Tuesday, July 17, 2007

De gripes y pizzas

Pues bien, estoy aquí, encerrada en mi casita y metida en mi camita porque afuera llueve y hace mucho frío cuando de pronto sucumbo a la tentación de pedir una pizza. Tengo hambre, pero aunque tengo bastante comida en mi refrigerador hoy es uno de esos días en los que simplemente no se me antoja nada de lo que ahí hay. Además, no quiero comer nada frío y tengo flojera de preparar algo caliente. Si a eso le sumamos un terrible antojo por comer queso derretido... voilá! Un telefonema y la pizza a domicilio.
Sin embargo hoy me ha tocado que me atienda una señorita que seguramente es nueva, pues repitió todo el speech de ventas a conciencia. Como el "desea agregar una capa extra de queso pues así su pizza tendrá 50% más de queso...." (¿neto? esa no me la creí... pero me gusta mucho el queso y ordeno el dichoso "extra-queso" por únicamente $13 pesos más.)
Cuando no pude evitar reírme en su cara... bueno, en su oreja, fue al final de la llamada, que me dice: "Señorita L, hizo usted una excelente decisión al ordenar la pizza Mia mediana blablabla..." ¿Cómo? ¿Hice una excelente decisión? ¿Y si hubiera pedido una de los deditos de queso en la orilla, o con otros ingredientes? ¿Seguiría siendo excelente mi decisión?
Esto de los diálogos de mercadotecnia, si no se manejan bien, pueden resultar contraproducentes... y lo digo ahora que estoy precisamente ejerciendo una labor de marketing.(Manena... ¡si supieras cuánto te extraño!, y más ahora que estoy desarrollándome en una profesión que tú estudiaste... a veces me gustaría platicar contigo... eras tan brillante. Sigues en mi mente y en mi corazón, nena.)
Estoy aprendiendo mucho, pero al mismo tiempo me sigo topando con barreras. De pronto me cuestiono mucho qué hice, en qué estaba pensando cuando tomé la decisión de cambiarme de trabajo. Pero justo entonces, como un balde de agua fría, recordé cómo el pueblo de Israel le recriminó a Moisés (y a Dios) el haberlos sacado de Egipto y llevarlos por el desierto. Entendí que si los israelitas tuvieron que andar 40 años por el desierto fue porque no confiaron en su Dios... un Dios que, por cierto, hizo para ellos milagros que no hemos vuelto a ver... y aún así, dudaban de Él y decían: "mejor sería regresar a Egipto, donde teníamos casa y comida".
Recordé este pasaje e inmediatamente recordé otro versículo, que indica que Dios no sacó a su pueblo para llevarlo a un sitio peor. Y entonces me tranquilicé: Cambié de trabajo para estar mejor, aunque de pronto sienta que estoy cruzando un desierto.
También entendí, con esta analogía, que mi estancia en este "desierto" puede ser tan corta o tan larga como yo quiera: si me aplico, si estudio, si hago las cosas como es debido y confío en Dios, todo irá bien y aprenderé rápido. Pero si me tiro a la hueva y me pongo en la actitud de no querer crecer -porque crecer duele- y me achico por temor de las responsabilidades, entonces me queda claro que será un largo y caluroso desierto...
En fin, ya llegó mi pizza y quiero disfrutarla calientita, y con este clima no creo que dure mucho así. Voy a la cama a sonarme los mocos y comerme un buen pedazo de pizza... una excelente decisión, ¿no?

2 comments:

Anonymous said...

Bueno, dije que iba a escribirte algunos comentarios y aquí va.

Uf!! se me antojó la pizza, pero a esta hora creo que ya no consigo en ningún lado.
A ver si mañana pido una!
Efectivamente... hay muchos intentos de hacernos comprar miles de cosas, o hacernos sentir que somos muy inteligentes por haber elegido alguna marca en especial. Algunos de esos intentos son ridículos.
Se entiende que la pobre chica que atendió tu llamada, no fué la que puso esa frase en el diálogo..... aunque..ahora que lo pienso.... si lo dijo ella por iniciativa propia, me parece con mucho mas valor que si se lo puso un Creativo Senior de Marketing.
Por un momento, me imaginé a la chica leyendo el diálogo..."¿Quién escribió esto? ¡Es una estupidez!... ¿y de verdad lo tengo que decir en cada llamada?"

Anonymous said...

No te imaginas la cantidad de veces que me he preguntado si hice o no bien en cambiarme de ciudad y de trabajo. Tienes razón, uno debe confiar en Dios y ponerse en sus manos. Un abrazo y que te alivies. Te mando un apapacho. GW