Thursday, March 03, 2016

Aprendiendo a comer

Tengo poco más de un año aprendiendo a comer "como Dios manda". O como mi cuerpo manda, que es lo mismo.

Y es que desde niños nos enseñan ciertas cosas básicas sobre la alimentación: que si el plato del buen comer, que si la pirámide de la alimentación, que si las porciones de fruta y vegetales deben ser mayores que las de pasta y carne... pero nunca nos enseñan que el pan industrial no es tan bueno como el de panadería, no nos enseñan que las latas de comida están llenas de conservadores que le hacen daño a nuestro cuerpo, ni tampoco nos inculcan que la fruta por sí sola es saludable, pero procesada en un jugo, en mermelada o en almíbar nos llena de carbohidratos complejos que alteran nuestro metabolismo.

Por otro lado, la mercadotecnia nos llena la vista con antojos de pastelitos, galletas, refrescos y papitas. Y si eso fuera poco, el ritmo de vida actual promueve cada vez más la alimentación exprés, basada en sopas de lata, comida congelada y prefabricada, todo para que con sólo cinco minutos en el microondas, cualquiera pueda comer.

Sí, comer, pero no alimentarse en toda la extensión de la palabra. 

Pensando en qué consejos ofrecer -sobre lo que he aprendido y lo que voy investigando- para comer bien gastando poco, me topé con otro programa en Netflix: Chef's table. La temporada 1 consta de seis o siete capítulos, cada uno narra la historia de un chef distinto, de cómo se convirtió en lo que hoy es, cómo ha impactado a la industria culinaria, qué aporta y qué ha aprendido. 

Pues bien, en el capítulo dos, el chef en cuestión es miembro de una familia que ha heredado una granja. Al tener que lidiar al mismo tiempo con la necesidad de tener una granja productiva y con el eterno cuestionamiento de qué ofrecer en el menú, este chef llegó a una sabia conclusión: servir en su restaurante lo que la granja produce. Su lema "de la granja a la mesa" se aplica al pie de la letra, y ello quiere decir que entonces el restaurante no tiene un menú preestablecido, sino que las opciones de platillos se deciden cada semana conforme a los vegetales, frutas e incluso animales que haya en existencia, por temporada.

¿Qué implica esto? Que los cocineros deben ser creativos. Cuando cada semana se reúnen a revisar qué vegetales y qué opciones de carne tendrán, ellos tienen que pensar qué tipo de alimentos pueden crear con lo que tienen. Ni más ni menos.

Ello me puso a pensar en algo que yo empecé a hacer apenas hace unas semanas. Yo cobro una vez al mes, y hago mi despensa una vez al mes (excepto por los perecederos y la fruta, que suelen terminarse antes y debo re abastecerme). En ocasiones anteriores he ido al súper pensando qué quiero comer y compro lo que necesito para ello. Este mes que pasó, compré más vegetales y legumbres, y debido a que se echan a perder pronto, lo que hice cada día fue abrir el refrigerador y revisar el frutero y la alacena: veía qué vegetales estaban más próximos a echarse a perder y con esos ingredientes como base planeaba mi comida del día.

Sin embargo, hay algo más que aprendí viendo Chef's table: cocinar con lo que la naturaleza ofrece por temporada. Al seleccionar frutas, verduras, legumbres e incluso carnes por temporada no solamente comeremos las verduras más frescas, sino que también serán más baratas.

Es irónico que comer una ensalada en un restaurante o en la comida rápida de un centro comercial sea más caro que un paquete de hamburguesa con papas fritas y refresco, o cualquier otra opción de comida rápida.

Pero si nosotros elegimos la verdura en el súper o en el mercado, seguramente encontraremos muchas opciones a buen precio. Simplemente asegúrense de buscar lo que está barato por temporada y no por promoción para deshacerse de lo que está por caducar.

Esto nos lleva a la carne que compramos. Quienes no somos católicos podemos darnos el lujo de comer carne roja durante la cuaresma. La carne de cerdo resulta extremadamente barata en esta época del año. Si son católicos, procuren buscar opciones de pescado que no sean tan caras... este pescado barato suele no ser tan rico, pero si se marina en pimienta y hierbas finas, o en cerveza y pimienta, y se empaniza con amaranto o pan molido adquiere otra consistencia y sabor.

A mí me gusta el salmón. Es de los pescados más nutritivos. Pero es un lujo para cualquier bolsillo. Una opción más barata es el róbalo... o el mero, pero no durante la cuaresma.

Si no pueden comer carne en estas fechas, siempre pueden preparar comida vegetariana, como chiles rellenos de queso o frijoles, rajas con crema, o espinacas con elote y crema; los acompañan con arroz y lo comen en tacos. Nutritivo, rendidor y económico.

En unos días me toca hacer la despensa otra vez. Trataré de apegarme al experimento que tengo en mente, para hablar de lo que ya practico y no ponerme a escribir ideas teóricas... les iré contando sobre lo que compré de temporada y cómo lo preparo para hacer comidas naturales y nutritivas gastando lo menos posible.

Y si alguno tiene ideas, sugerencias o comentarios, bienvenidos :)

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