Thursday, May 10, 2007

La virgen del banco

Hace unos días fuí al banco y me topé con un raro especimen... una jovencita que al parecer nunca en su vida había visitado una institución financiera. La vi cuando entró con su andar orgulloso y modelesco, con sus pantalones talla 7 ajustadísimos -tanto que se le botaba la lonjita, jajajaja.
Preguntó con voz de niña ingenua pero no obligada a saber de cosas mundanas: "¿en esta fila me formo para cambiar un cheque?" Alguien le respondió que sí. No pasó mucho tiempo antes de que un oficial se le acercara para pedirle que se quitara los lentes oscuros. Ella "lo enfrentó" secamente:
-¿Por qué?
-Por que está prohibido, señorita
-¿Dónde dice?
-En el cartel, detrás de usted
Ella se viró lentamente y con su cara de fastidio y de realeza ofendida, se colocó los lentes en la cabeza. El oficial se fue y ya no se percató de que acto seguido, la princesita empezó a enviar y recibir mensajes desde su teléfono celular. Yo no podía más que divertirme por anticipado ante la idea de que alguien le llamara la atención a lo que ahora me parecía claramente una novata en el mundo bancario.
Finalmente, cuando estábamos casi por llegar a las cajas, un ejecutivo reinició su ronda de preguntar a la gente de la fila qué operación realizaría, sobre todo por aquello de verificar si los datos en un cheque están bien o no.
Le llegó el turno a la reinita. El ejecutivo preguntó:
-¿Qué operación va a realizar?
-(Hablando entre dientes y con aires de realeza) Cambiar un cheque...
-¿Me permite verlo?
...Pausa... en su rostro pude ver que se preguntó por qué pero ésta vez ya no lo cuestionó... tal vez se percató de que se quemaría demasiado... jejeje
Estiró apenas la mano y con exagerado desdén permitió que el ejecutivo tomara el cheque, lo revisara y se lo devolviera.
Me tocó el turno de pasar a la caja y después salí del banco. Tal vez debí hacerme güey un rato con tal de disfrutar de una probable divertida escena al momento de cambiar su cheque. Puede que me equivoque, pero toda la pinta y las actitudes de esta chamaca gritaban que estaba cobrando el primer cheque de un trabajito como modelo o actriz.
Pienso que debería existir una guía básica de comportamiento para las niñas fresa que van a un banco... pero como no existe tal cosa, he aquí mi colaboración:

1. De entrada, si el pantalón te aprieta, usa otra talla. ¿Qué necesidad de sufrir? Si te quieres ver delgada utiliza algo holgado, lo entallado no hace más que resaltar las carnitas, jajajajaja

2. Si un oficial se acerca a tí y te solicita que te quites los lentes, no es para ver tus lindos ojos, ni te quiere ligar. Al contrario, seguramente te ve como un posible ratero, por mucha clase que aparentes. Princesitas, OJO: en los bancos está prohibido el uso de gorras, lentes oscuros, chamarras con capucha o cualquier cosa que impida identificar el rostro de un individuo.

3. No cell phones allowed. Reinitas: el uso de teléfonos celulares está prohibido también... es por su seguridá... y la de todos los demás. No es nada personal.

4. Again... si un ejecutivo se te acerca cuando estás en la fila, no te quiere ligar. Es parte de un procedimiento rutinario y a toooooodos les pregunta lo mismo.

5. Si vas a cambiar un cheque y te lo pide, no es porque le interese saber el monto que vas a cobrar. Su trabajo se reduce a ver si los datos están bien. OK, OK... tal vez le eche un ojito a lo que vas a cobrar, pero de ahí no va a pasar. Créeme, seguro que diariamente ve más de 50 cheques y muchos de ellos con cantidades superiores a la tuya. Lo único que trata de asegurarte, a tí, es que al llegar a caja el proceso sea sencillo. Punto.

Está bien. Lo admito. Soy anti-fresas... ¿y qué?

2 comments:

Anonymous said...

Hola. Esta anécdota stá super divertida y apegada a la realidad. Ya hasta me estaba imaginando la escena, y por que negarlo, a la reinita. Aunque fresa tal vez sea mil veces preferible que las ga-ti-si-mas que describe Cielo en aquel paseo de fin de semana. Son parte del elenco que recrea la pupila y divierte en las aburridísimas y desesperantes esperas en los bancos.
Ayer 10 de mayo fuimos toda la famila a comer para festejar a las mamás. Una niña en el final de sus 20 o principios de los 30 estaba en una mesa contigua a la nuestra, dándonos la espalda, con la lonja de fuera, con esa moda en que no les da pena mostrar las cicatrices de la liposucción, a veces hasta las cesáreas y los miles de estrías. Estaba bastante pasada de peso pero con su camisetita ceñida, en color negro, con el logo de Batman (es en serio). La camiseta de por sí era cortita y sus pantalones a la cadera, muy ceñidos también. Esos pantalones son tan caidos que cuando se sienta la persona y echa la cadera para atrás, o se sienta con la espalda caída, se ve casi hasta el coxis. Mi mamá estaba furiosa, mi papá con los lentes empañados. Mi hermana y esposa muertas de risa. Mis hijos no estaban en ese momento. Era patético el espectáculo, porque casi enseñaba los "pelícanos en la colina". El restaurante era de carnes en su jugo y la niña estaba, muy ad-hoc, mostrando las suyas, también en su jugo. Un abrazo. GW

Even Better said...

OOOH, sí!! Pululan las niñas así. A mí la neta me dan ganas de darles un sopla-mocos que les active la única neurona que tienen. Y pensar que por niñas así, luego pagamos las que sí tenemos algo de cerebro.
¡Pelícanos en la Colina! Me mató, está de poca madre la frase. Gracias "George Washington", ya hiciste que valiera la pena el mugroso lunes.