Tuesday, March 29, 2016

Feria gastronómica: bichos, pulque, pan y otras excentricidades

El viernes pasado, mi hija, mi novio y yo fuimos a la feria gastronómica de Santiago de Anaya, un pueblito cercano a Actopan, en Hidalgo.

En la feria, además de la tradicional barbacoa hidalguense y varios puestos con delicioso pan de feria - ¡la cosa más rica del mundo mundial! - nos topamos con una serie de alimentos a los que ni mi hija ni yo estamos acostumbradas, así como algunas exquisiteces derivadas de la miel, como una miel con cajeta que le encantó a mi Vale y me pidió que le comprara un frasco para comerla con los hot cakes de los sábados.

Entre los puestos de comida había varios que ofrecían pulque de sabores; aguas frescas de pepino y limón, limón con chia, maracuyá y xoconostle; postres y dulces típicos; quesadillas de quelites, de hongos, de flor de calabaza, de gambuco...

Pero también encontramos puestos que ofrecían tacos de tlacuache, de coyote, de ardilla, de conejo, armadillo, caracoles de tierra, chinicuiles (gusanos de maguey), escamoles (hueva de hormiga), chapulines, shamues y otros insectos. Nomás de verlos no se me antojaron y Vale ni de chiste los probó. Mi galán estaba bien contento probando cuanto taco de insecto le ponían enfrente y degustando pulques de sabores, así que debo confesar que le dí una probada a su tostada de escamoles, al taco de chapulines, al taco de caracoles y al pulque de piñón... Y me pedí un taco de tlacuache que no me gustó nada.

De entre todo este experimento de probar nuevos alimentos, el mejor descubrimiento fue el de los quelites. Nunca los había comido, pero sofritos con cebollita adquieren un sabor -y apariencia- parecido al de las espinacas, y tanto a Vale como a mí nos gustaron. Definitivamente los incluiré en la lista de compras de aquí en adelante :)

De ahí en fuera, aunque se que los insectos son una fuente rica en proteínas y son un recurso alimenticio para la gente del campo, la verdad es que no se me antoja comerlos. Ver un insecto en mi tortilla con todo y cabeza y patas es como tratar de comer la cabeza de un cerdo o de un borrego, o un pollo con cabeza y patas. Ver al animal completo es demasiado para mí; nunca he podido comer pata, lengüa, cachete, cabeza, oreja, rabo, vísceras, moronga, tuétano ni nada que me recuerde claramente que me estoy comiendo algo que antes de llegar a mi plato estaba vivo y caminaba por ahí...

Definitivamente, cada vez me inclino más hacia intentar alimentos vegetarianos.
Xoconostle

Les dejo algunas fotos de los bichos que mi novio se comió con singular alegría... - guácala :S

Chapulines

Chinicuiles, o gusanos de maguey

Escamoles, o hueva de hormigas

Caracoles de tierra

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