cosas a medias. Y seguramente más por mí que por mi hija; a ella no le molesta tanto dejar cosas a medias, a mí sí: difícilmente dejo un libro o una película sin terminar, aunque no me guste.

Otra cosa que no me gusta, ya que estamos en estas confesiones, es dormir lejos de mi cama. Simplemente no descanso igual. No sé si sea la iluminación, los ruidos, el que ya me acostumbré a mi colchón o la inquietud de pensar en mis gatitos -y ahora, en la perrita-, pero no logro dormir bien en otro lado. Cuando salgo de viaje de trabajo siempre regreso bien cansada porque no logro descansar realmente, por muy lujoso que sea el hotel. Así que entre más días dure mi viaje, menos duermo yo...

Esto viene a colación solamente porque dado que el viernes regresaremos del viaje y el sábado hay compromiso con mis amigos, mi novio me propuso que nos quedemos a dormir en su casa, que queda relativamente más cerca de Tlanepantla. Pero no quiero, la idea de pasar noches innecesarias lejos de mi casa y de mi cama no me gusta... Y él se da cuenta, aunque no se si entienda mis motivos. Supongo que tengo que hablar de esto con él, así de: "no es tu casa, soy yo", jejeje.

En fin. Mañana será la celebración de año nuevo, y no escribiré nada sino hasta el viernes, ya empezando el 2016. Si me leen, les deseo de todo corazón que el año que viene sea mucho mejor, en todos los sentidos, y les mando un abrazo virtual.

PD: Escribo estas líneas al son de la lista de reproducción de los New Kids on the Block en Spotify, gracias a mi hija :)

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