Monday, April 08, 2019

Flores hasta el cielo

Hoy cumplirías 65 años mami.

Pero te fuiste hace casi un año, tu cuerpo sufriendo dolores indescriptibles e inhumanos.

Hoy eres libre, y estoy segura que duermes en paz al cobijo de nuestro Dios, ese Dios que buscaste toda tu vida y que nos enseñaste a amar. Él te tiene en sus brazos de amor y ahora, con un cuerpo nuevo, percibes más allá de lo que nuestros ojos y nuestros limitados sentidos humanos alcanzan a percibir. Te imagino extasiada ante las maravillas del universo, llena del Espíritu de Dios, con tanto que ver y que aprender que las cosas terrenales finalmente han dejado de ser una carga para ti.

Hace un año, todavía, estaba contigo...

Sabía que ese sería tu último cumpleaños. Lo que no sabía es que te irías tan solo unas semanas después.

Traté de ayudarte, de consentirte, de llevarte a los sitios que querías. Traté de que hicieras lo que querías hacer. Pero tu enfermedad maldita ya tenía control total de tu cuerpo y el sufrimiento que te encadenaba no te dejó disfrutar ni los tacos de carnitas, ni la playa, ni tu sopa del Vips, ni el pastel de Sanborn's que te llevé, ni la torta que te mandó Pao, ni las gorditas, ni los eclairs de El Globo que tanto te gustaban. Fue emocionalmente muy doloroso verte en esa situación; tanto así, que le pedí a Dios que te liberara de ese sufrimiento.

Y lo hizo. Muy rápido para mí, pero tal vez para ti esas últimas semanas fueron un infierno en ese cuerpo destruido. Sólo Dios sabe lo que aguantaste.

Hoy recibo este día con mi casa en orden, como me enseñaste, para que entre la bendición. Ayer finalmente vacié la última caja que tenía sin guardar, con cosas tuyas. Una vez más, tuve que decidir qué hacer con fotos, recuerdos y papeles que eran tuyos, tus esquemas del hotel que querías tener, tus recetas... Tuve que desechar algunas cosas, pero todo lo que conservé ya está archivado y en orden. Y con mi casa lista espero la bendición de Dios que acompaña el orden. Y recuerdo también esa última bendición especial que me diste, hace un año. Si hoy me va bien en la vida, es gracias a tus poderosas oraciones y tus bendiciones. Y te agradezco tanto por ello.

Y te extraño. Te extraño mucho mami. Con todo mi corazón.

Te mando un abrazo fuerte hasta el cielo, con flores y mariposas de todos colores, para que solo por hoy te acuerdes de los que dejaste aquí. Si Dios lo permite, mándame tu abrazo en el viento este día. Y si llueve, saldré a disfrutar de tus besos, recordando cómo nos dejabas salir a jugar bajo la lluvia, cómo nos enseñaste que estaba bien brincar en los charcos de vez en cuando y mojarnos hasta los huesos.

De verdad te extraño mucho mamá. Gracias por todo lo que nos enseñaste. Y gracias infinitas a Dios por permitirme ser tu hija y por conservarte entre nosotros tantos años, a costa de tu propia salud.

Te amo mami. Feliz no cumpleaños hasta el cielo...

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