Thursday, April 07, 2016

Cooking experience... una verdadera delicia :)

Hay un meme en facebook que dice: "Los hombres piensan que las mujeres soñamos con encontrar al hombre perfecto, pero en realidad el sueño de toda mujer es comer sin engordar"... Nada más cierto. Al menos, es cierto para mí -y para la mayoría de las mujeres que conozco.

Hoy asistí a un evento para prensa patrocinado por un conocido proveedor de soluciones de tecnología empresarial, Unisys. Pero esta no fue una rueda de prensa, sino un evento de relacionamiento (networking) donde los ejecutivos de Unisys convivieron con periodistas durante una experiencia gastronómica.

Desde que vi la invitación me brillaron los ojitos: una oportunidad de aprender nuevos tips de cocina en la mismísima cocina de los chefs no se tiene todos los días.

La cita fue en el Menjant, un centro de talleres, cursos y demostraciones culinarias. La experiencia, inolvidable.

Más allá de una agradable convivencia entre periodistas y con los ejecutivos de Unisys (cuya relación resulta provechosa en términos de trabajo), la comida estuvo deliciosa. Y lo mejor es que aprendí varias cosas nuevas :)

El menú, bastante vasto, constó de cinco tiempos, acompañados de diversos vinos para maridar cada platillo. Sentí que no podría terminarme el postre, pero no podía perdonarlo y le di mate hasta el último bocado :P

Empezamos con un aguachile de camarón blanco con rábanos, manzana verde, pepinos y cebolla morada. El chef de la mesa me enseñó un truco para cortar el pepino (y otras verduras) sin que se separen las rebanadas, lo cual permite que al momento de servir se pueda decorar de forma elegante. Además, me mostró un pelador distinto, que ayuda a darle una forma curiosa al pepino al momento de pelar la cáscara, y obvio ya lo tengo en mi lista de deseos para la próxima vez que vaya al súper ;)

Después sirvieron una crema de calabacita y chilacayote, con una hoja de flor de calabaza y una bolita de queso de cabra. Una cosa deliciosa. Lo interesante de este plato fue cuando pregunté qué tipo de leche usarían para preparar la crema: leche deslactosada (porque uno de los organizadores no consume lácteos) y un poco de crema batida para espesar la sopa. ¡Crema batida! Yo nunca hubiera considerado la crema batida como una opción para preparar la crema de verduras, siempre me ha parecido un complemento o ingrediente para postres; tal vez la usaría para la sopa solamente si a media preparación me diera cuenta que ya no me queda leche ni crema, y solo tuviera a la mano un bote de crema batida... y tal vez ni así se me hubiera ocurrido. Hasta ahora.

Traté de involucrarme en la preparación de la sopa también, ¡quería aprender lo más posible! De haber sido por mí, hubiera estado presente en la preparación de todos los alimentos, pero las mesas estaban trabajando a la par y tuve que conformarme con pescar tips entre cada platillo.

Después de la sopa nos sirvieron un plato de pasta con cebollas, setas y champiñones en salsa de chile ancho, ajo y aceite de oliva. La salsa en realidad muy suave, nada picante, con un sabor diferente. Lo que aprendí aquí fue algo tan simple que me da pena la obviedad, pero creo que no soy la única que pecó de ignorancia sobre este punto: el chile ancho no es más que el chile poblano, seco y deshidratado.¡Tarán!

El plato fuerte fue una explosión de sabores nuevos: atún marinado en una salsa de vino tinto y café de la olla reducidos hasta espesar, y guarnición de puré dulce de camote. ¡Uf! He ido a muchas comidas de prensa en buenos lugares y nunca había comido algo así. Además, creo que jamás se me hubiera ocurrido marinar la carne en café de olla. Pero ahora sé qué hacer con las sobras de café de olla que suelen quedar al menos una vez por semana los días que viene la señora de la limpieza y me prepara café de olla. ¡En verdad fue una delicia!

Finalmente, y aunque todos estábamos bastante llenos, llegó el postre: fondant de chocolate con frutos rojos. ¡Uf, uf y más uf! Lo suficientemente dulce para no empalagar en los primeros bocados, pero complementarse con un buen café americano sin azúcar, o una copa de oporto.

La experiencia en realidad fue un deleite para todos los sentidos. Aprendí un par de trucos de cocina, degusté platillos exquisitos y me llené la cabeza de ideas para preparar cosas en casa.

Y, por si esto fuera poco, tuve la oportunidad de relacionarme con los ejecutivos de esta empresa, varios de los cuales radican en Brasil. Dado el interés de mi editorial por lanzar el sitio en portugués hacia la segunda mitad de este año, me pareció muy oportuno platicarles de los planes que tenemos... y aproveché para aprender un par de frases nuevas.

Conclusión: Definitivamente aún me falta mucho portugués por aprender :S

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